«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


29 de mayo de 2015

SIN DIOS, NO PODEMOS PERDONAR

Hay una frase que lo cambia todo: Perdóname; y sólo hay otra que la puede igualar: Te perdono. Así, uno se hace más grande, el corazón más fuerte, y la vida más libre. Lo saben bien Reyes y Jorge: durante la Feria de Abril del año 2009, su hijo Juan Fernando, un chico de 19 años natural de Gines (Sevilla), intentó separar a sus amigos metidos en una reyerta. Pero al intentar poner paz, recibió una cuchillada. Hoy, seis años más tarde, sus padres, Jorge y Reyes, confiesan que «Dios hace las cosas muy bien», y reconocen haber perdonado de corazón a los chicos que lo hicieron. Es más, Reyes ha escrito varias cartas al autor de los hechos, «para decirle que Dios le quiere y le ama, para darle una palabra de esperanza. Le diría que esperamos verlo en el cielo, que es lo mejor que se le puede desear a una persona. El Señor tiene poder para dar la vuelta a la vida de una persona y hacerla feliz; queremos transmitirle de nuevo que no queremos venganza. Todo eso se lo he dicho en las cartas que le he escrito en estos años».

Para muchos en su entorno, este perdón ha sido un escándalo: «Lo que sorprendió a la gente era que cómo es que perdonábamos tan pronto. Fue inmediato. Nosotros perdonamos a los autores. Eso fue un revuelo tremendo. La gente tiene que conocer más el amor de Jesucristo y su perdón».

Porque para Reyes, esta experiencia liberadora «sólo es posible por la misericordia y perdón del Señor con nosotros. Esa experiencia de perdón nos la concede Dios sin ningún esfuerzo. Sin el Señor, no se puede perdonar nada, el perdón es una gracia, y sólo la podemos encontrar en la Iglesia. Es nuestra experiencia y nosotros estamos muy agradecidos y por eso podemos perdonar. Él da capacidad para esto y para mucho más. No se trata de hacer un esfuerzo personal; así es imposible. Sin Dios, sólo aparece la venganza, la violencia, el odio y la ira. El perdón lo tiene que hacer posible Dios. Sin Él, no se puede perdonar nada, y Él lo hace posible en la Iglesia».
Fuente: Alfa y Omega


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