Una
catequesis dedicada a los pequeños, como Jesús dice en el Evangelio de los que
dependen de la ayuda de los demás. El Papa Francisco recordó que los niños son
una riqueza para la humanidad y la Iglesia. Una sociedad se puede juzgar libre
o esclava según su modo de tratar a los niños. Sin ellos una sociedad es triste
y gris, dijo y recordó la disminución demográfica. Los niños ven la realidad de
modo puro, confiado, libre de las incrustaciones de la vida, que petrifican el
corazón. Tienen la capacidad de reír y llorar de forma espontánea, que los
adultos han perdido: sonreír y llorar dos cosas que a los grandes a menudo se
‘bloquean’, ya no somos capaces… tantas veces nuestra sonrisa se vuelven de cartón, una cosa sin vida, una sonrisa que no es vivaz, incluso una sonrisa artificial, de payaso. Los niños sonríen espontáneamente y lloran espontáneamente.
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