«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


26 de febrero de 2015

Los obispos de EE.UU publican en su web materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el sacramento de la Penitencia

Tras la publicación por parte de sus obispos de la la Exhortación Pastoral «El Regalo de Dios del Perdón», la Iglesia en los Estados Unidos, desde la página web de la Conferencia Episcopal de la nación norteamericana (USCCB), ha publicado una serie de materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el Sacramento de la Penitencia. Entre otros recursos figura una guía orientativa para realizar el examen de conciencia previo a la recepción del sacramento.

Guadium Press) «En el Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, también conocido como confesión, nos encontramos con el Señor que nos quiere ofrecer su perdón y su gracia para vivir una vida renovada en Él. Por medio de este sacramento, Él nos prepara para recibirlo en la Eucaristía limpios de pecado grave, con una fe viva, una esperanza intensa y un amor purificador», dicen los obispos estadounidenses en la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.

Dicen también que es por la gracia del Espíritu Santo que los bautizados buscan el perdón y el arrepentimiento y «nos liberamos de los hábitos del pecado, crecemos en una vida de virtud, y somos testigos de una conversión gozosa».

Por eso, como recuerdan los obispos, los sacerdotes están siempre dispuestos a acompañar, guiar y, sobre todo, administrar el Sacramento del perdón a los fieles que con corazón arrepentido se acerquen a Dios:

«Si tienen alguna dificultad o duda, o sienten incertidumbre sobre cómo acercarse al Señor en este sacramento, los obispos y sacerdotes estamos deseosos de ayudarles, y si desde hace tiempo no reciben este sacramento sanador, nosotros estamos preparados para acogerlos. Cristo nos ha designado para administrar el perdón en Su nombre, y durante toda nuestra vida también acudimos al sacramento, tanto como penitentes como ministros, y particularmente en este momento de gracia especial que es la Cuaresma».

Para facilitar el acercamiento al Sacramento, la USCCB, desde su sitio web, cuenta convarios recursos sobre la confesión; entre ellos el texto completo de la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", en el que se incluye una guía sobre cómo confesarse; así como el documento titulado «Penitencia: Reconciliados con la relación correcta, llamados a curar y restaurar».

También hay orientaciones para realizar el examen de conciencia de acuerdo con los Mandamientos, a la luz de la enseñanza social católica y cómo han de hacer dicho examen los niños, los jóvenes adultos, las personas solteras y los casados.

Igualmente, se ofrece una catequesis sobre las prácticas penitenciales de la oración, el ayuno y la limosna, las cuales se incrementan durante la Cuaresma, y sobre las enseñanzas de la Iglesia en relación con el Credo, la moralidad, María y los Santos, entre otros; además de un corto video explicativo sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.

La Iglesia Católica, en el Catecismo (numerales del 1455 al 1458) señala que la confesión de los pecados «nos libera y facilita nuestra reconciliación con los demás», ya que a través de ella, «el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia con el fin de hacer posible un nuevo futuro».

De acuerdo con el mandamiento de la Iglesia «todo fiel llegando a la edad de uso de razón debe confesar, al menos una vez al año, fielmente sus pecados graves». También recomienda, «sin ser estrictamente necesario», confesar los pecados veniales, ya que «ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu».


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