Ayer, vigilia del Espíritu Santo, clausuramos en el Secretariado
Diocesano de Familia y Defensa de la Vida, el Curso de Novios de fin de semana.
Un grupo de jóvenes, han compartido sus deseos de casarse en el Señor. Convertirse,
con su amor y por medio de él, en
testigos del amor de Dios en el mundo.
¡Cuánta alegría e ilusión llevan en sus corazones! Tienen la firme decisión de amarse, estregarse,
recibirse, aceptarse y respetarse hasta que la muerte los separe, con un amor
fiel y fecundo que los convierte en cooperadores de Dios, creador de toda vida.
Ante esa decisión poco tendrá que hacer
la rutina, enemigo número uno del amor. Saben que tendrán que esforzarse mucho,
están dispuestos a ello, para sacar adelante el proyecto más importante de sus
vidas y por eso piden la gracia de Dios. Quieren que su matrimonio sea cosa de
tres.
Esperamos que hayan comprendido que el amor no es solo sentimiento, el
amor es elección, es decisión. La elección ya está hecha pero tendrán que
renovarla todos los días, aprender a mirarse cada día con ojos nuevos, a
sorprenderse siempre de ser amados de forma exclusiva y considerar el amor del
otro como un don, como un regalo de Dios.
Pedimos que el Espíritu Santo les de fuerzas,
nos las de a todos, para convertirnos en signos creíbles y auténticos del amor
de Cristo.
GALERÍA DE FOTOS: DIVERSOS MOMENTOS DE LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA
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