BLOG DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA PARA EL MATRIMONIO, FAMILIA Y DEFENSA DE LA VIDA DE ALMERÍA
«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).
28 de septiembre de 2014
EL PAPA: NO HAY FUTURO PARA EL PUEBLO SIN EL ENCUENTRO ENTRE GENERACIONES
Texto completo de la homilía del Santo Padre en la Jornada de la tercera edad
Ciudad del Vaticano, (Zenit.org)
A las 10.30 de este mañana, XXVI Domingo del Tiempo ordinario, el papa Francisco ha presidido en el sagrato de la Basílica Vaticana, la santa misa por los ancianos y abuelos que participan en el encuentro "La bendición de la más larga de la vida", promovido por el Consejo Pontificio para la Familia. Han concelebrado con el Santo Padre cientos de sacerdotes ancianos procedentes de distintas partes del mundo.
Publicamos a continuación la homilía del Santo Padre.
El Evangelio que acabamos de escuchar, lo acogemos hoy como el Evangelio del encuentro entre los jóvenes y los ancianos: un encuentro lleno de gozo, de fe y de esperanza.
María es joven, muy joven. Isabel es anciana, pero en ella se ha manifestado la misericordia de Dios, y, junto a con su esposo Zacarías, está en espera de un hijo desde hace seis meses.
También en esta ocasión, María nos muestra el camino: ir a visitar a la anciana pariente, para estar con ella, ciertamente para ayudarla, pero también y sobre todo para aprender de ella, que ya es mayor, una sabiduría de vida.
La Primera Lectura recuerda de varios modos el cuarto mandamiento: «Honra a tu padre y a tu madre: así se prolongarán tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar» (Ex 20,12). No hay futuro para el pueblo sin este encuentro entre generaciones, sin que los niños reciban con gratitud el testigo de la vida por parte de los padres. Y, en esta gratitud a quien te ha transmitido la vida, hay también un agradecimiento al Padre que está en los cielos.
Hay a veces generaciones de jóvenes que, por complejas razones históricas y culturales, viven más intensamente la necesidad de independizarse de sus padres, casi de «liberarse» del legado de la generación anterior. Es como un momento de adolescencia rebelde. Pero, si después no se recupera el encuentro, si no se logra un nuevo equilibrio fecundo entre las generaciones, se llega a un grave empobrecimiento del pueblo, y la libertad que prevalece en la sociedad es una falsa libertad, que casi siempre se convierte en autoritarismo.
El mismo mensaje nos llega de la exhortación del apóstol Pablo dirigida a Timoteo y, a través de él, a la comunidad cristiana. Jesús no abolió la ley de la familia y la transición entre las generaciones, sino que la llevó a su plenitud. El Señor ha formado una nueva familia, en la que, por encima de los lazos de sangre, prevalece la relación con él y el cumplir la voluntad de Dios Padre. Pero el amor por Jesús y por el Padre eleva el amor a los padres, hermanos y abuelos, renueva las relaciones familiares con la savia del Evangelio y del Espíritu Santo. Y así, san Pablo recomienda a Timoteo, que es Pastor, y por tanto padre de la comunidad, que se respete a los ancianos y a los familiares, y exhorta a que se haga con actitud filial: al anciano «como un padre», a las ancianas «como a madres» (cf. 1 Tm 5,1). El jefe de la comunidad no está exento de esta voluntad de Dios, sino que, por el contrario, la caridad de Cristo le insta a hacerlo con un amor más grande. Como la Virgen María, que aun habiéndose convertido en la Madre del Mesías, se siente impulsada por el amor de Dios, que en ella se está encarnando, a ir de prisa hacia su anciana pariente.
Volvamos, pues, a este «icono» lleno de alegría y de esperanza, lleno de fe, lleno de caridad. Podemos pensar que la Virgen María, estando en la casa de Isabel, habrá oído rezar a ella y a su esposo Zacarías con las palabras del Salmo Responsorial de hoy: «Tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud... No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando las fuerzas, no me abandones... Ahora, en la vejez y en las canas, no me abandones, Dios mío, hasta que describa tu poder, tus hazañas a la nueva generación» (Sal 70,9.5.18). La joven María escuchaba, y lo guardaba todo en su corazón. La sabiduría de Isabel y Zacarías ha enriquecido su ánimo joven; no eran expertos en maternidad y paternidad, porque también para ellos era el primer embarazo, pero eran expertos de la fe, expertos en Dios, expertos en esa esperanza que de él proviene: esto es lo que necesita el mundo en todos los tiempos. María supo escuchar a aquellos padres ancianos y llenos de asombro, hizo acopio de su sabiduría, y ésta fue de gran valor para ella en su camino como mujer, esposa y madre.
Así, la Virgen María nos muestra el camino: el camino del encuentro entre jóvenes y ancianos. El futuro de un pueblo supone necesariamente este encuentro: los jóvenes dan la fuerza para hacer avanzar al pueblo, y los ancianos robustecen esta fuerza con la memoria y la sabiduría popular.
EL PAPA PIDE ORAR POR EL SINODO POR LA FAMILIA
Antes de la oración del Ángelus el Papa pidió oraciones por la próxima Asamblea Sinodal sobre la familia
EL PAPA FRANCISCO A LOS MAYORES
Los ancianos son memoria y futuro para la Iglesia y la familia humana, nunca el descarte y la violencia, reitera el Papa
Fiesta en familia, fe, ternura, alegría y conmoción: ancianos y abuelos con el Papa Francisco y Benedicto XVI
EL PAPA FRANCISCO CON LOS MAYORES
"Los jóvenes dan fuerza y los ancianos robustecen esta fuerza", el Papa en la homilía de la misa con los mayores
La preparación para el matrimonio comienza en el hogar, asegura Obispo
CULTURA DE LA VIDA
No soy periodista y, aunque me gusta escribir, tampoco soy escritora. Soy estudiante de medicina.
Fuente: Arguments
27 de septiembre de 2014
PAPA FRANCISCO EN SANTA MARTA
Brindar la esperanza de Cristo al mundo que tanto la necesita. Eucaristía: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad,
Tema que pone de relieve el vínculo entre la Eucaristía, la misión y la esperanza cristiana, para toda la familia humana que tanto la necesita:
«Hoy hay una gran falta de esperanza en el mundo, por ello la humanidad necesita escuchar el mensaje de nuestra esperanza en Jesucristo. La Iglesia proclama este mensaje con ardor renovado, utilizando nuevos métodos y nuevas expresiones. Con el espíritu de la ‘nueva evangelización’, la Iglesia lleva este mensaje a todos y, en especial, a los que, aun habiendo siendo bautizados, se han alejado de la Iglesia y viven sin referencia a la vida cristiana».
«El 51 Congreso Eucarístico Internacional ofrece la oportunidad de experimentar y comprender la Eucaristía como un encuentro transformador con el Señor en su palabra y en su sacrificio de amor, para que todos puedan tener vida, y vida en abundancia (cf. Jn 10, 10)», señaló también el Papa Francisco, subrayando su importancia en las personas, en las familias y en la sociedad y la misión de dejarnos transformar para transformar el mundo con el amor de Cristo:
«Es ocasión propicia para redescubrir la fe como fuente de gracia que trae alegría y esperanza en la vida personal, familiar y social.
El encuentro con Jesús en la Eucaristía será fuente de esperanza para el mundo si, transformados por el poder del Espíritu Santo a imagen de Aquel que encontramos, acogeremos la misión de transformar el mundo, dando la plenitud de la vida que nosotros mismos hemos recibido y experimentado, brindando esperanza, perdón, sanación y amor a cuantos lo necesitan. En particular a los pobres, a los desheredados y oprimidos, compartiendo sus vidas y anhelos y caminando con ellos en busca de una vida humana auténtica en Cristo Jesús.
«Queridos hermanos y hermanas, encomiendo desde ahora el próximo Congreso Eucarístico Internacional a la Virgen María», dijo el Papa al concluir su discurso: «la Virgen proteja y acompañe a cada uno de ustedes, sus comunidades, y haga fecundo el trabajo que están haciendo ante el importante evento eclesial de Cebú. Les pido que por favor recen por mí y a todos los bendigo de corazón».
CON OJOS DE MUJER
Es difícil que el ser humano se sienta totalmente satisfecho. Siempre alberga en su interior una especie de insuficiencia que le hace sufrir, por una parte, pero, por otra, buscar irremediablemente esa plenitud. Quizá esa felicidad no esté tan lejana como pueda parecer. Para los que creemos en Dios, sabemos que sólo Él puede dárnosla, y para los que no, es posible que puedan dejar un resquicio a la posibilidad de que exista y de que además les ame.
Tanto si piensas que has encontrado a Dios, como si estás inquieto porque no acabas de ser feliz y de encontrar un sentido a tu existencia, quisiera contarte algo que espero te sirva. Cansados de demasiadas palabras que suenan bien, pero un poco vacías en algunas ocasiones, la Renovación Carismática Católica en España te ofrece un Seminario de Vida en el Espíritu en Radio María, donde habrá testimonios de personas que hablan no de lo que han aprendido, sino de lo que viven.
Porque Dios nos ama con un amor personal que nos cimienta y nos da estabilidad. Porque, aunque el pecado como alejamiento de Dios es una realidad que se advierte en sus consecuencias, sabemos que no tiene la última palabra. Porque Jesucristo ha cargado con nuestros pecados, dolencias, heridas, cansancios, limitaciones y la Cruz se eleva y levanta al mundo, la Cruz que nos salva y en sus heridas hemos sido curados. Claro está que, para acoger esta salvación de Jesucristo, necesitamos fe. La fe es la adhesión a Jesús. Y esto desde luego supone un cambio, una conversión. La rutina de nuestra vida se convierte en gozo y en alegría al encontrar a Jesús, y ahí encontramos la felicidad cuando dejamos de ser el centro para dejar a Jesús ser lo que es, el Señor. Además, Jesús nos promete al Espíritu Santo y nos lo envía. La tercera persona de la Trinidad nos ilumina y realiza la obra del amor en nosotros. Y porque el Espíritu Santo es Dios, nos llena de sus dones y carismas.
Acostumbrados en muchas ocasiones a vivir una vida cristiana un tanto mediocre, el Espíritu de Dios nos impulsa de forma nueva recordándonos el poder de Dios. Porque Dios es Dios, y por ello es Poderoso, y nada es imposible para Él. ¡Podemos experimentar al Espíritu de Dios! Es como el viento que arrasa nuestras inmundicias, al que no podemos coger, pero sí sentir. Es como el fuego que abrasa, quema y transforma poniendo en nosotros un dinamismo de crecimiento y de vida. Es como el agua que fecunda haciéndolo todo nuevo. Porque «lo que nace de la carne, carne es; pero lo que nace del Espíritu, es espíritu». Es hora de dejar nuestros miedos a un lado para nacer del Espíritu que nos lleva a vivir en comunidad. Esto es lo que te presenta el Seminario y que puedes no sólo escuchar, sino, ante todo, vivir. No te conformes con una vida rutinaria, atrévete a entrar en las profundidades de Dios y a descubrir al Dios que vive en ti y que es el único que puede darte la plenitud que tu corazón desea.
Inmaculada Moreno. Alfa y Omega
26 de septiembre de 2014
ABORTO: COMUNICADO DE LA COMISIÓN PERMANENTE DEL FORO DE LAICOS DE ESPAÑA
EL PAPA EN SANTA MARTA
(RV).- Cuidémonos de la vanidad que nos aleja de la verdad y nos hace parecer como una burbuja de jabón. Lo dijo el Papa Francisco en la misa de la mañana de este jueves en la Casa Santa Marta. El Pontífice, basándose en el pasaje del libro de Eclesiastés en la primera lectura, señaló que, aun cuando lo hacen bien, los cristianos deben evitar la tentación de aparentar, de “hacerse ver". Si tú, "no tienes algo consistente, también tú pasarás como todas las cosas”. Papa Francisco tomó el ejemplo del libro de Eclesiastés para detenerse sobre la vanidad. Una tentación, señaló, que existe no sólo para los paganos, sino también para los cristianos, para "la gente de fe." Jesús, recordó el Papa, "regañó mucho" a los que se jactaban. Para los doctores de la ley, añadió, decía que no deben "pasearse por las plazas" con "ropa de lujo" como "príncipes". Cuando tu rezas, ponía en guardia el Señor: "Por favor, no te hagas ver, no reces porque te vean”, “ora en secreto, entra en tu cuarto”. Lo mismo, dijo el Papa, se debe hacer cuando ayudas a los pobres: "No toques trompeta, hazlo a escondidas”. “El Padre lo ve, es suficiente". «Pero el vanidoso: ‘pero mira, yo doy este cheque para las obras de la Iglesia’ y hace ver el cheque; luego estafa por otra parte a la Iglesia. Es lo que hace el vanidoso: vive para aparentar. ‘Cuando ayunes – les dice el Señor a éstos – por favor no te hagas el melancólico, el triste, para que todos se den cuenta. Haz penitencia con alegría, para que nadie se dé cuenta. Y la vanidad es así: es para aparentar, vivir para hacerse ver.» "Los cristianos que viven así - continuó – para aparentar, por la vanidad, parecen pavos, se pavonean”. Se dice “yo soy cristiano, yo soy familiar de aquel cura, de aquella monja, de ese obispo, mi familia es una familia cristiana”. "Se jactan". Pero - pregunta el Papa – ¿tu vida con el Señor? ¿Cómo rezas? Tu vida con las obras de misericordia, ¿cómo va? ¿Visitas a los enfermos? “La verdad”. Es por esto que Jesús añadió, “nos dice que debemos construir nuestra casa, es decir, nuestra vida cristiana sobre la roca, en la verdad." En cambio, fue su advertencia, "los vanidosos construyen la casa sobre la arena y la casa cae, la vida cristiana se cae, resbala, porque no es capaz de resistir a las tentaciones": "Cuántos cristianos viven para aparentar. Su vida parece como una burbuja de jabón. ¡Es hermosa la burbuja de jabón! ¡Con todos los colores que tiene! Pero dura un segundo y luego ¿qué? También cuando nos fijamos en algunos monumentos fúnebres, pensamos que es vanidad, porque la verdad es volver a la tierra desnuda, como decía el Siervo de Dios Pablo VI. Nos espera la tierra desnuda, ésta es nuestra verdad final. Mientras tanto ¿me enorgullezco o hago algo? ¿Hago el bien? ¿Busco a Dios? ¿Rezo? Las cosas que tienen consistencia. Y la vanidad es una mentirosa, es imaginativa, se engaña a sí misma, engaña a los vanidosos, porque primero finge que es algo, pero luego con el tiempo llega a creerse lo que en su opinión era. Se la cree, ¡pobrecito! Y 'esto, subrayó, es lo que le pasaba al tetrarca Herodes, que, como leemos en el Evangelio de hoy, se preguntaba con insistencia sobre la identidad de Jesús "La vanidad, -dijo el Papa - siembra un mal malestar, quita la paz. Es como aquellas personas que se maquillan mucho y luego temen que la lluvia les quite todo”. "No nos da paz la vanidad -señaló- sólo la verdad nos da la paz". Por lo tanto, Francesco ha reiterado que la única roca sobre la que construimos nuestra vida es Jesús. "Y pensamos” - dijo – “en esta propuesta del diablo, del demonio, que también tentó a Jesús en el desierto, la vanidad", y dijo: "Ven conmigo , subamos al templo, hagamos el espectáculo; te tiras abajo y todos creemos en ti ". El diablo había presentado a Jesús "la vanidad en una bandeja." La vanidad, dijo el Papa, "es una enfermedad espiritual muy grave": "Los Padres egipcios del desierto decían que la vanidad es una tentación contra la que hay que luchar toda la vida, porque siempre vuelve a sacarnos la verdad. Y para entender esto decían es como la cebolla. La agarras y la empiezas a pelar. Y pelas la vanidad hoy, un poco de vanidad mañana y toda la vida pelando la vanidad para vencerla. Y al final eres feliz: me quité la vanidad, pelé la cebolla, pero el olor se queda en tu mano. Pidamos al Señor la gracia de no ser vanidosos, de ser verdaderos, con la verdad de la realidad y del Evangelio. |
24 de septiembre de 2014
ORACIÓN EN FAMILIA POR EL SÍNODO
LAS FAMILIAS DE LOS MIGRANTES, TEMA EN EL SÍNODO DE OCTUBRE
¿HAY FUTURO PARA LA FAMILIA?
23 de septiembre de 2014
7 COSAS QUE DEBERÍAS DECIRLE A TU HIJO TODOS LOS DÍAS
La educadora y divulgadora Miriam Aguirre, proponía algunas combinaciones de palabras que había que decirle a cada uno de tus hijos «todos» los días. No era una lista exhaustiva. Y, a mi modo de ver, parece más dirigido a padres que a madres, a ellas suelen salirle estas cosas espontáneamente.
- «Te amo/Te quiero». No debe pasar un solo día sin que tus hijos
escuchen de tu boca, y sientan con seguridad, que los amas. Vendrán días difíciles,
habrá momentos en los que ellos tomen decisiones que tal vez no sean las
mejores. Asegúrate de que sepan con toda certeza que, sin importar lo que
les pase o su forma de ser, nunca dejarás de amarlos.
- «Todos los días doy
gracias por ti». Permite que escuchen
de tu boca que das gracias a Dios por tenerlos en tu vida y que deseas su
bienestar, que sean felices, que sean santos. Reza con ellos También ora
por su bienestar, especialmente cuando tienen dificultades, y que lo
sepan.
- «Me haces muy feliz». Esto no puede ser más cierto. Para cada madre o
padre no hay verdad más acertada. Los hijos son una fuente inagotable de
felicidad y amor. Es importante que ellos sepan esto. No esperes al día de
graduación o su boda para decírselo: hazlo hoy mismo.
- «Eres muy especial». Es de extrema importancia que los niños
entiendan desde una corta edad que son diferentes y que esto los hace
únicos y especiales. Además, todos queremos sobresalir de alguna manera.
Ponte la meta de decirles a diario que para ti ellos son incomparables y
lo más especial que te ha pasado en la vida.
- «Me gusta mucho cuando
tú…» Toda persona
disfruta de saber que lo que hace agrada a otros. En especial tus hijos,
que piensan que eres la persona más interesante, inteligente y la persona
que más aman. Señala cualquier detalle positivo en su comportamiento, su
carácter, su bondad, sus talentos, sus divertidas ideas o su desempeño en
la escuela.
- «Creo en ti/Confío en
ti». Nuestros pequeños
pueden crecer sintiéndose inseguros si no saben que tenemos confianza y
que creemos en ellos. Podemos aprovechar momentos en familia, ocurrencias
como en el momento de tomar una decisión adecuada para su edad, decirles
que confiamos en ellos y respetar su decisión.
- «Eres capaz/Yo sé que
tú puedes». Los niños pueden
sentirse desanimados fácilmente cuando al intentar hacer algo no resulta
como lo esperaban después de solo una o dos pruebas. Debemos alentarlos
para que sigan intentado y expresarles que sabemos que ellos son capaces
de realizar la tarea. Si necesitan más información, más práctica o más
explicaciones para que la entiendan completamente, hagamos lo necesario,
pero siempre deben de saber que ellos tienen la capacidad de hacerlo.
PAPA FRANCISCO EN SANTA MARTA: NO COMPLIQUEMOS EL EVANGELIO, ESCUCHÉMOSLO Y VIVÁMOSLO,
Las palabras que decía sonaban nuevas, como “nueva” aparecía la autoridad de quien las pronunciaba. Palabras que tocaban el corazón y en las cuales tantos percibían “la fuerza de la salvación” que anunciaban. Por esta razón, observó Francisco, las muchedumbres seguían a Jesús. Pero también estaban aquellos que lo seguían “por conveniencia”, sin demasiada pureza de corazón, tal vez sólo por las “ganas de ser más buenos”. En dos mil años, reconoció el Papa, no es que este escenario haya cambiado mucho. También hoy muchos escuchan a Jesús como aquellos nuevos leprosos del Evangelio que, “felices” con su nueva salud, “se olvidaron de Jesús” que se las había devuelto:
“Pero Jesús seguía hablando a la gente y amaba a la gente, amaba a la muchedumbre hasta tal punto que dice: ‘Estos que me siguen, esa muchedumbre inmensa, son mi madre y mis hermanos, son éstos’. Y explica: ‘Quienes escuchan la Palabra de Dios, la ponen en práctica’. Estas son las dos condiciones para seguir a Jesús: escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Esta es la vida cristiana, nada más, ¡eh! Simple, simple. Tal vez nosotros la hayamos hecho un poco difícil, con tantas explicaciones que nadie entiende, pero la vida cristiana es así: escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica”.
He aquí porqué – como lo describe el pasaje del Evangelio de Lucas – Jesús replica a quien le refería que sus parientes lo estaban buscando: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. Y para escuchar la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús – dijo el Papa – basta abrir la Biblia, el Evangelio. Pero estas páginas – afirmó – no deben ser leídas, sino escuchadas. “Escuchar la Palabra de Dios – indicó Francisco – es leer eso y decir: ‘¿Pero qué me dice a mí esto, a mi corazón? ¿Qué me está diciendo Dios a mí, con esta palabra?”. Y nuestra vida cambia”:
“Cada vez que nosotros hacemos esto – abrimos el Evangelio, leemos un pasaje y nos preguntamos: ‘Con esto Dios me habla, ¿me dice algo a mí? Y si dice algo, ¿qué cosa me dice?’ – esto es escuchar la Palabra de Dios, escucharla con los oídos y escucharla con el corazón. Abrir el corazón a la Palabra de Dios. Los enemigos de Jesús escuchaban la Palabra de Jesús, pero estaban cerca de él para tratar de encontrar una equivocación, para hacerlo patinar, y para que perdiera autoridad. Pero jamás se preguntaban: “¿Qué cosa me dice Dios a mí en esta Palabra?”. Y Dios no habla sólo a todos; sí, habla a todos, pero habla a cada uno de nosotros. “El Evangelio ha sido escrito para cada uno de nosotros”.
Ciertamente, prosiguió diciendo el Santo Padre, poner después en práctica lo que se ha escuchado “no es fácil”, porque “es más fácil vivir tranquilamente sin preocuparse de las exigencias de la Palabra de Dios”. Pistas concretas para hacerlo – recordó – son los Mandamientos, las Bienaventuranzas. Contando siempre – añadió – con la ayuda de Jesús, incluso cuando nuestro corazón escucha y hace de cuenta que no comprende. Él – concluyó el Papa – “es misericordioso y perdona a todos”, “espera a todos, porque es paciente”:
“Jesús recibe a todos, también a aquellos que van a escuchar la Palabra de Dios y que después lo traicionan. Pensemos en Judas: ‘Amigo’, le dice, en aquel momento en que Judas lo traiciona. El Señor siempre siembra su Palabra, sólo pide un corazón abierto para escucharla y buena voluntad para ponerla en práctica. Por esto que la oración de hoy sea la del Salmo: ‘Guíame Señor por la senda de tus mandamientos’, es decir por la senda de tu Palabra, y para que yo aprenda con tu guía a ponerla en práctica”.