RV).- La Plaza de San
Pedro volvió a acoger este domingo a miles de fieles romanos y peregrinos de
Italia y todo el mundo para el rezo del Ángelus con el Santo Padre.
Puntualmente al mediodía Francisco se asomó a la ventana del apartamento
pontificio. El Obispo de Roma centró su breve alocución en la solemnidad de la
Santísima Trinidad, “comunión profunda y de amor perfecto”, origen y meta de
toda criatura. El Papa nos recordó que estamos llamados a testimoniar y a
anunciar el mensaje que “Dios es amor”. El dinamismo de la Trinidad es un
dinamismo de amor, de comunión, de servicio recíproco, de compartir, notó el
Santo Padre, resaltando que “una persona que ama a los demás por la alegría
misma de amar es reflejo de la Trinidad. Una familia en la que se ama y se
ayudan unos a otros es un reflejo de la Trinidad. Una parroquia en la que se
quiere y se comparte los bienes espirituales y materiales es un reflejo de la
Trinidad”.
BLOG DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA PARA EL MATRIMONIO, FAMILIA Y DEFENSA DE LA VIDA DE ALMERÍA
«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).
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