Jorge Becker Valdivieso es médico Cirujano,
Ginecólogo obstetra, especializado en Medicina Materno fetal y un reconocido
experto en Terapia Fetal invasiva. Actualmente es Jefe del Servicio de
Obstetricia y Ginecología del Hospital Regional de Talca (Chile) lugar donde
formó, como proyecto universitario, con la Universidad Católica del Maule, el
único centro del sistema público de salud del país sudamericano para terapia
fetal endoscópica.
Conoce de primera fuente la verdad sobre el aborto en España y Chile (país
donde hasta la fecha es ilegal provocar la muerte de seres humanos en
gestación). Estos conocimientos y argumentos de razón si fueren efectivamente
considerados (para el bien común) por las autoridades políticas de su país,
provocarían el inmediato retiro del proyecto de ley sobre aborto que Michele
Bachelet y sus seguidores pretenden.
En entrevista concedida a revista Credo de
Chile, en su edición impresa especial “Los muertos no callan”, el
doctor Becker analiza y deja en evidencia las que califica como mentiras de los
promotores del aborto.
Dr. Becker: ¿Existe concordancia entre lo que se
establece en los proyectos de ley de aborto y lo que establecen los hechos
biológicos?
Las leyes son creadas por el ser humano para regular las sociedades, y eso es
bueno siempre y cuando ellas vayan de acuerdo al bien común. Sin embargo, los
hechos biológicos son descubiertos por el ser humano a través de la ciencia y
no pueden ser cambiados por las leyes.
Hay hechos biológicos que son indiscutibles y que actualmente están ampliamente
estudiados por la ciencia. Uno de ellos es el inicio de la vida, que tiene
especial relevancia cuando estamos hablando de una acción que va a terminar con
la vida de individuos de nuestra especie. La fecundación es un evento muy
especial, es la única circunstancia en seres vivos sexuados donde se unen dos
células diferentes y con carga genética distinta, dando origen a otra célula
también diferente de las dos anteriores, posteriormente ocurrirán
infinitas divisiones celulares a lo largo de la vida de este individuo recién
formado que es diferente a sus padres, pero ahora manteniendo el genoma que se
originó en la fecundación. Este hecho biológico no es un invento de alguna
creencia religiosa ni de un partido político ni una corriente filosófica, es un
evento que ocurre de manera natural día a día en las especies sexuadas, por eso
llama profundamente la atención que algunos no reconozcan que en la
fecundación se inicia la vida de un individuo de una especia sexuada, en
nuestro caso un embrión humano, que no es una cosa, no es un perro, no es un
gato, repito: es un embrión de la especie humana.
Este embrión desde un inicio sigue una serie de eventos predeterminados y
propios de la especie, es decir no es un montón de células a las que
súbitamente le aparecen extremidades y cabeza y adquiere forma de ser humano.
Todos esos eventos se repiten siempre de igual forma en todos los embriones a
contar de la fecundación y son hechos conocidos en el mundo científico
ampliamente estudiados sobre todo en los procesos de fecundación in vitro donde
se sabe hora a hora cómo se desarrolla un embrión humano.
La interrupción legal del embarazo (ILE en España) ,
interrupción voluntaria del embarazo (IVE en Francia),o como en el caso de los
países ingleses, Termination of pregnacy, cuya abreviatura es TOP, sonando casi
elegante, son juegos de palabras que están asociados a la implementación de la
ley de aborto para no hacerlo tan duro, el punto está en que nadie habla de
matar ni del inicio de la vida, porque eso dificulta conseguir una Ley de Aborto
y suena terrible ante la opinión pública.
Pero no se debe olvidar que lo único cierto en un aborto provocado, legal o
ilegal, porque debemos tener claro que el aborto por muy legal que sea sigue
siendo algo provocado y premeditado, es que ocurrirá la muerte intencionada de
un individuo de la especie humana y eso no tiene discusión.
¿Cuáles son los argumentos científicos que esgrimen los pro aborto?
En realidad no existen argumentos científicos,
existen sólo mitos que han sido repetidos hasta el cansancio para convencer a
las sociedades que el aborto es algo necesario y bueno, en los cuales se apoyan
los proyectos abortistas.
Cualquiera puede meterse a internet y leer la
historia de Bernard Nathanson, conocido como “el rey del aborto”, que
desarrolló una táctica que ha sido implementada en todos los países para
lograr su legalización. Él se reconoce como responsable de 75.000 abortos
legales en EEUU, de los cuales 5.000 los hizo él personalmente, incluyendo a
uno de sus hijos (le hizo un aborto a una mujer que era su pareja y estaba
embarazada de él). Bernard Nathanson cuenta toda su historia en un libro,
“Abortando en Estados Unidos” (Aborting America).
Allí él narra que en la década de los ochenta,
cuando se masificó la ecografía a nivel mundial (el mundo) se dio cuenta de que
estaba matando seres humanos, es decir, cuando realizaba ecografías advirtió
que ese niño se movía, que estaba vivo, que tenía latidos, algo que hoy parece
obvio pero que era más desconocido antes de la irrupción de la ecografía. Y fue
así como entendió qué era realmente lo que estaba haciendo y se transformó en
uno de los grandes detractores del aborto, dedicando el resto de su vida a
ello. Falleció el año 2011, dedicando sus últimos días a realizar campañas
contra el aborto.
Él explicó cómo lo hizo en EEUU, para lograr tener
una ley de aborto. Para aprobarla no se necesita más que seguir una táctica,
que se ha hecho sistemáticamente en todos los países hasta lograr la
legalización.
Esta táctica consiste en:
1. Apoderarse de los medios de
comunicación para mentir descarada y repetidamente, aumentando las cifras
del aborto clandestino y de mortalidad materna por esta causa. Este primer paso
ocurre hace años en Chile. Es totalmente obvio que nadie puede saber cuántos
abortos clandestinos hay en un país, porque son ilegales y es imposible que
alguna institución lleve cuenta de abortos clandestinos, pero los partidarios
de la ley de aborto se han dedicado a inventar una cifra que habla de 100.000 a
150.000 abortos al años en Chile. Estas cifras son un invento, obtenido de una
forma absolutamente subjetiva, no tienen ningún sustento real y obviamente
impactan si consideramos que en nuestro país hay 250.000 partos al año, es
decir, de acuerdo a esos números abortarían al menos un 30% de las mujeres que
se embarazan.
En relación a la cifra de mortalidad materna por
aborto clandestino, los grupos pro aborto suelen decir que mueren miles de
mujeres al año por aborto clandestino (en Chile) y que hay una desigualdad
social porque las mujeres ricas no se morirían al hacerse abortos “limpios” en
clínicas privadas, lo que desvía la atención transformando el supuesto aborto
terapéutico en un problema social que no tiene ninguna relación, es decir, juna
nueva forma de confundir aún más a la opinión pública.
El tema de la mortalidad por aborto clandestino es una falsedad absoluta. Chile
ostenta el orgullo de tener una de las mortalidades maternas más bajas del
mundo, y la segunda de toda América siendo superado sólo por Canadá. En Chile
hay 250.000 partos al año, y mueren desgraciadamente alrededor de 40 mujeres de
esas 250.000, por problemas del embarazo, parto y post parto. De esas 40 sólo
una a dos mueren por aborto en general, es decir estamos hablando de aborto
espontáneo o provocado, por lo tanto epidemiológicamente el aborto provocado
ilegal no tiene ningún peso en la mortalidad materna. En conclusión, el
aprobar una ley de aborto no producirá una disminución de la mortalidad materna
porque la inmensa mayoría de esas pocas mujeres que fallecen por embarazo lo
hacen por otras causas muy diferentes del aborto ilegal. Así, repitiendo, falsas
cifras de mortalidad materna, pretenden justificar la ley de aborto como la
solución a un problema de salud pública, que en realidad no existe.
2. En un segundo paso, Nathanson
indicó que para concientizar a un país a favor del aborto, se debe ridiculizar
a la Iglesia Católica, que es el gran obstáculo contra la aprobación del aborto,
y aprovechar para esto el haberse apoderado de los medios de comunicación,
diciendo que los católicos quieren el aborto, pero la jerarquía católica lo
impide. Para ello, según el mismo Nathanson, se deben manejar las encuestas y
así los católicos pensarán que ellos mismos están a favor del aborto y
terminarán aceptándolo como una verdad. Esto también ocurre en Chile, cuando
uno habla con católicos ya justifican el aborto bajo ciertas circunstancias y
atacan a su jerarquía por ‘retrógrados’ sin entender que el problema de fondo
es que estamos hablando de matar seres humanos.
3. El último paso es ignorar
cualquier estudio científico que diga que la vida se inicia con la concepción y
ridiculizar a los investigadores que afirmen esto, situación que hoy es
imposible desconocer porque hay evidencia médica clara al respecto.
Una vez que los abortistas consiguen convencer a la
sociedad de los puntos anteriores, la consecuencia fatal es obtener la ley de
aborto, y así es como se ha hecho en todos los países del mundo, y también en
Chile.
¿En qué etapa de este proceso descrito por usted
para acostumbrar al público con el aborto, se encuentra hoy la sociedad
chilena, uno de los últimos bastiones pro vida del mundo?
Aquí estamos con anestesia total. Las autoridades repiten que hay que legislar
porque éste es un problema gravísimo de salud pública, en base a mentiras
reiteradas. A eso se ha agregado el eslogan de la desigualdad donde las
mujeres ricas lo tendrían más fácil para abortar, por lo tanto se está
planteando que el derecho a matar un hijo además tiene un componente basado en
la igualdad social, o sea, ya vamos saliendo del tema médico con lo que va
quedando más claro el objetivo final: aborto libre a demanda. Lo que falta
ahora es que, si sale la ley, en dos generaciones más vamos a considerar el
aborto como algo normal. Cuando las hijas de las mujeres que abortaron empiezan
a tener hijos ahí ya está institucionalizado. Pasa a hacer parte de la vida
familiar, “mi mamá se hizo un aborto, por lo tanto yo también me lo voy a
hacer”. Eso es así en todo el mundo.
Se dice que va a venir una ley muy restrictiva y a
esas alturas, demoran 10 a 15 años, ya tienen a toda una sociedad convencida de
que eso es lo correcto. Desde el minuto en que se aprueba una ley de aborto, lo
que la ley permite es “bueno”, obvio si es legal, entonces el aborto pasa a ser
correcto, sin castigo, por lo tanto aceptado por la sociedad. Con eso ya se
entra en un punto sin retorno, donde la vida de un ser humano antes de nacer no
tiene valor.
¿Qué piensa usted del Proyecto del ejecutivo
chileno?
El proyecto enviado por la Dra. Bachelet deja interrogantes importantes ya que
si bien reconoce que la constitución defiende la vida propone que esto debe
ponderarse con los derechos de la mujer donde obviamente sale perdiendo el
hijo. Ahora, desde el punto de vista práctico llama la atención que habla de
riesgo vital materno presente y futuro lo que obviamente abre la puerta a
cualquier cosa, en el caso de inviabilidad fetal nuevamente entramos en la
discusión sobre qué enfermedades fetales cumplen realmente esa condición. En
ambos casos no se menciona edad gestacional para abortar lo que implícitamente
permite el feticidio. En cuanto al aborto por violación llama poderosamente la
atención que no implica el inicio de un proceso legal por ese delio. Si uno es
malpensado se podría prestar para usar la ley abiertamente como método de
control de natalidad. Por lo tanto es otro proyecto más que parece restrictivo
en el papel pero que permite mucho más en la realidad, es decir igual que en
todos los países con aborto legal.
Fuente:
Portaluz