El escritor Sam Guzman, editor del original
portal The catholic gentleman,
ha escrito un interesante artículo que ha sido traducido por Aleteia sobre
el amor en el matrimonio y cómo hay que cultivarlo todos los
días. Sam propone 25 acciones para mostrarle que amas a tu mujer... pero
tranquilos, en pocos días Religión en Libertad publicará los
25 gestos que recomendamos que las mujeres puedan dedicar a sus
maridos.
25 maneras de mostrarle a tu mujer que la amas
En la universidad, conocí a una pareja de personas mayores que sentían un gran
afecto por mí y me invitaban a menudo a cenar. Aunque eran perfectamente
agradables conmigo, eran increíblemente hostiles el uno con el otro.
Todas sus conversaciones terminaban en riñas y a menudo se dirigían al otro
usando duras palabras y acerbas críticas.
Nunca supe la historia de esta pareja ni las razones de su acritud, pero puedo
afirmar que no son los únicos que se comportan de esta manera hoy en día.
El divorcio se eleva casi al 50% en EE UU
El matrimonio está en crisis y la tasa de divorcio ya se eleva
a casi el 50% de las uniones. A pesar de que la Iglesia siempre ha
defendido la indisolubilidad del matrimonio, los católicos se divorcian tanto
como las otras parejas. Así es la triste realidad.
Las causas de la crisis del matrimonio son numerosas, pero las
soluciones para ponerle remedio, no obstante, son sencillas. Los que estamos
llamados a la vocación del matrimonio, debemos amar a nuestras esposas.
No podemos cambiar el matrimonio de los demás, pero sí podemos cambiar
el nuestro. En vista de tantísimas rupturas conyugales, nuestros
matrimonios católicos deberían convertirse en testimonio profético de una vida
dichosa, de amor y fidelidad.
Hay cientos de maneras de decirle a tu esposa que la amas, pero para
empezar, aquí tienes 25:
1.- Escúchala y presta siempre atención a lo que te quiera explicar.
2.- Muéstrate afectuoso físicamente, pero no con un afecto puramente sexual.
3.- Sorpréndela con flores.
4.- Llévala a cenar (sin los niños).
5.- Cómprale un libro que sepas que tiene ganas de leer (o al menos reflexiona sobre qué le gustaría leer).
6.- Escríbele pequeñas palabras de amor (una vez al día, mínimo).
7.- Adelántate, no le des oportunidad a que friegue los platos.
8.- Haz algo de la lista de tareas que te ha confiado.
9.- Si tenéis un bebé, cambia los pañales (linimento oleocalcáreo, algodón, pañal nuevo y listo).
10.- Deja que salga con sus amigos y amigas mientras cuidas de los niños.
11.- Sostenle la puerta al pasar.
12.- Reza con ella y por ella.
13.- Pídele perdón cuando la hayas ofendido.
14.- Perdónala siempre y nunca guardes rencor.
15.- Pídele consejo.
16.- Conoces los temas que la irritan, así que evítalos.
17.- Acompáñala a hacer la compra, a correr… a lo que quiera.
18.- Ayuna por ella.
19.- Compréndela y confórtala, disipa sus temores.
20.- Háblale de tu forma de ver la vida.
21.- Hazle cumplidos.
22.- Bésala en público y delante de los niños.
23.- Cógela de la mano.
24.- Renuncia a algo que querrías hacer en favor de algo que ella querría hacer.
25.- No la critiques… ¡dedícale elogios!
Resumiendo, quiérela como el primer día.
En otro tiempo, tu principal preocupación fue la de conquistar el
corazón de tu mujer y de darle pruebas de tu afecto. ¿Te acuerdas?
Muchos hombres dejan de esforzarse después del intercambio de consentimientos.
Algo así no puede durar mucho.
Tu misión, como marido católico, es estudiar a tu mujer a lo largo de toda
vuestra vida juntos. Estudiarla para conocer mejor sus esperanzas y
sueños, sus miedos y preocupaciones.
¿Cuáles son sus gustos? ¿Qué cosas detesta? ¿Qué es más probable que la
haga feliz?¿Cuál es su lenguaje del amor? ¡Aprende qué es lo que embelesa
su corazón y actúa!
Señores, el matrimonio es un sacramento, igual que la confesión y la
Eucaristía.
El crecimiento en el matrimonio...
Un buen matrimonio puede hacernos crecer en nuestra vida espiritual y en
nuestras gracias. ¿No es maravilloso? Y sin embargo, muchos de entre nosotros
descuidan a sus esposas, mantienen una actitud irrespetuosa hacia ellas
y las consideran un fastidio, algo nocivo, o peor, un enemigo. Qué triste…
Los santos nos dicen que podemos obtener más de los sacramentos si los
recibimos con una buena disposición. Cuanto mejor preparados estén nuestros
corazones, más gracias recibiremos.
Los que estamos llamados a vivir el sacramento del matrimonio, ¿por qué
descuidamos tan a menudo nuestro matrimonio e ignoramos a nuestras esposas?
Vuestra mujer es un signo sacramental para vosotros. Tratadla como tal.
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