Poderosas fuerzas culturales” están “atacando” el
matrimonio “entre un hombre y una mujer”. De aquí, la invitación a defender
esta “institución natural”, elevada por el Señor “a la dignidad de sacramento”.
Lo ha escrito el papa Francisco en el mensaje enviado, firmado por el cardenal
Secretario de Estado Pietro Paolin, al congreso de los Caballeros de Colón, que
se ha abierto en Filadelfia, Estados Unidos.
“Mientras se prepara para visitar Filadelfia el mes que viene
para el octavo Encuentro Mundial de las Familias --señala el cardenal
Parolin--, el Santo Padre expresa profundo aprecio por el constante testimonio
público que vuestra orden ha llevado de nuestra comprensión cristiana del
matrimonio y la familia”. Francisco recuerda por tanto que “elevado por el
Señor a la dignidad de sacramento, el matrimonio es, en el plan del Creador,
una institución natural, un pacto de amor y fidelidad entre un hombre y una
mujer, dirigido a su perfección y santificación, al futuro de nuestra familia
humana”.
Y “hoy, mientras la institución del matrimonio está siendo
atacada por poderosas fuerzas culturales, los fieles están llamados a
testimoniar esta fe bíblica básica y ley natural, que es esencial al orden
sabio y justo de la sociedad”, se lee en la carta. Y prosigue: “al afrontar los
desafíos morales, sociales y políticos del tiempo presentes, se les pide gran
sabiduría y perseverancia, ‘de los santos, de aquellos que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús’ (Ap. 14, 12)”.
Dotados por el Creador con vida y libertad (el
tema del congreso de este año) lleva por tanto a la atención “del deber de los
católicos americanos, precisamente como ciudadanos responsables, para
contribuir a una defensa razonable de esas libertades sobre las cuales su
nación está fundada”.
Después de todo, asegura el Papa, “la piedra angular de estas
libertades es la libertad religiosa, entendida no solamente como libertad
de culto que uno elige, sino también, para las personas y las instituciones, la
libertad de hablar y actuar de acuerdo con lo que establece su
conciencia”.
Asimismo, añade que “en la medida en la que esta libertad
está amenazada, por políticas públicas invasivas o la creciente influencia de
una cultura que pone presuntos derechos personales por encima del bien común,
se necesita una movilización de las conciencias por parte de esos ciudadanos
que, independientemente del partido o del credo, están preocupados por el
bienestar común de la sociedad”.
El cardenal Parolin escribe en nombre del Pontífice que “el
Santo Padre espera que el programa de catequesis y oración que los Caballeros
han inaugurado en vista del próximo sínodo sobre la familia y del encuentro
mundial de las familias contribuirá de forma significativa a este testimonio
profético”. Además, asegura que “la protección de la libertad religiosa debe
comprometer a las conciencias de los creyentes a nivel global en respuesta a
los ataques contra las comunidades minoritarias, en su mayoría cristianos, en
varias partes del mundo”. “Su Santidad --añade el purpurado-- está
profundamente agradecido por los esfuerzos de los Caballeros por activar la
atención pública a las graves tragedias humanitarias”.
Entre estas tragedias, se hace referencia a esas de las
familias de refugiados, ayudados por los Caballeros de Colón “a través del
nuevo fondo de ayuda para los refugiados cristianos”. “El Santo Padre
--concluye la carta-- hace un llamamiento uno vez más a vuestra orden a
una oración constante, en las familias, en las parroquias y en los concilios
locales, por estos hermanos y hermanas golpeados por la violencia fanática y la
intolerancia, y por una reconocimiento general de estos derechos humanos
fundamentales que no son garantizados por el Estado, sino por la mano del
Creador, que todos los creyentes invocamos como Dios de la paz”.
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