La
Cuaresma es un tiempo favorable para ‘volvernos niños’ porque ‘el reino de Dios es para los que se parecen a ellos’.
Reiteró el Papa Francisco en sus saludos a los miles de
peregrinos, que acudieron a la Plaza de San Pedro, expresando en la víspera del
segundo año del comienzo de Pontificado del Papa Bergoglio, una especial
alegría y fervor, sumándose así a los incontables mensajes de cariño y aprecio
llegados de tantas partes del mundo. Y el Obispo de Roma,
deseando a todos vivir y crecer en la amistad con Dios Padre, dejando que «su amor nos regenere siempre como hijos y nos
reconcilie con Él y con los hermanos», invitó a difundir la
misericordia de Dios:
«¡Los
invito a ser convencidos difusores de la misericordia de Dios, supremo garante
de la justicia y de la paz!»
En el
curso de esta audiencia, el Papa bendijo la antorcha de San Benito ‘Pro Pace et Europa una’ símbolo
de paz y de fraternidad, que empezó su peregrinación el 1 de marzo en la
localidad italiana de Nursia, para luego culminar su recorrido benedictino en
Monteccassino.
Y tras
desear asimismo a todos que su visita a la Ciudad Eterna sea ocasión para redescubrir
la fe y crecer en la caridad, recordó a San José, en la víspera
de la solemnidad del esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia
Universal, y lo presentó como modelo para los jóvenes, los enfermos y los
recién casados:
«Mañana
celebraremos la Solemnidad de San José, Patrono de la Iglesia
Universal. Queridos jóvenes, vean en él un ejemplo de vida
humilde y discreta. Queridos enfermos, lleven su cruz con la actitud de
silencio y de adoración del padre putativo de Jesús. Y, ustedes, queridos
recién casados, construyan su familia sobre el mismo amor que ligó a José y a
la Virgen María».
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