«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


14 de octubre de 2015

TRAERLOS A LA VIDA CONTIENE YA UNA PROMESA DE AMOR QUE TODO NIÑO ESPERA LE SEA CORRESPONDIDA, DIJO FRANCISCO EN LA CATEQUESIS

Mientras en el Aula del Sínodo los obispos, religiosos y laicos, siguen trabajando sobre el tema de la vocación y misión de la familia, Francisco explicó que el hecho mismo de traer a la vida un niño contiene una promesa de amor. “Esta promesa de acogida, cuidado, cercanía y atención concreta, se puede resumir en una palabra: Amor. Una promesa de amor que, en definitiva, aprendimos de nuestros padres antes incluso de ser conscientes y que, con una actitud inerme y confiada, todo niño espera que le sea correspondida íntegramente. Si esto no sucede, se les hiere profundamente. Por eso, Jesús en el Evangelio nos alerta de que Dios y sus ángeles velan sobre esta responsabilidad”.

El Obispo de Roma se refirió a la belleza de estar con los demás, aprendiendo a ser libre y a aceptar a los demás. “El niño recibe de su familia, con su nombre y con las primeras palabras y sonrisas, la belleza de estar con los demás, aprendiendo a ser libre y aceptar a los otros. En el bautismo, la Iglesia a través de los padres y la comunidad se une a estas promesas. Desde el momento que el niño es capaz de sentirse amado por sí mismo, siente que hay un Dios que lo ama. Su espontanea confianza en Dios no debe ser nunca vulnerada, sobre todo con nuestra presunción de sustituir al Señor”.


Francisco concluyó invitando: “Que la Virgen María y san José, que tuvieron bajo su custodia al Hijo de Dios, nos enseñen a recibir a Jesús en cada niño”.@jesuitaguillo

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