(RV). Gratitud personal al Santo Padre, pero también la esperanza de que con su visita relance el proceso de reconciliación en entre Corea del Norte y del Sur. Con estos sentimientos Mons. Peter U-ill Kang, Obispo de Cheju y Presidente de la Conferencia episcopal coreana, espera el inminente encuentro con el Papa Francisco. En una conversación con la agencia de noticias Ucan, el prelado habla de las expectativas de la Iglesia en Corea ante el viaje que el Pontífice realizará del 13 al 18 de este mes de agosto, así como de algunos temas espinosos, tales como la situación en Corea del Norte, de la reunificación y de la situación actual de la Iglesia surcoreana.
En cuanto al tema de la reunificación, que sigue siendo una herida abierta para el pueblo coreano, el prelado manifiesta su confianza en que la situación progresará en un futuro no muy lejano. “Estamos divididos sólo desde 1945, pero somos el mismo pueblo, tenemos la misma lengua y cultura”, explicó. Y añadió que la situación actual en Corea del Norte no puede resistir mucho más aún, porque está en la fisiología de las cosas”.
Según Mons. U-ill Kang, los cambios en Pyongyang partirán desde dentro y ya existen señales esporádicas de rebelión contra el régimen. A la vez que explica que estas rebeliones no tienen motivaciones políticas, sino que están dictadas por las difíciles condiciones de vida en el país: “El hambre – afirma – es un motor de rebelión más fuerte que los ideales de democracia y justicia”.
En esta entrevista el Obispo de Cheju se detiene a considerar también la situación interna de la Iglesia en Corea del Sur, de modo particular acerca de las divisiones en el clero coreano, de la que hablan los medios de comunicación, entre los que sostienen las posiciones consideradas más “progresistas” y las posiciones más “conservadoras”. En su opinión, no se trata tanto de divisiones doctrinales, cuanto más bien de dos diversas “visiones” sobre el papel de la Iglesia: una que la querría más presente en cuanto a temas sociales, siguiendo el ejemplo del Cardenal Kim durante los años de la dictadura; y otra que, en cambio, considera que ésta no es su tarea. También añadió que para algunos la visita del Papa Francisco podría ser una ocasión para relanzar el tema de las disparidades y de las injusticias sociales que penalizan sobre todo a los jóvenes en Corea del Sur, a la luz de la doctrina social de la Iglesia que es poco conocida por los fieles. “El episcopado – concluyó Mons. U-ill Kang – debería empeñarse más en este frente, lo que requerirá tiempo”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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