«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


7 de diciembre de 2015

LOS 10 PUNTOS CLAVE DEL AÑO DE LA MISERICORIDA

Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, ha presentado el Año de la Misericordia, que se extenderá del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016 y que se propone hacer visible como «la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida  de la Iglesia» y que será  «una experiencia de misericordia para sentir más cerca el amor de Dios que acoge a todos y no excluye a ninguno»

A continuación ofrecemos los puntos más relevantes de la presentación de esta mañana y, por tanto, del Jubileo Extraordinario de la Misericordia:

1.    Desde el 1 de diciembre está abierto el punto de información para peregrinos (Via della Conciliazione, 7). Es un lugar donde poder obtener información sobre todo el programa del Jubileo, inscribirse para la peregrinación a la Puerta Santa, recoger las entradas para las diversas celebraciones que requieren la entrada gratuita y retirar el testimonium de la participación al Jubileo.

2.    El 8 de diciembre el Santo Padre abrirá la Puerta Santa de San Pedro. En esa fecha se celebra también el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La celebración eucarística se iniciará llevando procesionalmente el Evangeliario, preparado especialmente para el Jubileo por el P. Rupnik. El Evangeliario se colocará en el mismo atril que durante todas las sesiones del Concilio se colocó en el altar de la basílica de San Pedro para hacer evidente a todos el primado de la Palabra de Dios.

3.    El Papa pedirá la apertura de la Puerta y la atravesará. Después de él, los cardenales, los obispos y representantes de los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos cruzarán la Puerta Santa dirigiéndose en procesión hasta la tumba del Apóstol Pedro desde dónde tendrá lugar el rito final de la Santa Misa.

4.    El domingo 13 de diciembre, por primera vez en la historia de los Jubileos, se abrirán las Puertas Santas en todas las catedrales del mundo. El Papa Francisco abrirá la Puerta Santa de su catedral de Roma, San Juan de Letrán.

5.    El viernes siguiente, 18 de diciembre, el Santo Padre realizará un gesto simbólico abriendo la Puerta de la Misericordia en el albergue “Don Luigi Di Liegro”, de Cáritas Roma, donde desde hace 25 años se acogen a todas las personas con graves necesidades.

6.    Desde el día de la apertura de la Puerta Santa, y durante todo el Jubileo, en la Plaza de San Pedro se rezará el Santo Rosario delante de la estatua de San Pedro. Será animado a turnos por algunas de las parroquias de Roma dedicadas a la Virgen María y por los Institutos religiosos presentes en Roma con una particular consagración a la Madre de Dios y algunos Institutos de formación.

7.    En las cuatro basílicas papales se ha dispuesto un servicio de urgencias para la atención sanitaria de los peregrinos. Además se han preparado confesionarios sin barreras arquitectónicas, otros para la atención de sordos y se ha creado un libro táctil en A3 para que los ciegos puedas ser guiados durante la peregrinación a la Puerta Santa de San Pedro.

8.    La página web oficial del Jubileo (www.im.va) traducida en 7 idiomas, permitirá poder seguir los grandes eventos que tendrán lugar en Roma también por los que no podrán estar presentes físicamente.

9.    El Papa ha creado la figura de los Misioneros de la misericordia. Son sacerdotes que provienen de diferentes partes del mundo y han sido designados por sus obispos para realizar este servicio particular. El Miércoles de Ceniza recibirán el mandato del Santo Padre para ser predicadores de la misericordia y confesores llenos de misericordia. Recibirán del Santo Padre el poder de perdonar los pecados reservados a la Sede Apostólica y serán el signo de la cercanía de Dios y del perdón de Dios para todos.

                10.  Para esta ocasión, el Santo Padre ha concedido a todos los obispos del mundo el poder dar la bendición papal en la Santa Misa de apertura de la Puerta Santa y en la de clausura al finalizar el Año Santo.


LAS ÚLTIMAS NOVEDADES SOBRE EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA EN EL VATICANO

El Vaticano ha presentado esta mañana a los medios de comunicación el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la Iglesia y en el Pontificado del Papa Francisco. Entre las novedades están el rezo del Rosario cada tarde en la Plaza de San Pedro o un novedoso espectáculo de luces e imágenes el mismo día de su inauguración.
El Año Santo dará inició el próximo martes 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y finalizará el 20 de noviembre de 2016, Fiesta de Cristo del Universo.
En la conferencia de prensa, el Presidente del Pontifico Consejo para la Promoción Nueva Evangelización, el Arzobispo Mons. Rino Fisichella, detalló algunos aspectos del Año Jubilar que se celebrará en todo el mundo y llevará hasta Roma a millones de personas.
Estas son algunas claves del Jubileo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco:
– El Jubileo iniciará con la Santa Misa y la apertura de la Puerta Santa de la Basílica vaticana el martes 8 de diciembre a las 9,30 horas de Roma en la Plaza de San Pedro.
– El Santo Padre ha concedido a todos los obispos del mundo poder dar La Bendición Papal en la Santa Misa de apertura de la Puerta Santa y en su clausura al final del Año.
– En la tarde del mismo día 8 se celebrará en la Plaza un espectáculo de luces bajo el título de “Fiat lux: illuminating Our Commin Home” (Iluminando nuestro hogar común). Se trata de la proyección de fotografías en la fachada y en la cúpula de la Basílica de imágenes inspiradas en la misericordia, la humanidad, el medio ambiente y el cambio climático. Es una donación de un conjunto de empresas que quieren colaborar así con el Jubileo. Será la primera vez que se haga algo similar en el Vaticano.
– El domingo 13 de diciembre serán abiertas las Puertas Santas de todas las catedrales del mundo como signo también de las Iglesias particulares y la universalidad de la Iglesia.
– El mismo día, a las 9,30 hora local, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa de su Catedral de Roma, la Basílica de San Juan de Letrán.
– El viernes 18 de diciembre el Papa hará un gesto simbólico con la apertura de la Puerta de la Misericordia en el albergue “Don Luigi Liegro” de la Cáritas de Roma. Allí, desde hace 25 años, son acogidas personas necesitadas. Será el primero de una serie de gestos que hará el Pontífice un viernes de cada mes y que serán de carácter privado.
– A partir del inicio del Jubileo, en la Plaza de San Pedro será recitado el Rosario delante de la monumental estatua de San Pedro a las 18 horas. El rezo será guiado por algunas parroquias de la ciudad dedicadas a la Virgen María y por Institutos Religiosos presentes en Roma con una particular consagración a la Madre de Dios.
– Ha comenzado a funcionar ya el Centro de Acogida de los Peregrinos. Se trata de un lugar en el que informarse de los eventos, donde registrarse para recorrer la Puerta Santa, obtener las entradas para las celebraciones en las que será necesario presentarla, así como retirar el testimonium (una especie de certificado o diploma) que acredita la participación en el Año Santo.
– Cada día unos 100 voluntarios ayudarán a los peregrinos en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro, la popular Via della Conciliazione (calle que termina en la Plaza), así como en las distintas basílicas de Roma. En los grandes eventos serán unos 800-1000 voluntarios.
– Se han preparado unos libros litúrgicos que están disponibles ya en 10 idiomas y próximamente se publicarán en otros, entre ellos el coreano o el ucraniano. Algunos llevan por título “Celebrar la misericordia”, “La Confesión, sacramento de la misericordia”; “Los salmos de la misericordia”; “Las Parábolas de la Misericordia”; “Los Papas de la misericordia” o “Santos en la misericordia”.
– El Evangeliario de la Misericordia será situado en el mismo trono que durante todas las sesiones del Concilio Vaticano II era puesto en el altar de la Basílica de San Pedro para hacer más evidente a toda la primacía de la Palabra de Dios.
– Está prevista la asistencia sanitaria a los peregrinos. En las cuatro basílicas papales habrá un puesto de primeros auxilios que contará con lo necesario para casos de gravedad. También existe un proyecto sanitario para toda la ciudad.
– El Jubileo de la Misericordia es el primero de la era de las redes sociales y por tanto se reflejará en la organización. La web oficial es www.im.va y está disponible en 7 idiomas. Contiene toda la información necesaria para seguir el Año Santo y permite también registrase para el recorrido por la Puerta Santa así como para ser voluntario.
– Ya hay 800 “misioneros de la misericordia”, sacerdotes provenientes de diversas partes del mundo indicados por sus propios Obispos para desarrollar este encargo. A partir del Miércoles de Ceniza recibirán de parte del Papa el encargo de ser predicadores de la misericordia y confesores llenos de misericordia. Recibirán de Francisco la facultad de perdonar los pecados reservados a la Sede Apostólica como signo de cercanía y del perdón de Dios. Ningún obispo en su propia diócesis puede nombrar a estos misioneros ni conferirles tales facultades.
– Por si alguno está preocupado por la seguridad, los organizadores indican que está garantizada por el estado italiano, quien lleva trabajando desde hace meses en ella. Para ello se ha firmado un acuerdo entre el gobierno de Italia y la Santa Sede.


MENSAJE DEL PAPA POR LA 53ª JORNADA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

Texto del mensaje del Santo Padre Francisco:
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2016
La Iglesia, madre de vocaciones
Queridos hermanos y hermanas:
Cómo desearía que, a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia. Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto.
Por eso, invito a todos los fieles, con ocasión de esta 53ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, a contemplar la comunidad apostólica y a agradecer la mediación de la comunidad en su propio camino vocacional. En la Bula de convocatoria del Jubileo Extraordinario de la Misericordia recordaba las palabras de san Beda el Venerable referentes a la vocación de san Mateo:misereando atque eligendo (Misericordiae vultus, 8). La acción misericordiosa del Señor perdona nuestros pecados y nos abre a la vida nueva que se concreta en la llamada al seguimiento y a la misión. Toda vocación en la Iglesia tiene su origen en la mirada compasiva de Jesús. Conversión y vocación son como las dos caras de una sola moneda y se implican mutuamente a lo largo de la vida del discípulo misionero.
El beato Pablo VI, en su exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, describió los pasos del proceso evangelizador. Uno de ellos es la adhesión a la comunidad cristiana (cf. n. 23), esa comunidad de la cual el discípulo del Señor ha recibido el testimonio de la fe y el anuncio explícito de la misericordia del Señor. Esta incorporación comunitaria incluye toda la riqueza de la vida eclesial, especialmente los Sacramentos. La Iglesia no es sólo el lugar donde se cree, sino también verdadero objeto de nuestra fe; por eso decimos en el Credo: «Creo en la Iglesia».
La llamada de Dios se realiza por medio de la mediación comunitaria. Dios nos llama a pertenecer a la Iglesia y, después de madurar en su seno, nos concede una vocación específica. El camino vocacional se hace al lado de otros hermanos y hermanas que el Señor nos regala: es una con-vocación. El dinamismo eclesial de la vocación es un antídoto contra el veneno de la indiferencia y el individualismo. Establece esa comunión en la cual la indiferencia ha sido vencida por el amor, porque nos exige salir de nosotros mismos, poniendo nuestra vida al servicio del designio de Dios y asumiendo la situación histórica de su pueblo santo.
En esta jornada, dedicada a la oración por las vocaciones, deseo invitar a todos los fieles a asumir su responsabilidad en el cuidado y el discernimiento vocacional. Cuando los apóstoles buscaban uno que ocupase el puesto de Judas Iscariote, san Pedro convocó a ciento veinte hermanos (Hch 1,15); para elegir a los Siete, convocaron el pleno de los discípulos (Hch 6,2). San Pablo da a Tito criterios específicos para seleccionar a los presbíteros (Tt 1,5-9). También hoy la comunidad cristiana está siempre presente en el surgimiento, formación y perseverancia de las vocaciones (cfr. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 107).
La vocación nace en la Iglesia. Desde el nacimiento de una vocación es necesario un adecuado «sentido» de Iglesia. Nadie es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos (ibíd., 130). Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un discernimiento más objetivo. La comunidad se convierte de este modo en el hogar y la familia en la que nace la vocación. El candidato contempla agradecido esta mediación comunitaria como un elemento irrenunciable para su futuro. Aprende a conocer y a amar a otros hermanos y hermanas que recorren diversos caminos; y estos vínculos fortalecen en todos la comunión.
La vocación crece en la Iglesia. Durante el proceso formativo, los candidatos a las distintas vocaciones necesitan conocer mejor la comunidad eclesial, superando las percepciones limitadas que todos tenemos al principio. Para ello, es oportuno realizar experiencias apostólicas junto a otros miembros de la comunidad, por ejemplo: comunicar el mensaje evangélico junto a un buen catequista; experimentar la evangelización de las periferias con una comunidad religiosa; descubrir y apreciar el tesoro de la contemplación compartiendo la vida de clausura; conocer mejor la misión ad gentes por el contacto con los misioneros; profundizar en la experiencia de la pastoral en la parroquia y en la diócesis con los sacerdotes diocesanos. Para quienes ya están en formación, la comunidad cristiana permanece siempre como el ámbito educativo fundamental, ante la cual experimentan gratitud.
La vocación está sostenida por la Iglesia. Después del compromiso definitivo, el camino vocacional en la Iglesia no termina, continúa en la disponibilidad para el servicio, en la perseverancia y en la formación permanente. Quien ha consagrado su vida al Señor está dispuesto a servir a la Iglesia donde esta le necesite. La misión de Pablo y Bernabé es un ejemplo de esta disponibilidad eclesial. Enviados por el Espíritu Santo desde la comunidad de Antioquía a una misión (Hch 13,1-4), volvieron a la comunidad y compartieron lo que el Señor había realizado por medio de ellos (Hch 14,27). Los misioneros están acompañados y sostenidos por la comunidad cristiana, que continúa siendo para ellos un referente vital, como la patria visible que da seguridad a quienes peregrinan hacia la vida eterna.
Entre los agentes pastorales tienen una importancia especial los sacerdotes. A través de su ministerio se hace presente la palabra de Jesús que ha declarado: Yo soy la puerta de las ovejas… Yo soy el buen pastor (Jn 10, 7.11). El cuidado pastoral de las vocaciones es una parte fundamental de su ministerio pastoral. Los sacerdotes acompañan a quienes están en buscan de la propia vocación y a los que ya han entregado su vida al servicio de Dios y de la comunidad.
Todos los fieles están llamados a tomar conciencia del dinamismo eclesial de la vocación, para que las comunidades de fe lleguen a ser, a ejemplo de la Virgen María, seno materno que acoge el don del Espíritu Santo (cfr. Lc 1,35-38). La maternidad de la Iglesia se expresa a través de la oración perseverante por las vocaciones, de su acción educativa y del acompañamiento que brinda a quienes perciben la llamada de Dios. También lo hace a través de una cuidadosa selección de los candidatos al ministerio ordenado y a la vida consagrada. Finalmente es madre de las vocaciones al sostener continuamente a aquellos que han consagrado su vida al servicio de los demás.
Pidamos al Señor que conceda a quienes han emprendido un camino vocacional una profunda adhesión a la Iglesia; y que el Espíritu Santo refuerce en los Pastores y en todos los fieles la comunión eclesial, el discernimiento y la paternidad y maternidad espirituales:
Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas, fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización. Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso.
Que María, Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas, para que, hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del pueblo santo de Dios.
Vaticano, 29 de noviembre de 2015


6 de diciembre de 2015

PAPA FRANCISCO: EN LOS DESIERTOS DE LA HUMANIDAD DE HOY, HACER CONOCER A JESÚS, INVITACIÓN APREMIANTE

Texto completo de las palabras del Papa Francisco para introducir el rezo del Ángelus
« ¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
En este segundo domingo de Adviento, la liturgia nos pone a la escuela de Juan el Bautista, que predicaba «anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Lc 3,3). Y nosotros quizá nos preguntemos: « ¡Por qué nos tendríamos que convertir? La conversión es para el que de ateo se vuelve creyente, de pecador se hace justo, pero nosotros no la necesitamos, acaso ¿ya no somos cristianos? Podemos preguntarnos esto y sentirnos que estamos que estamos bien. Y ello no es verdad. Pensando de este modo, nos damos cuenta de que es precisamente por esta presunción – de que estamos en lo justo – y precisamente por esta presunción, es que nos debemos convertir: de la suposición de que, en fin de cuentas, va bien así y no necesitamos conversión alguna.
Pero preguntémonos: ¿es cierto que en las diversas situaciones y circunstancias de la vida, tenemos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús? ¿Es verdad que sentimos como siente Jesús? Por ejemplo, cuando sufrimos algún mal o alguna afrenta ¿podemos reaccionar sin animosidad de corazón y perdonar a los que nos piden perdón? ¡Qué difícil es perdonar, eh! ¡Qué difícil! ‘Me la vas a pagar: esta palabra viene de dentro, ¿eh? Cuando estamos llamados a compartir alegrías y tristezas, ¿sabemos llorar sinceramente con el que llora y alegrarnos con el que se alegra? Cuando debemos expresar nuestra fe, ¿sabemos hacerlo con valentía y sencillez, sin avergonzarnos del Evangelio? ¡Y así podemos plantearnos tantas preguntas! ¡No estamos bien…, siempre debemos convertirnos, tener los mismos sentimientos que tenía Jesús.
La voz del Bautista grita aún en los desiertos de hoy de la humanidad, que son - ¿cuáles son los desiertos de hoy? – son las mentes cerradas y los corazones duros, y nos provoca para que nos preguntemos si efectivamente estamos recorriendo el camino justo, viviendo una vida según el Evangelio. Hoy, como entonces, él nos amonesta con las palabras del profeta Isaías: « ¡Preparen el camino del Señor!» (v. 4). Es una invitación apremiante a abrir el corazón y recibir la salvación que Dios nos ofrece incesantemente, casi con testarudez, porque nos quiere a todos libres de la esclavitud del pecado. Pero el texto del profeta dilata esa voz, preanunciando que «todos los hombres verán la Salvación de Dios» (v. 6). Y la salvación es ofrecida a todo hombre, a todo pueblo, sin excluir a nadie, a cada uno de nosotros: nadie de nosotros puede decir: ‘Yo soy santo, yo soy perfecto, yo ya estoy salvado’ No. Siempre debemos aceptar este ofrecimiento de la salvación, y por ello el Año de la Misericordia: para avanzar más en ese camino de la salvación, ese camino que nos ha enseñado Jesús. Dios quiere que todos los hombres sean salvados por medio de Jesucristo, único mediador (cfr 1 Tm 2,4-6)
Por lo tanto cada uno de nosotros está llamado a hacer conocer a Jesús a cuantos no lo conocen aún: pero ello no es hacer proselitismo. No: es abrir una puerta. « ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!» (1 Cor 9,16), declaraba san Pablo. Si a nosotros el Señor Jesús nos ha cambiado la vida, y nos la cambia cada vez que acudimos a Él, ¿cómo no sentir la pasión de hacerlo conocer a cuantos encontramos en el trabajo, en la escuela, a los vecinos de casa, en un condominio, en los hospitales, en los lugares de recreo? Si nos miramos a nuestro alrededor, encontramos a personas que estarían dispuestas a comenzar o a volver a comenzar un camino de fe, si encontraran a cristianos enamorados de Jesús. ¿No deberíamos y no podríamos ser nosotros esos cristianos? Les dejo esta pregunta: ¿De verdad estoy enamorado de Jesús? ¿Estoy convencido de que Jesús me ofrece y me da la salvación? Y, si estoy enamorado, ¡tengo que hacerlo conocer! Pero debemos ser valientes: allanar las montañas del orgullo y de la rivalidad, rellenar los abismos excavados de la indiferencia y de la apatía, enderezar los senderos de nuestras perezas y de nuestros acomodamientos.
Que nos ayude la Virgen María – que es Madre y sabe cómo hacerlo - a derribar las barreras y los obstáculos que impiden nuestra conversión, es decir nuestro camino hacia el encuentro con el Señor ¡Solamente Él puede dar cumplimiento a todas las esperanzas del hombre!» 
AUDIO DEL PAPA AQUÍ

(Traducción del italiano: Cecilia de Malak – RV)

MITIGAR LOS IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO, CONTRASTAR LA POBREZA Y HACER FLORECER LA DIGNIDAD HUMANA. PALABRAS DEL PAPA DESPUÉS DEL ÁNGELUS

Texto completo de las palabras del Papa después de la oración del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas,
Sigo con gran atención los trabajos de la Conferencia sobre el clima en curso en París, y me vuelve a la mente una pregunta que hice en la encíclica Laudato si ''¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?'' (n. 160). Por el bien de la casa común, de todos nosotros y de las futuras generaciones, en París todo el esfuerzo debe estar dirigido a la mitigación de los impactos de los cambios climáticos y, al mismo tiempo, a contrastar la pobreza para que florezca la dignidad humana. Recemos para que el Espíritu Santo ilumine a todos los que están llamados a tomar decisiones tan importantes y les dé el coraje de tener siempre como criterio de elección el bien mayor para la familia humana.
Mañana se celebra el quincuagésimo aniversario de un acontecimiento memorable entre católicos y ortodoxos. El 7 de diciembre de 1965, en la vigilia de la conclusión del Concilio Vaticano II, con una Declaración común del Papa Pablo VI y del Patriarca Ecuménico Atenágoras, se eliminaban de la memoria las sentencias de excomunión intercambiadas entre la Iglesia de Roma y la de Constantinopla en 1054. Es realmente providencial que aquel gesto histórico de reconciliación, que ha creado las condiciones para un nuevo diálogo entre ortodoxos y católicos en el amor y la verdad, sea recordado precisamente en el inicio del Jubileo de la Misericordia. No hay un auténtico camino hacia la unidad sin un pedido de perdón a Dios y entre nosotros, por el pecado de la división. Recordemos en nuestras oraciones al querido Patriarca Ecuménico Bartolomé y a los demás jefes de las Iglesias ortodoxas, y pidamos al Señor que las relaciones entre católicos y ortodoxos se inspiren siempre en el amor fraterno.   
Ayer, en Chimbote (Perú), fueron proclamados beatos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzałkowski, Franciscanos Conventuales, y Alessandro Dordi, sacerdote fidei donum, asesinados por odio a la fe en 1991. Que la fidelidad de estos mártires en el seguimiento de Cristo dé la fuerza a todos nosotros, pero especialmente a los cristianos perseguidos en diferentes partes del mundo, para dar testimonio valiente del Evangelio.
Saludo a todos ustedes, peregrinos que han venido de Italia y de diversos países; ¡hay muchas banderas! En particular al coro litúrgico de Milherós de Poiares y a los fieles de Casal de Cambra, Portugal. Saludo a los participantes en el Congreso del Movimiento de Compromiso Educativo de Acción Católica, a los fieles de Biella, Milán, Cusano Milanino, Neptuno, Rocca di Papa y Foggia; a los confirmandos de Roncone y de Settimello, a la Banda de Calangianus y al Coro de Taio.
Les deseo a todos un buen domingo y una buena preparación para el inicio del Año de la Misericordia. Por favor no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
Traducción del italiano: Griselda Mutual, Radio Vaticana



CONVERTIRNOS DE LA PRESUNCIÓN DE QUE NO NECESITAMOS CONVERTIRNOS, EXPRESÓ FRANCISCO EN EL ÁNGELUS

(Radio Vaticana).- Flash reflexión pre-Ángelus: “La voz del Bautista grita todavía en los modernos desiertos de la humanidad que son las mentes cerradas y los corazones duros. Y nos provoca preguntarnos si efectivamente estamos recorriendo el camino justo, viviendo una vida según el Evangelio”, dijo el Obispo de Roma.
Inspirado en la lectura del Evangelio de Lucas, del 2do domingo de adviento, en el que Juan Bautista predica “un bautismo de conversión para el perdón de los pecados” (Lc. 3,3), Francisco ha dicho que tenemos que convertirnos de la presunción de que tenemos todo en regla, de la suposición de que está bien así y que no tenemos necesidad de ninguna conversión.
Hagamos la prueba de preguntarnos si en las distintas situaciones y circunstancias de la vida tenemos siempre los mismos sentimientos de Jesús, si cuando sufrimos algún problema logramos reaccionar sin animosidad y perdonamos de corazón al que nos pide disculpas. Si cuando somos llamados a compartir alegrías y dolores sabemos llorar con los que lloran y reír con los que ríen. Si cuando debemos expresar nuestra fe sabemos hacerlo con valentía y simplicidad sin avergonzarnos del Evangelio.
“Debemos ser valientes: abajar las montañas del orgullo y la rivalidad, rellenar los huecos escavados por la indiferencia y la apatía, enderezar los senderos de nuestras perezas y de nuestras componendas”, insistió Francisco. 
Jesuita Guillermo Ortiz - Radio Vaticana


2 de diciembre de 2015

EL SEÑOR ESTÁ CON NOSOTROS EN LA BARCA, ÉL LA GUÍA Y A ÉL VAMOS A SEGUIR, EL PAPA EN CATEQUESIS AL REGRESO DE ÁFRICA

Texto y Audio completo del Resumen en Español de la Catequesis, pronunciado por Francisco


"Queridos hermanos y hermanas: Hoy quiero hablarles de mi visita apostólica a Kenia, Uganda y la República Centroafricana, donde he tenido la alegría de llevar la palabra de esperanza de Jesús resucitado.
En Kenia, un País que representa bien el reto global de nuestra época, los animé a cuidar sus riquezas naturales y espirituales, constituidas por los recursos de la tierra, de las nuevas generaciones y de los valores que forman la sabiduría de los pueblos, para que sea justo, inclusivo y sostenible.
En Uganda, bajo la memoria de sus mártires, he constatado el testimonio de esperanza y el servicio en la caridad de tantos discípulos-misioneros que, no obstante las dificultades buscan vivir según el Evangelio.
En la República Centroafricana, corazón geográfico del continente, he querido abrir en la catedral de Bangui la primera Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia, en donde hemos experimentado que el Señor está con nosotros en la barca, es él quien la guía y a él hemos renovado el compromiso de seguirle. Él es nuestra esperanza, nuestra paz, rostro de la divina Misericordia.
Agradezco, una vez más, a las Autoridades civiles y a los Obispos de estas naciones su acogida, y doy las gracias a todos los que de diversos modos han colaborado.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España y Latinoamérica. Invito a todos a dar gracias al Señor por este primer Viaje Apostólico a África, y a pedirle que de abundantes frutos y muchos misioneros. Muchas gracias".