En este mundo de locos en el que empezamos el día corriendo y
lo terminamos derrapando, nos resulta complicado tener unas relaciones
familiares buenas y estables. ¿Cómo comunicarnos con cada miembro dela
familia?, ¿cómo evitar los malos entendidos?, ¿cómo hacerles sentir que son lo
primero de nuestras vidas pese al trabajo, las responsabilidades y la falta de
tiempo?, ¿qué está fallando en mi matrimonio?
Stephen Covey, escritor de fama mundial y formador de líderes
empresariales, dedicó su vida a enseñar a las personas a disfrutar de su vida
personal y profesional. En el libro Los 7 Hábitos de las Familias Altamente
Efectivas, sintetiza en siete sencillos hábitos la clave para el éxito en las
relaciones familiares:
1. Ser proactivo.
Este hábito consiste en el ejercicio real de la libertad.
La verdad innegable de que ni las circunstancias ni las emociones controlan
nuestra vida, sino nosotros mismos. "Nuestra vida familiar sería mucho
mejor si actuáramos conforme a nuestros valores más profundos, en lugar de
dejarnos arrastrar por la emoción o las circunstancias del momento".
Este hábito es la base de todos los demás, ya que supone la
capacidad de hacer elecciones, de dominar la propia la vida, de ser dueño de
nuestras emociones y, en consecuencia, conseguir tener las relaciones
personales que deseamos tener.
2. Empezar con un fin en la mente.
Tener claro cuál es la razón de ser de la familia y
cómo queremos llegar a ser es la clave del éxito de la batalla diaria. Si todos
los miembros de la familia fueran conscientes de dónde está la meta y cómo
llegar a ella, se dirigirían todas las fuerzas hacia ese fin.
Para lograrlo, Covey propone crear la "misión
familiar", única y original de cada familia. Diseñar unos objetivos
familiares que todos conozcan, de forma que puedan ser conscientes de
cuándo se están desviando de la meta.
3. Poner primero lo primero.
Este hábito está profundamente relacionado con el hábito
anterior, si tenemos claro cuál es nuestro fin en la vida será más fácil poner
primero lo primero. Para todo el mundo la familia es lo primero,
pero la realidad es que es a lo último a lo que se dedica tiempo.
Conseguir distinguir lo urgente de lo importante es
una cualidad fundamental tanto en la vida personal como profesional y muchas
veces carecemos de ella. El papel que desempeña cada miembro de la familia es
insustituible y no se puede delegar en nadie, por ello, para Covey "poner
primero lo primero" es un hábito que debe trabajarse a diario para no
dejarse arrastrar por la velocidad a la que la vida nos somete.
4. Pensar "Ganar-Ganar".
"Entendiéndonos y cooperando podemos hacer algo
totalmente distinto que nos beneficie a los dos, mucho más de lo que
conseguiríamos si cualquiera de los dos tuviera que ganar".
La verdadera unión familiar radica en la necesidad del beneficio de los demás miembros de la familia, el deseo de que todos estén felices y contentos, aun a costa del sacrificio personal. Es en la familia donde mejor se cultiva esta actitud ganar-ganar en la que padres, hermanos, abuelos, etc. interactúan entre ellos movidos por el afecto que se tienen y no por los intereses particulares.
La verdadera unión familiar radica en la necesidad del beneficio de los demás miembros de la familia, el deseo de que todos estén felices y contentos, aun a costa del sacrificio personal. Es en la familia donde mejor se cultiva esta actitud ganar-ganar en la que padres, hermanos, abuelos, etc. interactúan entre ellos movidos por el afecto que se tienen y no por los intereses particulares.
5. Procurar primero comprender y después ser comprendido.
La comprensión llevada hasta sus últimas consecuencias es de
los hábitos más difíciles de lograr. Para Covey, los malos entendidos y la
falta de comprensión hacia los demás son generalmente el centro del dolor y las rupturas
familiares.
Ser comprendido es la primera muestra de amor que recibe
alguien, sentirse querido pase lo que pase, es entonces cuando puede surgir una
verdadera comunicación, una relación profunda.
6. Sinergizar.
La sinergia es el fruto del trabajo y el esfuerzo conjunto,
supone que 1+1 es igual a 3. La unión de los miembros de la familia potencia el
beneficio que recibe cada uno de ellos por separado. La riqueza que entrañan
las relaciones familiares es imposible de alcanzar en ningún
otro sitio.
"La clave para crear sinergia es aprender a valorar,
incluso a celebrar, las diferencias". En la familia, cada uno aporta sus
cualidades, virtudes, capacidades que perfeccionan a los demás y les
complementan. Es, además, en la aceptación sincera de los defectos ajenos donde
se crece como persona.
7. Afilar la sierra.
El desgaste en las relaciones familiares y en el desarrollo
personal es un fenómeno que llega inevitablemente si no se ponen los medios
para frenarlo. Stephen Covey afirma: "Afilar la sierra significa
preocuparse de forma habitual y firmemente de renovar las cuatro dimensiones de
nuestra vida: física, social, mental y espiritual. Si la sierra se afila de un
modo adecuado y de una manera equilibrada, cultivarás todos los demás hábitos
empleándolos en las propias actividades de renovación".
Es dedicar un tiempo a parar, a pensar, a recomponerse. La
reflexión profunda de nuestra vida familiar para renovar y alimentar las raíces
que la sostienen.
Los siete hábitos de las familias altamente efectivas es el
reto de las familias que aspiran a lo más alto. Puedes comprar el libro aquí.
FUENTE: Revista Hacer Familia
FUENTE: Revista Hacer Familia
No hay comentarios:
Publicar un comentario