Jorge Flores, informático especializado en educar en la seguridad digital,
director de Pantallas Amigas (www.pantallasamigas.net), ha comentado con Laura
Peraita, del suplemento de familia del diario ABC, al menos 6 razones por las
que no se deben regalar teléfonos móviles a los niños, algo que empieza a
ponerse de moda cuando llegan las Primeras Comuniones.
1- La mayoría de los padres ni
sabrán controlar bien ni querrán controlar bien
Aunque hay un porcentaje de padres sistemáticos y concienzudos que
intentarán controlar desde cerca el móvil de su hijo (con grados de éxito
variable), la inmensa mayoría no lo hará, o lo hará poco y mal. La realidad es
que cuando hay móvil para el niño, la mayoría de padres dejarán al pequeño
"solo ante el peligro".
"Regalan un móvil, pero no asumen que deben informarse para estar
preparados sobre el manejo que pueden o no pueden hacer a sus hijos de los
terminales y, además, tampoco destinan tiempo (lo ideal es que sea de forma
diaria) a controlar dónde se han metido en las redes sociales, con quién están
contactando, qué tipo de mensajes o imágenes mandan o reciben, qué aplicaciones
manejan...". Sin control diario o casi diario, el abuso está servido.
2- El menor se expone a dañar
a otras personas.. y dañarse él
Un niño con móvil e internet puede hacer mucho daño a otros niños o
personas vulnerables enviando fotos indebidas, comentarios hirientes o
inadecuados, etc... Y otros pueden causarle daño a él mediante el móvil, con
mucha más facilidad que sin él. Se carga sobre el niño una enorme
responsabilidad y capacidad de hacer o sufrir daño. Y es solo un niño.
3- El niño debe aceptar la
supervisión paterna real y frecuente... y traerá discusiones eternas
Se presupone que deben cumplir con una serie de obligaciones: Los hijos
deben aceptar que sus padres entren en el terreno de su «privacidad» y
supervisen el terminal cuando consideren para leer los contenidos y ver con
quién se mensajea, o para que no entren virus. Los padres deben saber que
aunque se haya avisado al niño, se encontrarán con dificultades cada vez que
quieran acceder de forma consentida y ética a su terminal. Las discusiones
están aseguradas.
4- Una vez tenga móvil, querrá
más y más horas de uso
Que tenga un móvil a edad temprana implica que se le está facilitando el
acceso a determinados hábitos y comportamientos que habrá que combatir, como es
un uso abusivo. Aunque se le haya puesto límites de horas, días o tiempo,
siempre querrá más y más. El móvil no es "para llamar" ni mandar
"algún mensaje", sino que los chicos lo usan para conectarse durante
horas a juegos, películas, redes sociales... puede pasar muchas horas que le
parecerán muy pocas, y siempre querrá más y más. El conflicto será continuado:
lo pactado con el niño que recibió el móvil a los 9 o 10 años no lo aceptará el
de 12 o 13.
5- Enganchado a horas de
móvil, renuncia a todas las otras actividades
El móvil engancha, es fácil, está en el bolsillo, no cuesta ningún
esfuerzo. En cambio, quedar con amigos reales para jugar sí requiere un
esfuerzo, una cierta logística. También el deporte requiere esfuerzo, y el
trato cara a cara con los demás. Por eso, el niño dejará de lado esas cosas que
cuestan esfuerzo para volcarse en el móvil.
Por supuesto, el móvil engancha más que leer novelas o cómics, pintar,
dibujar o ensayar con un instrumento. El móvil quita horas a todas esas cosas.
Y las horas de infancia son distintas a las de otras edades: lo que no se juega
como niño, lo que no se ensaya, aprende o vive siendo niño, no se puede
adquirir igual en otras edades.
Jorge Flores, consultado por ABC, aconseja a los padres que no se dejen
llevar por las modas porque sus hijos de 9 años ni necesitan ni harán un uso
adecuado de los móviles. Muchas familias lo regalan porque se dejan persuadir
por el típico comentario de que a «fulanito y a menganito» ya se lo han
comprado.
«Hay que ser consecuentes —apunta Flores— y tener mucha mano izquierda. Si
no se le regala el móvil, ante su pertinente enfado, se le puede ofrecer otro
tipo de compensación que también le atraiga y que a buen seguro le será más
útil y beneficiosa. Y, sobre todo, recalcárselo: "sí, fulanito tiene un
móvil, pero tú tienes más suerte porque tienes...», explica al diario ABC.
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