«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


1 de agosto de 2014

La visita del Papa Francisco trae nueva frescura y nos hace revivir la permanente novedad del Evangelio, dice Monseñor Mirdita, Arzobispo de Tirana

(RV).-  La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público el programa del viaje apostólico que el Papa Francisco realizará a Tirana, en Albania, el próximo 21 de septiembre. El Obispo de Roma partirá a las 7.30 de la mañana desde el aeropuerto de Fiumicino, a donde llegará tras dos horas de vuelo. A las 9.30 tendrá lugar la ceremonia de bienvenida en la plaza del Palacio presidencial, a la que seguirá la visita de cortesía al presidente albanés Bujar Nishani. A las 10.00 Francisco se encontrará con las autoridades en el Salón de recepción de este Palacio. A las 11.00, el Papa presidirá la Santa Misa y rezará el Ángelus en la Plaza Madre Teresa. A las 13.30, se encontrará con los obispos de esta nación con quienes almorzará en la Nunciatura Apostólica. 

Por la tarde, a las 16.00, el Santo Padre se encontrará con los representantes de las demás religiones y denominaciones cristianas en la sede de la Universidad católica de Nuestra Señora del Buen Consejo. A las 17.00 presidirá la celebración de las Vísperas con los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y miembros de los movimientos laicales en la Catedral de Tirana, y, en fin, a las 18.30, celebrará un encuentro, en el Centro Betania, con los niños y algunas personas que reciben asistencia en los institutos caritativos de Albania. Por último, a las 19.45 tendrá lugar la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Tirana para regresar a Roma, al aeropuerto de Ciampino alrededor de las 21.30. 

Marjan Paloka preguntó al Arzobispo de Tirana, Monseñor Rrok Mirdita, con cuáles sentimientos la Iglesia en Albania espera encontrarse con el Papa Francisco:

Con sentimientos de gratitud. Nuestra Iglesia está bien enraizada en el territorio y ha permanecido profundamente ligada a la gente a lo largo de la historia, y dado que es una Iglesia pequeña, siempre ha visto a Roma con afecto, viviendo así su vocación a la catolicidad. Nuestra gente ha vivido la pertenencia a la Iglesia Universal a través de la comunión con el Sucesor de Pedro y la fidelidad a él; incluso en los momentos en los que el Sucesor de Pedro y la Iglesia Universal eran considerados enemigos en la patria. Pienso en la larga persecución religiosa bajo el régimen comunista, pero también en otros momentos del pasado. Ahora es el Sucesor de Pedro quien nos mira y viene a encontrarse con nosotros, para confirmarnos en la fe y para rendir homenaje al martirio y al sufrimiento de los católicos, pero no sólo a ellos. La Iglesia en Albania lo espera con alegría y afecto, pero también las demás religiones y los no creyentes tienen gran estima y aprecio por nosotros.

En Albania la persecución atea ha reforzado la comunión entre las religiones. Recordamos que las cuatro comunidades religiosas principales: musulmanes sunnitas, ortodoxos, católicos y musulmanes bektashi conviven de manera pacífica…

Absolutamente sí. Después de la caída del comunismo se pensaba que con la libertad de culto habrían surgido tensiones interreligiosas, pero no ha sido absolutamente así. Albania ofrece un modelo ejemplar de convivencia religiosa. No digo que se haya llegado a esta armonía sin sacrificio, pero los sacrificios realizados a lo largo de la historia han dado frutos de paz, de los que hoy gozan todos los ciudadanos del país. Los albaneses han aprendido, a lo largo de los siglos, que es posible ser plenamente fieles a la propia religión en el pleno respeto de la religión de los demás. No podemos gustar a Dios violando los derechos de los hermanos, pero se puede honrar a Dios, también públicamente, sin por esto invadir el espacio de los demás. Por tanto, el Papa Francisco encuentra en Albania un modelo ejemplar de convivencia pacífica entre las religiones.

Han transcurrido 21 años desde la visita del Papa Juan Pablo, ¿cómo ha cambiado la Iglesia y la sociedad albanesa desde entonces?

La visita d San Juan Pablo II fue como una caricia en el cuerpo atormentado de la Iglesia martirizada. Fue un día de luz para toda la nación. Él reconstituyó la jerarquía eclesiástica y consagró a los primeros cuatro obispos. A través de aquella invocación del Espíritu para la consagración de los obispos, uno de los cuales era yo, se reanimaba todo el cuerpo eclesial. Durante estos dos decenios la Iglesia ha cambiado mucho. Tenemos un clero autóctono, religiosos y religiosas albaneses que se unen a tantos misioneros que han trabajado con gran generosidad, pero que poco a poco pasan la posta a las nuevas generaciones albanesas. Tenemos laicos empeñados en la Iglesia y en la sociedad. Como Iglesia desarrollamos tantos servicios en el ámbito social, pero también corremos el riesgo de convertirnos en una Iglesia estática, sedentaria. Entonces, la visita del Papa Francisco trae nueva frescura, nos sacude de los hábitos y nos hace revivir la permanente novedad del Evangelio. También la sociedad ha cambiado mucho, pero algunos desafíos siguen siendo los mismos, como la corrupción, la pobreza, la desocupación, la criminalidad organizada y la justicia.

La visita a Tirana es el primer viaje apostólico del Papa Francisco en el continente europeo. ¿Se puede decir que el Santo Padre comienza desde una periferia de Europa?

Si por centro se entiende el bienestar material, sí, Albania es una periferia de Europa, pero nuestro país es rico de otros valores. Tenemos la población más joven del continente, a pesar de los flujos migratorios, tenemos una familia aún fuerte, en la que los ancianos son respetados, escuchados y atendidos. Tenemos una preciosa convivencia pacífica entre las religiones y, a pesar del trauma de la dictadura y el gran sufrimiento del pasado reciente, no hemos caído en la trampa de una nueva lucha de clases y hemos mantenido la paz social. Se puede decir que el Papa Francisco entra en el continente europeo a través del encuentro con un pueblo necesitado, que ha sufrido mucho, pero que también tiene mucho que dar a Europa.

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