La Navidad, el hambre
en el mundo, el sufrimiento y las guerras, el futuro viaje a Tierra Santa, la
economía mundial, la conversión del papado, el ecumenismo, los sacramentos, el
Consejo de Cardenales, la relación Iglesia - política, mujeres cardenales y la
limpieza del Ior; son los temas que el santo padre ha afrontado en la
entrevista que el periodista Andrea Tornielli le ha realizado para el diario
italiano La Stampa.
"La Navidad es el encuentro con Jesús. Dios siempre ha
buscado a su pueblo, lo ha conducido, lo ha cuidado, ha prometido estarle
siempre cerca", esto es lo que significa para el santo padre la Navidad. Y
además es una consolación, un misterio de consolación. En Navidad, "muchas
veces, después de la misa de media noche, pasé algunas horas solo, en la
capilla, antes de celebrar la misa de la aurora, con un sentimiento de profunda
consolación y paz", así explica Francisco que para él la Navidad siempre
ha sido "contemplar la visita de Dios a su pueblo".
La Navidad, indica, "nos habla de ternura y de
esperanza". El santo padre explica que Dios, al encontrarnos, nos dice dos
cosas: "tened esperanza" y "no tengáis miedo de la
ternura". Por eso, el papa explica que "cuando los cristianos se
olvidan de la esperanza y de la ternura se convierten en una Iglesia
fría". Al respecto matiza que "tiene miedo cuando los cristianos
pierden la esperanza y la capacidad de abrazar y acariciar". Y es por ello
que afirma que en su vida de sacerdote siempre ha buscado "transmitir esta
ternura, especialmente a los niños y los ancianos".
Profundizando sobre este tiempo litúrgico que estamos viviendo,
Francisco insiste en que estas fechas nos dan tanta alegría porque "no nos
sentimos más solos, Dios ha bajado para estar con nosotros. Jesús se ha hecho
uno de nosotros y por nosotros ha sufrido sobre la Cruz el final más duro, el
de un criminal". La Navidad, observa, "es alegría, alegría religiosa,
alegría de Dios, interior, de luz, de paz". Y advierte que "cuando no
se tiene la capacidad o se está en una situación humana que no te permite
comprender esta alegría, se vive la fiesta con alegría mundana".
Asimismo, el santo padre explica que si Dios nos ofrece el don
de la Navidad es porque "todos tenemos la capacidad de comprenderlo y
recibirlo. Todos, del más santo al más pecador, del más limpio al más
corrupto". Este mundo preocupado por las guerras, al santo padre le hace
pensar en la paciencia de Dios, "la principal virtud de Dios explicitada
en la Biblia es que Él es amor. Él nos espera, nunca se cansa de esperarnos",
recuerda el papa.
Al preguntarle el periodista sobre el posible viaje a Tierra
Santa, Francisco señala que "en la noche de Navidad pienso sobre todo en
los cristianos que viven allí, en los que tienen dificultades, en todos los que
han tenido que dejar esa tierra por diferentes problemas". Del mismo modo
recuerda que próximamente se celebrarán 50 años del viaje de Pablo VI a la
tierra natal de Jesús y Francisco confirma que también él desea ir para
encontrarse con "su hermano Bartolomeo, patriarca de Constantinopla"
y que ya se está preparando.
A continuación el papa se detiene para reflexionar sobre el
sufrimiento de los inocentes, los niños enfermos. Francisco ha indicado que
Dostoevskij ha sido para él un maestro de vida y que aquella pregunta del
escritor ruso siempre ha estado en su corazón "¿por qué sufren los
niños?" Ante este interrogante el santo padre evoca la oración del por qué
- como ya sugirió a una delegación de filipinos en el Vaticano tras el tifón
Haiyan- como hacen los niños con sus padres cuando quieren entenderlo todo.
"Señor, ¿por qué? Él no me explica nada. Pero siento que me mira. Y así
puedo decir: Tú sabes por qué, yo no lo sé y tú no me lo dices, pero me miras y
yo me fio de Ti, Señor, me fío de tu mirada", cuenta Francisco.
En relación al hambre en el mundo, el santo padre recuerda que
"si conseguimos no desperdiciar, aprovechar la comida, el hambre en el
mundo disminuiría mucho". El pontífice reconoce que le impresionó mucho
leer una estadística que decía que 10.000 niños mueren de hambre al día en el
mundo. Por ello, Francisco insiste en que en el mundo "tenemos suficiente
comida para alimentar a todos". Cuenta una anécdota de un día en la plaza
de san Pedro en la audiencia, vio a un niño llorando en brazos de su madre y el
papa la dijo "señora, creo que el niño tiene hambre" y ella ha
respondido "sí, sería la hora" y el papa dijo: "dale de comer
por favor". Y esto mismo el santo padre se lo quiere decir a toda la
humanidad ; "¡dad de comer a quien tiene hambre!"
Con la reciente publicación de la exhortación apostólica, el
papa ha recibido acusaciones de ser "marxista". Al respecto,
Francisco aclara que "la ideología marxista está equivocada" pero
afirma haber conocido muchos marxistas buenas personas y "por eso no me
siento ofendido". Asimismo, matiza que "en la exhortación no
hay nada que no se encuentre en la Doctrina social de la Iglesia".
También en la exhortación apostólica, el santo padre habla de la
"conversión papal". A lo que él señala que Juan Pablo II ya habló de
una forma de ejercicio del primado que se abra a una nueva situación.
"Pero no solo desde el punto de vista de las relaciones ecuménicas, sino
también en las relaciones con la Curia y con las Iglesias locales",
observa. Hablando de los "hermanos ortodoxos" con los que se ha
encontrando en estos primeros meses de pontificado, Francisco afirma haberse
sentido "su hermano". E indica que "es un dolor no poder todavía
celebrar la eucaristía juntos, pero la amistad está".
Sobre el ecumenismo, el santo padre confirma que para él es una
prioridad y explica que hoy en día existe un "ecumenismo de sangre",
ya que en los países que asesinan cristianos no diferencian entre católicos,
anglicanos, luteranos u ortodoxos. "La unidad es una gracia que se debe
pedir", ha recordado el papa.
Volviendo a la exhortación apostólica y a lo que el papa dijo
sobre la elecciones pastorales prudentes y audaces en relación a los
sacramentos, Francisco subraya que "cuando hablo de prudencia no pienso en
una actitud paralizante, sino en una virtud de quien gobierna". Y señala
que "he hablado del bautismo y de la comunión como alimento espiritual
para ir adelante, para considerarlo un remedio y no un premio", a lo que
añade que "debemos buscar facilitar la fe de las personas más que
controlarla". En relación a los divorciados vueltos a casar Francisco
recuerda que "la exclusión de la comunión para los divorciados que viven
una segunda unión no es una sanción".
Al preguntarle sobre el próximo Sínodo de los obispos, el
pontífice explica que "del matrimonio en su totalidad hablaremos en las
reuniones del consistorio de febrero. Después el tema será afrontado en el
Sínodo extraordinario de septiembre de 2014 y también durante el Sínodo
ordinario del año sucesivo".
Del trabajo del consejo de cardenales, el santo padre indica que
en febrero, cuando se celebrará la próxima reunión, los purpurados le
entregaran sus primeras sugerencias. Francisco explica que él asiste a las
reuniones pero que no habla, "solamente escucho, y esto me hace
bien". Y concluye al respecto señalando que "la reforma inicia
siempre con iniciativas espirituales y pastorales antes que con cambios
estructurales".
Cambiando de argumento, el papa habla sobre la relación entre
Iglesia y política y recuerda que "la relación debe ser al mismo tiempo
paralela y convergente. Paralela porque cada uno tiene su camino y sus
diferentes tareas. Convergente, solamente para ayudar al pueblo".
Una frase corta y contundente sirve para aclarar el asunto de
las mujeres cardenales: "las mujeres en la Iglesia deben ser valorizadas,
no 'clericalizadas'. Quien piensa en mujeres cardenales sufre un poco de
clericalismo"
Finalmente unas palabras también para hablar del Ior: "las
comisiones referentes están trabajando bien. Moneyval nos ha dado un informe
bueno, estamos sobre el camino justo. Sobre el futuro del Ior se verá".
En las últimas líneas de la entrevista, Francisco reconoce
que no se esperaba ser elegido pero añade que "no perdí la paz mientras
aumentaban los votos. Estaba tranquilo. Y esa paz está también ahora, la
considero un don del Señor".
Fuente: Zenit
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