«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


22 de enero de 2017

EL PAPA A LA ROTA ROMANA: REDESCUBRIR EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA SEGÚNEL DISEÑO DE DIOS


 (RV).- La relación entre la fe y el matrimonio fue el tema que analizó el Papa Francisco en su discurso al Tribunal de la Rota Romana, en la tradicional audiencia de inauguración del Año judicial. El Pontífice reiteró la necesidad de un “nuevo catecumenado” en preparación al matrimonio, invitando a la Iglesia a hacer sentir a las parejas su afecto y cercanía concreta.
El Obispo de Roma puntualizó que no se puede negar que una mentalidad difundida tiende a oscurecer el acceso a las verdades eternas. “Una mentalidad, dijo, que a menudo involucra de forma amplia y capilar, las actitudes y los comportamientos de los mismos cristianos cuya fe viene debilitada y pierde la propia originalidad de criterio interpretativo y operativo para la existencia personal, familiar y social”.
Este contexto, carente de valores religiosos y de fe, observó el Papa, no puede sino condicionar también el consenso matrimonial.  “Las experiencias de fe de aquellos que solicitan el matrimonio cristiano son muy diversas. Algunos participan activamente en la vida de la parroquia; otros se acercan a la misma por primera vez; algunos tienen una vida de oración también intensa; otros en cambio están guiados por un sentimiento religioso más bien genérico; a veces son personas lejanas de la fe o carentes de fe. Frente a esta situación es necesario encontrar remedios válidos”, precisó, señalando como uno de éstos la formación de los jóvenes, mediante un camino adecuado de preparación dirigido a redescubrir el matrimonio y la familia según el diseño de Dios. “Se trata de ayudar a los futuros esposos a tomar y saborear la gracia, la belleza y la alegría del verdadero amor, salvado y redimido por Jesús”, constató.
El Santo Padre reiteró por esto la necesidad de un “nuevo catecumenado” en preparación al matrimonio. “Acogiendo los deseos de los Padres del último Sínodo Ordinario, es urgente actuar concretamente lo ya propuesto en la Familiaris consortio, que, así como para el bautismo de los adultos el catecumenado es parte del proceso sacramental, así también la preparación al matrimonio se convierta en parte integral de todo el procedimiento sacramental del matrimonio, como un antídoto que impida la multiplicación de celebraciones matrimoniales nulas o inconsistentes”.
“Otro remedio, citó el Papa, es aquel de ayudar a los recién casados a continuar el camino en la fe y en la Iglesia también después de la celebración del matrimonio”. “Es necesario individualizar, con coraje y creatividad, un proyecto de formación para los jóvenes esposos, con iniciativas encaminadas a una creciente consciencia del sacramento recibido. Se trata de estimularlos a considerar los diversos aspectos de la cotidiana vida de pareja, que es señal e instrumento del amor de Dios, encarnado en la historia de los hombres”.
Al finalizar su discurso a los “queridos hermanos” de la Rota Romana, el Santo Padre recordó que se necesita mucha valentía para casarse en los tiempos que vivimos. Y todos los que tienen la fuerza y la alegría de cumplir este paso tan importante deben sentir junto a ellos el afecto y la cercanía concreta de la Iglesia.
(RC-RV)   



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