Palabras del Papa antes de rezar el Ángelus
Queridos hermanos y hermanas,
Recibí con dolor las noticias de las graves consecuencias causadas por el huracán que en días pasados ha azotado el Caribe, en particular Haití, dejando numerosas víctimas y desplazados, así como daños materiales considerables. Aseguro mi cercanía a las poblaciones y expreso confianza en el sentido de solidaridad de la Comunidad internacional, de las instituciones católicas y de las personas de buena voluntad. Los invito a unirse conmigo en oración por estos hermanos y hermanas, tan duramente afectados.
Ayer en Oviedo (España) fueron beatificados el sacerdote Genaro Fueyo Castañón y tres compañeros laicos. Alabemos al Señor por estos heroicos testigos de la fe, agregados a las filas de los mártires que han ofrecido sus vidas en el nombre de Cristo.
Dirijo mi saludo más cordial a todos ustedes, queridos peregrinos, que han participado en este Jubileo Mariano. ¡Gracias por su presencia! Junto a ustedes me gustaría repetir las palabras que san Juan Pablo II pronunció el 8 de octubre de 2000, en el Acto de Consagración jubilar a María: «Oh Madre queremos confiarte el futuro que nos espera. La humanidad… Puede hacer de este mundo un jardín o reducirlo a un cúmulo de escombros». En esta encrucijada, que la Virgen nos ayude a elegir la vida, aceptando y practicando el Evangelio de Cristo Salvador.
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