(RV).- Por cuarta vez en su Pontificado,
el Papa Francisco presidirá la misa en la Capilla Sixtina en el día en que
termina el tiempo de Navidad, administrando el Sacramento del Bautismo a 13
niñas y 15 niños. La liturgia habla del Bautismo de Jesús, “en el Espíritu
Santo y en el fuego” (Lc 3,16). Estas fueron las palabras del Papa el 10 de
enero de 2016:
“De hecho, el Espíritu Santo en el
Bautismo cristiano es el artífice principal: es Él quien quema y destruye el
pecado original, restituyendo al bautizado la belleza de la gracia divina; es
Él quien nos libera del dominio de las tinieblas, es decir, del pecado y nos
traslada al reino de la luz, es decir, del amor, de la verdad y de la paz: este
es el reino de la luz. ¡Pensemos a qué dignidad nos eleva el Bautismo!”
El Bautismo nos transforma en “hijos de
Dios” recuerda el Obispo de Roma y señala que esta “estupenda realidad” de ser
sus hijos comporta la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente y
reproducir en nosotros mismos sus rasgos: mansedumbre, humildad y ternura”.
“Sin embargo - constata el Pontífice -
esto no es fácil, especialmente si entorno a nosotros hay mucha intolerancia,
soberbia, dureza. ¡Pero con la fuerza que nos llega del Espíritu Santo es
posible!”, asegura.
“El Espíritu Santo, recibido por primera
vez el día de nuestro Bautismo, nos abre el corazón a la Verdad, a toda la
Verdad”, dice después el Papa:
“El Espíritu empuja nuestra vida hacia el
camino laborioso pero feliz de la caridad y de la solidaridad hacia nuestros
hermanos. El Espíritu nos dona la ternura del perdón divino y nos impregna con
la fuerza invencible de la misericordia del Padre. No olvidemos que el Espíritu
Santo es una presencia viva y vivificante en quien lo acoge, reza con nosotros
y nos llena de alegría espiritual”.
En la fiesta del Bautismo de Jesús,
Francisco invita a pensar en el día de nuestro Bautismo y a agradecer por este
don. “Es una fecha para festejar – afirma – porque es la fecha de nuestro
nacimiento como hijos de Dios”. Y da como tarea de la semana que se busque la fecha
del propio Bautismo.
“Festejar este día – agrega el Santo Padre
– significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como
cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos
somos hermanos”.
Francisco invita finalmente a los padres a
custodiar la fe de los niños:
“No se olviden que la más grande herencia
que ustedes pueden dar a sus hijos es la fe. Estén atentos a que no se pierda,
a hacerla crecer y a dejarla como herencia. Les deseo - finaliza el Papa - que
sean capaces de hacer crecer estos niños en la fe”.
Durante la misa se rezará por los niños
que sufren para que “el Señor suscite siempre hombres y mujeres capaces de
inclinarse hacia ellos con caridad incansable”.
(MCM-RV)
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