Texto completo de las palabras del Papa Francisco
Ante todo, buenos días!
Había preparado la catequesis de hoy, como todos los miércoles de este Año de la Misericordia, sobre el argumento de la cercanía de Jesús. Pero ante la noticia del terremoto que ha sacudido el centro de Italia, devastando enteras zonas y dejando muertos y heridos, no puedo dejar de expresar mi gran dolor y mi cercanía a todas las personas presentes en los lugares afectados por los seísmos, a todas las personas que han perdido a sus seres queridos y a aquellas que aún se sienten afectadas por el miedo y el terror. Escuchar al Alcalde de Amatrice decir: “la ciudad ya no existe” y saber que entre los muertos existen también algunos niños, me conmueve mucho de verdad. Y por esto quiero encomendar a todas estas personas en los alrededores de Accumoli, Amatrice y en torno, en la diócesis de Rieti, de Ascoli Piceno y las otras en todo el Lacio y Umbría y en las Marcas, la oración y decirles que cuentan con la caricia y el abrazo de toda la Iglesia que en este momento desea abrazarlos con su amor materno, también con nuestro abrazo, aquí, en la Plaza.
Agradezco a todos los voluntarios y a los operadores de la Protección Civil que están socorriendo a estas poblaciones, les pido que se unan a mí en la oración, para que el Señor Jesús, que se ha siempre conmovido ante el dolor humano, consuele estos corazones afligidos y les done la paz por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María. Dejémonos conmover con Jesús.
Por lo tanto, postergo para la próxima semana la catequesis de este miércoles, y los invito a recitar conmigo por estos hermanos y hermanas nuestras una parte del Santo Rosario.
(RV).- En lugar del acostumbrado pasaje bíblico de introducción a la catequesis, en esta ocasión un prelado leyó en nuestro idioma la intención del Papa para esta Audiencia General:
Había preparado la catequesis de hoy, como para todos los miércoles de este Año de la Misericordia, sobre el tema de la cercanía de Jesús, pero ante la noticia del terremoto que ha golpeado el centro de Italia, devastando zonas enteras y dejando muertos y heridos, no puedo dejar de manifestar mi gran dolor y mi cercanía a todas las personas presentes en los lugares azotados por los temblores, a todas las personas que han perdido sus seres queridos y a aquellas que todavía están afectadas por el miedo y el terror. Escuchar decir al Alcalde de Amatrice: «el pueblo ya no existe», y saber que entre los muertos hay también niños, me conmueve verdaderamente mucho.
A todas estas personas en Accumoli, Amatrice, en la Diócesis de Rieti y de Ascoli, Piceno y todo el Lacio, en Umbría y en las Marchas, quiero asegurar la oración y decirles que confíen en la caricia y en el abrazo de toda la Iglesia, que en este momento desea abrazarlos con su amor materno.
Agradecemos a todos los voluntarios y personal de protección civil que están socorriendo a estas poblaciones, y os pido que nos unamos en oración, para que, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, el Señor Jesús, que siempre se ha conmovido ante el dolor humano, consuele estos corazones afligidos y les done la paz.
Dejémonos conmover con Jesús.
Por tanto, posponemos para la próxima semana la catequesis de este miércoles. Y los invito ahora a rezar conmigo una parte del Santo Rosario: “Misterios dolorosos”.
Mientras hablando en español el Papa Francisco saludó con las siguientes palabras:
“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los invito a salir al encuentro de las necesidades del prójimo, para que cada uno de nosotros pueda experimentar en su vida la mirada misericordiosa de Dios, y ser curado en el cuerpo y en el espíritu, recuperando la dignidad de ser hijos de un mismo Padre. Muchas gracias”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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