«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


31 de julio de 2015

LAS FAMILIAS DE ALMERÍA HAN VUELTO DE SU PEREGRINACIÓN A SANTIAGO Y ÁVILA


“El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres”. (Salmo 125)

El 21 de julio 2015 se pusieron en Camino las familias de Almería entre otras razones  porque entendieron que Santiago, hombres sencillo, sin especial instrucción escolar, se dedicaba a su familia, sus redes y sus peces, pero que tenía el corazón levantado hacia Dios.

Fue, entre los Doce, del más íntimo grupo de Jesús. Él  fue testigo de la resurrección de la hija de Jairo, testigo de la transfiguración gloriosa en el monte, testigo de su anticipada pasión en el Huerto de los Olivos. A Santiago, como dice el prefacio propio de la Misa, le correspondió el honor de ser «el primero de los Apóstoles que bebió el cáliz del Señor».

¿Por qué el Secretariado de Familia programó el Camino como algo primordial? Porque la familia necesita salir, buscar, encontrar, comunicar, participar, no perder su capacidad de soñar.

Cada uno se puso en camino, ese 21 de julio de 2015,  buscando  ‘algo’.  Un  ‘algo’ diferente, y al final cada uno de nosotros ha obtenido ese ‘algo’.

“Señor, Tú me sondeas y me conoces. Me conoces cuando me siento y cuando me levanto. Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno” (Sal 138).

Lo verdaderamente importante no es en sí la ruta física, tal camino o tal sendero, sino el camino del caminante, la propia experiencia interior en contraste con lo que la ruta te va ofreciendo por fuera, porque el Camino tiene la rara virtud de estar hecho a la medida de cada uno. De cada uno como persona y de cada familia como familia. El Camino es el lugar del encuentro con los demás, los seres humanos estamos hechos para relacionarnos. Los otros no son seres extraños, pues estamos llamados a vivir en fraternidad, acogiéndonos unos a otros, compartiendo los gozos y problemas de la vida, ayudándonos en nuestras necesidades, perdonándonos nuestros errores y equivocaciones.  ¡Cómo se vive todo esto en el Camino!

Pero también el Camino es el lugar donde el verdadero peregrino es imagen del que quiere “descentrarse de sí mismo”, centrarse en Dios y dar sentido y plenitud a sus horas y sus días, siendo testigo del perdón y de la misericordia.

La peregrinación y el camino a la Tumba del Apóstol no son simplemente un traslado de un lugar a otro. Se trata más bien de pasar de una visión a otra de la vida. Todo ello es posible por la presencia misteriosa de Jesús que nos va acompañando por el camino de la existencia y nos ayuda en el tránsito del hombre viejo al hombre nuevo”. (Julián Barrio)

El inicio del Camino es un cóctel de inexperiencia, anhelos, alegría…, es una explosión de júbilo, no se miden las fuerzas y pronto las dificultades nos hicieren tomar conciencia de que sólo somos seres humanos con muchas limitaciones. El Camino nos hizo comprender que los pies no son un adorno, los pies son los soportes que llevan a la persona hacia su destino. Una gran lección. Ya desde el minuto uno el Camino nos ofrecía su sabiduría y nos enseñó que había que cuidar y amar el cuerpo. Sin él es imposible alcanzar la meta. 


 “El gran descubrimiento del peregrino es desentrañar que, en la esencia del mismo ser, en la historia de cada jornada en relación con el cosmos y con quienes se encuentran en el Camino, está presente la querencia de Dios armonizado por la sinfonía total humana”. (Julián Barrio) 

Mentiría si dijese que el camino no es duro. Hay que atender los requerimientos que el cuerpo cansado te manda: (agujetas, ampollas, tendinitis, rozaduras, rodillas...), también  la propia psicología comienza a quejarse y te preguntas: ¿Qué pinto aquí? ¿Me habré equivocado? Es duro, pero a medida que lo recorres se convierte en tu amigo, en tu aliado,  tu compañero, no se cansa de mostrarte bellezas, es como si quisiera, con su belleza, hacerte olvidar todas esas dificultades. En muchos tramos recordaba los versos de Rosalía de Castro: el viajero, rendido y cansado,/ que ve del camino la línea escabrosa /que aún le resta que andar anhelara/deteniéndose al pie de la loma,/ de repente quedar convertido/ en pájaro o fuente/ en árbol o en roca.

Sí, es duro, pero ves que no estás solo (y no me refiero solo al grupo de 40 personas que hacemos el Camino) el recorrido está lleno de gente (a pie, en bici, solos o en compañía) que por diversos motivos están ahí en el Camino. Estas personas, sus vidas, sus historias, hacen reflexionar. El “Buen Camino” que cada rostro cansado te desea, es el saludo que ayuda a mantener las fuerzas físicas y espirituales para seguir con el viaje. Vuelves a conectar, te olvidas de tu cansancio y de tus dificultades y admiras lo que Dios te está mostrando, lo que está haciendo contigo.

En el silencio obligado al que tiene que enfrentarse el peregrino por las dificultades que debe solventar, hay tramos difíciles en los que el cuerpo ofrece resistencia, la voz de Dios resuena en la intimidad sin que podamos eludirla; es  una voz que llega desde el fondo, desde la comunión con esa naturaleza que se nos va mostrando en todo su esplendor. Una voz que nos llama a posiciones nuevas, una voz que provoca y desafía, una voz que invita y a la que necesitas dar respuesta.

Dos momentos muy importantes en el Camino: la oración de la mañana, el “Alegre la mañana que nos habla de ti” te reconforta y te empuja a salir dando sentido a lo que estás haciendo. Y  un momento culmen, la Eucaristía. La Misa del peregrino que cada tarde hemos compartido con hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación profesando una misma fe. Ha sido en la Eucaristía en donde verdaderamente hemos establecido una comunión con Cristo, con su palabra, con su vida, con su persona; y una comunión con los hermanos: con cada uno, con sus problemas, con sus alegrías...


Al grupo de peregrinos no se nos olvidará el encuentro con el Obispo de la diócesis de S. Juan, en Quebec, Canadá, un peregrino más en nuestro camino. 
El Obispo de Quebec con algunos peregrinos
El Señor ha estado grande con nosotros y nos ha ido sorprendiendo en cada etapa. Esa tarde de Melide concelebró con el Director del Secretariado y otros dos sacerdotes. 


En la última etapa antes de llegar a Santiago el Monte do Gozo se presenta como la antesala de lo que está por llegar. Para los peregrinos es un sitio simbólico, cargado de emoción y alegría, ya que desde aquí por primera vez podemos divisar la basílica con la tumba del Apóstol Santiago, meta de nuestra  peregrinación. El rezo del Ángelus y un canto a la Madre no pueden faltar.


D. Manuel Cuadrado nos da la comunión

Desde muy temprano los peregrinos han ido llenando el templo y no hay espacio material para colocarnos. En algún resquicio, junto a una columna, sentados en el suelo, oímos como, entre multitud de grupos llegados de todas partes del mundo, nombran al grupo de familias de Almería. Es un momento de alegría, de emoción, de lágrimas, de gracia… ¿Dónde quedó el cansancio?



NUEVO REGALO PARA TODOS 


D. Manuel y el Obispo de Quebec 

Un gran regalo de ese día fue el que D. Manuel Cuadrado pudiera concelebrar en el Sepulcro del Apóstol con el obispo peregrino que ya conocíamos del Camino. Allí estuvimos todos presentes con todas nuestras intenciones y necesidades.
La celebración en el Sepulcro del Apóstol Santiago 















El día 27 tuvimos la alegría de asistir a la Misa del peregrino en la que volvió a concelebrar. Ha sido una experiencia de gracia. Todo ha sido un regalo del Señor. Verdaderamente el “Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.

















En Ávila nos esperaba Santa Teresa.

Las familias se acercan a Ávila en donde se celebra el Vº centenario de Santa Teresa. Celebrar el Vº Centenario de Santa Teresa es, sobre todo, lanzarnos a descubrir que entre las cenizas de este mundo aún caldean las brasas de otro mundo posible, mucho más justo y mucho más humano. Recordarla tiene el poder de hacernos conscientes de cuánto podemos hacer para que cambien las cosas.  Si te decides a cambiar tú mismo, a optar por una vida más simple y más comprometida, más de acuerdo con el Evangelio de Jesús, el Evangelio del amor será posible.

Celebrando en la Casa de la santa

20 de julio de 2015

LAS FAMILIAS DE ALMERÍA INICIAN HOY EL CAMINO DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

El Secretariado Diocesano para el Matrimonio, la Familia y Defensa de la Vida se pone en camino hoy 21 de julio. La peregrinación no sólo llega a Santiago sino que, aprovechando que celebramos el V Centenario de la Santa de Ávila, también visitará esta ciudad y los lugares más emblemáticos que hacen referencia a Santa Teresa de Jesús.

BUEN CAMINO FAMILIAS


15 de julio de 2015

PAPA FRANCISCO: REZAR POR LAS FAMILIAS, RIQUEZA DE LA SOCIEDAD



La familia es el hospital más cercano, la primera escuela para los niños, el punto de referencia para los jóvenes, el mejor refugio para las personas mayores. En Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador con su vista al Océano Pacífico, frente a miles y miles personas reunidas en el Parque de Los Samanes, también procedentes de Perú, Chile, Argentina y Colombia, el Papa Francisco volvió a hablar la familia, “iglesia doméstica” que, además de dar la vida, transmite la ternura y la misericordia de Dios, lugar donde “la fe se mezcla con la leche materna”.

El punto de partida de las reflexiones del Papa era el pasaje evangélico de las bodas de Caná. Ella que supo 
«transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura» (Evangelii gaudium, 286) y nos recibió como hijos cuando una espada le atravesaba el corazón a su hijo. Ella nos enseña a dejar nuestras familias en manos de Dios; nos enseña a rezar, encendiendo la esperanza que nos indica que nuestras preocupaciones también son preocupaciones de Dios.

14 de julio de 2015

FAMILIA Y ECOLOGÍA

Francisco distingue varios niveles de familia en relación con aspectos importantes de la ecología. Sitúa a la familia en el centro del bien común que hay que defender desde dentro y desde fuera. Y propone como modelo a la familia de Nazaret.
La familia, célula básica de la sociedad
1. La familia –escribe en su encíclica Laudato si' sobre la ecología, refiriéndose a la familia formada por padres e hijos– es parte importante del libro de la naturaleza, uno e indivisible (cf- n. 6). En consecuencia a la familia –como al ambiente social y a la cultura– le afecta la degradación de la naturaleza a causa de las heridas producidas por nuestro comportamiento irresponsable.
La familia de la humanidad
En nuestra casa común que es la naturaleza, herida y maltratada, vive la familia humana o familia de la humanidad, un nivel más amplio de familia que también experimenta por dentro heridas que la desgarran y desunen. Por eso, “el desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral” (n. 13). 
Esta preocupación es prioritaria: “Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia” (n. 52).
La tarea de cuidar la familia humana y la casa común es de todos. Y comporta la valoración y cuidado de todas las criaturas: “Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres nos necesitamos unos a otros. Cada territorio tiene una responsabilidad en el cuidado de esta familia” (n. 42).
La familia universal de las criaturas de Dios
Un tercer nivel de familia, aún más amplio, es el que abarca no solo a los seres humanos sino a todos los seres creados, que están interconectados (cf. n. 42). De ahí que se invite al afecto, a la valoración y a la protección de todas las especies. Esta familia de todas las criaturas forma una especie de familia universal de Dios Padre (n. 89).
2. Entre estos diversos niveles de la familia –familia como célula básica de la sociedad, la familia humana, la familia universal de todas las criaturas– hay una profunda relación, de modo que cada nivel lleva a cuidar del otro. Así, el campesino debería poseer algo de tierra para alimentar a su propia familia (cf. n. 94).
Ecología integral, humana y cotidiana
De este modo una “ecología integral” –concepto importante en la encíclica– pide atender tanto a los contextos ambientales como a los humanos y familiares (cf. n. 141), y también a los institucionales; pues la “ecología social” es necesariamente institucional (cf. n. 142).
Otros interesantes conceptos son los de “ecología humana” y “ecología cotidiana”, que Francisco conecta estrechamente con los pobres. Así es, en efecto, porque los pobres se ven afectados a diario por la calidad de los contextos humanos: comunidad, barrio, vivienda. Concretamente la posesión de una vivienda tiene que ver con la dignidad de la persona y por tanto con el desarrollo de las familias (cf. n. 152). 
3. En cualquier caso la familia –grupo social primario– debe centrar la búsqueda del bien común (cf. n. 157) y defenderse de las amenazas, que no vienen solamente de fuera. Grandes amenazas son el individualismo –sobre todo en las relaciones entre el hombre y la mujer (cf. n. 162)– y el consumismo.

Familia de Nazaret y ecología
Asimismo destaca el papel fundamental de la familia como escuela de espiritualidad –que lleva a abrirse a Dios y a los demás–, de cultura de la vida y de formación integral. 
El modelo de familia que cuida de las personas y del mundo como criaturas de Dios es lafamilia de Nazaret. Además de Jesús –que ocupa el centro de la familia– está María, que cuida de Jesús y la vez descubre el sentido de todas las cosas. José cuida y mantiene a su familia con el trabajo, y “puede motivarnos a trabajar con generosidad y ternura para proteger este mundo que Dios nos ha confiado” (n. 242).
 Artículo de Ramiro Pellitero
 (publicado en www.cope.es, 1-VII-2015)


LAS 10 MEJORES FRASES DEL SANTO PADRE EN SU VIAJE A AMÉRICA LATINA

1. Doy gracias a Dios por haberme permitido volver a América Latina (5 de julio 2015.Discurso a su llegada en el aeropuerto de Ecuador)
2. Ayudemos a nuestros jóvenes a no identificar un grado universitario como sinónimo de mayor estatus, dinero, prestigio social.  (7 de julio 2015. Discurso con el mundo de la escuela y de la universidad en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador)
3. Pensemos en la sociedad a través de estos valores sociales que mamamos en casa, en la familia: la gratuidad, la solidaridad y la subsidiariedad. (7 de julio. Encuentro con la sociedad civil en Quito)
4. "Jesús nunca se salta la dignidad de nadie" (9 de julio de 2015. Misa en la plaza del Cristo Redentor, Santa Cruz, Bolivia)
5. La compasión no es zapping, no es silenciar el dolor, por el contrario, es la lógica propia del amor, el padecer con. (9 de julio de 2015. Encuentro con  sacerdotes, religiosos/as, seminaristas en Santa Cruz, Bolivia).
6. “Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”. (9 de julio de 2015. II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Santa Cruz, Bolivia)
7. Los chicos son simples, son alegres. Eso es lo que quiere Jesús, que nos hagamos como los chicos. (11 de julio de 2015. Visita al hospital pediátrico Acosta Ñu, Asunción)
8. 'La corrupción es la polilla, es la gangrena del pueblo' (11 de julio de 2015. Encuentro con representantes de la sociedad civil, Asunción)
9. La fe nos hace prójimos, nos hace próximos a la vida de los demás. (12 de julio de 2015. Visita a la población del Bañado Norte de Asunción)
10.Hagan lío, pero también ayuden a arreglar y a organizar el lío que hacen. (12 de julio de 2015. Encuentro con los jóvenes en la Costanera, Asunción)
Fuente: Zenit


13 de julio de 2015

INFORMACIÓN OFICIAL Y TESTIMONIOS DE MÉDICOS Y ENFERMERAS

Un informe del ECLJ para la conciencia dormida de un continente: «Aborto tardío e infanticidio neonatal en Europa»
El European Center for Law and Justice (ECLJ) pone a disposición de la opinión pública de habla hispana su informe Aborto tardío e infanticidio neonatal en Europa.


(Profesionales por la Ética) Este revelador y estremecedor documento sirve de soporte a la petición que el ECLJ ha presentado ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa para que investigue y haga un informe sobre la situación de los niños nacidos vivos tras la práctica del aborto y asegure que todos los seres humanos nacidos vivos tengan el mismo derecho a la vida, garantizado por el artículo 2 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos.
Reclama además que todos los seres humanos se beneficien de los cuidados de salud apropiados y necesarios sin discriminación basada en las circunstancias de su nacimiento, conforme a los artículos 3, 8 y 14 de ese mismo Convenio. 
También pide que recomiende a los Estados Miembros que consideren en su legislación relacionada con el aborto el umbral de viabilidad de los fetos humanos.
Una discriminación por las circunstancias del nacimiento
Como explica Grégor Puppinck, Director del ECJL, en la sinopsis que sirve de presentación al referido Informe, cuando un niño nace prematuramente, se hace todo lo necesario para salvarle la vida. Si esto no es posible, recibe la atención y los cuidados necesarios hasta su deceso. Los cuidados paliativos para los neonatos han sido bien desarrollados en los hospitales. Sin embargo, la situación es diferente para los niños que nacen con vida después de ser abortados.
Cada año en Europa, los niños de 20 semanas de gestación que nacen vivos en el momento del aborto, son abandonados hasta su muerte, sin cuidados, luchando por respirar, muchas veces, durante varias horas, o son asesinados por una inyección letal o asfixiados y luego arrojados a la basura con los otros desechos hospitalarios.
El método más utilizado para realizar un aborto, en algunos países, es el llamado de «dilatación y evacuación». En este método se dilata el cuello del útero para extraer al bebé con un fórceps, lo que es muy doloroso. Frecuentemente, el bebé es extraído en pedazos y generalmente no se le administra de antemano ningún analgésico o se le practica un feticidio.
En este informe se podrá encontrar información oficial y testimonios de médicos y enfermeras que fueron testigos de esta práctica. Ellos manifiestan la incomodidad del personal médico y revelan frecuentemente que los padres no son informados de la supervivencia de su hijo y de las verdaderas causas de su muerte. Muchas veces el recién nacido es asesinado solo porque tiene una discapacidad, con el fin de «no contrariar» a los padres.
Estos hechos no son excepcionales. Según el British Journal of Obstetrics and Gynaecology, el 10% de los niños de 23 semanas de gestación pueden sobrevivir al aborto.
Dejar a los bebés sin cuidados, o asesinarlos simplemente porque no fueron deseados, es inhumano y va en contra de los derechos fundamentales. De acuerdo con la ley europea, todos los seres humanos nacidos con vida tienen derecho a la vida, a la integridad física y a recibir el tratamiento y los cuidados necesarios para vivir, sin discriminación basada en las circunstancias de su nacimiento.
Por medio de esta petición, concluye la presentación de Puppinck, un grupo de ONG, apoyados por más de 210,000 ciudadanos europeos, piden a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) que denuncie y ponga fin a estas practicas, con el objetivo que los recién nacidos sean tratados como seres humanos.
Fuente: InfoCatolica


9 de julio de 2015

MATRIMONIO Y FAMILIA: SIEMBRA DE VIDA PLENA

Desde hace algunos años, la diócesis de Roma viene centrando su asamblea anual sobre la educación en la fe, comenzando desde la familia. Esta vez Francisco se ha referido en su discurso a las “colonizaciones ideológicas” que hoy sufren las familias, y que hacen más necesaria la educación de los niños en las familias precisamente sobre el sentido cristiano de la familia (Discurso en el Convenio eclesial de la diócesis de Roma, 14-VI-2015).
En esta ocasión, el Papa se ha situado en el núcleo de la temática que habrá de tratar el próximo Sínodo sobre la Familia (“La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”) Y lo ha hecho por medio de tres palabras: vocación, comunión y misión, para expresar “el misterio de ser padres”.
Primera palabra, vocación. Se fija Francisco en la expresión de San Pablo: de Dios procede toda paternidad. Y señala que “todos somos hijos, pero ser padre y madre es una llamada de Dios”, es decir una vocación.
En esta vocación, el hombre y la mujer están “llamados a amarse totalmente y sin reservas, cooperando con Dios en ese amor y trasmitiendo la vida a los hijos”. Así los esposos colaboran en su ser imagen y semejanza de Dios. Y ayudan a recordar a todos los bautizados nuestra llamada a la paternidad y maternidad espiritual, de modos diversos.
Pero esto requiere, ante todo, creer en la belleza del amor. Y demostrarlo haciendo las paces cuando es necesario. Para que no se oscurezca esa fe. No es bueno que se oscurezca, porque los hijos “siempre miran a sus padres” –evoca a este propósito la película, “Los niños nos miran”, dirigida por Vittorio de Sicca en 1944– y “necesitan descubrir, mirando vuestra vida, que es bonito amarse”. Por el contrario, sufren mucho si ven a sus padres gritarse, insultarse e incluso pegarse.
En efecto, bien importantes –cabe comprobar– son los resultados de ese comportarse de los padres y del mirarles de sus hijos, porque es ahí precisamente  donde se configura el sentido de una vida. “Los hijos, antes que vivir en una casa hecha de ladrillos, viven en otra casa, aún más esencial: viven el amor recíproco de los padres”. ¿Pero es así –pregunta Francisco- de hecho?
La segunda palabra es comunión. La Trinidad de Dios es comunión, es decir, unidad en la diversidad de las tres personas. El varón y la mujer están llamados a ser comunión, construida precisamente con las diferencias entre el hombre y la mujer, diferencia constitutiva fundamental del ser humano. Fundamental también para la madurez y la educación de los hijos: “Los hijos maduran viendo a papá y mamá así; maduran su propia identidad en comparación con el amor que tienen papá y mamá, con esa diferencia”.
Es muy cierto esto, notemos por nuestra parte. A veces, cuando se habla de la educación en la familia, se pone el énfasis en lo que se debe decir a los hijos, en los argumentos, etc. Claro que esto importa. Pero primero, como vemos que señala el Papa, los hijos miran y aprenden mirando y viviendo junto a sus padres.
¿Y qué hacer entonces, cuando surgen las tensiones y fracturas entre los padres? “Pedir ayuda sobre todo a Dios. Recordad el relato de Jesús, lo conocéis bien: es aquel padre que sabe dar el primer paso hacia sus dos hijos, uno que dejó la casa y lo gastó todo, el otro que se quedó en casa”.
Si se pide ayuda a Dios –sin excluir la ayuda a otras personas, familiares, amigos, expertos en determinadas cuestiones matrimoniales y familiares, que tengan un criterio cristiano–,  “el Señor os dará la fuerza para entender que se puede superar el mal, que la unidad es más grande que el conflicto, que se pueden curar las heridas,  porque estamos hechos el uno para el otro, en nombre de un amor más grande, de aquel amor que Él os ha llamado a vivir con el sacramento del matrimonio.
Incluso aunque se haya llegado a la separación, la tarea educativa no se rompe, y hay que buscar la colaboración por el bien y la felicidad de los hijos.
“¡Por favor –no es la primera vez que utiliza el Papa este argumento–, no uséis a los hijos como rehenes! (…) ¡Cuánto daño hacen los padres separados —o, al menos, que están separados en su corazón— cuando el padre habla mal de la madre, y la madre habla mal del padre!”.
Eso es terrible –observa–, porque entonces los hijos crecen asumiendo tensiones e hipocresías, víctimas de luchas e incluso de odios.
Un camino mejor sería explicarles: “Mira, papá y mamá no se entienden, es mejor separarse. Pero —dice la madre— tu padre es un buen hombre. Mira —dice el padre— tu madre es una buena mujer”.
Además de pedir ayuda e intentar que los hijos no carguen con los problemas de los padres, está el camino del perdón mutuo de las fragilidades y debilidades. “Solo así –entiende el Papa– tampoco ellos (los hijos) se asustarán ante sus propias limitaciones, ni deprimirse, sino seguir adelante”.
Esto es una base para poder hablar a los hijos, incluso sin palabras. Cuenta el caso de un chico que se daba al alcohol mientras su madre tenía que trabajar como empleada doméstica. Cuando la madre salía a trabajar, lo veía dormir —pero no dormía, estaba despierto— y se iba en silencio. Pues bien, esa mirada de su madre salvó al hijo, porque se dijo: “¡No puede ser que mi madre vaya a trabajar y yo viva para emborracharme!”.
Buen consejo de Francisco: “La mirada, sin palabras, también salva a los hijos”.
Tercera y última palabra, misión. Porque los padres deben ser –a través del testimonio, del ejemplo de la conducta y de las palabras que acompañan una vida coherente– “misioneros” de sus hijos.
Así –les dice el Papa– “aprenderán de vuestros labios y de vuestra vida que seguir al Señor da entusiasmo, ganas de gastarse por los demás, da esperanza siempre, ante las dificultades y el dolor, porque nunca están solos, sino siempre con el Señor y con los hermanos”.
Y esto –subraya– es importante sobre todo en la edad de la pre-adolescencia, cuando la búsqueda de Dios se hace más consciente y las preguntas exigen respuestas bien fundadas”.
Concluye Francisco apelando a cuidar la dignidad de los abuelos – ¡que solo en Roma son 617.635!–. Ellos son la sabiduría y la memoria de la familia, y han salvado la fe en tantos países, bautizando a los niños y enseñándoles a rezar. Las familias deben cuidarles y sacrificarse por ellos hasta donde sea posible.
A partir de esas tres palabras –vocación, comunión y misión– el Papa ha concluido dejando a los esposos y padres un encargo: sembrar amor entre ellos mismos y con sus hijos.
Creer en el amor, demostrarlo con sencillez y sacrificio. Rezar –lo que lleva a vivir los sacramentos, la misa del domingo, la confesión de los pecados– y pedir ayuda en las dificultades. Practicar el perdón y querer siempre el bien para los hijos. Darles el ejemplo de la coherencia cristiana, con alegría y esfuerzo. Cuidar de los abuelos. Son, entre otros, los caminos andaderos de esa siembra de vida plena que debe ser la familia.


"NO CAIGAN EN EL ALZHEIMER ESPIRITUAL", EL PAPA FRANCISCO A LOS RELIGIOSOS DE ECUADOR

(RV).- El Santo Padre Francisco se encontró con el Clero, los religiosos y seminaristas de Ecuador en un emocionante encuentro en el Santuario de El Quinche, a quienes les explicó que la Virgen María “discipuleó toda su vida, fue la primera discípula de su Hijo”.
A pesar de tener un discurso preparado con anterioridad, el Papa aseguró que “no le apetecía leer” y que entregaría el texto que tenía escrito, pero que prefería hablar espontáneamente. Así entre continuos aplausos les habló de diferentes temas, y les aconsejó “como padre y hermano”, que todas las noches antes de dormir recen para que se resitúen en la “gratuidad”. Les pidió que no cayeran o que no se dejaran caer en una “enfermedad muy peligrosa”: el alzheimer espiritual, “no pierdan la memoria, la memoria de donde me sacaron (…) no renieguen las raíces”.
En el texto que había preparado el Papa explicaba que al igual que la Virgen, los religiosos han recibido una vocación, y su ejemplo es una invitación a servir como ella, y en este sentido escribió que los consagrados  “no hemos venido a ser servidos, sino a servir, y lo hacemos con pleno desprendimiento, sin bastón y sin morral”. En este contexto el Vicario de Cristo aseguró que la Presentación de la Virgen le evoca la perseverancia, “María no mira hacia atrás y, en una clara referencia a la admonición evangélica, marcha decidida hacia delante”, y esto supone unir nuestra suerte con la de Jesús hasta el final. Francisco pidió en su texto que caminaran juntos, sosteniéndose unos a otros y pidiendo con humildad el don de la perseverancia, “Qué lindo es cuando la Iglesia persevera en su esfuerzo por ser casa y escuela de comunión, cuando generamos esto que me gusta llamar la cultura del encuentro”.
Concluyendo el Obispo de Roma encomendó la vocación de todos a la Madre de Dios para que les dé la alegría de salir a llevar el Evangelio de su Hijo Jesús, hasta los confines, “hasta las periferias de nuestro querido Ecuador”.
(MZ-RV)  
Texto completo del discurso pronunciado por el Papa Francisco (Versión no oficial)
Buenos días, hermanos y hermanas:
en estos dos días, 48 horas que tuve contacto con ustedes, noté que había algo raro, perdón, algo raro en el pueblo ecuatoriano. Todos los lugares donde voy, siempre el recibimiento es alegre, contento, cordial, religioso, piadoso, en todos lados. Pero acá había en la piedad, en el modo, por ejemplo, en pedir la bendición desde el más viejo ¡hasta la ‘wawa’, que lo primero que aprendes es hacer así! ¡Había algo distinto! Y yo también tuve la tentación como el obispo de Sucumbíos de preguntar ¿cuál es la receta de este pueblo? ¿Cuál es? Y, me daba vuelta en la cabeza y rezaba, le pregunté a Jesús varias veces en la oración ¿qué tiene este pueblo de distinto? Y esta mañana, orando, se me impuso aquella consagración al Sagrado Corazón.
Pienso que se los debo decir como un mensaje de Jesús: todo esto de riqueza que tienen ustedes, de riqueza espiritual, de piedad, de profundidad, viene de haber tenido la valentía - porque fueron momentos muy difíciles - la valentía de consagrar la nación al Corazón de Cristo, ese Corazón divino y humano que nos quiere tanto. Y yo los noto un poco con eso: divino y humano. Seguro que son pecadores, yo también pero…pero el Señor perdona todo y… ¡custodien eso! Y después, pocos años después la consagración al Corazón de María. No olviden, esa consagración es un hito en la historia del pueblo de Ecuador y de esa consagración siento como que le viene esa gracia que tienen ustedes, esa piedad, esa cosa que los hace distintos.
Hoy tengo que hablarle a los sacerdotes, a los seminaristas, las religiosas, a los religiosos y decirles algo: tengo un discurso preparado, pero no tengo ganas de leer. Así que se lo doy al Presidente de la Conferencia de Religiosos para que lo haga público después, para que lo haga público después. Y pensaba en la Virgen, pensaba en María, dos palabras de María: acá me está fallando la memoria pero no sé si dijo alguna otra ¿eh?
“Hágase en mí”. Bueno sí, pidió explicaciones de que porqué la elegían a ella, al ángel ahí. Pero dice “Hágase en mí”. Y otra palabra “hagan lo que Él les diga”. María no protagonizó nada. ‘Discipuleó’ toda su vida. La primera discípula de su hijo. Y tenía conciencia de que todo lo que ella había traído era pura gratuidad de Dios. Conciencia de ‘gratuidad’. Por eso, hágase, hagan, que se manifieste la gratuidad de Dios. Religiosas, religiosos, sacerdotes, seminaristas. Todos los días vuelvan, hagan ese camino de retorno hacia la gratuidad con que Dios los eligió. Ustedes no pagaron entrada para entrar al seminario, para entrar a la vida religiosa. No se lo merecieron. Si algún religioso, sacerdote o seminarista o monja que hay aquí cree que se lo mereció, que levante la mano. Todo gratuito. Y toda la vida de un religioso, de una religiosa, de un sacerdote y de un seminarista que va por ese camino, y bueno, ya que estamos digamos ‘y de los obispos’ tiene que ir por este camino de la gratuidad, volver todos los días: “Señor, hoy hice esto, me salió bien esto, tuve esta dificultad, todo esto pero”…todo viene de Vos, todo es gratis, esa gratuidad. Somos objeto de gratuidad de Dios. Si olvidamos esto, lentamente, nos vamos haciendo importantes. “Y mirá vos, a este…qué obras que está haciendo y..” o “mirá vos a este lo hicieron obispo de tal…qué importante, a este lo hicieron monseñor, o a este…” Y ahí, lentamente nos vamos apartando de esto que es la base, de lo que María nunca se apartó: la gratuidad de Dios. Un consejo de hermano: todos los días, a la noche quizás es lo mejor, antes de irse a dormir, una mirada a Jesús y decirle: “todo me lo diste gratis” y volverse a situar. Entonces cuando me cambian de destino o cuando hay una dificultad, ¡no pataleo, porque todo es gratis, no merezco nada! ¡Eso hizo María!
San Juan Pablo II, en la Redemptoris Mater, - que les recomiendo que la lean, sí, agárrenla, léanla - es verdad, el Papa San Juan Pablo II tenía un estilo de pensamiento circular, profesor, pero era un hombre de Dios, entonces hay que leerla varias veces para sacarle todo el jugo que tiene. Y dice que quizás María - no recuerdo bien la frase, estoy citando, pero quiero citar el hecho - en el momento de la cruz de su fidelidad hubiera tenido ganas de decir: “¿Y éste me dijeron que iba salvar Israel? ¡Me engañaron!” Y no lo dijo. Ni se permitió decirlo,  porque era la mujer que sabía que todo lo había recibido ‘gratuitamente’. Consejo de hermano y de padre: todas las noches re-sitúense en la gratuidad. Y digan: “Hágase, gracias porque todo me lo diste Vos”. Una segunda cosa que les quisiera decir: es que cuiden la salud pero, sobre todo, cuiden de no caer en una enfermedad, una enfermedad que es media peligrosa para… o del todo peligrosa para los que el Señor nos llamó gratuitamente a seguirlo o a servirlo. No caigan en el “Alzheimer espiritual”, no pierdan la memoria, sobre todo,  la memoria de dónde me sacaron. La escena esa de… del profeta Samuel cuando es enviado a ungir al Rey de Israel, va a Belén, a la casa de un señor que se llama Jesé, que tiene 7, 8 hijos, no sé, y Dios le dice que entre esos hijos va estar el Rey. Y claro, lo ve y dice “debe ser éste porque, el mayor, era alto, grande, apuesto, parecía valiente…Y Dios le dice: “No, no es ése”. La mirada de Dios es distinta a la de los hombres.
Y así los hace pasar a todos los hijos y Dios les dice:  “no, no es”. No se encuentra, no sabe qué hacer el profeta, entonces le pregunta al padre: “che ¿no tenés otro?” Y le dice: “si está el más chico cuidando las cabras o las ovejas, mandalo a llamar. Y viene el mocosito que tendría 17, 18 años, no sé, y Dios le dice: “ése es”. Lo sacaron detrás del rebaño. Y otro profeta cuando Dios le dice que haga ciertas cosas como profeta “pero yo quien soy si a mí me sacaron de detrás del rebaño”. No se olviden de dónde los sacaron. No renieguen las raíces.
San Pablo se ve que intuía este peligro de perder la memoria  y a su hijo más querido, el obispo Timoteo a quien él ordenó, le da consejos pastorales pero hay uno que, que toca el corazón: “no te olvides de la fe que tenía tu abuela y tu madre”, es decir, no te olvides de dónde te sacaron, no te olvides de tus raíces, no te sientas ‘promovido’.
La gratuidad es una gracia que no puede convivir con la promoción y cuando un sacerdote, un seminarista, un religioso, una religiosa entra ‘en carrera’, no digo mal, en carrera humana, empieza a enfermarse de Alzheimer espiritual y empieza a perder la memoria de dónde me sacaron.
Dos principios para ustedes sacerdotes, consagrados y consagradas: todos los días renueven el sentimiento de que todo es gratis, el sentimiento de gratuidad de la elección de cada uno de ustedes, ninguno la merecimos y pidan la gracia de no perder la memoria, de no sentirse más importante. Y es muy triste cuando uno ve a un sacerdote, un consagrado, una consagrada que en su casa hablaba el dialecto o hablaba otra lengua, una de esas nobles lenguas antiguas tienen los pueblos. Ecuador cuántas tiene y es muy triste cuando se olvidan de la lengua, es muy triste cuando no la quieren hablar, eso significa que se olvidaron de dónde los sacaron.
No se olviden de eso, pidan esa gracia de la memoria, y esos son los dos principios que quisiera marcar, y esos dos principios si los viven, pero todos los días, es un trabajo de todos los días, todas las noches recordar esos dos principios y pedir la gracia. Esos dos principios si los viven les van a dar en la vida, los van a hacer vivir con dos actitudes.
Primero el servicio. Dios me eligió, me sacó para qué, para servir y el servicio que me es peculiar a mí, no que tengo mi tiempo, que tengo mis cosas, que tengo esto, que no, que ya cierro el despacho, que esto, que si tendría que ir a bendecir las casas pero, estoy cansado o… hoy pasan una telenovela linda por televisión y entonces - para las monjitas  - y entonces, servicio, servir, servir, y no hacer otra cosa, y servir cuando estamos cansados y servir cuando la gente nos harta.
Me decía un viejo cura, que fue toda su vida profesor en colegios y universidad, enseñaba literatura, letras, un genio. Cuando se jubiló le pidió al provincial que lo mandara a un barrio pobre, a un barrio, esos barrios que se forman de gente que viene, que emigran buscando trabajo, gente muy sencilla. Y este religioso estaba, una vez por semana iba a su comunidad, y hablaba, era muy inteligente y la comunidad era una comunidad de facultad de teología, entonces hablaba con los otros curas de teología al mismo nivel pero un día le dice a uno: ustedes que son…¿quién da el tratado de Iglesia aquí? El profesor. Te faltan dos tesis ¿cuáles? El santo pueblo fiel de Dios es esencialmente olímpico, se hace lo que quiere y ontológicamente hartante.
Y eso tiene mucha sabiduría porque quien va por el camino del servir tiene que dejarse hartar sin perder la paciencia porque está al servicio, ningún momento le pertenece, ningún momento le pertenece. Estoy para servir, servir en lo que debo hacer, servir delante del sagrario, pidiendo por mi pueblo, pidiendo por mi trabajo, por la gente que Dios me ha encomendado.
Servicio, mezclalo con lo de gratuidad y entonces aquello de Jesús: lo que recibiste gratis dalo gratis, por favor. Por favor no cobren la Gracia, por favor, que nuestra pastoral sea gratuita y es tan feo cuando uno va perdiendo este sentido de gratuidad y se transforma, sí hace cosas buenas, pero ha perdido eso.
Y lo segundo, la segunda actitud que se ve en un consagrado, una consagrada, un sacerdote que vive esta gratuidad y esta memoria, estos dos principios que dije al principio, gratuidad y memoria, es el gozo y la alegría y es un regalo de Jesús ese, es un regalo que Él da, que Él nos da si se lo pedimos y si no nos olvidamos de esas dos columnas, de nuestra vida sacerdotal o religiosa, que son el sentido de gratuidad, renovado todos los días y no perder la memoria de dónde nos sacaron.
Yo les deseo esto. “Si, padre usted nos habló que quizá la receta de nuestro pueblo era…” Somos así por lo del Sagrado Corazón, si es verdad eso, pero yo les propongo otra receta que va en la misma línea, en la misma de la del Corazón de Jesús. Sentido de gratuidad, Él se hizo nada, se abajó, se humilló, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, pura gratuidad y sentido de la memoria… Y hacemos memoria de las maravillas que hizo el Señor en nuestra vida.
Que el Señor les conceda esta gracia a todos, nos las conceda a todos los que estamos aquí y que siga, iba a decir premiando, siga bendiciendo a este pueblo ecuatoriano a quienes ustedes tienen que servir y son llamados a servir, los siga bendiciendo con esa peculiaridad tan especial que yo noté desde el principio al llegar acá. Que Jesús los bendiga y la Virgen los cuide.
Recemos todos juntos al Padre, que nos dio todo gratuitamente, que nos mantiene la memoria de Jesús con nosotros. (Padre nuestro…) Los bendiga Dios todo poderoso, el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Y por favor, por favor, les pido que recen por mí, porque yo también siento muchas veces la tentación de olvidarme de la gratuidad con la que Dios me eligió y de olvidarme de dónde me sacaron. Pidan por mí.



UNA DECLARACIÓN INTERRELIGIOSA EN DEFENSA DEL MATRIMONIO

«LOS DOS SE CONVIERTEN EN UNA SOLA CARNE: LA REIVINDICACIÓN DEL MATRIMONIO»

(Family and Media/Cecilia O’Reilly) No obstante, su contenido y el eco que ha generado en la prensa sin duda merecen ser comentados. En apenas 5.000 palabras el documento titulado «Los dos se convierten en una sola carne: la reivindicación del matrimonio» («The Two Became On Flesh: Reclaming Marriage»), publicado el marzo pasado por First Things, defiende el matrimonio basado en la naturaleza humana y la enseñanza cristiana. Además, plantea una reflexión acerca de la sociedad actual en la que, de acuerdo con las estadísticas, el matrimonio está atravesando una crisis profunda y parece hallarse sensiblemente en riesgo.
El contenido de la declaración: una defensa del matrimonio
La ECT, una coalición ecuménica fundada en 1994, dió curso a un conjunto de discusiones públicas sobre la cuestión del matrimonio después de que, en junio de 2013, la Corte Suprema consintió que el gobierno federal reconociera el matrimonio entre personas del mismo sexo. Dicho comunicado recoge los resultados de esos debates.
El documento se abre con una defensa del matrimonio que, según la ECT, se basa tanto en la razón como en la Revelación. Si bien católicos y evangélicos estaban divididos sobre el divorcio y la contracepción, en este documento afirman unánimemente que «el matrimonio es una unión estable basada en la complementariedad entre el hombre e la mujer».
Es ésta una concepción que se desprende de la lectura de la «Biblia y de las verdades que están inscritas en el corazón humano». Hay evidencia de ello tanto en los pasajes del Viejo Testamento como en los del Nuevo, donde el matrimonio es descrito como una nueva realidad en la que los dos se convierten «en un solo cuerpo»: «el encuentro sexual entre el hombre y la mujer es ennoblecido gracias a un proyecto de vida común que fomenta el bien en seno a la pareja, la familia y la comunidad entera».
La ECT subraya en particular la dimensión moral y espiritual de la unión sexual, mientras hoy en día, en cambio, ésta se considera y es vivida, por lo general, como un mero acto físico y biológico. Entendida de esta forma reducida, la sexualidad no respeta en ningún modo el potencial intrínseco de la nueva vida, los niños, ni su participación en el proyecto divino.
Por otro lado, la Biblia evoca el vínculo matrimonial también para representar el amor de Jesús para con su Iglesia y de Dios hacia el universo que ha creado. Por último, citando algunas enseñanzas cristianas (de San Agustín y Martín Lutero, entre otras), la declaración de la ECT subraya cómo el matrimonio y la familia no sólo representan un a priori para el Estado, sino que constituyen los fundamentos reales de una «sociedad justa y estable». Por lo tanto, una floreciente cultura del matrimonio está estrechamente relacionada con el bien de la sociedad. Y ésta no es una «aserción» simplemente hipotética, sino un dato de hecho, cosa que el comunicado prueba más adelante con profusión de estadísticas.
Algunas estadísticas recientes demuestran que el matrimonio y la familia están atravesando una crisis muy profunda. La declaración de la ECT se detiene sobre las graves consecuencias que esta crisis ejerce en la sociedad y las que tendrán lugar en caso de que la situación vigente perdure. Algunos datos: hace 50 años más del 70% de los jóvenes adultos estaban casados y el 90% de los hijos vivía con los padres naturales. Hoy en día, apenas se casa el 50% de los adultos y menos de dos tercios de los hijos viven con sus padres naturales; por no hablar del descenso vertical de la tasa de nacimientos y del paralelo aumento del número de abortos.
Nadie puede considerarse exento de los efectos de estas tendencias: «en mayor o menor medida, todos padecemos a causa de la crisis actual del matrimonio». El efecto más alarmante es el aumento de la división de clases, respaldada por las estadísticas sobre divorcios, ilegitimidad y aumento de la criminalidad. Y frente a un panorama tan triste, en vez de afrontar esta dura realidad, parece como si nos obstinásemos en lograr que la situación empeore aún más. Me refiero, desde luego, a los matrimonios entre personas del mismo sexo: «Hoy en día tenemos un impulso a abrazar una concepción un tanto abstracta de la naturaleza humana que ignora la realidad de nuestros cuerpos […] Nuestra cultura nos demanda cada vez más que elevemos nuestros deseos y elecciones personales por encima del orden que ha sido creado por Dios». Y tras haber sido elevados, dichos deseos son delegados al Estado para que les otorgue un «estatus legal».
Esto nos ha llevado a una situación en la que «la familia –la institución sobre la que se fundamenta nuestro orden social– se reduce a ser definida como un constructo social, basado más en la soberanía de nuestro deseo que en la naturaleza en sí». En este nuevo estado líquido, los niños corren el riesgo de convertirse en un mero un asunto legal, en una propriedad del Estado.
Dejando de lado las estadísticas, la atención de los medios de comunicación se concentró en el siguiente pasaje: «Una asunción simplista del divorcio perjudica al matrimonio, la creciente difusión de la convivencia lo desvalora. Pero el así llamado matrimonio entre personas del mismo sexo representa una amenaza aún más grave, puesto que desde un punto de vista legal a lo que hoy le estamos atribuyendo el nombre de «matrimonio» no es nada más que una parodia del matrimonio propiamente dicho».
En efecto, mientras el divorcio y la convivencia todavía reconocen una realidad básica –los rasgos físicos y biológicos que diferencian el hombre y la mujer– el matrimonio entre personas del mismo sexo las oscurece del todo. Asimismo, mientras los primeros reconocen la disolución y el rechazo del sacramento, éste último está tratando de reemplazarlo, redefinirlo y reivindicarlo, incluso demandando su reconocimiento legal. Si consideramos el matrimonio «como una alianza entre un hombre y una mujer […] plenamente consumado dentro de un encuentro sexual abierto a la procreación», es evidente que el «matrimonio» homosexual representa una amenaza aún más seria.
La cobertura mediática: «Una amenaza aún más seria»
El documento conjunto de católicos y evangélicos ha recibido atención de los medios de comunicación comerciales y de ideario católico, aunque, como era previsible, la cobertura ha sido muy distinta. Sin la pretensión de ser exhaustiva, y siempre teniendo en cuenta las debidas excepciones, resumo las tendencias generales de los medios.
En primer lugar, muchos artículos se centraron en la retórica de la «amenaza aún más seria», o en el apelo de los cristianos al rechazo de esta «parodia» del sacramento matrimonial.
Por ejemplo, éstos son algunos de los títulos: «Los vértices de católicos y evangélicos: el matrimonio gay peor que el divorcio y la convivencia» (Religion News Service, Huffington Post y Crux); «Los líderes católicos y evangélicos declaran que el matrimonio gay es peor que el divorcio y la convivencia» (Washington Post).
Mientras que, por lo que concierne al núcleo de la noticia, los artículos han reproducido fielmente lo esencial de los contenidos de la declaración, las estadísticas de apoyo sobre la fuerte crisis social que las costumbres morales están generando han sido totalmente ignoradas. Dos artículos que se han decantado más abiertamente a favor del matrimonio han aparecido en el National Catholic Register y en el Newman Society.
Además, la cobertura mediática ha diferenciado entre «el perfil alto » / los «vértices» cristianos –esto es quienes firman la declaración– y la mayoría de los cristianos. Acto seguido, esta polarización se ha traducido en una noticia sobre el conflicto y la falta de acuerdo entre los cristianos.
Por ejemplo, el Religion News Service ha afirmado: «Una alianza de perfil alto entre los cristianos conservadores y los evangélicos protestantes está a punto de difundir un manifiesto radical en contra del matrimonio gay […] Tiene el aire de una declaración de guerra, pero de una guerra que muchos conservadores ven como una causa perdida. Un número creciente de cristianos, así como el resto de la sociedad, tiende a ser más tolerante e inclusivo hacia los gay y las lesbianas».
Por su parte, el Washington Times, tras haber mencionado los 50 líderes cristianos que han firmado el comunicado, escribe: «Numerosas iglesias, organizaciones y coaliciones religiosas dan su respaldo a las uniones gay, y existe incluso un grupo llamado Not All Like That (No a todos nos gusta) que les brinda a los cristianos un espacio para decir que, a diferencia de otros cristianos, ellos creen en el matrimonio gay».
Por último, hay que decir que la declaración interreligiosa no ha pasado inadvertida en la redacción del LGBTNation (un periódico pro-gay), que desde luego la tachó de discriminatoria, y la increpó como una especie de intento, patético y desesperado, de salvar un barco que ya está a punto de hundirse.
En conclusión, se puede decir que, mientras la cobertura mediática ha sido «precisa» en lo que atañe las citas del comunicado, su «adecuación» ha dejado mucho que desear: muchas cosas se han pasado por alto y otras han sido sacadas de contexto. Los periódicos no han destacado la unidad entre católicos y evangélicos con respecto a esta delicada cuestión moral, sino más bien las presuntas divisiones dentro de sus congregaciones