«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


29 de mayo de 2015

«LA SANTIDAD ES ALGO QUE NO SE PREGONA, SINO QUE SE VIVE»

Entrevista a Luis Javier Fernández Frontela, religioso Carmelita Descalzo del convento de San Benito de Valladolid:
Luis Javier Fernández Frontela es un religioso Carmelita Descalzo que reside en el convento de San Benito de Valladolid. Se licenció en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, diplomándose en Historia de la Iglesia en la Universidad de Comillas de Madrid y posteriormente en Historia en la Universidad de Valladolid. Ha sido profesor de Historia Medieval de la Iglesia durante 15 años en el Instituto Teológico San Esteban de Salamanca y durante 21 años director de la Revista Teresa de Jesús de Ávila. Actualmente lo es de la Revista Estudios Josefinos en Valladolid y miembro del consejo de Redacción de la Revista de Espiritualidad de Madrid

Con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús, Iglesia en Plasencia le entrevista sobre el Año Jubilar Teresiano y también para hablar sobre la Pastoral de la Santidad.
¿Por qué habla sobre el Año Jubilar Teresiano, una ocasión para renovar una pastoral en clave de santidad?
En este año en que conmemoramos los 500 años del nacimiento de santa Teresa, que se tenía por amiga fuerte de Dios, nos invita a descubrir el gusto específico de la vida cristiana, con palabras suyas, a entrar en «el camino de la verdad» que es el encuentro con Cristo, y en Cristo con Dios, como centro y sentido de la vida: «Nos os pido sino que le miréis», decía la Madre Teresa a sus monjas, nos los diría a nosotros. Mirar en la tradición cristiana quiere decir conocer. Mirar a Cristo para conocerle, conocerle para amarle, y amarle para imitarle. El gusto por la oración que es el ámbito de la experiencia de Dios, «estando a solas con el amigo que nos quiere y nos ama» que no es otro que Cristo; el amor a la Iglesia; el interés por el otro, por el ser humano. A construir comunidades, grupos cristianos que sean fraternos, evangélicos, orantes, con sentido de pertenencia a la Iglesia y atentos a las necesidades de nuestro mundo.
¿Qué tiene que decir Santa Teresa al respecto?
Santa Teresa, una santa muy humana, y como tal ha sido reconocida como maestra de vida cristiana. Santa Teresa, que fue una buscadora de Dios a lo largo de su vida, no se pierde abrazada a unas profundas experiencias espirituales y embriagada de amor de Dios, arde en amor del prójimo y se afana por su bien. Teresa no se queda en sus experiencias místicas, sino que habiendo descubierto a la Iglesia lo sacrifica todo a su servicio. Santa Teresa se caracteriza por su amable genio, su gracioso porte, su dulzura, su grande corazón, su libertad santa, por saber ver que la vida cristiana no está reñida, ni mucho menos, con la alegría de vivir. Ella era partidaria de apretar más en la virtud que en el rigor, insistiendo en lo que construye la persona humana, proponiendo las virtudes evangélicas como base de toda la vida cristiana y humana: el desapego de los bienes o pobreza evangélica; el amor de unos a otros como elemento esencial de la vida comunitaria y social; la humildad como amor a la verdad; la determinación como fruto de la audacia cristiana; la esperanza teologal. Sin olvidar las virtudes humanas: afabilidad, veracidad, modestia, cortesía, alegría, cultura.
¿En qué consiste la Pastoral de la Santidad?
La Santidad no es otra cosa que tomarse en serio la vida cristiana, que consiste en la caridad, todo aquello que yo puedo hacer por mis semejantes. No debemos olvidar que el mismo Señor que dijo esto es mi cuerpo, referido a la Eucaristía, nos dijo también, lo que hacéis con uno de mis pequeños, conmigo lo hacéis, Eucaristía y prójimo son lugares donde Dios sale a nuestro encuentro. En la humildad, que como dice Santa Teresa, es andar en verdad; la obediencia a Dios, la pobreza la sencillez y sobriedad de vida, el desprendimiento. Cuando hablamos de pastoral de la santidad estamos hablando de lo esencial de la pastoral ayudar a hacer cristianos. Ya en el evangelio Jesús invitaba a ser perfectos como vuestro padre del cielo es perfecto. Y la llamada no es para unos cuantos, sino para todos los que se tienen por discípulos del Señor. Y la perfección se adquiere haciendo nuestro aquello que define a Dios. Jesús propone la bondad, la misericordia y la compasión. La pastoral de la santidad es la que va dirigida a la construcción de la personalidad cristiana, llevándola a la unión con Cristo en función de la situación existencial en la que vive, de tal modo que pueda moverse con autonomía, responsabilidad y libertad tanto en la Iglesia como en el mundo. Está dirigida a ayudar al cristiano a hacer suyo el estilo de vida cristiano que se manifiesta en unos hábitos del corazón, en un comportamiento que se expresa de forma inigualable, en las bienaventuranzas.
¿Qué impide al cristiano de hoy alcanzar la Santidad?
Hoy como siempre hay santos, cristianos auténticos. La santidad es algo que no se pregona, sino que se vive, y no faltan cristianos entre los laicos, en la entrega a su profesión, en tanto voluntariado como hay en la Iglesia, trabajando en los múltiples campos en que ésta se hace presente, en la preocupación por los otros, los últimos, los pobres, los necesitados, que son auténticos modelos de vida cristiana. Entre los sacerdotes en su entrega callada a sus comunidades, alentado y animado la vida cristiana. Entre los religiosos, que fieles a su carisma propio trata de imitar a Cristo en su entrega al servicio de la Iglesia y de la gente en general. En todos ellos nos encontramos cristianos excepcionales con una auténtica vida de piedad manifestada en la oración, en la vivencia sacramental, con conciencia de pertenencia a la Iglesia, y que hace todo lo que hacen motivado por la pasión por Cristo, por ayudar a avanzar la salvación de Dios en nuestro en el tiempo y en el mundo concreto en que viven. También es cierto que a una parte de los cristianos, y este es el problema, les falta esta sensibilidad de ser de Cristo, de pertenencia a la Iglesia, de calidad de vida espiritual y de compromiso evangélico.


SIN DIOS, NO PODEMOS PERDONAR

Hay una frase que lo cambia todo: Perdóname; y sólo hay otra que la puede igualar: Te perdono. Así, uno se hace más grande, el corazón más fuerte, y la vida más libre. Lo saben bien Reyes y Jorge: durante la Feria de Abril del año 2009, su hijo Juan Fernando, un chico de 19 años natural de Gines (Sevilla), intentó separar a sus amigos metidos en una reyerta. Pero al intentar poner paz, recibió una cuchillada. Hoy, seis años más tarde, sus padres, Jorge y Reyes, confiesan que «Dios hace las cosas muy bien», y reconocen haber perdonado de corazón a los chicos que lo hicieron. Es más, Reyes ha escrito varias cartas al autor de los hechos, «para decirle que Dios le quiere y le ama, para darle una palabra de esperanza. Le diría que esperamos verlo en el cielo, que es lo mejor que se le puede desear a una persona. El Señor tiene poder para dar la vuelta a la vida de una persona y hacerla feliz; queremos transmitirle de nuevo que no queremos venganza. Todo eso se lo he dicho en las cartas que le he escrito en estos años».

Para muchos en su entorno, este perdón ha sido un escándalo: «Lo que sorprendió a la gente era que cómo es que perdonábamos tan pronto. Fue inmediato. Nosotros perdonamos a los autores. Eso fue un revuelo tremendo. La gente tiene que conocer más el amor de Jesucristo y su perdón».

Porque para Reyes, esta experiencia liberadora «sólo es posible por la misericordia y perdón del Señor con nosotros. Esa experiencia de perdón nos la concede Dios sin ningún esfuerzo. Sin el Señor, no se puede perdonar nada, el perdón es una gracia, y sólo la podemos encontrar en la Iglesia. Es nuestra experiencia y nosotros estamos muy agradecidos y por eso podemos perdonar. Él da capacidad para esto y para mucho más. No se trata de hacer un esfuerzo personal; así es imposible. Sin Dios, sólo aparece la venganza, la violencia, el odio y la ira. El perdón lo tiene que hacer posible Dios. Sin Él, no se puede perdonar nada, y Él lo hace posible en la Iglesia».
Fuente: Alfa y Omega


28 de mayo de 2015

AÑO DE LA MISERICORDIA


El Papa Francisco con la bula de convocación para el Jubileo extraordinario de la Misericordia, Misericordiae Vultus (11-IV-2015) abre un periodo preparatorio de oración y estudio, diálogo y acción.

“Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes”.

 El camino de la misericordia, lo viene recorriendo la Iglesia desde su comienzo, más intensamente desde mediados del siglo pasado; ahora el Papa Francisco nos lo propone como catalizador de un impulso nuevo.

“Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a  Dios por los vivos y por los difuntos”.



FIESTA DE JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE


“Os he llamado amigos, porque os he manifestado todo lo que he oído a mi Padre. No me habéis elegido vosotros a mí, soy yo quien os he elegido y os he destinado a que os pongáis en camino y deis fruto, y un fruto que dure” (Jn 15,15). Jesús entrega su amistad y pide la nuestra. Ha dejado de ser el Maestro para convertirse en amigo. 


27 de mayo de 2015

CAMINO SINODAL SOBRE LA PASTORAL FAMILIAR

La importante participación del Papa Francisco en el Sínodo de la familia

Este lunes y martes se reunió el Consejo de la Secretaría del Sínodo de los Obispos

El Papa Francisco ha decidido seguir de cerca los intensos trabajos en preparación a la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre de 2015. La segunda parte con la que concluirá este largo proceso que ha durado dos años en los que la Iglesia ha buscado reflexionar sobre cómo atender mejor la pastoral familiar en el contexto actual.

En concreto, este lunes el Papa ha presidido el comienzo del Consejo Ordinario del Sínodo de los Obispos que se ha reunido para afinar detalles en miras a la próxima Asamblea sinodal que se llevará a cabo del 4 al 25 de octubre en el Aula nueva del Sínodo, al lado del Aula Pablo VI, bajo el lema 'La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo'. Incluso una semana antes, el obispo de Roma se había reunido con el secretario general del Sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri y con el subsecretario, el obispo Fabio Febene.

Cabe destacar que el tema, no se centra en "los desafíos pastorales" como la cita anterior, sino que la Secretaría del Sínodo ha querido ampliar el tema y presentarlo en forma "más positiva" al reenfocarlo con los conceptos de la "vocación y la misión". De este modo, los padres sinodales podrían responder más a la cuestión de "qué debería ser la familia cristiana" y no solamente a los "problemas" de la familia actual.

Por su parte, el Consejo de la Secretaría del Sínodo de los Obispos se ha detenido durante estos dos días durante su sesión plenaria en la Lineamenta (link) que, como recordarán, fue formado por la Relatio Synodi (la relación final) y no de la controversial Relatio post disceptationem (la relación después de la discusión) que generó numerosas interpretaciones, sobre todo por parte de los medios de comunicación.
Una cuestión primordial abordada también y - que el Papa sigue muy de cerca - es el borrador del documento Instrumentum Laboris que las iglesias locales del mundo a través de las Conferencias episcopales utilizarán para preparar la próxima Asamblea Ordinaria de octubre de 2015. De este modo, los padres sinodales serían "la voz" de sus comunidades eclesiales.

De acuerdo al nuevo método propuesto por el Papa, será el segndo Instrumentum Laboris formado con las respuestas del cuestionario propuesto que ha sido contestado por las Conferencias episcopales del mundo y de parte de realidades, como dicasterios de la Curia y comunidades religiosas, que han enviado sus aportaciones a la Secretaría general del Sínodo, así como también contestado por algunos fieles en forma particular.

La redacción final de este documento está por ser concluida para comenzar con las traducciones en los idiomas habituales para ser publicado antes de este verano. De este modo, las iglesias particulares podrán prepararse para la próxima Asamblea Ordinaria.

Un aspecto a notar también en este camino sinodal es la preparación que el Papa Francisco está realizando a través de la clarificación de conceptos claves sobre la familia cada semana en su catequesis de las audiencias generales de los miércoles. Esta serie de catequesis ha dado las pautas magisteriales claras para la reflexión en la pastoral familiar actual dentro de la Iglesia y sobre todo en relación con las familias de la sociedad que probablemente no están dentro de la Iglesia Católica o no practican la fe. Incluso a estas familias, gracias también al mensaje humano del Evangelio y a la sencillez y eficacia del modo de presentar por parte del obispo de Roma.

Por último, merece la pena releer las únicas palabras que el Papa pronunció durante la pasada Asamblea sinodal, ya que el sucesor de Pedro ha sido el factor clave que ha unido las diferentes visiones y ha reconducido al centro de la reflexión el tema principal: cómo demostrar al mundo de hoy y a las familias de hoy, el Evangelio del Amor, de la familia, y cómo la Iglesia puede acompañar a estas familias cristianas a ser testimonio vivo y alegre.
Fuente: Religión confidencial


CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL NOVIAZGO

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis de la familia, hoy quisiera hablar del noviazgo. El noviazgo tiene que ver con la confianza, la familiaridad, la confiabilidad. Confianza con la vocación que Dios dona, porque el matrimonio es, antes que nada, el descubrimiento de una llamada de Dios.

Ciertamente es algo bello que hoy los jóvenes puedan elegir casarse sobre la base de un amor recíproco. Pero la libertad del vínculo requiere una armonía consciente de la decisión, no sólo un simple entendimiento de la atracción o del sentimiento.

El noviazgo, en otros términos, es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo bello sobre el amor, un trabajo partícipe y compartido, que va en profundidad. Se descubre poco a poco el uno al otro: el hombre ‘aprende’ acerca de la mujer aprendiendo sobre esta mujer; el hombre ‘aprende’ acerca del hombre aprendiendo sobre este hombre. No subestimemos la importancia de este aprendizaje: es un compromiso bello, y el mismo amor lo solicita, porque no es solamente una felicidad despreocupada, una emoción encantada…

La narración bíblica habla de la creación entera como un trabajo bello del amor de Dios: «Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. (Gen 1,31). Solamente al final, Dios ‘descansó’. De esta imagen entendemos que el amor de Dios, que dio origen al mundo, no fue una decisión improvisada. ¡No! Fue un trabajo bello. El amor de Dios creó las condiciones concretas de una alianza irrevocable, sólida, destinada a durar.

La alianza de amor entre el hombre y la mujer, alianza para la vida, no se improvisa: se aprende y se refina. Es una alianza artesanal. Hacer de dos vidas una vida sola, es también un milagro de la libertad y del corazón, confiado a la fe.

Debemos quizá comprometernos más sobre este punto, porque nuestras ‘coordinadas sentimentales’ se han ido un poco en confusión. Quien pretende de querer todo e inmediatamente, sede también sobre todo - y de inmediato - en la primera dificultad (o en la primera ocasión). No hay esperanza para la confianza y la fidelidad de la donación de sí mismo, si prevalece el hábito a consumir el amor como una especie de ‘suplemento alimenticio’ del bienestar psico-físico. ¡El amor no es esto!

El noviazgo se centra en la voluntad de cuidar juntos algo que nunca deberá ser comprado o vendido, traicionado o abandonado, por más tentadora que pueda ser la propuesta.

La Iglesia, en su sabiduría, cuida la distinción entre el ser novios y el ser esposos, sobre todo en vista de la delicadeza y profundidad de esta evaluación. Estemos atentos a no despreciar con un corazón ligero esta enseñanza sabia, que se nutre también de la experiencia del amor conyugal felizmente vivido. Los símbolos fuertes del cuerpo conservan las claves del alma: no podemos tratar los vínculos de la carne con ligereza, sin abrir alguna herida duradera en el espíritu (1 Cor 6, 15-20).

Es verdad, la cultura y la sociedad de hoy se han vuelto, más bien, indiferentes a la delicadeza y a la seriedad de este paso. Y por otro lado, no se puede decir que sean generosos con los jóvenes que tienen serias intenciones de formar una familia y a ¡traer al mundo hijos! Es más, a menudo ponen mil obstáculos, mentales y prácticos.

Los cursos prematrimoniales son una expresión especial de la preparación. Y nosotros vemos tantas parejas, que quizá llegan al curso un poco ‘sin quererlo’, pero después están contentos y agradecen, porque de hecho han encontrado allí la ocasión - ¡A menudo la única! – para reflexionar sobre su experiencia en términos no banales. Sí, muchas parejas están juntos tanto tiempo, quizá también en la intimidad, a veces conviviendo, pero no se conocen verdaderamente. Parece extraño, pero la experiencia demuestra que es así. Por eso, va revaluado el noviazgo como tiempo de conocimiento recíproco y de compartida de un proyecto.

El camino de preparación al matrimonio viene configurado en esta perspectiva, valiéndose también del testimonio simple pero intenso de cónyuges cristianos. Y dirigiéndose también aquí al esencial: la Biblia, de redescubrir juntos, en forma consciente; la oración en su dimensión litúrgica, pero también en aquella ‘doméstica’, de vivir en familia; la Confesión, a la cual regresar con alegría frecuentemente después de tanto tiempo; la Comunión, en la cual el Señor viene a demorar en los novios y les prepara para acogerlos verdaderamente el uno con el otro ‘con la gracia de Cristo’; y la fraternidad con los pobres y con los necesitados, que nos provocan a la sobriedad y a la compartida. Todo esto lleva a preparar la celebración del Matrimonio en forma distinta, ¡No mundano sino cristiano!

El tiempo del noviazgo puede convertirse de verdad en un tiempo de iniciación a la sorpresa de los dones espirituales con los cuales el Señor, a través de la Iglesia, enriquece el horizonte de la nueva familia que se dispone a vivir en su bendición.


EL NOVIAZGO ES EL TIEMPO EN QUE LOS NOVIOS DEBEN TRABAJAR SOBRE EL AMOR COMO ARTESANOS, EL PAPA EN SU CATEQUESIS

La Iglesia sabe que el amor no se compra

(RV).- En su catequesis de la audiencia general – celebrada el último miércoles de mayo en la Plaza de San Pedro y ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países – el Papa Francisco, prosiguió sus reflexiones sobre la familia y la vida real, centrándose, en esta ocasión, en el noviazgo, llamado a poner las bases de un proyecto de amor común asumido con plena conciencia.

Hablando en italiano el Santo Padre explicó que la misma palabra “noviazgo”, tiene que ver con la confianza, la confidencia y la fiabilidad. Confidencia con la vocación que Dios da – dijo también Francisco – porque el matrimonio es, ante todo, el descubrimiento de una llamada de Dios.

Tras destacar que es una cosa bella que hoy los jóvenes puedan elegir casarse basándose en el amor recíproco, el Papa afirmó que precisamente la libertad del vínculo requiere una consciente armonía de la decisión, y no sólo una relación basada en la atracción o el sentimiento. Porque como explicó el Obispo de Roma, el matrimonio, como vocación, establece una alianza tan sólida y duradera, que hace de dos vidas una sola, un auténtico milagro de la libertad humana y de la gracia de Dios.

El Papa también recordó que semejante alianza no se improvisa. De ahí que el noviazgo cree las condiciones favorables para que el hombre y la mujer se conozcan a fondo, para que maduren la decisión responsable por algo tan grande, que no se puede comprar ni vender. Mientras la cultura consumista del “usar y tirar” y del “todo y enseguida”, imperante en nuestra sociedad suele tender a convertir el amor en un objeto de consumo, que no puede constituir el fundamento de un compromiso vital.

Por eso Francisco dijo que la Iglesia, en su sabiduría, precisamente para proteger la profundidad del sacramento ha preservado la distinción entre el noviazgo y el matrimonio. Y, de hecho, los cursos prematrimoniales constituyen una expresión de su solicitud por la preparación de los esposos.


El Santo Padre concluyó afirmando que el tiempo del noviazgo puede llegar a ser un tiempo de iniciación a la sorpresa de los dones espirituales con los que el Señor, a través de la Iglesia, enriquece el horizonte de la nueva familia que se dispone a vivir en su bendición.

26 de mayo de 2015

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 89ª JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES QUE SE CELEBRARÁ EL PRÓXIMO 18 DE OCTUBRE:

La Jornada Mundial de las Misiones 2015 tiene lugar en el contexto del Año de la Vida Consagrada, y recibe de ello un estímulo para la oración y la reflexión. De hecho, si todo bautizado está llamado a dar testimonio del Señor Jesús proclamando la fe que ha recibido como un don, esto es particularmente válido para la persona consagrada, porque entre la vida consagrada y la misión subsiste un fuerte vínculo. El seguimiento de Jesús, que ha dado lugar a la aparición de la vida consagrada en la Iglesia, responde a la llamada a tomar la cruz e ir tras él, a imitar su dedicación al Padre y sus gestos de servicio y de amor, a perder la vida para encontrarla. Y dado que toda la existencia de Cristo tiene un carácter misionero, los hombres y las mujeres que le siguen más de cerca asumen plenamente este mismo carácter.
La dimensión misionera, al pertenecer a la naturaleza misma de la Iglesia, es tambiénintrínseca a toda forma de vida consagrada, y no puede ser descuidada sin que deje un vacío que desfigure el carisma. La misión no es proselitismo o mera estrategia; la misión es parte de la “gramática” de la fe, es algo imprescindible para aquellos que escuchan la voz del Espíritu que susurra “ven” y “ve”. Quien sigue a Cristo se convierte necesariamente en misionero, y sabe que Jesús «camina con él, habla con él, respira con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera» (Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 266).
La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene; y en ese mismo momento percibimos que ese amor, que nace de su corazón traspasado, se extiende a todo el pueblo de Dios y a la humanidad entera; Así redescubrimos que él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado (cf. ibid., 268) y de todos aquellos que lo buscan con corazón sincero. En el mandato de Jesús: “vayan” están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia. En ella todos están llamados a anunciar el Evangelio a través del testimonio de la vida; y de forma  especial se pide a los consagrados que escuchen la voz del Espíritu, que los llama a ir a las grandes periferias de la misión, entre las personas a las que aún no ha llegado todavía el Evangelio.
El quincuagésimo aniversario del Decreto conciliar Ad gentes nos invita a releer y meditar este documento que suscitó un fuerte impulso misionero en los Institutos de Vida Consagrada. En las comunidades contemplativas retomó luz y elocuencia la figura de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, como inspiradora del vínculo íntimo de la vida contemplativa con la misión.
Para muchas congregaciones religiosas de vida activa el anhelo misionero que surgió del Concilio Vaticano II se puso en marcha con una apertura extraordinaria a la misión ad gentes, a menudo acompañada por la acogida de hermanos y hermanas provenientes de tierras y culturas encontradas durante la evangelización, por lo que hoy en día se puede hablar de una interculturalidad generalizada en la vida consagrada. Precisamente por esta razón, es urgente volver a proponer el ideal de la misión en su centro: Jesucristo, y en su exigencia: la donación total de sí mismo a la proclamación del Evangelio. No puede haber ninguna concesión sobre esto: quien, por la gracia de Dios, recibe la misión, está llamado a vivir la misión.
Para estas personas, el anuncio de Cristo, en las diversas periferias del mundo, se convierte en la manera de vivir el seguimiento de él y recompensa los muchos esfuerzos  y privaciones. Cualquier tendencia a desviarse de esta vocación, aunque sea acompañada por nobles motivos relacionados con la muchas necesidades pastorales, eclesiales o humanitarias, no está en consonancia con el llamamiento personal del Señor al servicio del Evangelio.
En los Institutos misioneros los formadores están llamados tanto a indicar clara y honestamente esta perspectiva de vida y de acción como a actuar con autoridad en el discernimiento de las vocaciones misioneras auténticas. Me dirijo especialmente a los jóvenes, que siguen siendo capaces de dar testimonios valientes y de realizar hazañas generosas a veces contra corriente: no dejen que les roben el sueño de una misión auténtica, de un seguimiento de Jesús que implique la donación total de sí mismo. En el secreto de su conciencia, preguntaos cuál es la razón por la que han elegido la vida religiosa misionera y midan la disposición a aceptarla por lo que es: un don de amor al servicio del anuncio del Evangelio, recordando que, antes de ser una necesidad para aquellos que no lo conocen, el anuncio del Evangelio es una necesidad para los que aman al Maestro.
Hoy, la misión se enfrenta al reto de respetar la necesidad de todos los pueblos de partir de sus propias raíces y de salvaguardar los valores de las respectivas culturas. Se trata de conocer y respetar otras tradiciones y sistemas filosóficos, y reconocer a cada pueblo y cultura el derecho de hacerse ayudar por su propia tradición en la inteligencia del misterio de Dios y en la acogida del Evangelio de Jesús, que es luz para las culturas y fuerza transformadora de las mismas.
Dentro de esta compleja dinámica, nos preguntamos: “¿Quiénes son los destinatarios privilegiados del anuncio evangélico?” La respuesta es clara y la encontramos en el mismo Evangelio: los pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen como pagarte (cf. Lc 14,13-14). La evangelización, dirigida preferentemente a ellos, es signo del Reino que Jesús ha venido a traer: «Existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos» (Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 48). Esto debe estar claro especialmente para las personas que abrazan la vida consagrada misionera: con el voto de pobreza se escoge seguir a Cristo en esta preferencia suya, no ideológicamente, sino como él, identificándose con los pobres, viviendo como ellos en la precariedad de la vida cotidiana y en la renuncia de todo poder para convertirse en hermanos y hermanas de los últimos, llevándoles el testimonio de la alegría del Evangelio y la expresión de la caridad de Dios.
Para vivir el testimonio cristiano y los signos del amor del Padre entre los pequeños y los pobres, las personas consagradas están llamadas a promover, en el servicio de la misión, la presencia de los fieles laicos. Ya  el Concilio Ecuménico Vaticano II afirmaba: «Los laicos cooperan a la obra de evangelización de la Iglesia y participan de su misión salvífica a la vez como testigos y como instrumentos vivos» (Ad gentes, 41). Es necesario que los misioneros consagrados se abran cada vez con mayor valentía a aquellos que están dispuestos a colaborar con ellos, aunque sea por un tiempo limitado, para una experiencia sobre el terreno. Son hermanos y hermanas que quieren compartir la vocación misionera inherente al Bautismo. Las casas y las estructuras de las misiones son lugares naturales para su acogida y su apoyo humano, espiritual y apostólico.
Las Instituciones y Obras misioneras de la Iglesia están totalmente al servicio de los que no conocen el Evangelio de Jesús. Para lograr eficazmente este objetivo, estas necesitan los carismas y el compromiso misionero de los consagrados, pero también, los consagrados, necesitan una estructura de servicio, expresión de la preocupación del Obispo de Roma para asegurar la koinonía, de forma que la colaboración y la sinergia sean una parte integral del testimonio misionero. Jesús ha puesto la unidad de los discípulos, como condición para que el mundo crea (cf. Jn 17,21). Esta convergencia no equivale a una sumisión jurídico-organizativa a organizaciones institucionales, o a una mortificación de la fantasía del Espíritu que suscita la diversidad, sino que significa dar más eficacia al mensaje del Evangelio y promover aquella unidad de propósito que es también  fruto del Espíritu.
La Obra Misionera del Sucesor de Pedro tiene un horizonte apostólico universal. Por ello también necesita de los múltiples carismas de la vida consagrada, para abordar al vasto horizonte de la evangelización y para poder garantizar una adecuada presencia en las fronteras y territorios alcanzados.
Queridos hermanos y hermanas, la pasión del misionero es el Evangelio. San Pablo podía afirmar: «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (1 Cor 9,16). El Evangelio es fuente de alegría, de liberación y de salvación para todos los hombres. La Iglesia es consciente de este don, por lo tanto, no se cansa de proclamar sin cesar a todos «lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos» (1 Jn 1,1). La misión de los servidores de la Palabra – obispos, sacerdotes, religiosos y laicos –  es la de poner a todos, sin excepción, en una relación personal con Cristo. En el inmenso campo de la acción misionera de la Iglesia, todo bautizado está llamado a vivir lo mejor posible su compromiso, según su situación personal. Una respuesta generosa a esta vocación universal la pueden ofrecer los consagrados y las consagradas, a través de una intensa vida de oración y de unión con el Señor y con su sacrificio redentor.
Mientras encomiendo a María, Madre de la Iglesia y modelo misionero, a todos aquellos que,ad gentes o en su propio territorio, en todos los estados de vida cooperan al  anuncio del Evangelio, les envío de todo corazón mi Bendición Apostólica.
Vaticano, 24 de mayo de 2015
Solemnidad de Pentecostés


EL VATICANO ABORDA EL DAÑO QUE CAUSA LA IDEOLOGÍA DEL GÉNERO EN UN SIMPOSIO CENTRADO EN LA MUJER

Lo hará en la II Conferencia Internacional sobre la Mujer

También tratará la ablación, el infanticidio de niñas y los abortos selectivos de fetos

La Santa Sede estudiará el papel de la mujer en el desarrollo del mundo y analizará su situación ante fenómenos contemporáneos como la eliminación de diferencias entre sexos.
La conferencia, que lleva por título "Mujeres hacia la agenda para el desarrollo post-2015: retos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", es un simposio que estudiará algunas cuestiones neurálgicas para la mujer actual como "la antropología femenina ante la cultura moderna" o la denominada "ideología del género", que sostiene que no existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres y que ha sido tildada por el papa Francisco de "colonización ideológica".
Ha sido organizado por el Pontificio Consejo de la Justicia y de la Paz junto a la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas (WUCWO, en sus siglas en inglés) y a la Alianza Mundial de Mujeres por la Vida y la Familia (WWALF), entre otros organismos.
El presidente del Pontificio Consejo, el cardenal Peter Turkson, explicó hoy durante la presentación del acto que los participantes en el encuentro serán más de cien y mayoritariamente mujeres.
Provendrán de contextos culturales y sociales de los cinco continentes para "proporcionar el punto de vista más amplio posible sobre las principales cuestiones contemporáneas que afectan a la mujer a nivel mundial".
También abordará la educación o el papel que las mujeres están llamadas a desempeñar en el diálogo interreligioso como "vía para una paz duradera en el mundo".
"Los múltiples episodios de los últimos tiempos han hecho que mujeres y niñas sean víctimas de atrocidades indescriptibles que han implicado incluso violencia sexual (...) Estos episodios nos exigen intensificar el diálogo religioso para condenar con fuerza" estos hechos, señaló Turkson.
Además, el purpurado refirió que esta conferencia será la ocasión para analizar las "viejas y nuevas formas de esclavitud y de violencia" padecidas por las mujeres.
En este sentido alertó de que, mientras en Occidente "se dan casos de violencia doméstica", en otras zonas más pobres se producen "infanticidios de niñas y abortos selectivos de fetos".
Una situación que constituye, a juicio del cardenal, "extremas violaciones de la dignidad y de los derechos de la mujer, en primer lugar de su derecho a la vida".
Asimismo se debatirá sobre "el escandaloso y abominable fenómeno" de la trata de seres humanos ya que, según la Organización Internacional del Trabajo y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC), casi 21 millones de personas son víctimas de la prostitución, tráfico de órganos y el trabajo forzado.
Una cumbre que será una "contribución" a las negociaciones para configurar la nueva agenda para el desarrollo post-2015, en curso en Naciones Unidas, porque, a su juicio, "la mujer desarrolla un papel clave en la reducción de la pobreza, del hambre en el mundo, en la educación y custodia la vida".
Fuente: Religión Confidencial


25 de mayo de 2015

ENTREVISTA DEL DIARIO ARGENTINO LA VOZ DEL PUEBLO AL PAPA FRANCISCO

BUENOS AIRES, 25 May. 2015  El Papa Francisco concedió una de sus entrevistas más personales al diario argentino “La Voz del Pueblo”, de la ciudad bonaerense de Tres Arroyos publicada con ocasión del 25 de mayo, aniversario del primer gobierno nacional.
El Pontífice conversó con el periodista Juan Berretta y le dio su visión sobre Argentina, habló de sus gustos y sus miedos, los temas de la realidad del mundo que le preocupan y reveló detalles desconocidos de su vida diaria.
¿Soñaba con ser Papa?
¡¡¡Nunca!!! Tampoco con ser presidente de la República o general del Ejército. Viste que hay algunos pibes que sueñan con eso. Yo no.
¿Pero avanzando en el servicio episcopal tampoco fantaseó con esa posibilidad?
Después de que estuve 15 años en puestos de mando en los que me fueron poniendo, volví al llano, a ser confesor, cura... La vida de un religioso, de un jesuita, va cambiando según las necesidades. Y con respecto a la posibilidad, yo estaba en la lista de los papables en el otro cónclave… Pero esta vez, la segunda, por la edad, 76 años, y porque además había gente más valiosa ciertamente... Así que a mí nadie me nombraba, nadie.
Además decían que era un "kingmaker" (o hacedor de reyes, como se denomina aquellos cardenales que debido a su experiencia y autoridad son más capaces que otros para pesar en el resultado electoral), que podía influir en los cardenales latinoamericanos para que votaran. Tanto era el asunto que ni una foto mía salió en los diarios, nadie pensaba en mí. En las casas de apuestas de Londres estaba en el número 46 (se ríe con ganas). Yo tampoco pensaba en mí, ni se me ocurría.
¿A pesar de que en 2005 fue el segundo más votado luego de Ratzinger?
Esas son cosas que se dicen. Lo cierto es que al menos en la otra elección estaba en los diarios, aparecía entre los papables. Adentro era claro que tenía que ser Benedicto y hubo casi unanimidad por él y eso a mí me gustó mucho. Era clara su candidatura, en la segunda no había ningún candidato claro. Había varios posibles, pero ninguno fuerte. Por eso me vine a Roma con lo puesto y con pasaje para volver el sábado a la noche y poder estar en Buenos Aires en el Domingo de Ramos. Incluso dejé hecha mi homilía sobre el escritorio. Nunca pensé que iba a pasar.
¿Y cuándo fue elegido qué sintió?
Antes de la elección definitoria sentí mucha paz. "Si Dios lo quiere...", pensé. Y me quedé en paz. Mientras que se hacían los escrutinios, que son eternos, yo rezaba el rosario, tranquilo. Tenía a mi lado a mi amigo el cardenal Claudio Hummes, que en una votación anterior a la definitiva me decía, "no te preocupes eh, que así obra el Espíritu Santo…" (vuelve a reírse).
¿Y lo asumió enseguida?
Me llevaron a la Sacristía, me cambiaron la sotana, y a la cancha. Y ahí dije lo que me vino.
Fue algo natural entonces.
Sí, sentí mucha paz y dije lo que me vino del corazón
¿Reconoce el magnetismo que genera en la gente? Lo digo por el plus que le da su figura a la investidura papal.
Y, sí... Sé que la gente... (duda, hace silencio) Primero no entendía por qué ocurría eso. Y me cuentan algunos cardenales que la gente dice "le entendemos". Claro, yo trato de ser plástico en las audiencias, en las cosas que hablo, como hoy (por la audiencia pública del miércoles) que conté una anécdota de cuando estaba en cuarto grado. Entonces es como que la gente entiende lo que quiero decir. Como cuando hablé del caso de los padres separados, que usan de rehenes a los hijos, algo muy triste, los victimizan, el papá le habla mal de la mamá, o al revés, y al pobre chico se le arma un corso a contramano en la cabeza. Trato de ser concreto y eso que vos llamás magnetismo, ciertos cardenales me dicen que tiene que ver con que la gente me entiende.
¿Disfruta de la audiencia pública?
Sí, lo disfruto en un sentido humano y espiritual, las dos cosas. La gente me hace bien, me tira buena onda, como se dice. Es como que mi vida se va involucrando en la gente. Yo, psicológicamente, no puedo vivir sin gente, no sirvo para monje, por eso me quedé a vivir acá en esta casa (en la residencia de Santa Marta). Esta es una casa de huéspedes, hay 210 piezas, vivimos 40 personas que trabajamos en la Santa Sede y los otros son huéspedes, obispos, curas, laicos, que pasan y se hospedan acá. Y eso a mí me hace muy bien. Venir aquí, comer en el comedor, donde está toda la gente, tener la misa ésa donde cuatro días a la semana viene gente de afuera, de las parroquias… Me gusta mucho eso. Yo me hice cura para estar con la gente. Doy gracias a Dios que eso no se me haya ido.
¿Qué añora de su vida previa al papado?
Salir a la calle. Eso sí lo añoro, la tranquilidad de caminar por las calles. O ir a una pizzería a comer una buena pizza (se ríe).
Puede pedir un delivery al Vaticano.
Sí, pero no es lo mismo, la cuestión es ir allí. Yo siempre fui callejero. De cardenal me encantaba caminar por la calle, ir en colectivo, subte. La ciudad me encanta, soy ciudadano de alma. No podría vivir en una ciudad como la tuya por ejemplo, me costaría mucho... No, Tres Arroyos no es tan chico, sí podría vivir ahí. En el campo no podría vivir.
¿Acá recorre la ciudad?
Noooo, (otra vez se ríe con ganas). Voy a las parroquias... Pero no puedo salir. Imagínate que yo salgo ahí (por la calle) y se arma. Un día salí en el auto sólo con el chofer y me olvidé de cerrar la ventanilla, estaba abierta y no me di cuenta. Y se armó un lío... Yo iba en el asiento del acompañante, teníamos que ir ahí nomás, pero la gente no dejaba avanzar el auto. Claro, que el Papa esté por la calle...
Eso tiene que ver con su forma de ser
Es verdad que acá tengo el apelativo de indisciplinado, el protocolo mucho no lo sigo. El protocolo es muy frío, aunque hay cosas oficiales a las que me atengo totalmente.
¿De noche puede descansar, se desconecta?
Yo tengo un sueño tan profundo que me tiro en la cama y me quedo dormido. Duermo seis horas. Normalmente a las nueve estoy en la cama y leo hasta casi las diez, cuando me empieza a lagrimear un ojo apago la luz y ahí quedé hasta las cuatro que me despierto solo, es el reloj biológico. Eso sí, después necesito la siesta. Tengo que dormir de 40 minutos a una hora, ahí me saco los zapatos y me tiro en la cama. Y también duermo profundamente, y también me despierto solo. Los días que no duermo la siesta lo siento.
¿Qué lee antes de dormirse?
Ahora estoy leyendo sobre San Silvano del Monte Athos, un gran maestro espiritual.
En la visita que realizó a Manila en el verano, habló de la importancia de llorar. ¿Usted llora?
Cuando veo dramas humanos. Como el otro día al ver lo que ocurre con los del pueblo rohingya, que andan arriba de esos barcones en aguas tailandesas y cuando se acercan a tierra les dan un poco de comida, agua y los echan otra vez al mar. Eso me conmueve profundamente, ese tipo de dramas. Después, los chicos enfermos. Cuando veo lo que acá llaman "enfermedades raras", que son producidas por descuido del ambiente, se me revuelve todo. Cuando veo a esas criaturas le digo al Señor: "Por qué ellos y no yo". Cuando voy a la cárcel también me conmuevo.
De los tres Jueves Santos que tuve, dos fui a cárceles, una vez a una de menores y la otra a la de Rebibbia. Y después en otras ciudades de Italia que visité fui a la cárcel, almorcé con ellos, y cuando estaba charlando me venía a la cabeza: "Pensar que yo podría estar aquí". Es decir, ninguno de nosotros está seguro de que nunca va a cometer un crimen, una cosa digna de ser encarcelado. Entonces me digo por qué Dios permitió que yo no esté aquí. Y siento dolor por ellos y le agradezco a Dios no estar, pero a la vez siento que ese agradecimiento es de conveniencia también, porque ellos no tuvieron la oportunidad que tuve yo de no hacer una macana digna de estar encarcelado. Eso me lleva al llanto interior. Eso lo siento mucho.
¿Pero llega a llorar con lágrimas?
Públicamente no lloro. Me pasó dos veces que estuve al límite, pero me pude frenar a tiempo. Estaba demasiado conmovido, incluso hubo algunas lágrimas que se escaparon, pero me hice el tonto y después de un rato me pasé la mano por la cara.
¿Por qué no quería que lo vieran llorar?
No sé, me pareció que tenía que seguir adelante.
¿Cuáles fueron esas situaciones?
Recuerdo una, la otra no. La que me acuerdo tuvo que ver con la persecución de los cristianos en Irak. Estaba hablando de eso y me conmoví profundamente. Pensar en los chicos…
¿A qué le tiene miedo?
En general no tengo miedo. Soy más bien temerario, me mando sin medir consecuencias. Eso a veces me da dolores de cabeza porque por ahí se me va una palabra de más (otra vez se ríe con intensidad). En cuanto a los atentados, yo estoy en manos de Dios y en mi oración le hablé al Señor y le dije: "Mirá, si eso tiene que ser, que sea, solamente te pido una gracia, que no me duela" (se ríe), porque soy cobarde al dolor físico. El dolor moral lo aguanto, pero el físico, no. Soy muy cobarde en eso, no es que le tenga miedo a una inyección, pero prefiero no tener problemas con el dolor físico. Soy muy intolerante, lo asumo como algo que me quedó de la operación de pulmón que me realizaron cuando tenía 19 años.
¿Siente presión?
Las presiones existen. Toda persona de gobierno siente presiones. En este momento lo que más me cuesta es la intensidad que hay de trabajo. Estoy llevando un ritmo de trabajo muy fuerte, es el síndrome del fin del año escolar, que acá termina a fin de junio. Y entonces se juntan mil cosas, y problemas hay... Y después están los problemas que te arman, con que dije o no dije... Los medios de comunicación también toman una palabra y por ahí la descontextualizan. El otro día en la parroquia de Ostia, cerca de Roma, voy saludando a la gente, y habían puesto a los ancianos y a los enfermos en el gimnasio. Estaban sentados y yo pasaba y los saludaba. Entonces dije: "Miren qué divertido, acá donde jugaban los chicos están los ancianos y los enfermos. Yo los comprendo a ustedes porque también soy anciano y también tengo mis achaques, soy un poco enfermo". Al otro día salió en los diarios: "El Papa confesó que estaba enfermo". Contra ese enemigo no podés.
¿Y está encima de todo lo que se publica?
No, no. Diario leo solamente uno, La Repubblica, que es un diario para sectores medios. Lo hago a la mañana y no me lleva más de 10 minutos ojearlo. Televisión no veo desde el año 1990 (se toma el tiempo para responder). Es una promesa que le hice a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990.
¿Por un motivo en particular?
No, no, me dije esto "no es para mí".
¿No ve los partidos de San Lorenzo?
No veo nada.
¿Cómo se entera de los resultados?
Hay un guardia suizo que todas las semanas me deja los resultados y cómo va en la tabla.
Usted, entre los Papas, ¿sería un Messi o un Mascherano?
No sabría decirte porque no sé distinguir el estilo de los dos porque no veo fútbol. Messi vino dos veces acá y nada más, no lo he visto.
¿Navega por Internet?
Nada. Y dar entrevistas jamás, ahora se me ha dado, es el estado de gracia. Antes enfrentarme a un periodista me daba pánico.
¿Cómo ve a la Argentina desde el Vaticano?
Como un país de muchas posibilidades y de tantas oportunidades perdidas. Como decía el cardenal Quarracino. Y es verdad. Somos un país que ha perdido tantas oportunidades a lo largo de la historia. Algo pasa, con toda la riqueza que tenemos. Como el cuento de los embajadores de los países que se fueron a quejar a Dios porque a los argentinos le habían dado tantas riquezas y a ellos solamente una, o la agricultura o la minería. Dios los escuchó y les contestó: "No, perdón, para balancear les di los argentinos".
¿Sigue la evolución de la política en Argentina?
No, para nada, corté acá la recepción de políticos porque me di cuenta de que algunos usaban eso y mi foto, aunque también es cierto que algún otro ni dijo que había estado conmigo y ni se sacó la foto. Pero para evitar eso, los políticos en audiencia privada, no. Si vienen van a las audiencias generales, los saludo. Pero no sé cómo van las elecciones ni quiénes son los candidatos. Me imagino quiénes deben ser los principales, pero no sé tampoco cómo van las tensiones. Sé que en las PASO de Buenos Aires ganó el PRO porque lo vi en el diario, salió hasta en La Repubblica.
¿Le gusta que lo cataloguen como el Papa pobre?
Si ponen después otra palabra, sí. "Pobre tipo", por ejemplo... (se vuelve a reír con ganas). La pobreza es el centro del Evangelio. Jesús vino a predicar a los pobres, si vos sacás la pobreza del Evangelio no entendés nada, le sacás la médula.
¿No es utópico pensar en que se puede erradicar la pobreza?
Sí, pero las utopías nos tiran para adelante. Sería triste que un joven o una joven no las tuviera. Hay tres cosas que tenemos que tener todos en la vida: memoria, capacidad de ver el presente y utopía para el futuro. La memoria no hay que perderla. Cuando los pueblos pierden su memoria está el gran drama de descuidar a los ancianos. Capacidad de hermenéutica frente al presente, interpretarlo y saber por dónde hay que ir con esa memoria, con esas raíces que traigo, cómo la juego en el presente, y ahí está la vida de los jóvenes y adultos. Y el futuro, ahí está la de los jóvenes sobre todo y la de los niños. Con memoria, con capacidad de gestión en el presente, de discernimiento y la utopía hacia el futuro, que ahí se involucran los jóvenes. Por eso el futuro de un pueblo se manifiesta en el cuidado de los ancianos, que son la memoria, y de los niños y jóvenes, que son los que van a llevarla adelante. Los adultos tenemos que recibir esa memoria, trabajarla en el futuro y darla a los hijos. Una vez leí algo muy lindo: "El presente, el mundo que hemos recibido, no es sólo una herencia de los mayores sino más bien un préstamo que nos hacen nuestros hijos para que se lo devolvamos mejor". Si yo corto mis raíces y me desmemorizo me va a pasar lo que le pasa a toda planta, me voy a morir; si yo vivo solamente un presente sin mirar la previsión a futuro, me va a pasar lo que le pasa a todo mal administrador que no sabe proyectar. La contaminación ambiental es un fenómeno de ese estilo. Tienen que ir las tres juntas, cuando falta alguna un pueblo empieza a decaer.
¿Cuáles son los peores males que aquejan al mundo hoy?
Pobreza, corrupción, trata de personas... Me puedo equivocar en la estadística, pero qué me decís si te pregunto ¿qué ítem viene en gasto en el mundo después de alimentación, vestido y medicina? El cuarto son los cosméticos y el quinto las mascotas. Es grave eso, eh. El cuidado de las mascotas es como el amor un poco programado, es decir, yo puedo programar la respuesta amorosa de un perro o de una gatita, y ya no necesito tener la experiencia de un amor de reciprocidad humana. Estoy exagerando, que no se tome textual, pero es para preocuparse.
¿Por qué siempre repite "recen por mí"?
Porque lo necesito. Yo necesito que me sostenga la oración del pueblo. Es una necesidad interior, tengo que estar sostenido por la oración del pueblo.
¿Cómo le gustaría que lo recuerden?
Como un buen tipo. Que digan: "Este era un buen tipo que trató de hacer el bien". No tengo otra pretensión.
¿Qué recuerdos tiene del fútbol y de San Lorenzo en su infancia?
Me acuerdo como si fuera hoy la campaña del 46, nosotros íbamos al Gasómetro todos los domingos. Íbamos en familia, hasta ese momento iba mi mamá también. Después del partido salíamos y comprábamos caracoles en salsa, unas cuantas pizzas y volvíamos a casa. Era todo una fiesta familiar. Lo seguíamos de local nada más, y algunas veces cuando jugaba en Ferro, pero si no, a otras canchas no íbamos.
¿Le gustaría que Marcelo Tinelli, vice de San Lorenzo, sea presidente de la AFA?
A Tinelli lo vi dos veces. Una sin saber que era él, no lo conocía, lo saludé en el amistoso Argentina-Italia, y después me dijeron: "Ese que saludó tercero es Tinelli". Y la segunda vez que lo vi fue cuando me trajo la Copa. Pero no sé cómo está la situación allá, no tengo idea qué pasa.
¿Qué opinión tiene de lo que pasó en el Boca-River?
Fue una pena. Son esas salvajadas propias de la persona que la pasión lo desborda, y también la prepotencia y la no sociabilidad, la incapacidad de vivir en sociedad. La verdad que es lamentable que en nuestro pueblo existan cosas como las barras bravas, sé que en otros países también existen. Acá en Italia también hubo problemas entre barrabravas, que no necesariamente luchan por el club, la mayoría son mercenarios. Es lamentable. Yo viví el tiempo del fútbol amateur, en la campaña del 46 yo tenía 9 años y siempre iba a la tribuna, nunca a la platea. Lo peor que se le decía al árbitro era vendido, infeliz, idiota, y de ahí no subía. O patadura a alguno que no había agarrado bien la pelota, o dormido... No es esa catarata tan colorida de insultos de ahora. Ha cambiado el ambiente y es lamentable.
Los chirlos de cuarto grado
Durante la audiencia general del miércoles por la mañana, en la que se refirió a los valores de la familia y a la educación de los hijos, Francisco contó en italiano una anécdota de cuarto grado. Por la tarde, la repitió en castellano en la entrevista con el periodista de La Voz del Pueblo: "Yo estaba en la pre-adolescencia, tenía unos 10 u 11 años, y la maestra no recuerdo qué dijo y yo largué un término que no correspondía. Y me escuchó. Cuando salimos al recreo me dijo: 'Eso no se dice, así que te voy a mandar una nota para que venga tu mamá mañana'".
"Mi mamá fue, la maestra salió del aula y me mandaron a llamar. Y mi mamá muy tranquila me comentó: 'Lo que le dijiste a la maestra no se dice, ella trabaja para enseñarte, para hacerte hombre, así que pedirle perdón'. Le pedí perdón a la maestra, me dio un beso y me dijo que volviera al aula. Y un poco dije, 'ya está, la pasé'. Pero ése fue el primer capítulo, el segundo fue cuando llegué a casa. Ahí sí cobré lindo...

"Y es verdad, hoy día los métodos de castigo a los chicos cambiaron, hay otra sensibilidad. En aquella época te daban dos cachetazos y listo. Siempre digo: 'Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el traste no vienen mal'. Eso mismo lo dije en la audiencia una vez y algunos países me criticaron. Son países que tienen leyes de protección al menor muy estrictas... El Papa no puede decir eso. Pero curiosamente esos países, que incluso castigan al padre o a la madre que le pega al menor, tienen leyes que les permiten matar a los chicos antes de que nazcan. Esas son las contradicciones que vivimos ahora".
Fuente: Acci