«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


28 de febrero de 2016

PAPA FRANCISCO EN EL ÁNGELUS “LA INVENCIBLE PACIENCIA DE JESÚS, NOS INVITA SIEMPRE A LA CONVERSIÓN”


Texto y audio completo de las palabras del Papa Francisco antes del rezo del Ángelus:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Cada día, lamentablemente, las crónicas reportan malas noticias: homicidios, incidentes, catástrofes… en el pasaje evangélico de hoy, Jesús se refiere a dos hechos trágicos que en aquel tiempo habían suscitado mucha sensación: una represión cruel realizada por los soldados romanos dentro del templo; y el derrumbe de la torre de Siloé, en Jerusalén, que había causado dieciocho victimas (Cfr. Lc 13,1-5).
Jesús conoce la mentalidad supersticiosa de sus oyentes y sabe que ellos interpretan este tipo de acontecimientos de modo equivocado. De hecho, piensan que, si aquellos hombres han muerto así, cruelmente, es signo que Dios los ha castigado por alguna culpa grave que habían cometido; por así decir: “se lo merecían”. Y en cambio, el hecho de ser salvados de la desgracia equivalía a sentirse “bien”. Ellos se lo merecían; yo estoy bien.
Jesús rechaza claramente esta visión, porque Dios no permite las tragedias para castigar las culpas, y afirma que aquellas pobres víctimas no eran peores de los otros. Más bien, Él invita a sacar de estos hechos dolorosos una enseñanza que se refiere a todos, porque todos somos pecadores; de hecho, dice a aquellos que le habían interpelado: «Si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera» (v. 3).
También hoy, frente a ciertas desgracias y a eventos dolorosos, podemos tener la tentación de “descargar” la responsabilidad en las victimas o incluso en Dios mismo. Pero el Evangelio nos invita a reflexionar: ¿Qué idea de Dios nos hemos hecho? ¿Estamos realmente convencidos que Dios es así, o esto no es otra cosa que nuestra proyección, un dios hecho “a nuestra imagen y semejanza”? Jesús, al contrario, nos invita a cambiar el corazón, a hacer una radical inversión en el camino de nuestra vida, abandonando los compromisos con el mal – y esto lo hacemos todos, ¿eh?, los compromisos con el mal –, las hipocresías – pero, yo creo que casi todos tenemos un poco, de hipocresía –, para retomar decididamente el camino del Evangelio. Pero esta ahí nuevamente, la tentación de justificarse: ¿De qué cosa debemos convertirnos? ¿No somos en fin de cuentas buenas personas – cuantas veces hemos pensado esto: pero, en fin de cuentas yo soy bueno, soy un bueno: y no es así, ‘eh? –, no somos creyentes, incluso bastante practicantes? Y nosotros creemos que así somos justificados.
Lamentablemente, cada uno de nosotros se asemeja mucho a un árbol que, por años, ha dado múltiples pruebas de su esterilidad. Pero, para nuestra buena suerte, Jesús se parece a un agricultor que, con una paciencia sin límites, obtiene todavía una prórroga para la higuera infecunda: «Déjala todavía este año – dice el dueño – […] Puede ser que así dé frutos en adelante» (v. 9). Un “año” de gracia: el tiempo del ministerio de Cristo, el tiempo de la Iglesia antes de su regreso glorioso, el tiempo de nuestra vida, marcado por un cierto número de Cuaresmas, que se nos ofrecen como ocasiones de arrepentimiento y de salvación. Un tiempo de un “año jubilar de la misericordia”. La invencible paciencia de Jesús, ¿Han pensado ustedes en la paciencia de Dios? Han pensado también en su irreducible preocupación por los pecadores, ¡cómo debería provocarnos a la impaciencia en relación a nosotros mismos! ¡No es jamás demasiado tarde para convertirse,  jamás! Hasta el último momento: la paciencia de Dios nos espera. Recuerden aquella pequeña historia de Santa Teresa del Niño Jesús, cuando rezaba por aquel hombre condenado a muerte, un criminal, que no quería recibir la consolación de la Iglesia, rechazaba al sacerdote, no quería: quería morir así. Y ella rezaba, en el convento, y cuando aquel hombre está ahí, en el momento de ser asesinado, se dirige al sacerdote, toma el Crucifijo y lo besa. ¡La paciencia de Dios! También, ¡lo mismo hace con nosotros, con todos nosotros!  Cuantas veces, nosotros no lo sabemos: lo sabremos en el Cielo; pero cuantas veces nosotros estamos ahí, ahí, y ahí el Señor nos salva: nos salva porque tiene una gran paciencia por nosotros. Y esta es su misericordia. Jamás es tarde para convertirnos, pero ¡es urgente, es ahora! Comencemos hoy.
La Virgen María nos sostenga, para que podamos abrir el corazón a la gracia de Dios, a su misericordia; y nos ayude a no juzgar jamás a los demás, sino a dejarnos interpelar por las desgracias cotidianas para hacer un serio examen de conciencia y arrepentirnos.


23 de febrero de 2016

CURSO DE NOVIOS FIN DE SEMANA

CASARSE EN EL SEÑOR

El sábado, 20 de febrero, concluyó el Curso de Novios de fin de semana que el Secretariado para el Matrimonio, Familia y Defensa de la Vida, imparte a las parejas de novios de la diócesis que, por motivos laborales, no pueden hacerlo en sus parroquias.
Son jóvenes que están trabajando toda la semana y les supone un gran esfuerzo dedicar “su fin de semana” al cursillo, pero lo creen necesario y lo hacen con gusto.
Vienen curiosos, nerviosos, expectantes... Se van relajados, contentos de los días compartidos y agradecen el haber podido reflexionar sobre cosas que sabían pero que, posiblemente,  estaban cubiertas por el polvo de las prisas, las preocupaciones, el trabajo, el dejarse llevar por el ambiente que nos rodea.
 Quieren que su matrimonio, ese proyecto de vida que van a iniciar juntos, triunfe, que todo vaya bien, por eso se llevan claro que el matrimonio no es sólo cosa de dos sino de tres: un Tú, un Yo, y Cristo.
Ojalá no olviden nunca que el matrimonio es una gran vocación, una vocación única, exigente y dulce, y que es signo del amor de Dios a los hombres.  Que amarse sacramentalmente quiere decir, mantener el amor, único y precioso, que les ha sido regalado por Dios para que a través de sus gestos, de su unión y de su ternura sean transparencia del amor de Dios.
Esperamos que hayan comprendido que la palabra «sacramento» tiene sus raíces en la verdad del amor: los dos que se aman, y se eligen y se entregan la vida el uno al otro, y ambos se entregan a Dios, de quien procede ese Amor.
El equipo agradece su colaboración, su atención, su asistencia y les desea mucha felicidad.
 PARA VER LAS FOTOS PINCHAR AQUÍ

22 de febrero de 2016

ABOLIR LA PENA DE MUERTE Y NINGUNA EJECUCIÓN EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA. APREMIANTE LLAMAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO

(RV).- Después del rezo a la Madre de Dios, del segundo Domingo de Cuaresma, el Papa Francisco reiteró su anhelo de que se impulse la abolición de la pena de muerte. En la víspera de un encuentro internacional sobre este tema, en la capital italiana, el Obispo de Roma dirigió un llamamiento a las conciencias de los gobernantes, en especial a los católicos, en el Jubileo Extraordinario de la Misericordia:
Mañana tendrá lugar en Roma un encuentro internacional sobre el tema: ‘Por un mundo sin la pena de muerte’ promovido por la Comunidad de San Egidio. Deseo que el simposio pueda dar un renovado impulso al compromiso en favor de la abolición de la pena capital. Es un signo de esperanza ver que se desarrolla y difunde cada vez más en la opinión pública  una posición contraria a la pena de muerte, también como instrumento de legítima defensa social. En efecto, las sociedades modernas tienen la posibilidad de reprimir eficazmente el crimen, sin quitarle definitivamente a aquel que lo ha cometido la posibilidad de redimirse. El problema se debe enfocar en la perspectiva de una justicia penal, que sea cada vez más conforme a la dignidad del hombre y al designio de Dios sobre el hombre y sobre la sociedad,  y también a una justicia penal abierta a la esperanza de la reinserción en la sociedad. El mandamiento ‘no matarás’ tiene valor absoluto y se refiere tanto al inocente como al culpable.
El Jubileo extraordinario de la Misericordia es una ocasión propicia para promover en el mundo formas cada vez más maduras de respeto de la vida y de la dignidad de toda persona. También el criminal mantiene el inviolable derecho a la vida, don de Dios. Me apelo a la conciencia de los gobernantes, para que se alcance un consenso internacional para la abolición de la pena de muerte. Y propongo a cuantos entre ellos son católicos que cumplan un gesto valiente y ejemplar: que no se ejecute ninguna condena a la pena de muerte en este Año Santo de la Misericordia.

Todos los cristianos y los hombres de buena voluntad están llamados hoy a obrar no solo en favor de la abolición de la pena de muerte, sino también con el fin de mejorar las condiciones de reclusión, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de la libertad».

VIAJE A MÉXICO “EXPERIENCIA DE TRANSFIGURACIÓN”, EL PAPA DURANTE EL ÁNGELUS

Palabras del Papa antes del rezo del Ángelus
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
El segundo domingo de Cuaresma nos presenta el Evangelio de la Transfiguración de Jesús.
El viaje apostólico que cumplí hace unos días a México fue una experiencia de transfiguración.
¿Por qué? Porque el Señor nos ha mostrado la luz de su gloria a través del cuerpo de su Iglesia, de su Pueblo santo que vive en aquella tierra. Un cuerpo tantas veces herido, un Pueblo tantas veces oprimido, despreciado, violado en su dignidad. En efecto, los diversos encuentros vividos en México han sido encuentros llenos de luz: la luz de la fe que transfigura los rostros y aclara el camino.
El “baricentro” espiritual de mi peregrinación ha sido el Santuario de la Virgen de Guadalupe. Permanecer en silencio ante la imagen de la Madre era aquello que me propuse ante todo.  Y agradezco a Dios que me lo haya concedido. He contemplado, y me he dejado mirar por Aquella que lleva impresos en sus ojos las miradas de todos sus hijos, y recoge los  dolores por las violencias, los secuestros, los asesinatos, los abusos en perjuicio de tanta gente pobre, de tantas mujeres. Guadalupe es el Santuario mariano más visitado del mundo. De toda América van a rezar allí donde la Virgen Morenita se mostró al indio san Juan Diego, dando comienzo a la evangelización del continente y a su nueva civilización, fruto del encuentro entre diversas culturas.
Y esta es precisamente la herencia que el Señor ha entregado a México: custodiar la riqueza de las diversidades y, al mismo tiempo, manifestar la armonía de la fe común, una fe inquieta y robusta, acompañada por una gran carga de vitalidad y de humanidad. Como mis Predecesores, también yo he ido a confirmar la fe del pueblo mexicano, pero al mismo tiempo a ser confirmado; he recogido a manos llenas este don para que sea en beneficio de la Iglesia universal.
Un ejemplo luminoso de lo que estoy diciendo es dado por las familias: las familias mexicanas me han acogido con alegría como mensajero de Cristo, Pastor de la Iglesia; pero a su vez me han donado testimonios límpidos y fuertes, testimonios de fe vivida, de fe que transfigura la vida, y esto para la edificación de todas las familias cristianas del mundo. Y lo mismo se puede decir de los jóvenes, de los consagrados, de los sacerdotes, de los trabajadores, de los encarcelados.
Por esto doy gracias al Señor y a la Virgen de Guadalupe por el don de esta peregrinación. Además, agradezco al Presidente de México y a las demás Autoridades civiles por la afectuosa acogida; agradezco vivamente a mis hermanos en el Episcopado, y a todas las personas que han colaborado en tantas maneras.
Elevemos una alabanza especial a la Santísima Trinidad por haber querido que, en esta ocasión, se realizase en Cuba el encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú y de todas la Rusias, el querido hermano Kiril; un encuentro tan deseado también por mis Predecesores. Este evento es  asimismo una luz profética de Resurrección, de la que hoy en día el mundo tiene más que nunca necesidad. Que la Santa Madre de Dios continúe a guiarnos en el camino de la unidad. Recemos a la Virgen de Kazan, de la que el Patriarca Kiril me ha regalado un ícono.



AUDIENCIA JUBILAR DEL PAPA: “MISERICORDIA Y COMPROMISO DE VIDA SON TESTIMONIO DE NUESTRA FE EN CRISTO”

Texto y audio completo de la catequesis del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Jubileo de la Misericordia es una verdadera oportunidad para entrar en profundidad dentro del misterio de la bondad y el amor de Dios. En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a conocer siempre más al Señor Jesús, y a vivir de manera coherente la fe con un estilo de vida que exprese la misericordia del Padre. Es un compromiso que estamos llamados a asumir para ofrecer a cuantos encontramos el signo concreto de la cercanía de Dios. Es decir, mi vida, mi actitud, el modo de ir por la vida debe ser un signo concreto de que Dios está cerca de nosotros. Pequeños gestos de amor, de ternura, de cuidado, que hacen pensar que el Señor está con nosotros, está cerca de nosotros. Y así se abre la puerta de la misericordia.
Hoy quisiera detenerme brevemente a reflexionar con ustedes sobre el tema de esta palabra que he dicho: el tema del compromiso. ¿Qué cosa es un compromiso? Y ¿qué cosa significa comprometerse? Cuando me comprometo, quiere decir que asumo una responsabilidad, una tarea con alguno; y significa también el estilo, la actitud de fidelidad y entrega, de particular atención con el cual llevo adelante esta tarea. Cada día nos piden poner empeño en las cosas que hacemos: en la oración, en el trabajo, en el estudio, pero también en el deporte, en las actividades libres… Comprometerse, quiere decir poner nuestra buena voluntad y nuestras fuerzas para mejorar la vida.
Y también Dios se ha comprometido con nosotros. Su primer compromiso ha sido aquel de crear el mundo, y no obstante nuestros atentados para destruirlo – y son tantos –, Él se compromete por mantenerlo vivo. Pero su compromiso más grande ha sido aquel de donarnos a Jesús. ¡Este es el gran compromiso de Dios! Sí, Jesús es justamente el compromiso extremo que Dios ha asumido en favor nuestro. Lo recuerda también San Pablo cuando escribe que Dios «no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros» (Rom 8,32). Y, en virtud de esto, junto a Jesús el Padre nos donará cada cosa de la cual tenemos necesidad.
Y ¿cómo se ha manifestado este compromiso de Dios por nosotros? Es muy fácil verificarlo en el Evangelio. En Jesús, Dios se ha comprometido completamente para restituir esperanza a los pobres, a cuantos estaban privados de dignidad, a los extranjeros, a los enfermos, a los prisioneros, y a los pecadores que acogía con bondad. En todo esto, Jesús era expresión viviente de la misericordia del Padre. Y quisiera referirme a esto: Jesús acogía con bondad a los pecadores. Si nosotros pensamos en modo humano, el pecador sería un enemigo de Jesús, un enemigo de Dios, pero Él se acerca a ellos con bondad, los amaba y cambiaba a ellos el corazón. Todos nosotros somos pecadores: ¡todos! Todos tenemos delante de Dios alguna culpa. Pero debemos tener confianza: Él se acerca para darnos conforto, la misericordia, el perdón. Es este el compromiso de Dios y para esto ha enviado a Jesús: para acercarnos a nosotros, a todos nosotros y abrir la puerta de su amor, de su corazón, de su misericordia. Y esto es muy bello. ¡Muy bello!
A partir del amor misericordioso con el que Jesús ha expresado el compromiso de Dios, también nosotros podemos y debemos corresponder a su amor con nuestro compromiso. Y esto sobre todo en las situaciones de mayor necesidad, donde hay más sed de esperanza. Pienso – por ejemplo – en nuestro compromiso con las personas abandonadas, con aquellos que cargan pesadas minusvalías, con los enfermos graves, con los moribundos, con los que no son capaces de manifestar reconocimiento…  En todas estas realidades nosotros llevamos la misericordia de Dios a través de un compromiso de vida, que es testimonio de nuestra fe en Cristo. Debemos siempre llevar aquella caricia de Dios – porque Dios nos ha acariciado con su misericordia – llevarla a los demás, a aquellos que tienen necesidad, a aquellos que tienen un sufrimiento en el corazón o están tristes: acercarnos con aquella caricia de Dios, que es la misma que Él ha dado a nosotros.

Que este Jubileo pueda ayudar a nuestra mente y a nuestro corazón a tocar con la mano el compromiso de Dios por cada uno de nosotros, y gracias a esto transformar nuestra vida en un compromiso de misericordia para todos.

20 de febrero de 2016

Discurso del Papa Francisco en el encuentro con las familias en México



DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO EN EL ENCUENTRO CON LAS FAMILIAS EN MÉXICO
Queridos hermanos y hermanas
Doy gracias por estar en esta tierra chiapaneca. Qué bueno estar en este suelo, es bueno estar en esta tierra, es bueno estar en este lugar que con ustedes tiene sabor a familia, a hogar. Le doy gracias por sus rostros, por su presencia, le doy gracias a Dios por palpitar de su presencia en la familia de ustedes. Y también gracias también a ustedes, familias y amigos, que nos han regalado sus testimonios, que nos han abierto las puertas de sus casas, las puertas de sus vidas; nos han permitido estar en sus «mesas» compartiendo el pan que los alimenta y el sudor frente a las dificultades cotidianas. El pan de las alegrías, de la esperanza, de los sueños y el sudor frente a las amarguras, la desilusión y las caídas. Gracias por permitirnos entrar en sus familias, en su mesa, en su hogar.
Manuel, antes de darte gracias por tu testimonio quiero dar gracias a tus padres, los dos, de rodillas, delante tuyo teniéndote el papel. Vieron qué imagen es esa? Los padres de rodillas ante el hijo que está enfermo. No nos olvidemos de esa imagen. Por ahí de vez en cuando ellos se pelean por algo. Qué marido y qué mujer no se pelean y más cuando se mete la suegra, que importa, pero se aman y nos han demostrado que se aman y son capaces por el amor que se tienen de ponerse de rodillas delante de su hijo enfermo. Gracias amigos por ese testimonio que han dado y sigan adelante. Y a vos Manuel gracias por tu testimonio y especialmente gracias por tu ejemplo. Me gustó esa expresión que usaste: «Echarle ganas», como la actitud que tomaste después de hablar con tus padres. Comenzaste a echarle ganas a la vida, echarle ganas a tu familia, echar ganas entre tus amigos; y nos has echado ganas a nosotros aquí reunidos. Gracias. Creo que es lo que el Espíritu Santo siempre quiere hacer en medio nuestro: echarnos ganas, regalarnos motivos para seguir apostando a la familia, soñando, construyendo, una vida que tenga sabor a hogar y a familia. ¿Le echamos ganas? Así me gusta, gracias.
Y es lo que el Padre Dios siempre ha soñado y por lo que desde los tiempos lejanos el Padre Dios ha peleado. Cuando parecía todo perdido esa tarde en el jardín del Edén, el Padre Dios le echó ganas a esa joven pareja y le dijo que no todo estaba perdido. Y cuando el Pueblo de Israel sentía que no daba más en el camino por el desierto, el Padre Dios le echó ganas con el maná. Y cuando llegó la plenitud de los tiempos, el Padre Dios le echó ganas a la humanidad para siempre y nos mandó a su Hijo.
De la misma manera, todos los que estamos acá hemos hecho experiencia de eso, en muchos momentos y de diferentes formas: el Padre Dios le ha echado ganas a nuestra vida. Podemos preguntarnos: ¿Por qué?
Porque no sabe hacer otra cosa. Nuestro Padre Dios no sabe hacer otra cosa que querernos y de echarnos ganas y echarnos adelante. No sabe hacer otra cosa, porque su nombre es amor, su nombre es donación, su nombre es entrega, su nombre es misericordia. Eso nos lo ha manifestado con toda fuerza y claridad en Jesús, su Hijo, que se la jugó hasta el extremo para volver a hacer posible el Reino de Dios. Un Reino que nos invita a participar de esa nueva lógica, que pone en movimiento una dinámica capaz de abrir los cielos, capaz de abrir nuestros corazones, nuestras mentes, nuestras manos y desafiarnos con nuevos horizontes. Un reino que sabe de familia, que sabe de vida compartida.
En Jesús y con Jesús ese reino es posible. Él es capaz de transformar nuestras miradas, nuestras actitudes, nuestros sentimientos muchas veces aguados en vino de fiesta superficial. Él es capaz de sanar nuestros corazones e invitarnos una y otra vez, setenta veces siete, a volver a empezar. Él es capaz de hacer siempre todas las cosas nuevas.
Manuel, vos me pediste, que rezara por muchos adolescentes que están desanimados y andan por malos pasos. ¿Lo sabemos no? Muchos adolescentes sin ánimo, sin fuerza, sin ganas. Y, como bien dijiste, Manuel, muchas veces esa actitud nace porque se sienten solos, porque no tienen con quién hablar. Piénselo padres, piensen las madres, hablen con sus hijos y sus hijas o están siempre ocupados o apurados. Juegan con sus hijos y sus hijas? Y eso me recordó el testimonio que nos regaló Beatriz. Beatriz, vos dijiste: «La lucha siempre ha sido difícil por la precariedad y la soledad».
Cuántas veces te sentiste señalada, juzgada, esa. Pensemos en toda la gente, todas las mujeres, que pasan por lo que pasó Beatriz. La precariedad, la escasez, el no tener muchas veces lo mínimo nos puede desesperar, nos puede hacer sentir una angustia fuerte ya que no sabemos cómo hacer para seguir adelante y más cuando tenemos hijos a cargo. La precariedad no sólo amenaza el estómago (y eso es ya decir mucho eh), sino que puede amenazar el alma, nos puede desmotivar, sacar fuerza y tentar con caminos o alternativas de aparente solución, pero que al final no solucionan nada. Y vos fuiste valiente Beatriz, gracias. Existe una precariedad que puede ser muy peligrosa, que se nos puede ir colando sin darnos cuenta, es la precariedad que nace de la soledad y el aislamiento. Y el aislamiento siempre es un mal consejero.
Manuel y Beatriz usaron sin darse cuenta la misma expresión, ambos nos muestran cómo muchas veces la mayor tentación a la que nos enfrentamos es «cortarnos solos» y lejos de «echarle ganas»; esa actitud es como una polilla que nos corroyendo el alma, nos va secando el alma.
La forma de combatir esta precariedad y aislamiento, que nos deja vulnerables a tantas aparentes soluciones, como las que Beatriz mencionaba, se tiene que dar a diversos niveles. Una, es por medio de legislaciones que protejan y garanticen los mínimos necesarios para que cada hogar y para que cada persona pueda desarrollarse por medio del estudio y un trabajo digno. Por otro lado, como bien lo resaltaba el testimonio de Humberto y Claudia cuando nos decían que buscaban la manera de transmitir el amor de Dios que habían experimentado en el servicio y en la entrega a los demás. Leyes y compromiso personal son un buen binomio para romper la espiral de la precariedad.
Ustedes se animaron, ustedes rezan, y ustedes van con Jesús, y ustedes están integrados en la vida de la Iglesia. Usaron una linda expresión: comulgamos con el hermano débil, el enfermo, el necesitado, el preso. Gracias, gracias. Hoy en día vemos y vivimos por distintos frentes cómo la familia está siendo debilitada, cómo está siendo cuestionada. Cómo se cree que es un modelo que ya pasó y que ya no tiene espacio en nuestra sociedad y que bajo la pretensión de modernidad, propician cada vez más un modelo basado en el aislamiento.
Y se van inoculando en nuestras sociedades, se dicen sociedades libres, democráticas, soberanas, se van inoculando colonizaciones ideológicas que las destruyen y terminamos siendo colonias de ideologías destructoras de la familia, del núcleo de la familia que es la base de toda sana sociedad. Es cierto, vivir en familia no es siempre es fácil, muchas veces es doloroso y fatigoso, pero creo que se puede aplicar a la familia lo que más de una vez he referido a la Iglesia: prefiero una familia herida, que intenta todos los días conjugar el amor, a una familia y sociedad enferma por el encierro o la comodidad del miedo a amar.
Prefiero una familia que una y otra vez intenta volver a empezar, a una familia y sociedad narcisista y obsesionada por el lujo y el confort. Cuántos chicos tenéis? No, no tenemos porque claro nos gusta salir de vacaciones, ir al turismo, quiero comprarme una quinta, el lujo y el confort y los hijos quedan y cuando quisiste tener uno ya se te pasó la hora. ¡Qué daño que hace eso! Prefiero una familia con rostro cansado por la entrega a familia con rostros maquillados que no han sabido de ternura y compasión.
Prefiero un hombre y una mujer don Aniceto y señora con el rostro arrugado por las luchas de todos los días que después de más de 50 años se siguen queriendo y ahí los tenemos y el hijo aprendió la lección, ya lleva 25 de casado. Esas son las familias, Cuando le pregunté recién a Don Aniceto y señora quién tuvo más paciencia en estos más de 50 años, los dos padre. Porque en la familia para llegar a lo que ellos llegaron hay que tener paciencia, amor, hay que saber perdonarse padre una familia perfecta nunca discute. Mentira, es conveniente que de vez en cuando discutan y que vuele algún plato, está bien. No le tengan miedo. El único consejo es que no terminen el día sin hacer las paces porque si terminan el día en guerra van a amanecer ya en guerra fría y la guerra fría es muy peligrosa en la familia porque va socavando desde abajo. Las arrugas de la fidelidad conyugal. Gracias por el testimonio de quererse por más de 50 años, muchas gracias. Y hablando de arrugas para cambiar un poco el tema, recuerdo el testimonio de una gran actriz, actriz de cine, latinoamericana. Cuando ya casi sesentona comenzaba a mostrarse las arrugas de la cara y le aconsejaron un arreglito para poder seguir trabajando bien. Su respuesta fue muy clara: estas arrugas me costaron mucho trabajo, mucho esfuerzo, muchos dolor y una vida plena. Ni soñando las quiero tocar, son las huellas de mi historia y siguió siendo una gran actriz. En el matrimonio pasa lo mismo. La vida matrimonial tienen que renovarse todos los días. Como dije antes prefiero familias arrugadas, con heridas, con cicatrices, pero que siguen andando, porque esas heridas, esas cicatrices, esas arrugas son fruto de la fidelidad de un amor que no siempre fue fácil. El amor no es fácil, no, pero es lo más lindo que un hombre y una mujer se pueden dar entre sí, el verdadero amor, para toda la vida. Me han pedido que rezara por ustedes y quiero empezar a hacerlo ahora mismo, con ustedes. Ustedes queridos mexicanos tienen un plus, corren con ventaja. Tienen a la Madre: la Guadalupana quiso visitar estas tierras y esto nos da la certeza de tener su intercesión para que este sueño llamado familia no se pierda por la precariedad y la soledad. Ella es Madre y está siempre dispuesta a defender nuestras familias, a defender nuestro futuro; está siempre dispuesta a «echarle ganas» dándonos a su Hijo. Por eso, los invito como están, sin moverse mucho, a tomarse de las manos y decir junto a Ella: Dios te salve María…Y no nos olvidemos de San José, calladito, trabajador pero siempre al frente, siempre cuidando la familia. Gracias. Que Dios los bendiga y recen por mí.


La muchacha enferma de cáncer que con el Ave María ha hecho llorar al Papa

Histórico encuentro del Papa con el Patriarca de Moscú y de toda Rusia

DIÁLOGO DEL PAPA CON LOS PERIODISTAS EN EL VUELO DE REGRESO DE MÉXICO


(RV).- Como ya es tradicional, el Papa Francisco ofreció una rueda de prensa a los periodistas que lo acompañaron en su 12° Viaje Apostólico a México en el vuelo de regreso a Roma. Entre los temas tratados se habló de la devoción del pueblo mexicano a la Virgen de Guadalupe, los problemas sociales que afectan a este país, como el narcotráfico, la migración, la situación de las personas desaparecidas y la violencia; el encuentro con el querido hermano Kiril y los agradecimientos al organizador de los viajes pontificios desde los tiempos de Juan Pablo II, el Doctor Alberto Gasbarri, que con este Viaje concluye su servicio a la Sede Apostólica.
María Eugenia Jiménez de “Milenio”
Santo Padre, en México hay miles de desaparecidos, pero el caso de los 43 de Ayotzinapa es un caso emblemático. Quisiera preguntarle por qué no se reunió con los familiares de ellos y también un mensaje para los familiares de los miles de desaparecidos.
Papa Francisco:
Atentamente, si usted lee los mensajes, hacía referencia continuamente a los asesinatos, a las muertes, a las vidas cobradas por todas estas bandas de narcotráfico y traficantes de personas. O sea que de ese problema hablé como una de las llagas que está sufriendo México, ¿no?  Hubo algún intento de personas, de recibir, y eran muchos grupos, incluso contrapuestos entre ellos, con luchas internas. Entonces yo preferí decir que en la misa los iba a ver a todos, en la Misa de Juárez si preferían o en alguna otra, pero me abría a esa disponibilidad. Era prácticamente imposible recibir a todos los grupos que, por otro lado, también estaban enfrentados entre ellos. Es una situación que es difícil de comprender para mí, por supuesto, que soy extranjero, ¿verdad? Pero creo que incluso la sociedad mexicana es víctima de todo esto, de los crímenes, de limpiar gente, de descartar gente. Hablé en cuanto discurso pude y usted lo va a poder constatar allí. Es un dolor que me llevo muy grande, porque este pueblo no se merece un drama como este. 
Javier Solórzano de “Canal 11”:
Muchas gracias. Papa Francisco, muchas gracias. El tema de la pederastia, como bien lo sabe, en México tiene raíces muy peligrosas, muy dolorosas. El caso del padre Maciel dejó herencias fuertes sobre todo con las víctimas. Las víctimas se siguen sintiendo desprotegidas de la Iglesia, muchos de ellos siguen siendo hombres de fe, algunos incluso han seguido el sacerdocio. Le pregunto: ¿Qué piensa de este tema? ¿En algún momento ha pensado reunirse con las víctimas? Y en general, de esta idea de que los sacerdotes cuando llegan a ser detectados de algunos casos de ésta naturaleza lo que se hace es cambiarlos, nada más, de parroquia. ¿Cómo ve este asunto? Y muchas gracias.
Papa Francesco:
Bueno, empiezo lo segundo. Un obispo que cambia un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia, ¿clarito? Segundo, para atrás, caso Maciel. Y aquí me permito rendir un homenaje al hombre que luchó en un momento que no tenía fuerza para imponerse, hasta que logró imponer: Ratzinger. El cardenal Ratzinger -un aplauso para él- es un hombre que tuvo toda la documentación. Siendo Prefecto de la Congragación para la Doctrina de la Fe tuvo todo en su mano, hizo las investigaciones y llegó, y llegó, y llegó, y llegó, y no pudo ir más allá en la ejecución. Pero si ustedes se acuerdan, 10 días antes de morir San Juan Pablo II, aquel Vía Crucis del Viernes Santo, le dijo a toda la Iglesia, que había que limpiar las porquerías de la Iglesia, le “sporcizie”. Y en la Misa Pro Eligendo Pontifice – no es tonto, él sabía que era un candidato- no le importó maquillar su postura, dijo exactamente lo mismo. O sea, fue el valiente que ayudó a tantos a abrir esta puerta. Así que lo quiero recordar, porque a veces nos olvidamos de estos trabajos escondidos que fueron los que prepararon los cimientos para destapar la olla. Tercero, estamos trabajando bastante. Con el cardenal Secretario de Estado, charlando, y también con el equipo de los nueve cardenales consejeros, después de escuchar, decidí nombrar un tercer Secretario adjunto en la Doctrina de la Fe para que se encargue solamente de estos casos, porque la Congregación no da abasto con todos los que tiene, entonces que sepa dirigir para eso. Además, se constituyó el Tribunal de Apelación, presidido por monseñor Scicluna, que está llevando los casos de segunda instancia. Es decir, cuando hay recursos, porque el primer recurso lo hace la “Feria cuarta” -le llamamos-, se reúne los miércoles, de la Doctrina de la Fe. Cuando hay un recurso vuelve a la primera instancia, y eso no es justo. Entonces, el segundo recurso, con ya un perfil también legal, con abogado defensor. Pero hay que apurar porque nos tenemos bastante atrasados en los casos porque van apareciendo casos. Tercero, otra cosa que está trabajando muy bien es la Comisión para tutela de menores. No es estrictamente cerrada en los casos de pedofilia pero si de tutela de menores. Ahí yo me reuní, una mañana entera, con seis de ellos -dos alemanes, dos irlandeses y dos ingleses, varones y mujeres, abusados, víctimas- y también me reuní con víctimas en Filadelfia. Ahí también tuve, una mañana, una reunión con las víctimas. O sea, que se va trabajando. Pero yo doy gracias a Dios que se haya destapado esta olla, y hay que seguir destapándola y tomar conciencia. Y lo último, quiero decir que es una monstruosidad, porque un sacerdote está consagrado para llevar a un niño a Dios, y ahí se lo come en un sacrificio diabólico, lo destruye. Bueno, lo de Maciel, volviendo a la Congregación, toda una intervención se hizo, y hoy día la Congregación, el gobierno de la Congregación está semi intervenido, o sea, el Superior General es elegido por el Consejo, por el Capítulo General, pero el Vicario lo elige el Papa. Dos consejeros generales los elige el Capitulo General y otros dos los elige el Papa, de tal manera que así vamos ayudando a revisar cuentas antiguas.
Phil Pulella de ‘Reuters’:
La pregunta es sobre los problemas de los migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos, que son tema también de campaña política y electoral, como algunas declaraciones del candidato republicano Donald Trump.
Papa Francisco:
Gracias a Dios ha dicho que soy político, porque Aristóteles define a la persona humana como ‘animal politicus’. Yo por lo menos soy una persona humana ¿eh?... Y que soy una ‘ficha en un tablero’ un instrumento… quizá… no sé… lo  dejo al juicio de ustedes, de la gente… Y, además, una persona que piensa solo en construir muros, sea donde sea, en no construir puentes… no es cristiana. Esto no está en el Evangelio. Sobre lo que se me pregunta, acerca de qué aconsejaría yo si votar o no votar: no me meto. Solamente digo: este hombre no es cristiano, si dice eso. Hay que ver si él ha dicho esas cosas ¿no? Y por ello concedo el beneficio de la duda.
Luego el Papa respondió al periodista de France Presse, Jean-Louis de la Vaissière:
El encuentro con el Patriarca ruso Kirill y la firma de una Declaración conjunta ha sido saludada por el mundo entero como un paso histórico. Pero ahora, ya hoy en Ucrania los greco-católicos se sienten traicionados y hablan de un “documento político”, de apoyo a la política rusa. En el campo, la guerra de las palabras se ha encendido de nuevo. ¿Usted piensa que puede ir a Moscú? ¿Fue invitado por el Patriarca? ¿Piensa ir quizás a Creta para saludar al Concilio Pan-ortodoxo en primavera?
Papa Francisco:
Comienzo por el final. Estaré presente, espiritualmente y con un mensaje: me gustaría ir a saludarlos, son hermanos, pero debo respetarlos. Pero sé que ellos quieren invitar observadores católicos y esto es un buen puente. Pero detrás de los observadores católicos estaré yo, rezando con los mejores deseos para que los ortodoxos sigan vayan adelante, adelante, porque son hermanos y sus obispos son obispos como nosotros. Y después…Kirill. Mi hermano. Nos besamos, abrazamos y luego tuvimos un coloquio de una hora. ¡Dos horas! Más de una hora… la vejez no viene sola ¿eh? Dos horas en las cuales hemos hablado como hermanos: sinceramente y nadie lo sabe de qué hemos hablado, solamente aquello que dijimos al final, públicamente, sobre qué sentimos al hablar.
Tercero: este artículo, aquellas declaraciones en Ucrania. Cuando dije esto estuve un poco preocupado, porque era más Svjatoslav Ševčuk que dijo que el pueblo ucranio o algunos ucranios o tantos ucranios se sienten profundamente desilusionados y traicionados. En primer lugar, yo conozco bien a Svjatoslav: en Buenos Aires, por cuatro años trabajamos juntos. Cuando él fue elegido – tenía 42 años ¿eh? Un buen hombre – fue elegido obispo mayor, volvió a Buenos Aires a buscar sus cosas. Vino a visitarme y me regaló un icono, pequeño así, de la Virgen de la Ternura y me dijo: “esta imagen me ha acompañado por toda la vida: quiero dejarla a ti, que me has acompañado en estos cuatro años”. Es una de las pocas cosas que me hice traer de Buenos Aires y la tengo en el escritorio. Es decir, es un hombre por el cual tengo respeto y familiaridad, nos damos del “tu” y así…
Segundo: por esto me pareció un poco extraño. Y me acordé de una cosa que dije aquí, a ustedes: para entender una noticia, una declaración, es necesario buscar la hermenéutica de todo. Pero, ¿cuándo dijiste esto? Fue dicho en una declaración del 14 de febrero pasado, el domingo, el domingo pasado. Una entrevista que hizo, un padre, tomada por el padre, no recuerdo… un sacerdote ucranio. En Ucrania, tomada y publicada. Aquella noticia, la entrevista es de una página, dos o un poco más, más o menos. Aquella noticia está en el tercer último párrafo, así pequeño. Leí la entrevista, y diré esto: Ševčuk es la parte dogmática, se declara hijo de la Iglesia, en comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia. Habla del Papa, de la cercanía al Papa y de él, de su fe, ¿no? Y de la fe también del pueblo ortodoxo allí: en la parte dogmática, ninguna dificultad, es ortodoxa en el buen sentido de la palabra, es decir Doctrina Católica, ¿no? Luego, como en toda entrevista – ésta, por ejemplo – cada uno tiene el derecho de decir sus cosas, y esto no lo hizo sobre el encuentro, porque del encuentro dice: “Es una cosa buena y tenemos que seguir adelante”.  En este segundo capítulo, las ideas personales que una persona tiene. Por ejemplo, esto que yo he dicho sobre los  obispos que trasladan a los sacerdotes pederastas, lo mejor que pueden hacer es dimitir, es una cosa… no es dogmática, pero es lo que yo pienso. Y así él tiene sus ideas personales que son para dialogar, y tiene derecho a tenerlas. Todo lo que dice él está en el documento: este es el problema. Sobre el hecho del encuentro… “pero, éste es el Señor, el Espíritu que va adelante, el abrazo… ”: Todo va bien. ¿El Documento? Es un documento discutible, y tiene un añadido más: que Ucrania está en un momento de guerra, de sufrimiento, con tantas interpretaciones. Yo he nombrado al pueblo ucraniano pidiendo oraciones y cercanía tantas veces, ya sea en los Ángelus o en las Audiencias del miércoles.  Pero el hecho histórico de una guerra vivida como… cada uno tiene su idea, cómo es esta guerra, quién la ha iniciado, cómo se hace, cómo no se hace… Es evidente que éste es un problema histórico, pero también un problema personal (vivencial, existencial)  de aquel país, y habla del sufrimiento. Y allí, yo inserto este parágrafo: se comprende que los fieles… porque Svjatoslav dice: “Tantos fieles me han llamado o escrito diciendo que están profundamente decepcionados o que se sienten traicionados por Roma”: se entiende que un pueblo en aquella situación sienta esto, ¿no? Pero, el Documento es opinable sobre esta cuestión de Ucrania, pero allí se dice que se detenga la guerra y que se vaya a acuerdos; también yo personalmente he dicho que los Acuerdos de Minsk vayan adelante, y que no se borre con el codo lo que se ha escrito con las manos, ¡eh!
La Iglesia de Roma, el Papa ha dicho siempre: “Busquen la paz”. He recibido a ambos presidentes. Paridad, ¿no? Y por esto, cuando usted dice que ha oído esto de su pueblo, yo lo entiendo: lo entiendo. Pero no es “la” noticia. “La noticia” es todo. Si ustedes leen toda la entrevista, ven que hay cosas dogmáticas serias, que permanecen, hay un deseo de unidad, de ir adelante, ecuménico – él es un hombre ecuménico… Hay algunas opiniones… Él me ha escrito, cuando se supo del viaje, del encuentro, pero como un hermano, dando sus opiniones de hermano…
A mí no me desagrada el Documento, así; no me desagrada en el sentido de que debemos respetar las cosas, que cada uno tiene la libertad de pensar en aquella situación tan difícil. Y desde Roma… ahora el Nuncio está en la frontera donde se combate, ayudando a los soldados, a los heridos; la Iglesia de Roma ha enviado tanta ayuda, tanta ayuda allí; y siempre paz, acuerdos, que se respete el Acuerdo de Minsk… y así. Este es el conjunto. Pero no asustarse con aquella frase: ésta es una lección, que a una noticia se la debe interpretar con la hermenéutica del todo, no de la parte.
Carlo Marroni de ‘Il sole 24 ore’:
La pregunta es sobre la familia y la ley que se debate en el parlamento italiano sobre las uniones civiles, adopciones y derechos de los niños, con repercusiones también en la sociedad y entre los católicos.
Papa Francisco:
Ante todo, yo no sé cómo están las cosas en el Parlamento italiano… El Papa no se mete en la política italiana. En la primera reunión que mantuve con los obispos, en mayo de 2013, una de las tres cosas que dije fue: «Con el gobierno italiano, arréglenselas ustedes». Porque el Papa es para todos y no puede meterse en política concreta, interna de un país: éste no es el papel del Papa ¿no? Y lo que pienso yo es lo que piensa la Iglesia y ha dicho en tantas ocasiones… porque éste no es el primer país que vive esta experiencia: son tantos. Yo pienso lo que la Iglesia ha dicho siempre.
¿El Patriarca Kirill lo ha invitado a ir Moscú?
Papa Francisco:
El Patriarca Kirill… yo preferiría… porque si digo una cosa debo decir otra y otra y otra: preferiría que aquello de lo que hemos hablado nosotros, solos, sea sólo lo que hemos dicho en público. Este es un dato. Y si digo esto, debería decir más… ¡no! Lo que yo he dicho en público, lo que él ha dicho en público, esto es lo que se pude decir del coloquio privado. De lo contrario no sería privado. Pero puedo decirle: yo he salido feliz. Y también él. 
La corresponsal de la cadena COPE, de España, Paloma García Ovejero preguntó al Santo Padre sobre la actual preocupación que hay en el mundo por el virus del Zika, sobre todo por el riesgo que corren las mujeres embarazadas. Algunas autoridades han propuesto el aborto. La periodista pregunta “En este caso, ¿la Iglesia puede tomar en consideración el concepto de “mal menor”?
Papa Francisco:
El aborto no es un “mal menor”. Es un crimen. Es eliminar a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia, ¿eh? Es un crimen. Es un mal absoluto. Sobre “mal menor”: evitar el embarazo es–hablamos en los términos de conflicto entre el quinto y el sexto Mandamiento. Pablo VI, ¡el Grande!, en una situación difícil, en África, permitió a las religiosas usar los anticonceptivos por casos de violencia. No confundir el mal de evitar el embarazo, con el aborto. El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se mata a una persona para salvar a otra – en el mejor de los casos. O para pasarla bien, ¿no? Está en contra del Juramento Hipocrático que los médicos deben hacer. Es un mal en sí mismo, pero no es un mal religioso, al inicio: no, es un mal humano. Luego, evidentemente, como es un mal humano –como cada asesinato- es condenado. En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto: en ciertos casos, como es éste, como en aquel que he mencionado del Beato Pablo VI, estaba claro. También yo exhortaría a los médicos que hagan de todo por encontrar las vacunas contra estos dos mosquitos que traen este mal: sobre esto hay que trabajar….Gracias
La periodista Ludwig Ring-Eifel, de la agencia alemana KNA pregunta al Papa Francisco: Santidad, en pocas semanas Usted recibirá el Premio Carlo Magno, uno de los premios más prestigiosos de la Comunidad Europea. También Su predecesor, San Juan Pablo II, recibió este premio, que era tan importante para él. Y le importaba mucho también la unidad europea, que ahora parece que está yendo a trozos, antes con la crisis del euro y ahora con la crisis de los refugiados. ¿Usted a lo mejor tiene una palabra para nosotros en esta situación de la crisis europea?
Papa Francisco:
Primero sobre el Premio Carlo Magno. Yo tenía la costumbre de no aceptar condecoraciones o doctorados, pero desde siempre: no por humildad, sino porque no me gustan, estas cosas. Un poco de locura es bueno tenerla, y no me gusta. Pero en este caso, no digo “forzado”, pero “convencido” con la santa y teológica  testarudez del cardenal Kasper, que ha sido elegido (ríe) desde Aachen para convencerme. Y yo he dicho: “Sí, pero en el Vaticano”. Y… he dicho esto; lo ofrezco por Europa: que sea una condecoración, un premio para que Europa pueda hacer aquello que yo he deseado en Estrasburgo: más fácil que no sea la “abuela Europa”, pero la “mamá Europa”.
Segundo. El otro día, leyendo las noticias sobre esta crisis y esto: yo leo poco, yo sólo hojeo un periódico – no digo el nombre para no crear celos, pero se sabe…. (Ríe) – lo veo 15 minutos, y luego me hago informar de la Secretaria de Estado… Una palabra que me ha gustado, y me ha gustado –no se quien la aprueba y quien no- “la refundación de la Unión Europea”. Y yo he pensado en los grandes Padres, ¿eh?
Pero hoy ¿dónde están un Schuman, un Adenauer? Y estos grandes, que después de la guerra han “fundado” la Unión Europea… Y me gusta, esta idea de la refundación: ¡a lo mejor se podría hacer! Porque Europa, no diría que es “única”, pero tiene una fuerza, una cultura, una historia que no se puede desperdiciar, y tenemos que hacer de todo para que la Unión Europea tenga la fuerza y también la inspiración de hacernos andar hacia delante. No sé, esto es lo que pienso.
Anne Thompson, “Nbc News”
Gracias, padre Lombardi. Matteo me ayudará… Santo Padre, durante este viaje usted ha hablado mucho de familia y del Año de la Misericordia. Algunos se preguntan, cómo una Iglesia que sostiene ser “misericordiosa” pueda perdonar con más facilidad a un asesino que a uno que se divorcia y se vuelve a casar…
Papa Francisco:
¡Me gusta la pregunta! Sobre la familia, han hablado dos Sínodos y el Papa ha hablado todo el año en las catequesis de los miércoles. Y la pregunta es verdadera, me gusta, porque usted la ha formulado plásticamente bien, ¿eh? En el documento post-sinodal que saldrá – quizás antes de Pascua – se retoma todo aquello que el Sínodo – en uno de los capítulos, porque tiene muchos – ha dicho sobre los conflictos o sobre las familias heridas, y la pastoral de las familias heridas…   Es una de las preocupaciones. Como lo es también la preparación al matrimonio. Piense que para hacerse sacerdote se necesitan ocho años de estudio, de preparación, y después, después de un cierto tiempo, si sientes que no puedes, pides la dispensa, te vas, y todo termina ahí. En cambio, para recibir un sacramento que es para toda la vida ¡bastan tres-cuatro charlas! …  La preparación al matrimonio es muy importante: es muy, muy importante porque creo que sea una cosa que la Iglesia, en la pastoral común – al menos en mi país, en Sudamérica – no ha evaluado tanto. Por ejemplo – ahora no mucho, pero hace algunos años – en mi patria, existía la costumbre de… se llamaba “casamiento de apuro”: casarse rápidamente porque viene un niño. Y para cubrir socialmente el honor de la familia… Así, no eran libres, y tantas veces estos matrimonios son nulos. Y yo, como obispo, he prohibido a los curas hacer esto, cuando era el caso… el niño ¡que venga!  Que sigan siendo novios, y cuando se sientan listos para afrontarlo durante toda la vida, que vayan adelante. Pero hay una falta del matrimonio. Luego, otro capítulo muy interesante: la educación de los hijos. Las víctimas de los problemas de la familia son los hijos: los hijos. Pero también víctimas de los problemas de la familia que ni el marido ni la esposa quieren: por ejemplo, la necesidad de trabajo. Cuando el papá no tiene tiempo libre para hablar con los hijos, cuando la mamá no tiene tiempo libre para hablar con los hijos …  Cuando yo confieso a una pareja que tiene hijos, un matrimonio, pregunto: “¿cuántos hijos tienen?”. Y algunos se asustan porque dicen: “el cura me preguntará por qué no tengo más…”. Entonces yo agrego: “le haré una segunda pregunta: ¿usted juega con sus hijos?”, y la mayoría – ¡casi todos! – dicen: “pero, Padre, no tengo tiempo: trabajo todo el día”. Y los hijos son víctimas de un problema social que hiere a la familia. Es un problema… me gusta su pregunta. Y una tercera cosa interesante, en el encuentro con las familias en Morelia – no: ¿fue en Morelia? No… en Tuxtla, en Tuxtla – había una pareja de vueltos a casar en segunda unión, integrados en la pastoral de la Iglesia… Y la palabra-clave que usó el Sínodo – y yo retomaré – es “integrar en la vida de la Iglesia a las familias heridas, a las familias de los vueltos a casar”, y todo esto. Pero no olvidarse de que los niños están al centro, ¿eh? Son las primeras víctimas, ya sea de las heridas que de las condiciones de pobreza, de trabajo, de todo esto…
¿Significa que podrán recibir la comunión?
Esta es una cosa... Integrar en la Iglesia no significa “recibir la comunión”, porque conozco católicos vueltos a casar que van a la iglesia una vez al año, dos veces: “¡Pero, quiero hacer la comunión!”, como si la comunión fuese una condecoración, ¿no? Un trabajo de integración…   todas las puertas están abiertas. Pero no se puede decir, solamente hasta aquí, “pueden hacer la comunión”. Esta sería también una herida a los matrimonios, a la pareja, porque no los hará cumplir aquel camino de integración. Y estos dos ¡eran felices! Y han utilizado una expresión muy hermosa: “Nosotros no hacemos la comunión eucarística, pero hacemos comunión en la visita al hospital, en esto, en aquello…”. Su integración está ahí. Si hay algo más, el Señor dirá, pero… es un camino…
Gracias.
De nada. Muy amable…
Antone-Marie Izoard de “Imedia”:
La pregunta es sobre las actividades del Papa y sobre el “intenso” intercambio epistolar entre Juan Pablo II y la filósofa americana Anna Tymieniecka, y si es posible que un Papa pueda tener una relación de este tipo con una mujer. Si el Papa Francisco ha tenido o tiene una experiencia como esta.
Papa Francisco:
Esto lo conocía, esta relación de amistad, entre San Juan Pablo II, y esta filosofa, cuando estaba en Buenos Aires: una cosa que se sabía, también los libros de ella son conocidos, y Juan Pablo II era un hombre inquieto … Además, yo diría que un hombre que no sabe tener una buena relación de amistad con una mujer – no hablo de los misóginos: estos son enfermos – es un hombre que le falta algo. Y yo, por experiencia propia, también, cuando pido un consejo, pido a un colaborador, a un amigo, un hombre, pero también me gusta escuchar el parecer de una mujer: ¡te dan tanta riqueza! Miran las cosas de otro modo. A mí me gusta decir que la mujer es aquella que construye la vida en el vientre y tiene – ¿pero esto es una comparación que hago yo? – y tiene este carisma de darte cosas para construir. Una amistad con una mujer no es un pecado: una amistad. Una relación amorosa con una mujer que no sea tu mujer, es un pecado. El Papa es un hombre, el Papa tiene necesidad también del pensamiento de las mujeres. Y también el Papa tiene un corazón que puede tener una amistad sana, santa con una mujer. Existen santos amigos – Francisco, Clara, teresa, Juan de la Cruz … No se asusten … Pero, las mujeres no son todavía un poco … bien consideradas, no totalmente … no hemos entendido el bien que una mujer puede hacer en la vida del sacerdote y de la Iglesia, en un sentido de consejo, de ayuda, de sana amistad. Gracias.
Franca Giansoldati de “Il Messaggero”:
La pregunta es sobre la ley italiana, de la unión entre personas del mismo sexo. Y sobre el documento de la Congregación de Doctrina de la fe del 2003.
Papa Francisco:
Sobre esto, ha ido Mons. Ayuso al Cairo, la semana pasada, para encontrar al segundo del Imam y también al Imam. Mons. Ayuso es secretario del cardenal Tauran, del Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso. Yo quiero encontrarlo, sé que a él le gustaría, y estamos buscando el modo: siempre por medio del Cardenal Tauran, porque este es el camino, ¿no? Pero, lo lograremos. Sobre el primer argumento: yo no recuerdo bien este documento del 2003 de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Pero un parlamentario católico debe votar según la propia conciencia bien formada: esto, diría solamente esto. Creo que sea suficiente, porque… y digo “bien formada”, porque no es la conciencia aquello que me parece… yo recuerdo cuando fue discutido el matrimonio de las personas del mismo sexo en Buenos Aíres, que estaban ahí, igualados en los votos, y al final uno dijo, que había aconsejado al otro: “Pero tú ves claro? – No – ni siquiera yo – vámonos – si nos vamos, no alcanzaran la mayoría. Y el otro dijo: “Pero si alcanzamos la mayoría, damos el voto a la Kirchner”, y el otro: “Pero, prefiero darlo a la Kirchner y no a Bergoglio”… y adelante… Esta no es una conciencia formada ¿eh? Y sobre las personas del mismo sexo, repito aquello que he dicho en el viaje de Río de Janeiro que está en el catecismo de la Iglesia Católica.
Javier Martínez Brocal, “Rome Reports”
Santo Padre, muchas gracias por este viaje a México, ha sido un honor acompañarlo y ver lo que hemos visto. Paso al italiano: todavía no hemos vuelto a Roma y ya estamos pensando en futuros viajes, en hacer de nuevo las valijas. Santo Padre, ¿Cuándo viajará a la Argentina, donde lo esperan desde hace mucho tiempo, y cuándo volverá a América Latina, o irá a China? También, una broma: usted, durante este viaje, nos habló muchas veces de “soñar”. Usted, ¿qué sueña? Y, sobre todo, ¿cuál es su pesadilla?
Papa Francisco:
La China,... (Risas). Ir allí: ¡me gusta mucho! Y quiero decir una cosa, una cosa justa, sobre el pueblo mexicano. Es un pueblo de una riqueza, de una riqueza tan grande, es un pueblo que sorprende, ¡tiene una cultura! Tiene una cultura milenaria. ¿Ustedes saben que hoy, en México se hablan sesenta y cinco idiomas, contando aquellos indígenas? ¡Sesenta y cinco! Es un pueblo de gran fe, también ha sufrido persecuciones religiosas, hay mártires - ahora canonizaré dos, dos o tres. Es un pueblo, no se lo puede explicar: es un pueblo que simplemente no se puede explicar porque la palabra "pueblo" no es una categoría lógica, es una categoría mítica. Y el pueblo mexicano... no se puede explicar esta riqueza, esta historia, esta alegría, esta capacidad de fiesta, y estas tragedias sobre las que ustedes han preguntado.
No puedo decir otra cosa, que esta unidad, también que este pueblo haya logrado no fallar, a no terminarse con tantas guerras y cosas... ¡y las cosas que suceden ahora! Allí, en Ciudad Juárez, hubo un pacto de doce horas de paz por mi visita, después continuarán a luchar entre sí, los traficantes. Un pueblo que aún tiene esta vitalidad, sólo se explica por Guadalupe. Y yo los invito a estudiar seriamente el hecho de Guadalupe. La Virgen está allí. No encuentro otra explicación. Sería bueno que ustedes, como periodistas, hay algunos buenos libros que explican, que explican también la pintura, cómo es, lo que significa... Y así se podrá entender un poco este pueblo tan grande, tan bello.
Padre Lombardi
Gracias, Santidad. Entonces, hemos terminado con la serie de preguntas previstas. Estaba la señora Pigozzi que quería decirnos algo, no sé bien qué cosa, ahora le damos el micrófono; y luego, después tenemos todavía una pequeña "cola", que se refiere a una circunstancia que todos sabemos.
Caroline Pigozzi di “Paris Match”
Sí, Santo Padre, buenas tardes. Dos cosas. Quería saber lo que le pidió  a la Guadalupe, porque se quedó mucho tiempo rezando en la iglesia a la Guadalupe; después, la segunda cosa, ¿usted sueña en italiano o en español?
Papa Francisco:
Y, diré que sueño en esperanto... (Ríe) No sé cómo responder a esto, realmente. A veces sí, recuerdo algún sueño en otro idioma, pero soñar en idiomas no, pero con figuras, sí. Eh, mi psicología es así. Con palabras sueño poco ¿no? ¿Y la primera era?
Caroline Pigozzi
La primera pregunta, Santidad, usted estuvo mucho tiempo rezando a la Virgen...
Papa Francisco:
Pedí por el mundo, por la paz, por muchas cosas. ¡La pobrecilla terminó con la cabeza así! He pedido perdón, he pedido que la Iglesia crezca sana, pedí por el pueblo mexicano. También una cosa que pedí tanto es que los sacerdotes sean verdaderos sacerdotes y las monjas, verdaderas monjas y los obispos, verdaderos obispos: como el Señor nos quiere. Esto lo pedí mucho, ¿no? Y después, las cosas que un hijo le dice a la Mamá son un poco secretas... Gracias, Carolina…
Padre Lombardi
Entonces, como sabemos, este es el último viaje de Alberto Gasbarri, que está aquí cerca, y que todos conocemos muy bien y a quien estamos muy agradecidos por el servicio que ha cumplido en todos estos viajes. Entonces, ahora también nuestros colegas querían decir unas palabras a Alberto, y también hacerle un pequeño homenaje. Tenemos nuestra decana que habla... dado que usted hizo todas estas atenciones a las mujeres, nosotros tratamos de adecuarnos.
Decana
Vamos a tratar de tener una buena relación... En serio, me gusta mucho bromear, usted lo sabe. Sin embargo, en este momento no puedo, porque me entristece mucho la idea de que en el próximo viaje no esté Alberto, y no me sale ninguna broma: porque es una de esas personas que es imposible pensar no ver a su lado, en los próximos meses. La primera vez que lo vi, fue hace 37 años, tenía más cabello, era un poco más delgado, pero era exactamente la misma persona. Yo lo llamaría "el señor de los cielos", es la expresión que me viene. Es un caballero de otra época, no sólo por el traje y su vestir impecable, sino que hemos pasado muchísimas cosas. Él ha estado al servicio - como decimos en la Iglesia - de tres Papas; hubo muchos momentos difíciles, aterrizajes de emergencia, países en lucha... Nunca lo vi levantar la ceja, ni una palabra más, nunca un momento de nerviosismo, nunca descortés con nadie. En verdad, un caballero. Es como un sastre: un gran sastre que le cosió a medida para tres Papas diferentes los viajes, hechos a medidas para los tres Papas.
En los inicios de Juan Pablo II, creo que cuando comenzó a colaborar con el padre Tucci después de la salida de Mons. Marcinkus, creo que Mons. Marcinkus le dijo: "Mira, este es polaco, es un cabeza dura y las verás de todos los colores". Y creo que fue así al principio. Al final de su pontificado - es cierto... - era un poco como un hijo: no sólo organizaba los viajes sino que estaba cerca de un hombre que cada día más tenía limitaciones físicas y él se inventó de todo - trono móvil, la plataforma móvil - y veíamos con qué sentimiento, con qué angustia a veces, estaba cerca de él atento a que no cayese, que estuviera bien. Luego llegó el Papa Benedicto: él, hasta ese momento era el "número dos", digamos; en 2005, el Papa Benedicto lo nombró "número uno" y creo - no sé si me equivoco - y creo que, ¿tal vez fueron los ocho años más tranquilos, más simples? Porque creo que el Papa Benedicto era más manso, más ordenado, no saltaba de un minuto el protocolo, seguía todo lo que Alberto le decía, era más "dócil", por así decirlo. (Risas)
Y luego... llegó un huracán, y creo que Alberto haya tenido que hacer otro traje y decir: "Oh Dios, me parece que también este es una cabeza dura", pienso. Y de todos modos, creo que han llegado de nuevo a tener una bellísima relación: hemos hecho todos estos viajes, todos, con Juan Pablo II, con Benedicto, con usted, verdaderamente a medida para cada uno de ustedes porque finalmente - como usted lo dijo - cada Papa es un hombre: tiene sus gustos, sus ritmos, sus propias prioridades y creo que él ha sabido interpretar a los tres en el mejor de los modos y siempre con una gentileza, una calma, una educación y una eficiencia verdaderamente extraordinarias. Así que verdaderamente me da mucha tristeza que en próximo viaje tú no estés.
Padre Lombardi
Bien: ¿quieren explicar los dones que le hacen a Alberto?
En primer lugar, Cindy tiene un regalo, se trata de un regalo serio... Así que vamos a dejar las cosas serias para el final. En cambio yo quería... yo no  puedo dar a Alberto las llaves de San Pedro, tal vez usted puede hacerlo; pero, yo se lo doy a usted y usted a Alberto, el llavero de San Pedro: es un avión pequeño, así (...) siempre, y después hemos pensado que aquí estamos a bordo de un avión de Aeroméxico, pero si, ha pasado media vida con Alitalia, y como después tendrá un montón de tiempo para jugar, le compramos un juguete: y esta es la parte bromista. Y ella tiene la parte seria.
Cindy
Gracias Santidad. Tomamos algunas imágenes de Ebu, de Giancarlo Giuliani, de Associated Press, de "L'Osservatore Romano" y de Paul Haring... Un poco, se puede decir que hizo el photobombing de los momentos más históricos: hay un Papa, un presidente - Alberto. Esperamos que le guste...
Dr. Gasbarri
¿Puedo, Padre Santo?
Papa Francisco
Una sola palabra: también yo repito lo que dije al principio: muchas gracias. Él me dio buenos consejos. Solamente tiene un defecto: que no sabe calcular bien los kilómetros...
Dr. Gasbarri
Gracias, Santo Padre, gracias a todos los colegas. Estoy emocionado por este momento. Naturalmente, agradezco al Papa Francisco por su confianza y su paciencia. Les cuento una pequeña anécdota. En noviembre estábamos en África, Bangui, y el Santo Padre tenía que reunirse con los obispos, y yo en cambio veo que entra en la capilla donde no estaban los obispos. Digo: "Pero, Padre Santo, debe encontrarse con los obispos...". Y él me responde: "Voy a la capilla para rezarle a la Virgen que me dé paciencia para soportar a Gasbarri". Aquí está. (Risas) Ahora lo he liberado de una intención de oración... (risas) Gracias, Santo Padre; gracias por todo. Naturalmente, mi pensamiento de agradecimiento va al Papa Benedicto con quien tengo todavía una relación de afecto y devoción, y por supuesto a San Juan Pablo II, a quien he dado 27 años, los mejores de mi vida - ¡era joven! – y estoy muy afeccionado a él. El último agradecimiento es para el Cardenal Tucci, a quien yo llamo todavía "padre", porque para mí fue un padre.
Padre Lombardi
Y ahora, me dicen que está lista una torta, como se usa en estas bellas situaciones. Aquí está.
Papa Francisco:
Buen viaje. Muchas gracias por su trabajo y recen por mí. Y sepan que yo estoy a su disposición. Y jueguen con sus hijos…




15 de febrero de 2016

HOMILÍA DEL PAPA EN CHIAPAS: VENCER LA INJUSTICIA CON LA SOLIDARIDAD


Texto y audio de la homilía del Santo Padre Francisco:
Li smantal Kajvaltike toj lek – la ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma, así comenzaba el salmo que hemos escuchado. La ley del Señor es perfecta; y el salmista se encarga de enumerar todo lo que esa ley genera al que la escucha y la sigue: reconforta el alma, hace sabio al sencillo, alegra el corazón, es luz para alumbrar el camino.
Esa es la ley que el Pueblo de Israel había recibido de mano de Moisés, una ley que ayudaría al Pueblo de Dios a vivir en la libertad a la que habían sido llamados. Ley que quería ser luz para sus pasos y acompañar el peregrinar de su Pueblo. Un Pueblo que había experimentado la esclavitud y el despotismo del Faraón, que había experimentado el sufrimiento y el maltrato hasta que Dios dice basta, hasta que Dios dice: ¡No más! He visto la aflicción, he oído el clamor, he conocido su angustia (cf. Ex 3,9). Y ahí se manifiesta el rostro de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su ley, se volvía símbolo de libertad, símbolo de alegría, sabiduría y luz. Experiencia, realidad que encuentra eco en esa expresión que nace de la sabiduría acunada en estas tierras desde tiempos lejanos, y que reza en el Popol Vuh de la siguiente manera: El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la tierra fue enseguida saneada por el sol (33). El alba sobrevino para los pueblos que una y otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la historia.
En esta expresión, hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la degradación no sean la moneda corriente. En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz.
Nuestro Padre no sólo comparte ese anhelo, Él mismo lo ha estimulado y lo estimula al regalarnos a su hijo Jesucristo. En Él encontramos la solidaridad del Padre caminando a nuestro lado. En Él vemos cómo esa ley perfecta toma carne, toma rostro, toma la historia para acompañar y sostener a su Pueblo; se hace Camino, se hace Verdad, se hace Vida, para que las tinieblas no tengan la última palabra y el alba no deje de venir sobre la vida de sus hijos.
De muchas maneras y de muchas formas se ha querido silenciar este anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles. Frente a estas formas, la creación también sabe levantar su voz; «esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que “gime y sufre dolores de parto” (Rm 8,22)» (Laudato si’, 2).
El desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos impactan a todos (cf. Laudato si’,14) y nos interpelan. Ya no podemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisis ambientales de la historia.
En esto ustedes tienen mucho que enseñarnos, que enseñar a la humanidad. Sus pueblos, como han reconocido los obispos de América Latina, saben relacionarse armónicamente con la naturaleza, a la que respetan como «fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano» (Aparecida, 472).

Sin embargo, muchas veces, de modo sistemático y estructural, vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura, sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón! Perdón hermanos, el mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes.
Los jóvenes de hoy, expuestos a una cultura que intenta suprimir todas las riquezas y características diversidades culturales en pos de un mundo homogéneo, necesitan que no se pierda la sabiduría de sus ancianos.
El mundo de hoy, preso del pragmatismo, necesita reaprender el valor de la gratuidad.
Estamos celebrando la certeza de que «el Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, que no se arrepiente de habernos creado» (Laudato si’, 13). Celebramos que Jesucristo sigue muriendo y resucitando en cada gesto que tengamos con el más pequeño de sus hermanos. Animémonos a seguir siendo testigos de su Pasión, de su Resurrección haciendo carne Li smantal Kajvaltike toj lek – la ley del Señor que es perfecta del todo y reconforta el alma.