Misionando
en el mundo la alegría del Evangelio, con la ayuda de la Madre de Dios y de
Juan Pablo II
Texto
completo de las palabras del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas
Al final de esta celebración, deseo unirme a todos
ustedes en el agradecimiento a Dios, Padre de infinita misericordia, porque nos
ha concedido vivir esta Jornada Mundial de la Juventud. Doy las gracias al
Cardenal Dziwisz y al Cardenal Ryłko – infatigable trabajador para esta
jornada – y también por las oraciones con las cuales han preparado este evento;
y doy las gracias a todos aquellos que han colaborado para su buen desarrollo.
Y un inmenso «gracias» a ustedes, queridos jóvenes. Han llenado Cracovia con el
entusiasmo contagioso de su fe. San Juan Pablo II ha disfrutado desde el cielo,
y los ayudará a llevar por todo el mundo la alegría del Evangelio.
En estos días hemos experimentado la belleza de la
fraternidad universal en Cristo, centro y esperanza de nuestra vida. Hemos
escuchado su voz, la voz del Buen Pastor, vivo en medio de nosotros. Él ha
hablado al corazón de cada uno de ustedes: los ha renovado con su amor, les ha
hecho sentir la luz de su perdón, la fuerza de su gracia. Les ha hecho
experimentar la realidad de la oración. Ha sido una «oxigenación» espiritual
para que puedan vivir y caminar en la misericordia una vez que hayan regresado
a sus países y a sus comunidades.
Aquí, junto al altar, hay una imagen de la Virgen
María venerada por Juan Pablo II en el santuario de Calvaria. Ella, nuestra
Madre, nos enseña cómo la experiencia vivida aquí en Polonia puede ser fecunda;
nos dice que hagamos como ella: no desperdiciar el don recibido, sino
custodiarlo en el corazón, para que germine y dé fruto, con la acción del
Espíritu Santo. De este modo, cada uno de ustedes, con sus limitaciones y
fragilidades, podrá ser testigo de Cristo allá donde vive, en la familia, en la
parroquia, en las asociaciones y en los grupos, en los ambientes de estudio, de
trabajo, de servicio, de ocio, donde quiera que la providencia los guíe en su
camino.
La Providencia de Dios siempre nos precede. Piensen
que ya ha decidido cuál será la próxima etapa de esta gran peregrinación
iniciada por san Juan Pablo II en 1985. Y por eso les anuncio con alegría que
¡la próxima Jornada Mundial de la Juventud —después de las dos de ámbito
diocesano— será en 2019, en Panamá!
Invito a los Obispos de Panamá a acercarse para dar
la bendición conmigo.
Con la intercesión de María, invocamos el Espíritu
Santo para que ilumine y sostenga el camino de los jóvenes en la Iglesia y en
el mundo, para que sean discípulos y testigos de la Misericordia de Dios.
Recitemos juntos ahora la oración del Ángelus
No hay comentarios:
Publicar un comentario