«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


24 de abril de 2015

RECORDAR SIEMPRE NUESTRO PRIMER ENCUENTRO CON JESÚS, ALENTÓ EL PAPA

Nuestra fe es un encuentro con Jesús,


El Papa Francisco señaló dos bellas tareas para hacer en casa

(RV).- Recordar la primera vez que sentimos a Jesús a nuestro lado y ver en los Evangelios cómo Jesús encuentra a la gente. Reiterando que Jesús nunca olvida el día en que nos encontró por primera vez, alentó a pedir a Dios ‘la gracia de la memoria’ para recordar siempre, precisamente, nuestro encuentro con Jesús, que es único para cada uno, es el primer amor.

En su homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa de Santa Marta, el Santo Padre hizo hincapié en que Jesús elige un encuentro, como forma de cambiar la vida de los demás. Juan y Andrés, que pasan con el Maestro toda la velada. Simón que se vuelve la ‘piedra’ de la nueva comunidad. La Samaritana, el leproso, que regresa para agradecer por haber sido sanado, la mujer que queda sanada al tocar la túnica de Cristo.

El primer encuentro

Evocando, con la liturgia del día, el encuentro, cerca de Damasco, de Jesús con Saulo, que de perseguidor anticristiano se vuelve Apóstol, el Papa se refirió a los encuentros con el Señor. Encuentros decisivos que deben llevar al cristiano a no olvidar nunca el primer momento en que percibimos la cercanía de Jesús a nuestro lado:

«Él nunca olvida, pero nosotros olvidamos nuestro encuentro con Jesús. Y ésta sería una bella tarea para hacer en casa: pensar en cuándo sentí al Señor cerca de mí, de verdad. ¿Cuándo sentí que debía cambiar de vida, o ser mejor, o perdonar a una persona? ¿Cuándo sentí al Señor que me pedía algo? ¿Cuándo encontré al Señor? Porque nuestra fe es un encuentro con Jesús. Éste es el fundamento de nuestra fe: he encontrado a Jesús como Saulo hoy».

La memoria de cada día

Preguntémonos sinceramente, aconsejó una vez más el Obispo de Roma: ¿cuándo Señor me dijiste algo que cambió mi vida o me invitaste a dar ese paso en mi vida?:

«Ésta es una bella oración y les recomiendo que la recen cada día. Y cuando te acuerdas, te alegras con eso, con ese recuerdo que es un recuerdo de amor. Otra bella tarea es la de leer los Evangelios y ver tantas historias. Ver cómo Jesús encuentra a la gente, cómo elige a los apóstoles, cómo hay tantos encuentros con Jesús allí. Quizá alguno se parezca al mío. Cada uno tiene el suyo».

No olvidemos nunca el primer amor

Para Cristo su relación con nosotros es de predilección, es una relación de amor, una relación de ‘tú y yo’, volvió a subrayar el Papa:

«Rezar para pedir la gracia de la memoria: Señor ¿cuándo fue ese primer encuentro, ese primer amor? Para no escuchar ese reproche que dirige el Señor, en el Apocalipsis: debo reprocharte que hayas olvidado el primer amor»
(CdM – RV)


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