«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


25 de abril de 2016

EL PAPA EN EL REGINA COELI: «DIOS MISERICORDIOSO TOQUE LOS CORAZONES DE LOS SECUESTRADORES».


Texto completo de las palabras del Papa en el Regina Coeli: 
Al final de esta celebración jubilar, mi pensamiento se dirige en particular a ustedes, queridos chicos y chicas. Han venido de Italia y de todo el mundo para vivir momentos de fe y de convivencia fraterna. Gracias por su alegre y bullicioso testimonio. ¡Vayan adelante con coraje!
Ayer, en Burgos (España), fueron proclamados beatos el sacerdote Valentín Palencia Marquina y sus cuatro compañeros mártires, jóvenes, asesinados por su fe, durante la Guerra Civil española. Alabamos al Señor por estos testigos valientes suyos y por su intercesión le suplicamos que libere al mundo de toda violencia.
Siempre está viva en mí la preocupación por los hermanos obispos, sacerdotes y religiosos, católicos y ortodoxos, secuestrados desde hace mucho tiempo en Siria. Que Dios Misericordioso toque los corazones de los secuestradores, y conceda lo antes posible a nuestros hermanos y hermanas, que sean liberados y puedan regresar a sus comunidades. Por esto los invito a todos a rezar, sin olvidar a las otras personas secuestradas en el mundo.
Encomendamos todas nuestras aspiraciones y nuestras esperanzas a la intercesión de María, Madre de Misericordia.
*******
Queridos jóvenes, han celebrado el Jubileo: ahora regresen a casa con la alegría de su identidad cristiana. ¡En pie, la cabeza bien alta, y su carta de identidad en sus manos y en su corazón! Que el Señor los acompañe. Y, por favor, recen también por mí. Gracias. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario