«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


11 de junio de 2015

EL PAPA RECUERDA QUE LA PERSONA HUMANA ESTÁ EN PELIGRO

(RV).-  Ante la inminente presentación, el próximo jueves 18 de junio a las 11.00 de la mañana, en el Aula Nueva del Sínodo, de la Encíclica del Papa titulada “Laudato si, sobre el cuidado de la casa común”, en que Francisco aborda diversos temas relacionados con el medio ambiente, vamos a recordar algunos de los conceptos que el Santo Padre ya expresó al respecto.
En efecto, en el pasado el Papa Francisco ha hablado con frecuencia sobre el medio ambiente y la responsabilidad humana a través de homilías, conferencias de prensa y mensajes para expresar sus puntos de vista. Preparando la recepción y promulgación de la Encíclica sobre este tema, podría ser útil volver a leer esas reflexiones. Para ayudar a este objetivo les ofrecemos algunas de ellas ordenadas en torno a cinco hilos conductores que se pueden identificar en sus palabras.
El progreso económico, las nuevas tecnologías y el sistema financiero
¿Cómo afectan a los seres humanos y el medio ambiente? Los Papas han hablado de ecología humana, estrechamente ligada a la ecología medioambiental.  
“La persona humana está en peligro: esto es cierto, la persona humana hoy está en peligro; ¡he aquí la urgencia de la ecología humana!”. Lo decía el Papa Francisco en su catequesis de la audiencia general del 5 de junio de 2013.
El valor inherente y la dignidad de cada ser contra la cultura del descarte
Benedicto XVI recordó varias veces que esta tarea que nos ha encomendado Dios Creador requiere percibir el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros en cambio nos guiamos a menudo por la soberbia de dominarposeer, manipularexplotar; no la “custodiamos”, no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que hay que cuidar.
Estamos perdiendo la actitud del estupor, de la contemplación, de la escucha de la creación; y así ya no logramos leer en ella lo que Benedicto XVI llama “el ritmo de la historia de amor de Dios con el hombre”. ¿Por qué sucede esto? Porque pensamos y vivimos de manera horizontal, nos hemos alejado de Dios, ya no leemos sus signos. Lo decía el Santo Padre Francisco en aquella misma audiencia general.
Un debate abierto con todos los hombres de buena voluntad
En esa misma audiencia general del año 2013 el Papa Bergoglio afirmaba: “Invito a todos a reflexionar sobre el problema de la pérdida y del desperdicio del alimento a fin de identificar vías y modos que, afrontando seriamente tal problemática, sean vehículo de solidaridad y de compartición con los más necesitados”.
Una nueva forma de vida
“En definitiva, la naturaleza está a nuestra disposición, y nosotros estamos llamados a administrarla responsablemente”, tal como lo escribió el Papa Francisco en su  Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, del 1º de enero de 2014.
El Creador y las criaturas: la Biblia y la tradición de la Iglesia
“Cuando hablamos de medio ambiente, de la creación, mi pensamiento – decía el Papa Bergoglio en su catequesis del 5 de junio de 2013 – se dirige a las primeras páginas de la Biblia, al libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la custodiaran”. Y me surgen las preguntas: ¿qué quiere decir cultivar y custodiar la tierra? ¿Estamos verdaderamente cultivando y custodiando la creación? ¿O bien la estamos explotando y descuidando?”.
“Cultivar y custodiar la creación – afirmaba – es una indicación de Dios dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).


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