El acto ha comenzado a las 11 de la mañana
con una serie de testimonios de las parejas, intercalados con lecturas y
canciones dedicadas al amor en sus diversas manifestaciones y, a las doce y
media el Santo Padre ha entrado en la Plaza para saludar a los novios y
responder a tres preguntas planteadas por otras tantas parejas: El
miedo al «para siempre»; Vivir juntos, el estilo de la vida
matrimonial; y el tipo de celebración del matrimonio.
El amor de Dios es la roca
«Es importante preguntarnos si es
posible amarse «para siempre» - ha afirmado el Papa- Hoy en día muchas
personas tienen miedo de tomar decisiones definitivas , para toda la vida,
porque parece imposible... y esta mentalidad lleva a muchos que se preparan
para el matrimonio a decir: «Estamos juntos hasta que nos dure el amor»....
Pero, ¿qué entendemos por `amor´? ¿Sólo un sentimiento, una condición
psicofísica? Ciertamente, si es así, no se puede construir encima nada sólido.
Pero si el amor es una relación, entonces es una realidad que crece y
también podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la
casa se edifica en compañía, ¡no solos!.. No querréis construirla sobre
la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la roca del amor
verdadero, el amor que viene de Dios...La familia nace de este proyecto de
amor que quiere crecer como se construye una casa: que sea lugar de afecto, de
ayuda, de esperanza...Así como el amor de Dios es estable y para siempre,
queremos que el amor en que se asienta la familia también lo sea. No debemos
dejarnos vencer por la `cultura de lo provisional´. Así que el miedo
del «para siempre» se cura día tras día, confiando en el Señor Jesús en
una vida que se convierte en un viaje espiritual diario, hecho de pasos, de
crecimiento común...Porque el «para siempre» no es solo cuestión de duración.
Un matrimonio no se realiza sólo si dura, es importante su calidad. Estar
juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos .. .
En el Padrenuestro decimos `Danos hoy nuestro pan de cada día´. Los
esposos pueden rezar así: «Señor, danos hoy nuestro amor de todos los días....
enseñanos a querernos».
La convivencia es un arte
Respondiendo a la segunda pregunta,
Francisco ha subrayado que «la convivencia es un arte, un camino paciente,
hermoso y fascinante... que tiene unas reglas que se pueden resumir en tres
palabras: ¿Puedo? Gracias, Perdona. .. «¿Puedo?» Es la petición amable de entrar
en la vida de algún otro con respeto y atención... El verdadero amor no se
impone con dureza y agresividad. .. San Francisco decía:... «La cortesía es la
hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor« ...Y hoy, en
nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta
mucha cortesía».
Dar las gracias y pedir
perdón
La gratitud es un sentimiento
importante...¿Sabemos dar las gracias?: En vuestra relación ahora y en
vuestra futura vida matrimonial , es importante mantener viva la conciencia de
que la otra persona es un don de Dios... y a los dones de Dios se dice
«gracias». No es una palabra amable para usar con los extraños, para ser
educados . Hay que saber decirse gracias para caminar juntos» .
«En la vida cometemos muchos errores, nos
equivocamos tantas veces. Todos. De ahí la necesidad de utilizar esta palabra
tan sencilla:« perdona». En general, cada uno de nosotros está dispuesto a
acusar al otro para justificarse. Es un instinto que está en el origen de tantos
desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas...
También así crece una familia cristiana. Todos sabemos que no existe la familia
perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. ...Existimos nosotros, los
pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que un día no
termine nunca sin pedir perdón...sin que la paz vuelva a casa. Si
aprendemos a pedir perdón y perdonar a los demás, el matrimonio durará, saldrá
adelante».
El matrimonio, fiesta
cristiana, no mundana
Por último, el Santo Padre ha recordado
que la celebración del matrimonio debe ser «una fiesta, pero una fiesta
cristiana y no mundana» y poniendo como ejemplo el primer milagro de
Jesús en las bodas de Caná, cuando transformó el agua en vino porque se había
acabado ha dicho: «Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad
en cada fiesta nupcial. Lo que hará pleno y profundamente verdadero vuestro
matrimonio será la presencia del Señor que se revela y nos otorga su gracia. ..
Al mismo tiempo, es bueno que vuestro matrimonio sea sobrio y destaque lo que
es realmente importante. Algunos están muy preocupados por los signos
externos : el banquete, los trajes... Estas cosas son importantes en
una fiesta, pero sólo si indican el verdadero motivo de vuestra alegría: la
bendición de Dios sobre vuestro amor. Haced que como el vino de Caná,
los signos externos de vuestra ceremonia revelen la presencia del Señor y
recuerden a vosotros y a todos los presentes el origen y la razón de vuestra
alegría».
Fuente (VIS)
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