Por los niños; por los padres; por los abuelos: sí a la vida
el 25 de marzo la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación ha celebrado la Jornada por la Vida.
el 25 de marzo la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación ha celebrado la Jornada por la Vida.
La Eucaristía estuvo presidida por nuestro obispo, Mons. González Montes y
concelebrada por el Vicario de Pastoral y párroco de Ntra. Señora de Monserrat, D. Manuel Pozo, por el Deán de la
Catedral y Vicario de la zona centro D. Juan Torrecillas, por el Director del
Secretariado Diocesano de Familia y Vida y párroco de S. Sebastián, D. Manuel
Cuadrado y D. Pedro Antonio Pérez Martín, párroco de Ntra. Señora de la
Fuensanta, por el Diácono y algunos de nuestros seminaristas que se encargaron de los cantos.
Nuestro Obispo nos decía que no era casualidad que se iniciara en este día
la “Semana de la Familia” sino que se debía a un proyecto consciente porque la
familia debe ser la primera defensora de la vida humana en todos sus momentos.
La jornada de este año se ha convocado con el lema “SI A LA VIDA,
Esperanza ante la crisis” y quiere lanzar un mensaje de esperanza y ánimo
para seguir trabajando, reflexionando y orando por la vida, una llamada a amar
y cuidar toda vida humana, y hacerlo desde la familia. En su Nota, nuestros
obispos, nos advierten del peligro que se corre por la “la instalación en los corazones de una verdadera mentalidad egoísta y
anti-vida que ha arraigado en profundidad en las almas” y nos hacen un
llamamiento a cambiar de mentalidad y de vida para ganar la propia libertad de
donarnos a los demás, comenzando en la familia.
La familia, “Iglesia Doméstica” se ha reunido en torno a su pastor para
celebrar la vida. Jóvenes, niños, padres y abuelos, Movimientos, Asociaciones
pro-vida y familias cristianas se unieron en oración y pidieron por la Vida y
su defensa.
Ciertamente “La Iglesia no podría encontrar mejor
fecha en el año para celebrar una jornada por la vida que este día, nueve meses
antes del día de Navidad, en el que conmemoramos que, gracias a la
disponibilidad de la Virgen, el Hijo de Dios se hizo carne de nuestra carne
para caminar por nuestro mismo camino y conducirnos hacia la vida de Dios” nos
decía la monición de entrada y cobraban un significado especial en la Catedral
de la Encarnación.
Terminamos la Eucaristía implorando a Nuestra Madre y madre
de la Vida, que nos ayude a seguir trabajando por la vida y por la familia
lugar natural de la vida.
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