«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


29 de junio de 2015

MARÍA, PEDRO Y PABLO: SON NUESTROS COMPAÑEROS DE VIAJE EN LA BÚSQUEDA DE DIOS

(RV).- El Papa Francisco saludó de modo particular a los fieles de su diócesis a la hora del Ángelus de la solemnidad de santos Apóstoles Pedro y Pablo, Patronos de Roma. El Santo Padre recordó que si bien se trata de una solemnidad de la Iglesia universal, en la Ciudad Eterna se la vive con especial alegría, en reconocimiento al testimonio sellado con la sangre de estas dos columnas que vinieron desde lejos para anunciar el Evangelio a costa de su vida.
Tras recordar que la gloriosa herencia de estos dos Apóstoles es motivo de orgullo espiritual para Roma, Francisco afirmó que también es una llamada a vivir las virtudes cristianas, de modo particular la fe y la caridad. Y añadió que María – a la que se la invoca de modo especial como Salus Populi Romani –  junto con Pedro y Pablo, son nuestros compañeros de viaje en la búsqueda de Dios. Son – dijo – nuestras guías en el camino de la fe y de la santidad.
El Obispo de Roma recordó asimismo que durante la celebración Eucarística de la mañana en la Basílica de San Pedro, bendijo los Palios de los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el último año. Por esta razón renovó sus saludos y felicitaciones a todos ellos, con sus familiares y cuantos los acompañaron, manifestando su deseo de que el Palio, además de acrecentar los lazos de comunión con la Sede de Pedro, sea un aliciente para un servicio cada vez más generoso a las personas encomendadas a su celo pastoral.
Además, Francisco destacó que durante la liturgia tuvo el gusto de saludar a los Miembros de la Delegación que viajó  a Roma en nombre del Patriarca Ecuménico Bartolomé I, que cada año participa en esta fiesta de los santos Pedro y Pablo. Y afirmó que su presencia es signo de los vínculos fraternos existentes entre nuestras Iglesias, por lo que invitó a rezar para que se refuerce entre nosotros el camino de la unidad.
Antes de invocar a la Madre de Dios, el Papa Bergoglio dijo la oración en este día es sobre todo por la ciudad de Roma, por su bienestar espiritual y material, para que la gracia divina sostenga a todo el pueblo romano, a fin de que viva en plenitud la fe cristiana, que testimoniaron con intrépido ardor los santos Pedro y Pablo.
Y en sus saludos a los numerosos fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, el Papa felicitó a los artistas que realizaron un hermoso adorno floral, al igual que a quienes organizaron un tradicional espectáculo pirotécnico que tendrá lugar esta noche en Castel Sant’Angelo, cuya recaudación sostendrá una iniciativa caritativa en Tierra Santa y en los países de Oriente Medio.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
Texto de las palabras del Papa Francisco a la hora del Ángelus:
Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Como saben, la Iglesia universal celebra hoy la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, pero se la vive con una alegría especial en la Iglesia de Roma, porque en su testimonio, sellado con la sangre, tiene sus propios cimientos. Roma siente especial afecto y reconocimiento por estos hombres de Dios, que vinieron de una tierra lejana a anunciar, a costa de su vida, aquel Evangelio de Cristo al que se había dedicado totalmente.
La gloriosa herencia de estos dos Apóstoles es motivo de orgullo espiritual para Roma y, al mismo tiempo, es una llamada a vivir las virtudes cristianas, de modo particular la fe y la caridad: la fe en Jesús cual Mesías e Hijo de Dios, que Pedro profesó primero y que Pablo anunció a la gente; y la caridad, que che esta Iglesia está llamada a servir con horizonte universal.
En la oración del Ángelus, en el recuerdo de los santos Pedro y Pablo, asociamos el de María, imagen viva de la Iglesia, esposa de Cristo, que los dos Apóstoles “fecundaron con su sangre” (Antífona de ingreso de la Misa del día).
Pedro conoció personalmente a María y en su diálogo con ella, especialmente en los días que precedieron Pentecostés (Cfr. Hch 1, 14), pudo profundizar el conocimiento del misterio de Cristo. Pablo, al anunciar el cumplimiento del designio salvífico “en la plenitud de los tiempos”, no dejó de recordar a la “mujer” de la que el Hijo de Dios había nacido en el tiempo (Cfr. Ga 4, 4).
En la evangelización de los dos Apóstoles aquí, en Roma, también están las raíces de la profunda y secular devoción de los romanos a la Virgen, invocada especialmente come Salus Populi Romani.
María, Pedro y Pablo: son nuestros compañeros de viaje en la búsqueda de Dios; son nuestras guías en el camino de la fe y de la santidad; ellos nos impulsan hacia Jesús, para hacer todo lo que Él nos pide. Invoquemos su ayuda a fin de que nuestro corazón esté siempre abierto a las sugerencias del Espíritu Santo y al encuentro con los hermanos.
En la celebración Eucarística, que tuvo lugar esta mañana en la Basílica de San Pedro, he bendecido los Palios de los Arzobispos Metropolitanos nombrados en el último año, procedentes de varias partes del mundo. Renuevo mi saludo y mis felicitaciones a ellos, a sus familiares y a cuantos los acompañan en esta significativa circunstancia, y deseo que el Palio, además de acrecentar los lazos de comunión con la Sede de Pedro, sea un aliciente para un servicio cada vez más generoso a las personas encomendadas a su cuidado pastoral.
En la misma liturgia, tuve el placer de saludar a los Miembros de la Delegación que ha venido a Roma en nombre del Patriarca Ecuménico, el amadísimo hermano Bartolomé I, para participar, como cada año, en la fiesta de los santos Pedro y Pablo. También esta presencia es signo de los vínculos fraternos existentes entre nuestras Iglesias. Recemos para que se refuerce entre nosotros el camino de la unidad.
Nuestra oración hoy es sobre todo por la ciudad de Roma, por su bienestar espiritual y material, para que la gracia divina sostenga a todo el pueblo romano, a fin de que viva en plenitud la fe cristiana, que testimoniaron con intrépido ardor los santos Pedro y Pablo. Que interceda por nosotros la Santísima Virgen, Reina de los Apóstoles.
Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa dijo:
Queridos hermanos y hermanas:
Los saludo a todos ustedes, a las familias, parroquias, asociaciones procedentes de Italia y de tantas partes del mundo. Pero sobre todo hoy ¡saludo a los fieles de Roma, en la fiesta de los Santos Patronos de la Ciudad!
Saludo a los estudiantes de algunas escuelas católicas de Estados Unidos de América y de Escocia.
Me congratulo con los artistas que han realizado un gran y bello adorno floral, allí, y agradezco a la “Pro Loco” de Roma por haberlo organizado. Muchas gracias.
Felicitaciones también por el tradicional espectáculo pirotécnico que tendrá lugar esta noche en Castel Sant’Angelo, cuya recaudación sostendrá una iniciativa caritativa en Tierra Santa y en los países de Oriente Medio.
La semana próxima, del 5 al 13 de julio, parto hacia Ecuador, Bolivia y Paraguay. Les pido a todos ustedes que me acompañen con la oración, a fin de que el Señor bendiga este viaje al continente de América Latina tan querido para mí, como se pueden imaginar. Expreso a la querida población de Ecuador, de Bolivia y de Paraguay mi alegría por encontrarme en su casa, y les pido a ustedes, de manera especial, que recen por mí y por este viaje, a fin de que la Virgen María nos dé la gracia de acompañarnos a todos con su materna protección.
A todos ustedes les deseo buena fiesta. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la vista.



28 de junio de 2015

EL PAPA EN EL ÁNGELUS: “LA FE ES TOCAR A JESÚS Y TOMAR DE ÉL LA GRACIA QUE SALVA”

Texto completo de la meditación del Papa antes de la oración del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy presenta el relato de la resurrección de una niña de doce años, hija de uno de los jefes de la sinagoga, el cual se arroja a los pies de Jesús y le suplica: “Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se cure y viva” (Mc 5, 23). En esta oración sentimos la preocupación de todo padre por la vida y por el bien de sus hijos. Pero sentimos también la gran fe que aquel hombre tiene en Jesús. Y cuando llega la noticia que la niña ha muerto, Jesús le dice: “No temas, basta que creas” (v. 36). ¡Da coraje esta palabra de Jesús! Y también la dice a nosotros tantas veces: “No temas, solamente ten fe”.  Una vez entrado en la casa, el Señor hizo salir a toda la gente que llora y grita y se dirige a la niña muerta, diciendo: “¡Niña, yo te lo ordeno, levántate!” (v. 41). E inmediatamente la niña se levantó y comenzó a caminar. Aquí se ve el poder absoluto de Jesús sobre la muerte, que para Él es como un sueño del cual nos puede despertar. ¡Jesús ha vencido la muerte, y tiene también poder sobre la muerte física!
Al interno de este relato, el Evangelista introduce otro episodio: la curación de una mujer que desde hacía doce años sufría de pérdidas de sangre. A causa de esta enfermedad que según la cultura del tiempo la hacía “impura”, ella debía evitar todo contacto humano: pobrecita, estaba condenada a una muerte civil. Esta mujer anónima, en medio a la multitud que sigue a Jesús, dijo a sí misma: “Con sólo tocar su manto quedaré curada” (v. 28). Y así sucedió: la necesidad de ser liberada la empujó a probar y la fe “arranca”, por así decir, al Señor la curación. Quién cree “toca” a Jesús y toma de Él la gracia que salva. La fe es esto: tocar a Jesús y tomar de Él la gracia que salva. Nos salva, nos salva la vida espiritual, nos salva de tantos problemas.  Jesús se da cuenta y en medio a la gente, busca el rostro de aquella mujer. Ella se adelanta temblorosa y Él le dice: “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad” (v. 34). Es la voz del Padre celestial que habla en Jesús: “¡Hija, no estás condenada, no estás excluida, eres mi hija!” Y cada vez que Jesús se acerca a nosotros, cuando nosotros vamos hacia Él con la fe, escuchamos esto del Padre: “Hijo, tú eres mi hijo, tú eres mi hija, tú te has curado, tú estás curada. Yo perdono a todos y todo. Yo curo todo y a todos”.
Estos dos episodios – una curación y una resurrección – tienen un único centro: la fe. El mensaje es claro, y se puede resumir en una pregunta: ¿creemos que Jesús – una pregunta que nos hacemos nosotros -  nos puede curar y nos puede despertar de la muerte? Todo el Evangelio está escrito en la luz de esta fe: Jesús ha resucitado, ha vencido la muerte, y por esta victoria suya también nosotros resucitaremos. Esta fe, que para los primeros cristianos era segura, puede empañarse y hacerse incierta, al punto que algunos confunden resurrección con reencarnación. Pero la Palabra de Dios de este domingo nos invita a vivir en la certeza de la resurrección: Jesús es el Señor, Jesús tiene poder sobre el mal y sobre la muerte, y quiere llevarnos a la casa del Padre, en donde reina la vida. Y allí nos encontraremos todos, todos los que estamos en la plaza hoy, nos encontraremos en la casa del Padre, en la vida que Jesús nos dará.
La Resurrección de Cristo actúa en la historia como principio de renovación y de esperanza. Cualquier persona que está desesperada y cansada hasta la muerte, si se confía en Jesús y en su amor puede recomenzar a vivir. También recomenzar una nueva vida, cambiar vida es un modo de resurgir, de resucitar. La fe es una fuerza de vida, da plenitud a nuestra humanidad; y quien cree en Cristo se debe reconocer porque promueve la vida en toda situación, para hacer experimentar a todos, especialmente a los más débiles, el amor de Dios que libera y salva.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, el don de una fe fuerte y valerosa, que nos empuje a ser difusores de esperanza y de vida entre nuestros hermanos.
Fuente: Radio Vaticana


24 de junio de 2015

Papa Francisco: también hoy la familia es el hospital más cercano

CATEQUESIS DEL PAPA: “PROTEGER EL CORAZÓN Y LA VIDA DE LOS HIJOS DE LA DESUNIÓN FAMILIAR”.

(RV).- En el miércoles de la XII semana del tiempo ordinario, día en que recordamos también el nacimiento de Juan el Bautista, en su tradicional audiencia general en la plaza de san Pedro y después de haber tratado en las catequesis precedentes las condiciones de vulnerabilidad que ponen a prueba a las familias, como la pobreza, la enfermedad y la muerte, el Santo Padre reflexionó esta vez, sobre las heridas que se abren en el interior de la convivencia familiar.
“Queridos hermanos y hermanas: En la catequesis de hoy reflexionamos sobre las heridas que se producen en la misma convivencia familiar. Se trata de palabras, acciones y omisiones que, en vez de expresar amor, hieren los afectos más queridos, provocando profundas divisiones entre sus miembros, sobre todo entre el marido y la mujer. Si estas heridas no se curan a tiempo se agravan y se transforman en resentimiento y hostilidad, que recae sobre los hijos”.
A veces marido y mujer, dijo el Sucesor de Pedro, “afectados por estas profundas heridas”, buscan “comprensión, apoyo y el consuelo” en otra parte, “pero a menudo estos ‘apoyos’ no piensan en el bien de la familia”. “El vaciamiento del amor conyugal”, señaló el Papa, difunde “resentimiento en las relaciones”, y esta desunión,  muy a menudo, “recae” sobre los hijos.
Cuando los adultos pierden la cabeza y cada uno piensa en sí mismo; cuando los padres se hacen daño, el alma de los niños sufre marcándolos profundamente. En la familia todo está entrelazado”.
De ahí que el Obispo de Roma preguntara si “no obstante la “sensibilidad aparentemente evolucionada”, y los “refinados análisis psicológicos” de nuestros días, no estamos como “anestesiados” respecto a las heridas del alma de los niños. “¿Sabemos qué es una herida del alma?”
“Los esposos son 'una sola carne', de tal manera que todas las heridas y abandonos afectan a la carne viva que son sus hijos. Así se entienden las palabras de Jesús sobre la grave responsabilidad de custodiar el vínculo conyugal, que da origen a la familia”.
Porque los esposos son una sola carne, y las criaturas son carne de su carne, cuando el alma misma de la familia está herida en algún punto “la infección contagia a todos”, profundizó el Papa en su catequesis en italiano, y es por eso que “cuando un hombre y una mujer piensan en modo obsesivo en las propias exigencias de libertad y gratificación”, esta distorsión “carcome” profundamente el  “corazón y la vida de los hijos”.
“En algunos casos, la separación es inevitable, precisamente para proteger al cónyuge más débil o a los hijos pequeños”.
Asimismo el Santo Padre se detuvo sobre los casos en los cuales la separación resulta inevitable e incluso moralmente necesaria. Son aquellos casos “en los que se trata de salvar al cónyuge más débil”, o a “los hijos pequeños”, de los “daños más graves” “causados por la prepotencia y por la violencia, por el envilecimiento y la explotación, por la distancia y la indiferencia”.
“Pero no faltan los casos en que los esposos, por la fe y el amor a los hijos, siguen dando testimonio de su fidelidad al vínculo en el que han creído”.
El Papa Francisco concluyó su catequesis dirigiendo una pregunta a todos: ¿cómo ayudar y acompañar a las familias en esta situación?
“Pidamos a la Virgen María que interceda por nuestras familias - finalizó el Sucesor de Pedro - especialmente por los que pasan por dificultades, para que sepan superar y sanar siempre las heridas que causan división y amargura. Muchas gracias y que Dios los bendiga”. 


SE PRESENTA EL INSTRUMENTUM LABORIS PARA EL SÍNODO DE OCTUBRE

(VIS) Han intervenido los cardenales Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos y Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría), Relator General de la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos y el arzobispo Bruno Forte, de Chieti-Vasto (Italia), Secretario Especial de la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos.
El Instrumentum Laboris, explicó el cardenal Baldisseri, se divide en tres partes que retoman la estructura de la Relatio Synodi, demostrando la estrecha relación entre la III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de octubre de 2014, dedicada a «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización» y la próxima Asamblea General Ordinaria. La primera parte titulada «Escuchar los desafíos de la familia» se relaciona de forma más directa con el pasado sínodo, mientras la segunda «El discernimiento de la vocación familiar» y la tercera «La misión de la familia hoy», introducen el tema del próximo.
El purpurado destacó algunas novedades que se encuentran en la primera parte y que se refieren sobre todo al contexto antropológico-cultural, al socio-económico y al ecológico, «ahora felizmente iluminado por la nueva encíclica Laudato sí». «Los desafíos son –dijo– la pobreza y la exclusión social, la tercera edad, la viudez, el luto en la familia, la discapacidad, las migraciones, el papel de la mujer, la afectividad y la educación de la sexualidad, la bioética».
En la segunda parte, «El discernimiento de la vocación familiar» se enriquece la Relatio Synodi con una ampliación de los temas relacionados con el matrimonio natural y la plenitud sacramental, la indisolubilidad, don y tarea, la vida familiar, la unión y la fecundidad, la dimensión misionera, la fe, la oración, la catequesis, el estrecho lazo entre la Iglesia y la familia, los jóvenes y el miedo de contraer matrimonio, la misericordia.
La tercera parte, dedicada a «La misión de la familia hoy», comienza con una vasta reflexión sobre la familia y la evangelización, y se profundizan, entre otras cosas, cuestiones como el tema de la familia, sujeto de la pastoral, la liturgia nupcial, un lenguaje renovado y apertura misionera.
«Se habla –puntualizó el Secretario general del Sínodo de los Obispos– de familia y acompañamiento eclesial, de la agilización de los procedimientos de las causas matrimoniales, de la integración de los fieles en situaciones irregulares, de la eventual introducción de una forma de penitencia, de los problemas pastorales sobre los matrimonios mixtos y con disparidad de culto, así como de las cuestiones de responsabilidad generativa, del control de la natalidad, de la adopción y acogida familiar, del respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y de la educación de las generaciones futuras».
«Es muy relevante –añadió– la referencia a la indigencia económica de muchas familias que corren el peligro de la usura y al compromiso socio-político de los cristianos en favor de la familia, también en el contexto internacional. En este sentido, se considera útil la proposición de la Carta de los Derechos de la Familia, en unión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos».
El cardenal Baldisseri ilustró además los trabajos de la Secretaría del Consejo del Sínodo entre una asamblea y otra, que comenzaron ya en noviembre de 2014, con la presentación del proyecto de los «Lineamenta», compuesto por la Relatio Synodi y una serie de 46 preguntas relativas a la recepción y profundización de ese documento sinodal que fueron enviados a los sínodos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, a las Conferencias Episcopales, a los dicasterios de la Curia Romana y a otros sujetos, con la invitación de responder como fecha tope el 15 de abril de 2015. La Secretaría General ha recibido hasta ahora 99 respuestas por parte de los organismos competentes a las que se han añadido 359 observaciones enviadas libremente por diócesis, parroquias, asociaciones eclesiales, grupos espontáneos de fieles, movimientos y organizaciones civiles, etc... De ahí que el período intersinodal, se haya revelado como «una ocasión inapreciable de escucha de lo que el Espíritu dice a la Iglesia en la pluralidad de sus componentes».
Desorrolo dinámico del Sínodo
Por último se refirió a la metodología de la próxima Asamblea General, que hay que recordar, es Ordinaria y no Extraordinaria como la anterior y que, obedeciendo sobre todo a las sugerencias de los miembros sinodales, «continuará con el proyecto de un desarrollo del Sínodo en una línea dinámica y más adecuada a nuestros tiempos».
A este propósito los padres sinodales han reiterado la necesidad de evitar una larga serie de intervenciones individuales, como sucedía en los sínodos anteriores, para asegurarse de que las intervenciones estén mejor distribuidas en el tiempo y no todas seguidas. También se ha solicitado la valorización de los Circuli Minores y de reafirmar el principio del orden temático. Siguiendo esta línea, las tres semanas del Sínodo se distribuirán de acuerdo con las partes del documento Instrumentum Laboris, que son también tres. La primera semana abordará la primera parte del documento, la segunda se ocupará del discernimiento de la vocación familiar y la tercera de la misión de la familia hoy.
«Al final de la tercera semana –aclaró el prelado– se dedicará el tiempo necesario para preparar el texto final del documento, que se presentará a la Asamblea para su última puesta a punto, que se integrará en el documento para ser sometido a la aprobación final. Esta modalidad asegurará la intervención en el Aula a cuantos tienen derecho a tomar la palabra, incluida la hora de final de la jornada, y concederá más tiempo a los Circuli Minores. Se prevé un documento final, que será entregado al Santo Padre».
Por cuanto respecta a la información, el cardenal recordó que el Papa Francisco ha afirmado que «el Sínodo es un espacio donde puede actuar el Espíritu Santo y no un parlamento. Los Padres sinodales están invitados a expresarse con parresia. Serán libres de comunicarse con los medios de comunicación a discreción y bajo su responsabilidad». 


INSTRUMENTUM LABORIS DEL SÍNODO: VOCACIÓN Y MISIÓN DE LA FAMILIA EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO


(RV).- Los desafíos, la vocación y la misión de la familia: son éstas las líneas guía del Intrumentum Laboris del décimo cuarto Sínodo General ordinario sobre la familia que tendrá lugar el próximo octubre en el Vaticano. El documento de trabajo, publicado este martes, presenta enteramente la Relatio Synodi – el texto conclusivo del precedente Sínodo sobre la familia, desarrollado en el 2014 – integrado con la síntesis de las respuestas al cuestionario propuesto, en el curso del año, por la Secretaría sinodal a todas la Iglesias del mundo.
La Relatio Synodi
No se recomienza de cero, y esto es claro: el Intrumentum Laboris, en efecto, presenta integralmente todos los párrafos de la Relatio Synodi del 2014, ampliados gracias a las contribuciones de las Conferencias Episcopales, de las familias, de las universidades y las instituciones académicas. El documento se subdivide en tres partes: la escucha de los desafíos sobre la familia, el discernimiento de la vocación familiar y la misión de la familia hoy.
No a la anulación de la diferencia sexual
Con respecto al primer punto, se sacan a la luz las contradicciones culturales de nuestra época en la cual se dice que la identidad personal y la intimidad afectiva deben afirmarse en una dimensión radicalmente desvinculada de la diversidad biológica entre varón y mujer o en la cual se quiere reconocer la titularidad matrimonial a parejas instituidas independientemente de la diversidad sexual. De aquí, el llamado a una mejor profundización humana y cultural, no sólo biológica, de la diferencia entre los sexos porque su anulación "es el problema, no la solución".
Familia, pilar fundamental de la sociedad
El Intrumentum Laboris señala  las contradicciones sociales que llevan a la disolución de la familia: guerra, migraciones, pobreza, usura, cultura del descarte, coyuntura económica desfavorable y ambigua, mientras las instituciones son incapaces de sostener a los núcleos familiares. Las familias, en cambio, pilares fundamentales e irrenunciables del vivir social, necesitan de políticas adecuadas que tengan en cuenta su acción compensativa en relación al bienestar.
Dignidad para los ancianos y personas diversamente hábiles. Pastoral específica para familias migrantes
Por esto, el Instrumentum Laboris resalta la importancia de la familia como instrumento de inclusión, sobre todo de categorías frágiles como los viudos, los ancianos, los discapacitados que deben ser acompañados para hacer frente a las formas despiadadas de estigma y prejuicio. Se espera una pastoral específica para las familias en migración porque, sobre todo, donde no hay auténtica acogida y respeto de los derechos de todos, se pueden alimentar fenómenos de fundamentalismo. Y el drama crece cuando la migración es ilegal, sostenida por circuitos internacionales de la trata de seres humanos.
El Instrumentum Laboris se detiene además en el papel de las mujeres y recuerda que en los países en vías de desarrollo, a la explotación y a la violencia se agregan el aborto y esterilizaciones forzadas, entre otros fenómenos, pero espera también una mayor valorización de la mujer en la Iglesia.
El Sacramento del matrimonio es indisoluble
La segunda parte reafirma la indisolubilidad del matrimonio sacramental y, al mismo tiempo, recuerda que la Iglesia debe ‘acompañar’ los momentos de sufrimiento conyugal, con una óptica de misericordia, que no le quita nada a la verdad de la fe. Todos tienen necesidad de dar y de recibir misericordia, se lee luego en la tercera parte, y algunos piden que también la Iglesia demuestre una actitud análoga hacia los que han roto la unión. El Instrumentum recuerda también un punto clave de la Relatio Synodi, es decir, el de los casos de nulidad matrimonial. En lo que se refiere a la gratuidad de los procedimientos de reconocimiento de la misma nulidad, se registra un amplio consenso. Sobre la doble sentencia conforme, hay amplia convergencia sobre su superación, al tiempo que no recibe un consenso unánime la idea de un procedimiento administrativo, bajo la responsabilidad de un Obispo diocesano.
Repensar las formas se exclusión litúrgico-pastorales de los divorciados vueltos a casar
En lo que se refiere, en particular, a los divorciados vueltos a casar se desea una reflexión sobre la oportunidad de dejar caer  las formas de exclusión, que se practican en la actualidad, en ámbito litúrgico-pastoral, educativo y caritativo, porque estos fieles no están fuera de la Iglesia. Sin embargo, se señala que los caminos de integración pastoral deben estar precedidos por un discernimiento oportuno y se deben realizar según una ley de gradualidad, en el respeto de la maduración de las conciencias. Sobre el acceder a la Eucaristía para los divorciados vueltos a casar, el Instrumentum evidencia común acuerdo sobre la hipótesis de un camino penitencial, bajo la responsabilidad de un Obispo. Quedando firme la posición de la Iglesia, contraria al matrimonio entre personas con tendencias homosexuales, se reitera que toda persona, independientemente de su tendencia sexual debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto y delicadeza, en la Iglesia y en la sociedad. Por lo que se desean proyectos pastorales específicos para personas homosexuales y sus familias.
La educación de los hijos se base sobre diferencia sexual
Invitando a valorizar la importancia de la adopción y de la custodia, el documento afirma que la educación de un hijo se debe basar en la diferencia sexual, así como la procreación, porque también ésta se fundamenta en el amor conyugal entre hombre y mujer. El documento culmina recordando el Jubileo extraordinario de la Misericordia, que dará comienzo el 8 de diciembre de 2015, a la luz del cual se coloca el próximo Sínodo. La Asamblea episcopal será del 4 al 25 de octubre, sobe el tema «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo».


“EL ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL ES EL CENTRO DEL SÍNODO”, EXPLICA EL CARDENAL BALDISSERI Y MONSEÑOR BRUNO FORTE

(RV).- Este martes fue presentado el documento Instrumentum Laboris de la próxima Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos que se llevará a cabo del 4 al 25 de octubre de 2015 con el título ‘La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo’.

La presentación fue moderada por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticano, el padre Federico Lombardi SJ y contó con la participación del Secretario general del Sínodo de los Obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri, el relator general de la próxima Asamblea general el cardenal Peter Erdö y el secretario especial de la próxima Asamblea ordinaria, monseñor Bruno Forte.

A continuación les presentamos las respuestas en español a modo de una breve síntesis. El cardenal Lorenzo Baldisseri y monseñor Bruno Forte envían "un mensaje a las familias heridas que esperan un mayor y mejor acompañamiento como fruto de este camino sinodal que dura dos años”.

P. Lombardi:

“Queridos colegas bienvenidos para esta importante rueda de prensa para la presentación de este documento, sabemos que se trata del Instrumentum Laboris, es decir, el segundo documento después de la Lineamenta que se difunde para la preparación de la asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos que se llevará a cabo - como todos sabemos y esperamos – en el próximo mes de octubre”.

Mons. Bruno Forte:

“El discernimiento es un proceso. En mi opinión, el grande valor de lo que se ha dicho en el Sínodo extraordinario y en lo que está en este Intrumentum es la valorización de este camino, de este acompañamiento, de esta primacía de la ‘integración’ es el discernir las situaciones de las personas, en los casos denominados ‘difíciles’… Considero importante - también gracias a mi experiencia de pastor, de sacerdote he confesado mucho ahora cuando puedo, sobre todo gracias a los sacerdotes en el ‘terreno’ de mi diócesis - estar al lado de las personas y ayudarles a madurar un camino de libertad y de verdad es una cuestión extremamente delicada que no se resuelve en dar respuestas demasiadas rápidas o demasiadas simples”.

“Se trata también de entender que es necesario respetar la maduración de las conciencias de las personas. Es por eso que el ‘sí, sí, el no, no’ vale como anuncio siempre con valentía y humildad de la verdad en el amor de Dios. En el caso específico del discernimiento, es necesario ayudar a las personas y respetarlas en su maduración, teniendo presente sus situaciones, la propuesta del Evangelio y la ‘maduración’ y la ‘gradualidad’ de los caminos”.

P. Lombardi:

“Muchas gracias. Aquí no teníamos que hacer el Sínodo, debíamos sencillamente presentar el documento de trabajo. Tendremos oportunidad de reflexionar también en esta aula durante tres semanas completas durante el mes de octubre. Buen trabajo a todos y gracias”.


Para Radio Vaticano, MTC.

22 de junio de 2015

EL PAPA A LOS JÓVENES: EL AMOR ESTÁ MÁS EN LAS OBRAS QUE EN LAS PALABRAS,

Reunidos en la Plaza Vittorio de Turín, el Santo Padre ha reflexionado sobre el verdadero amor, la castidad, la llamada a ir contracorriente y ha criticado la hipocresía de quienes se dicen cristianos y luego fabrican armas
Los jóvenes de la región italiana de Piamonte, han acogido al Santo Padre con la energía y alegría que les caracteriza. La primera jornada del viaje de Francisco a Turín, ha concluido con ellos en la Plaza Vittorio. Música y cantos para comenzar el encuentro en el que la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud se alzaba en el palco.
Tres jóvenes han tenido ocasión de plantear al Santo Padre sus inquietudes. ¿En qué consiste la grandeza del amor de Jesús? ¿Cómo podemos experimentar su amor?, ha planteado Chiara de 19 años. Sara, un joven en paro de 27 años ha preguntado ¿qué hacer para no desanimarse y continuar esperando? Finalmente Luigi, universitario de 26 años, ha pedido al Papa un consejo sobre cómo manifestar la amistad con Jesús y su “amor más grande” hacia todos.
Dejando de lado el discurso que llevaba preparado, el Papa ha preferido hablar improvisando y mirando directamente a los jóvenes. Haciendo referencia a las palabras del beato Pier Giorgio Frassati, el Pontífice ha pedido a los presentes “¡vivir, no ir tirando!”
Y así, ha asegurado que es feo ver a un joven “quieto”. Que vive pero lo hace como “un vegetal”. El Pontífice ha asegurado que le da mucha tristeza en el corazón los “jóvenes que se jubilan a los 20 años, que envejecen pronto”. De este modo, Francisco ha recordado que lo que hace que un joven no se jubile son las ganas de amar.
A continuación, el Santo Padre ha explicado qué es el amor. No es el de “telenovela”, el del “culebrón”. Por ello, ha recordado que el amor “tiene dos asas sobre las que se mueve”. Y si este joven no tiene estas dos asas, estas dos dimensiones, no es amor.
En primer lugar ha subrayado que “el amor está más en las obras que en las palabras. El amor es concreto”. Por eso, ha recordado que Dios comenzó a hablar de amor cuando se implicó con su pueblo. Cuando eligió a su pueblo e hizo la alianza.
La segunda dimensión del amor es la comunicación, ha explicado el Papa. “El amor escucha y responde. El amor se hace en el diálogo, en la comunión. Se comunica. El amor no es ni sordo ni mudo. Se comunica”, ha subrayado.  Igualmente ha recordado que “no es un sentimiento romántico del momento”.
A propósito del amor, el Santo Padre ha hablado, "sin ser moralista", sobre la castidad. Una palabra que “no gusta, impopular”. El amor --ha indicado-- es muy respetuoso con las personas, no usa a las personas. El amor es casto. “Y a vosotros jóvenes, en este mundo hedonista, en este mundo donde solo tiene publicidad el placer, el pasarlo bien, tener una buena vida, yo os digo: sed castos. Sed castos”, ha exclamado el Pontífice provocando los aplausos de los presentes. 
Al respecto, ha asegurado que “todos hemos pasado en la vida momentos en el que esta virtud es difícil. Pero es la prueba de un amor genuino, que sabe dar la vida, que no trata de buscar al otro para el propio placer”. Un amor --ha afirmado-- que hace la vida del otro sagrada. Yo te respeto, no te quiero usar. Por eso, Francisco ha asegurado que esto no es fácil. “Todos sabemos las dificultades para superar esta concepción facilista y hedonista del amor”.  Y les ha pedido hacer el esfuerzo de vivir el amor castamente.
Con esta reflexión, el Papa ha hablado de otra consecuencia del amor, “el sacrificio”. “Mirad el amor de los padres, de tantas madres y padres que por la mañana llegan al trabajo cansados, porque no han dormido bien por cuidar a su hijo enfermo. Esto es amor. Y esto es respeto”, ha observado Francisco. Igualmente ha recordado que “el amor es servicio y servir a los otros”.
Para responder a la segunda pregunta, el Pontífice ha reflexionado sobre la decepción y la desilusión que en ocasiones se sufre en la vida. El Papa ha hecho mención a esta “tercera guerra mundial por partes que se vive en el mundo” de la que ya ha hablado en otras ocasiones.
¿Me puedo fiar de los dirigentes mundiales, cuando voy a votar por un candidato, me puedo fiar que no llevará a mi país a la guerra?, se ha preguntado. Y ha asegurado que “si te fías solo de los hombres, has perdido”.
Por esta razón, el Papa ha criticado con fuerza la hipocresía, de los que se dicen cristianos pero luego fabrican armas. Y así, ha aprovechado para reflexionar sobre algunos acontecimientos trágicos del siglo pasado como la tragedia Armenia, o la Shoah, Stalin en Rusia; en los que murieron millones de personas, por ser consideradas “de segunda clase”. Y mientras tanto las grandes potencias “miraban para otro lado” por su propio interés.
También ha criticado nuevamente la cultura del descarte, en la que se descarta a los niños, a los ancianos, a los jóvenes, “porque en el sistema económico mundial no está el hombre y la mujer en el centro, si no el dios dinero”. A propósito, el Santo Padre ha utilizado un refrán en español que dice: “por la plata baila el mono”. Por esta razón, ha pedido no poner nuestras seguridades en la riqueza y los poderes mundanos.
Para concluir su discurso, Francisco ha respondido a la tercera pregunta, sobre el proyecto de compartir, de unión y de construcción. Así ha asegurado que si te implicas con las cosas que construyen, el sentimiento de desconfianza se va.
El Pontífice ha exhortado a los jóvenes a no jubilarse pronto, a hacer cosas, a ir contracorriente. Por eso ha advertido sobre los valores que son como “pompas de jabón”, que no pueden ir adelante. El mejor antídoto contra la cultura que te ofrece el placer es “hacer cosas constructivas, aunque sean pequeñas, pero que unan”.
Asimismo ha advertido sobre las veces que nos hacen creer que nos ofrecen “diamantes” cuando en realidad nos están vendiendo “cristal”. Por eso ha pedido a los jóvenes no ser “ingenuos”.

Al finalizar ha bromeado diciendo, “seguramente me diréis ‘pero padre, usted habla así porque en el Vaticano tiene muchos monseñores que le hacen el trabajo y usted está tranquilo y no sabe lo que es la vida de cada día’. Alguno puede pensar así”. Pero-ha asegurado el Papa-el secreto es entender bien dónde se vive.


El Santo Padre ha recordado que también a finales del siglo XIX en esta región se vivía una situación difícil, pero nacieron muchos santos en esta época “porque se dieron cuenta que tenían que ir contracorriente”. Por eso, Francisco ha pedido a los jóvenes pensar en ellos y en lo que hicieron.

PAPA FRANCISCO: PIDO PERDÓN POR LAS VIOLENCIAS CRISTIANAS CONTRA LOS VALDENSES


Visita histórica de un Pontífice a un Templo Valdense
(RV).- En su segunda jornada en Turín, el Papa Francisco visitó la mañana del cuarto lunes de junio, a la comunidad del Templo Valdense.  En este encuentro histórico, puesto que se trata de la primera visita de un Sucesor de Pedro, el  Pontífice fue recibido por el Moderador de la Mesa ValdenseEugenio Bernardini, el Pastor titular de esta Iglesia, Paolo Ribet, y el Presidente del Consistorio de la Iglesia Evangélica Valdense, Sergio Velluto.
Espiritualidad y fe
En efecto, el Santo Padre llegó a las 9.00 al Templo Valdense de Corso Vittorio Emanuele II procedente de la sede del Arzobispado de Turín, donde había pernoctado. En el discurso que les dirigió, el Papa Francisco comenzó con un breve recuerdo personal de sus encuentros anteriores con los amigos de esta Iglesia Evangélica del Río de la Plata, cuando era Arzobispo de Buenos Aires, de los que pudo apreciar – dijo –  “la espiritualidad y la fe” y de los que aprendió “tantas cosas buenas”.
El redescubrimiento de la fraternidad a pesar de las diferencias: una comunión en camino
De hecho, al dirigirse con gran alegría a estos queridos hermanos y hermanas, y tras agradecer la invitación recibida por los responsables de esta comunidad de Turín, el Papa dijo:
“Uno de los principales frutos que el movimiento ecuménico ya ha permitido que recojamos en estos años es el redescubrimiento de la fraternidad que une a todos aquellos que creen en Jesucristo y han sido bautizados en su nombre”.
El Obispo de Roma explicó que este lazo no está basado en criterios sencillamente humanos, sino en la participación radical de le experiencia fundante de la vida cristiana, a saber: “El encuentro con el amor de Dios que se revela  a nosotros en Jesucristo y la acción transformadora del Espíritu Santo que nos asiste en el camino de la vida”. Razón por la cual el Papa dijo:
“El redescubrimiento de semejante fraternidad nos permite captar el lazo profundo que ya nos une, a pesar de nuestras diferencias. Se trata de una comunión aún en camino – y la unidad se hace en camino – una comunión que, con la oración, con la continua conversión personal y comunitaria, y con la ayuda de los teólogos, confiados en la acción del Espíritu Santo, esperamos que pueda llegar a ser plena y visible en la verdad y en la caridad”.
La Iglesia católica pide perdón por sus culpas pasadas
Francisco explicó que “la unidad, que es fruto del Espíritu Santo no significa uniformidad”. En efecto, dijo, los hermanos están unidos por un mismo origen, “pero no son idénticos entre sí”. “Lamentablemente – afirmó el Papa – ha sucedido y sigue sucediendo que los hermanos no acepten sus diversidades y terminen por hacerse la guerra uno contra otro”.
“Reflexionando sobre la historia de nuestras relaciones, no podemos dejar de entristecernos frente a contiendas y violencias cometidas en nombre de su propia fe, y pido al Señor que nos dé la gracia de reconocernos todos pecadores y de saber perdonarnos recíprocamente”.
El Papa Francisco añadió que por iniciativa de Dios, quien jamás se resigna frente al pecado del hombre, se abren caminos nuevos para vivir nuestra fraternidad, a lo que, por otra parte, no podemos sustraernos:
“Por parte de la Iglesia católica les pido perdón. Les pido perdón por las actitudes y los comportamientos no cristianos, incluso no humanos que, en la historia, hemos tenido contra ustedes. En nombre del Señor Jesucristo, ¡perdónenos!”.
Las relaciones entre los valdenses y los católicos hoy se fundan en el respeto mutuo y en la caridad fraterna
El Papa constató con satisfacción que hoy las relaciones entre los católicos y los valdenses se fundan cada vez más “en el respeto mutuo y en la caridad fraterna”, tal como lo testimonian, por ejemplo, la traducción inter-confesional de la Biblia, los acuerdos pastorales para la celebración del matrimonio, la reciente redacción de un llamamiento conjunto contra la violencia contra las mujeres y otras iniciativas comunes. 
Francisco se refirió a los muchos contactos cordiales en diversos contextos locales, donde se comparten la oración y el estudio de las Escrituras, y recordó el intercambio ecuménico de dones realizado con ocasión de la Pascua, por la Iglesia Valdense de Pinerolo y de esa Diócesis:
“La Iglesia Valdense ofreció a los católicos el vino para la celebración de la Vigilia de Pascua y la Diócesis católica ofreció a los hermanos valdenses el pan para la Santa Cena del Domingo de Pascua. Se trata de un gesto entre las dos Iglesias, que va mucho más allá de la sencilla cortesía y hace pregustar, en cierto sentido – pregustar en cierto sentido – esa unidad de la mesa eucarística que anhelamos”.
Que las diferencias no sean un obstáculo contra la colaboración en la evangelización y en las obras
El Santo Padre subrayó que estos pasos animan a proseguir por este camino común y destacó que un primer ámbito en el que se abren amplias posibilidades de colaboración entre valdenses y católicos es el de la evangelización, mientras otro es el del servicio a la humanidad que sufre, a los pobres, a los enfermos y a los marginados.
Y tras agradecer lo que anteriormente se había dicho sobre los emigrantes, Francisco añadió:
“La elección de los pobres, de los últimos, de aquellos a quienes la sociedad excluye, nos acerca al corazón mismo de Dios, que se ha hecho pobre para enriquecernos con su pobreza y, en consecuencia, nos acerca más unos a otros”.
Además, el Santo Padre manifestó su deseo de que las diferencias que siguen existiendo entre ambas Iglesias sobre importantes cuestiones antropológicas y éticas no deben impedir que se encuentren formas de colaboración en estos y otros ámbitos.
Y concluyó diciendo:
“Queridos hermanos y hermanas, les agradezco nuevamente este encuentro, que quisiera que nos confirmara, recíprocamente, en un nuevo modo de ser: mirando ante todo la grandeza de nuestra fe común y de nuestra vida en Cristo y en el Espíritu Santo, y, sólo después, las divergencias que aún subsisten. Les aseguro mi recuerdo en la oración y les pido, por favor, que recen por mí: tengo tanta necesidad de esto. Que el Señor nos conceda a todos su misericordia y su paz”.
Este encuentro terminó con el Canto Coral y el rezo del Padrenuestro. Posteriormente tuvo lugar, en un salón adyacente, el intercambio de dones y la entrevista con una delegación de esta Iglesia Evangélica.  


EL PAPA PIDE PERDÓN A LA IGLESIA VALDENSE DE PARTE DE LA IGLESIA CATÓLICA

En el templo de Turín, el Santo Padre ha recordado que la unidad que es fruto del Espíritu Santo no significa uniformidad y ha dado las gracias porque las relaciones entre católicos y valdenses están cada vez más fundadas en el respeto mutuo y en la caridad fraterna
El santo padre Francisco, de parte de la Iglesia Católica, ha pedido perdón a la Iglesia valdense, “por las actitudes y los comportamiento no cristianos, incluso no humanos, que en la historia hemos tenido contra vosotros”. ¡En nombre del Señor Jesús, perdonadnos!, ha exclamado.
Lo ha  hecho en el templo valdense de Turín donde ha llegado a primera hora de la mañana, para compartir un tiempo con los fieles allí reunidos. Esta ha sido la primera ocasión que un Pontífice visita un templo valdense.
El pastor titular de la Iglesia evangélica valdense de Turín, el pastor Paolo Ribet, ha dirigido unas palabras de bienvenida a su “hermano” Francisco. Durante su introducción ha recordado que el Evangelio no es una doctrina sino una persona. El moderador de la mesa valdense de Argentina, Óscar Oudri, también ha pronunciado unas palabras que han finalizado con una invitación para tener un encuentro como este cuando el papa Francisco viaje a Argentina.      
Por su parte, el Pontífice ha asegurado en su discurso que “uno de los frutos principales que el movimiento ecuménico ya ha recogido en estos años es el descubrimiento de la fraternidad que une a todos aquellos que creen en Jesucristo y son bautizados en el mismo nombre”. El descubrimiento de tal fraternidad -- ha añadido-- nos consiente recoger la profunda unión que ya nos une, a pesar de nuestras diferencias.
Por otro lado, el Papa ha recordado que la unidad que es fruto del Espíritu Santo no significa uniformidad. De este modo se ha lamentado porque "ha sucedido y continúa sucediendo que los hermanos no acepten su diversidad y terminan por hacer la guerra uno contra otro". Y así, ha asegurado que al reflexionar sobre “la historia de nuestras relaciones”, solo podemos lamentarnos por los conflictos y la violencia cometida en nombre de la propia fe y ha pedido "al Señor que nos dé la gracia de reconocernos pecadores y saber perdonarnos los unos a los otros”. Es por iniciativa de Dios --ha asegurado-- que no se resigna nunca frente al pecado del hombre, que se abren nuevos caminos para vivir nuestra fraternidad, y de esto no podemos escapar.
Asimismo el Santo Padre ha dado las gracias al Señor por constatar que las relaciones entre católicos y valdenses “están cada vez más fundadas en el respeto mutuo y en la caridad fraterna”. Un ámbito en el que se abren muchas posibilidades de colaboración entre valdenses y católicos es la evangelización.                 
Otro ámbito, ha subrayado el Papa, es el del servicio a la humanidad que sufre, a los pobres, a los enfermos, a los inmigrantes. “De la obra liberadora de gracia en cada uno de nosotros deriva la exigencia de testimoniar el rostro misericordioso de Dios que cuida a todos, en particular, a quien lo necesita”, ha subrayado Francisco. Igualmente, ha reconocido que “la elección de los pobres, de los últimos, de los que excluye la sociedad, nos acerca al corazón mismo de Dios, que se ha hecho pobre para enriquecernos con su pobreza” y como consecuencia  “nos acerca más los unos a los otros”.
Finalmente, el Santo Padre ha dado las gracias a los presentes por este encuentro que “quisiera nos confirmara en una nueva forma de ser los unos con los otros”. Mirando antes que nada --ha precisado-- la grandeza de nuestra fe común y de nuestra vida en Cristo y en el Espíritu Santo, y solamente después, las divergencias que aún existen.                 
El Movimiento Valdense nació hace más de ocho siglos, por una experiencia de conversión espiritual de un laico, Valdo, mercante fundador de un movimiento llamado “los pobre de León”, que se difundió después como un movimiento de protesta eclesial en Italia y Europa. En 1532, los valdenses que sobrevivieron a las persecuciones se unieron a la Reforma protestante en su forma calvinista.  Perseguidos y aislados los tres siglos sucesivos, los valdenses obtuvieron los derechos civiles en 1848 e iniciaron a difundirse en todo el país.  
Al finalizar el encuentro en el templo valdense, el Papa se dirige al arzobispado para reunirse, de forma estrictamente privada, con algunos de sus familiares. Con ellos celebrará la misa y compartirá el almuerzo.
Fuente: Zenit


TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE EN LA PLAZA VITTORIO DE TURÍN

Después de su encuentro con el mundo del trabajo y de venerar la Sábana Santa, el papa Francisco se trasladó este domingo por la mañana a la Plaza Vittorio de Turín, una de las más grandes de Europa, que estaba abarrotada de fieles, para celebrar la Santa Misa. 

En su homilía, el Pontífice destacó tres características del amor de Dios: es un amor fiel, un amor que recrea todo, un amor estable y seguro. A continuación publicamos las palabras que pronunció el Santo Padre:

En la Oración Colecta hemos rezado: "Dona a tu pueblo, oh Padre, vivir siempre en la veneración y en el amor a tu santo nombre, porque tú nunca privas de tu gracia a los que has establecido en la roca de tu amor". Y las lecturas que hemos escuchado nos muestran cómo es este amor de Dios hacia nosotros: es un amor fiel, un amor que recrea todo, un amor estable y seguro.

El salmo nos ha invitado a agradecer al Señor "porque su amor es eterno". He aquí el amor fiel, la fidelidad: es un amor que no defrauda, que nunca falla. Jesús encarna este amor, es su testigo. Él nunca se cansa de amarnos, de soportarnos, de perdonarnos, y así nos acompaña en el camino de la vida, según la promesa que hizo a sus discípulos: "Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo". Por amor se hizo hombre, por amor ha muerto y resucitado, y por amor está siempre a nuestro lado, en los momentos bonitos y en los difíciles. Jesús nos ama siempre, hasta el final, sin límites y sin medida. Y nos ama a todos, hasta el punto que cada uno de nosotros puede decir: 'Ha dado la vida por mí. ¡Por mí!' La fidelidad de Jesús no se rinde ni siquiera ante nuestra infidelidad. Nos lo recuerda san Pablo: "Si somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede renegar de sí mismo". Jesús permanece fiel, aun cuando nos hemos equivocado, y nos espera para perdonarnos: Él es el rostro del Padre misericordioso. He aquí el amor fiel.

El segundo aspecto: el amor de Dios recrea todo, es decir, hace nuevas todas las cosas, como nos ha recordado la segunda lectura. Reconocer los propios límites, las propias debilidades, es la puerta que abre al perdón de Jesús, a su amor que puede renovarnos en lo profundo, que puede recrearnos. La salvación puede entrar en el corazón cuando nosotros nos abrimos a la verdad y reconocemos nuestras equivocaciones, nuestros pecados; entonces hacemos experiencia, esa bella experiencia de Aquel que ha venido, no para los sanos, sino para los enfermos, no para los justos, sino para los pecadores. Experimentamos su paciencia --¡tiene mucha!--, su ternura, su voluntad de salvar a todos. Y ¿cuál es la señal? La señal es que nos hemos vuelto ‘nuevos’ y hemos sido transformados por el amor de Dios. Es el saberse despojar de las vestiduras desgastadas y viejas de los rencores y de las enemistades, para vestir la túnica limpia de la mansedumbre, de la benevolencia, del servicio a los demás, de la paz del corazón, propia de los hijos de Dios. El espíritu del mundo está siempre buscando novedades, pero solo la fidelidad de Jesús es capaz de la verdadera novedad, de hacernos hombres nuevos, de recrearnos.

Finalmente, el amor de Dios es estable y seguro, como los peñascos rocosos que reparan de la violencia de las olas. Jesús lo manifiesta en el milagro narrado por el Evangelio, cuando aplaca la tempestad, mandando al viento y al mar. Los discípulos tienen miedo porque se dan cuenta de que no pueden con todo ello, pero Él les abre el corazón a la valentía de la fe. Ante el hombre que grita: '¡ya no puedo más!', el Señor sale a su encuentro, le ofrece la roca de su amor, a la que cada uno puede agarrarse, seguro de que no se caerá. ¡Cuántas veces sentimos que ya no podemos más! Pero Él está a nuestro lado, con la mano tendida y el corazón abierto.

Queridos hermanos y hermanas turineses y piamonteses, nuestros antepasados sabían bien qué quiere decir ser ‘roca’, qué quiere decir ‘solidez’. De ello da un bonito testimonio un famoso poeta nuestro: "Rectos y sinceros --dice--, aparentan lo que son: cabeza cuadrada, pulso firme e hígado sano, hablan poco, pero saben lo que dicen, aunque caminan despacio, van lejos. Gente que no ahorra tiempo, ni sudor --raza nuestra libre y testaruda--. Todo el mundo conoce quiénes son y, cuando pasan… todo el mundo los mira".

Podemos preguntarnos, si hoy estamos firmes en esta roca que es el amor de Dios. Cómo vivimos el amor fiel de Dios hacia nosotros. Siempre existe el riesgo de olvidar ese amor grande que el Señor nos ha mostrado. También nosotros, los cristianos, corremos el riesgo de dejarnos paralizar por los miedos del futuro y de buscar seguridades en cosas que pasan, o en un modelo de sociedad cerrada que tiende a excluir, más que a incluir. En esta tierra han crecido tantos santos y beatos que han acogido el amor de Dios y lo han difundido en el mundo, santos libres y testarudos. Sobre las huellas de estos testigos, también nosotros podemos vivir la alegría del Evangelio, practicando la misericordia, podemos compartir las dificultades de mucha gente, de las familias, en especial de las más frágiles y marcadas por la crisis económica. Las familias tienen necesidad de sentir la caricia maternal de la Iglesia para ir adelante en la vida conyugal, en la educación de los hijos, en el cuidado de los ancianos y también en la transmisión de la fe a las jóvenes generaciones.

¿Creemos que el Señor es fiel? ¿Cómo vivimos la novedad de Dios que todos los días nos transforma? ¿Cómo vivimos el amor firme del Señor, que se pone como barrera segura contra las olas del orgullo y de las falsas novedades? El Espíritu Santo nos ayude a ser siempre conscientes de este amor ‘rocoso’, que nos vuelve estables y fuertes en los pequeños y grandes sufrimientos, nos hace capaces de no cerrarnos ante las dificultades, de afrontar la vida con valentía y mirar al futuro con esperanza. Como entonces en el lago de Galilea, también hoy en el mar de nuestra existencia, Jesús es aquel que vence las fuerzas del mal y las amenazas de la desesperación. La paz que Él nos dona es para todos; también para tantos hermanos y hermanas que huyen de guerras y persecuciones en busca de paz y libertad.

Queridísimos, ayer han festejado a la Bienaventurada Virgen de la Consolación --La Consola--, que está allí, pequeña y sólida, sin fastuosidades, como una buena madre. Encomendémosle a nuestra Madre el camino eclesial y civil de esta tierra. Ella nos ayude a seguir al Señor, para ser fieles, para dejarnos renovar todos los días y permanecer sólidos en su amor. Así sea.

(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)


EL AMOR DE CRISTO NOS APREMIA HACIA LOS QUE SUFREN Y LOS PERSEGUIDOS, DIJO EL PAPA EN EL REZO A MARÍA

Texto  completo de las palabras del Papa en el rezo del Ángelus
Al final de esta celebración, nuestro pensamiento se dirige a la Virgen María, Madre amorosa y premurosa con todos sus hijos, que Jesús le ha confiado desde la cruz, mientras ofrecía a Sí mismo en el gesto de amor más grande. Ícono de este amor es la Síndone, que también esta vez ha congregado tanta gente aquí en Turín. La Sábana Santa atrae hacia el rostro y el cuerpo martirizado de Jesús y, al mismo tiempo, impulsa hacia el rostro de toda persona sufriente y perseguida injustamente. Nos impulsa en la misma dirección del don de amor de Jesús. “El amor de Cristo nos apremia”: estas palabras de San Pablo eran el lema de San José Benito Cottolengo.
Recordando el ardor apostólico de tantos sacerdotes santos de esta tierra, desde Don Bosco, de quien recordamos el bicentenario de su nacimiento, los saludo con gratitud a ustedes, sacerdotes y religiosos. Ustedes se dedican con empeño al trabajo pastoral y son cercanos a la gente y a sus problemas. Los animo a llevar adelante con alegría su ministerio, apuntando siempre a lo que es esencial en el anuncio del Evangelio. Y mientras les agradezco a ustedes, hermanos Obispos del Piamonte y del Valle de Aosta, por su presencia, los exhorto a estar junto a sus sacerdotes con afecto paterno y calurosa cercanía.
A la Virgen Santa le confío esta ciudad y su territorio y aquellos que habitan aquí, para que puedan vivir en la justicia, en la paz y en la fraternidad. En especial encomiendo a las familias, a los jóvenes, a los ancianos, a los encarcelados y a todos los sufrientes, con una especial consideración por los enfermos de leucemia, hoy en la Jornada Nacional contra la leucemia, linfoma y mieloma. María Consolata, reina de Turín y del Piamonte, fortalezca nuestra fe, asegure nuestra esperanza y fecunde nuestra caridad, para ser “sal y luz” de esta bendita tierra, de la que yo soy nieto.
(Traducción del italiano: Renato Martínez – RV)