(RV).- Después de rezar el
Ángelus del III domingo de Cuaresma, el Obispo de Roma saludó cordialmente a
los numerosos fieles, romanos y peregrinos procedentes de diversos países,
presentes en una soleada Plaza de San Pedro casi primaveral.
El Papa dio su cordial bienvenida a los fieles brasileños de
Curitiba; a los grupos parroquiales de Treviso, Génova, Crotone, L’Aquila y a
los de la zona de Domodossola; a la vez que dirigió un pensamiento a los chicos
de Garda que acaban de recibir el Sacramento de la Confirmación.
El Santo Padre ofreció nuevamente una sugerencia para el tiempo
litúrgico que estamos viendo con las siguientes palabras:
“Durante esta Cuaresma, tratemos de estar más cerca de las
personas que están viviendo momentos de dificultad: cercanos con el afecto, la
oración y la solidaridad”.
Además, el Papa Bergoglio dirigió unas palabras a las mujeres en
su día internacional:
“Hoy, 8 de marzo, ¡un saludo a todas las mujeres! A todas las
mujeres que cada día tratan de construir una sociedad más humana y acogedora. Y
también un gracias fraterno a las que de mil maneras testimonian el Evangelio y
trabajan en la Iglesia. Y ésta es para nosotros una ocasión para reafirmar la
importancia y la necesidad de su presencia en la vida. Un mundo donde las
mujeres son maginadas es un mundo estéril, porque las mujeres no sólo traen la
vida sino que nos transmiten la capacidad de ver más allá – ven más allá
de ellas –, nos transmiten la capacidad de entender el mundo con ojos diversos,
sentir las cosas con corazón más creativo, más paciente, más tierno. ¡Una
oración y una bendición especial para las mujeres aquí presentes en la Plaza y
para todas las mujeres! ¡Un saludo!
A todos deseo feliz domingo. Por favor, no se olviden de rezar por
mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
(María
Fernanda Bernasconi - RV).
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