«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


30 de abril de 2015

LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS Y LA URGENCIA DEL TESTIMONIO ECUMÉNICO, RECORDÓ EL PAPA

Unidos en Cristo impulsemos la paz y la justicia que el mundo necesita con urgencia

(RV).- Con su cordial bienvenida a los Miembros de la Comisión Internacional anglicana – católica, el Papa Francisco hizo hincapié en que aunque no se haya logrado aún la comunión plena, «estamos convencidos de que el Espíritu Santo sigue impulsándonos hacia ella, a pesar de las dificultades y de los nuevos desafíos».

La sangre de los cristianos perseguidos nos une y exhorta a realizar lo que el Señor quiere para su Iglesia

No sólo en la antigüedad y en el pasado reciente, subrayó el Santo Padre y recordó a los mártires anglicanos y católicos en Uganda. Exhortando a no desalentarnos y  a confiar aún más en el poder del Espíritu Santo, que puede sanarnos, reconciliarnos y hacer todo lo que humanamente parece imposible, el Sucesor del Pedro recordó la apremiante actualidad del testimonio cristiano:

«Más allá de toda división, ya existe un fuerte lazo que nos une: es el testimonio de los cristianos, pertenecientes a Iglesias y tradiciones diversas, víctimas de persecuciones y violencias, sólo a causa de la fe que profesan. La sangre de estos mártires nutrirá una nueva era de compromiso ecuménico, una nueva apasionada voluntad de cumplir el testamento del Señor: que todos sean uno (cfr. Jn 17,21). El testimonio de estos nuestros hermanos y hermanas nos exhorta a realizar, con determinación, lo que el Señor quiere para su Iglesia. Hoy el mundo tiene urgente necesidad del testimonio común y alegre de los cristianos, de la defensa de la vida y de la dignidad humana, en la promoción de la paz y de la justicia»

El Obispo de Roma reiteró que la causa de la unidad no es un compromiso opcional

Con sus felicitaciones por el trabajo realizado, que prevé la publicación en breve plazo de cinco declaraciones comunes en la segunda fase del diálogo entre anglicanos y católicos, el Papa puso de relieve el tema elegido para la nueva sesión de este diálogo, sobre la relación entre Iglesia universal e Iglesia local, con particular referencia a los procesos de debate y decisiones sobre cuestiones morales y éticas.

También señaló que las divergencias que nos dividen no se deben aceptar como inevitables y renovó su invitación a invocar al Espíritu Santo, para poder responder a ‘los signos de los tiempos’:

«Invoquemos juntos los dones del Espíritu Santo para ser capaces de responder con valentía a los ‘signos de los tiempos’, que llaman a todos los cristianos a la unidad y al testimonio común. Pueda el Espíritu inspirar abundantemente su trabajo».
(CdM – RV)


LA FE ES HISTORIA DE PECADO Y DE GRACIA, RECORDÓ EL PAPA EN SU HOMILÍA

Entre servirse y servir

(RV).- El cristiano está colocado en una historia de pecado y de gracia, puesto siempre ante la alternativa de servir o de servirse de los hermanos. Es uno de los conceptos que expresó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.

Hombre y mujer de historia es el cristiano

“La historia y el servicio”. En su homilía, el Papa Bergoglio se detuvo sobre estos “dos rasgos de la identidad del cristiano”. Y, ante todo, de la historia. San Pablo, San Pedro y los primeros discípulos “no anunciaban a un Jesús sin historia: ellos anunciaban a Jesús en la historia del pueblo, un pueblo que Dios ha hecho caminar durante siglos para llegar” a la madurez, “a la plenitud de los tiempos”. Dios entra en la historia y camina con su pueblo:

“El cristiano es un hombre y una mujer de historia, porque no pertenece a sí mismo, está integrado en un pueblo, un pueblo que camina. No se puede pensar en un egoísmo cristiano, no, esto no va. El cristiano no es un hombre, una mujer espiritual de laboratorio, es un hombre, es una mujer espiritual colocado en un pueblo, que tiene una historia larga y sigue caminando hasta que el Señor vuelva”.

Historia de gracia y de pecado

Es una “historia de gracia, pero también una historia de pecado”:

“Cuántos pecadores, cuántos crímenes. También hoy Pablo menciona al Rey David, santo, pero antes de llegar a ser santo fue un gran pecador. Un gran pecador. Nuestra historia debe asumir a santos y pecadores. Y mi historia personal, de cada uno, debe asumir nuestro pecado, el propio pecado y la gracia del Señor que está con nosotros, acompañándonos en el pecado para perdonar y acompañándonos en la gracia. No hay identidad cristiana sin historia”.

Servir, no servirse

El segundo rasgo de la identidad cristiana es el servicio: “Jesús lava los pies a los discípulos invitándonos a hacer como él, es decir servir:

“La identidad cristiana es el servicio, no el egoísmo. ‘Pero padre, todos somos egoístas’. ¿Ah sí? Es un pecado, es un hábito del que debemos desprendernos. Pedir perdón, que el Señor nos convierta. Estamos llamados al servicio. Ser cristiano no es una apariencia o incluso una conducta social, no es un poco maquillarse el alma, para que sea un poco más bella. Ser cristiano es hacer lo que ha hecho Jesús: servir”.

El Papa concluyó su homilía invitando a plantearnos la siguiente pregunta: “¿En mi corazón qué es lo que más hago? ¿Me hago servir por los demás, me sirvo de los demás, de la comunidad, de la parroquia, de mi familia, de mis amigos, o sirvo, estoy al servicio de…?”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).


29 de abril de 2015

PAPA: NO NIEGUEN EL BAUTISMO Y NO SEAN ABURRIDOS EN LAS HOMILÍAS


RECOMENDACIONES DEL PAPA A LOS 19 NUEVOS DIÁCONOS DE LA DIÓCESIS DE ROMA

Sean ministros de la unidad en la Iglesia, no nieguen jamás el bautismo a quienes lo piden y no se cansen de ser misericordiosos, especialmente en el confesionario. Son algunas de las recomendaciones que el Papa dirigió a los 19 diáconos de la diócesis de Roma, ordenados en la Basílica de San Pedro en la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. A los nuevos sacerdotes, el Papa pidió no ser "pavos reales", sino testigos fieles del Evangelio de Cristo, porque “el ejemplo construye” mientras que “las palabras sin ejemplo” están vacías, son sólo ideas, que “no llegan nunca al corazón” e incluso “hacen mal”. A los presentes el Papa Bergoglio les pidió luego celebrar la misa no “de prisa”, sino “participando en el misterio de la muerte y resurrección del Señor, no pronunciar homilías aburridas y tener siempre ante sus ojos el ejemplo del Buen Pastor que no vino a ser servido sino a servir, no para quedarse en sus comodidades sino para salir a buscar y salvar lo que estaba perdido. Imiten al padre que nunca se cansa de perdonar.

NO TENER MIEDO DE INVITAR A JESÚS Y A SU MADRE A LA FIESTA DE BODAS, ALENTÓ EL PAPA

Rezar el Rosario en familia, con la Virgen Madre, para que nunca falte el ‘vino bueno’ de Jesús.

(RV).- En vísperas del mes de mayo – el mes de María – en el marco de sus catequesis dedicadas a la familia, el Papa Francisco reflexionó sobre el matrimonio, recordando las bodas de Caná, en las que Jesús cumplió su primer milagro, escuchando el ruego materno y solícito de la Virgen María.

«¡Jesús no sólo participó en ese matrimonio, sino que ‘salvó la fiesta’ con el milagro del vino!», enfatizó el Obispo de Roma. Y alentando a no tener miedo de invitar a la fiesta de bodas a Jesús, invitarlo también a nuestros hogares, junto con su Madre María, exhortó a los miles de peregrinos de tantas partes del mundo a rezar el Rosario en los hogares:

«Que sus familias se reúnan cada día para el rezo del Rosario, bajo la mirada de la Virgen Madre, para que nunca les falte el ‘vino bueno’ de Jesús».

Tras hacer hincapié en que el Sacramento del Matrimonio cristiano es el don con el cual Dios bendice a la pareja y la custodia, el Papa invitó a la acción de gracias a Dios por el testimonio de tantos esposos y esposas, que en todo el mundo confían en el Señor, a pesar de las dificultades, y a acompañar a los novios con la oración:

«Quedísimos, hoy demos gracias a Dios por el testimonio de tantos esposos, que en todo el mundo, confiando en la gracia del Señor y en el poder de su amor, permanecen en la unión sacramental matrimonial. Sostengamos a los novios con nuestra oración, consejo y ayuda, para que tengan el coraje de arriesgar, de crear una unión indisoluble y - con la bendición de Dios –  de construir familias felices».

En sus saludos a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el Santo Padre recordó la existencia, la fe y la fortaleza de Santa Catalina de Siena, en el día de su fiesta:

«Que su existencia les haga comprender, a ustedes, queridos jóvenes, el significado de la vida vivida por Dios. Que su fe inquebrantable los ayude, a ustedes, queridos enfermos, a confiar en el Señor, en los momentos de desaliento. Que su fortaleza ante los potentes, les indique a ustedes, queridos recién casados, los valores que verdaderamente cuentan en la vida familiar».
(CdM - RV) 



PAPA FRANCISCO: JESÚS NOS ENSEÑA QUE LA OBRA DE ARTE DE LA SOCIEDAD ES LA FAMILIA

Texto completo de la catequesis del Papa traducida del italiano

La familia: el matrimonio (I)

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Nuestra reflexión sobre el designio originario de Dios sobre la pareja hombre-mujer, después de haber considerado las dos narraciones del Libro del Génesis, se dirige ahora directamente a Jesús.

El evangelista Juan, al comienzo de su Evangelio, narra el episodio de las bodas de Caná, en las cuales estaban presentes la Virgen María y Jesús, con sus primeros discípulos (cfr. Jn 2, 1-11). ¡Jesús no sólo participó en aquel matrimonio, sino que “salvó la fiesta” con el milagro del vino! Por lo tanto, el primero de sus signos prodigiosos, con el cual Él revela su gloria, lo cumplió en el contexto de un matrimonio y fue un gesto de gran simpatía por aquella familia naciente, solicitado por el apremio materno de María. Y esto nos hace recordar el libro del Génesis, cuando Dios terminó la obra de la creación y hace su obra maestra; la obra maestra es el hombre y la mujer. Y aquí precisamente Jesús comienza sus milagros, con esta obra maestra, en un matrimonio, en una fiesta de bodas: un hombre y una mujer. Así Jesús nos enseña que la obra maestra de la sociedad es la familia: ¡el hombre y la mujer que se aman! ¡Ésta es la obra maestra!

Desde los tiempos de las bodas de Caná, tantas cosas han cambiado, pero aquel “signo” de Cristo contiene un mensaje siempre válido.

Hoy, no parece fácil hablar del matrimonio como de una fiesta que se renueva en el tiempo, en las diversas estaciones de la entera vida de los cónyuges. Es un hecho que las personas que se desposan son siempre menos. Esto es un hecho: los jóvenes no quieren casarse. En muchos países en cambio aumenta el número de las separaciones, mientras disminuye el número de los hijos. La dificultad para quedarse juntos – ya sea como pareja que como familia – lleva siempre a romper los vínculos siempre con mayor frecuencia y rapidez, y precisamente los hijos son los primeros en pagar las consecuencias. Pero pensemos que las primeras víctimas, las víctimas más importantes, las víctimas que sufren más en una separación son los hijos. Si experimentas desde pequeño que el matrimonio es un vínculo “a tiempo determinado”, inconscientemente para ti será así. En efecto, muchos jóvenes son llevados a renunciar al proyecto mismo de un vínculo irrevocable y de una familia duradera. Creo que debemos reflexionar con gran seriedad sobre el porqué tantos jóvenes “no se sienten” de casarse. Existe esta cultura de lo provisorio…todo es provisorio, parece que no hay algo definitivo.

Ésta de los jóvenes que no quieren casarse es una de las preocupaciones que surgen en el día de hoy: ¿por qué los jóvenes no se casan? ¿Por qué a menudo prefieren una convivencia y tantas veces “a responsabilidad limitada”? ¿Por qué muchos – también entre los bautizados – tienen poca confianza en el matrimonio y en la familia? Es importante tratar de entender, si queremos que los jóvenes puedan encontrar el camino justo para recorrer. ¿Por qué no tienen confianza en la familia?

Las dificultades no son sólo de carácter económico, si bien estas son realmente serias. Muchos consideran que el cambio sucedido en estos últimos decenios haya sido puesto en marcha por la emancipación de la mujer. Pero ni siquiera este argumento es válido. ¡Pero ésta es también una injuria! ¡No, no es verdad! Es una forma de machismo, que siempre quiere dominar a la mujer. Hacemos el papelón que hizo Adán, cuando Dios le dijo: “¿Pero por qué has comido la fruta?” Y él: “Ella me la dio”. Es culpa de la mujer. ¡Pobre mujer! ¡Debemos defender a las mujeres, eh! En realidad, casi todos los hombres y las mujeres querrían una seguridad afectiva estable, un matrimonio sólido y una familia feliz. La familia está en la cima de todos los índices de agrado entre los jóvenes; pero, por miedo de equivocarse, muchos no quieren ni siquiera pensar en ella; no obstante son cristianos, no piensan al matrimonio sacramental, signo único e irrepetible de la alianza, que se transforma en testimonio de la fe. Quizás, precisamente este miedo de fracasar es el más grande obstáculo para acoger la palabra de Cristo, que promete su gracia a la unión conyugal y a la familia.

El testimonio más persuasivo de la bendición del matrimonio cristiano es la vida buena de los esposos cristianos y de la familia. ¡No hay modo mejor para decir la belleza del sacramento! El matrimonio consagrado por Dios custodia aquel vínculo entre el hombre y la mujer que Dios ha bendecido desde la creación del mundo; y es fuente de paz y de bien para la entera vida conyugal y familiar. Por ejemplo, en los primeros tiempos del Cristianismo, esta gran dignidad del vínculo entre el hombre y la mujer venció un abuso considerado entonces completamente normal, es decir, el derecho de los maridos de repudiar a las esposas, también con los motivos más falsos y humillantes. El Evangelio de la familia, el Evangelio que anuncia precisamente este sacramento ha vencido esta cultura de repudio habitual.

El germen cristiano de la radical igualdad entre los cónyuges hoy debe traer nuevos frutos. El testimonio de la dignidad social del matrimonio se hará persuasivo precisamente por este camino, el camino del testimonio que atrae, el camino de la reciprocidad entre ellos, de la complementariedad entre ellos.

Por esto, como cristianos, debemos hacernos más exigentes a este respecto. Por ejemplo: sostener con decisión el derecho a la igual retribución por igual trabajo ¿por qué se da por cierto que las mujeres deben ganar menos que los hombres? ¡No! ¡El mismo derecho! ¡La disparidad es un puro escándalo! Al mismo tiempo, reconocer como riqueza siempre válida la maternidad de las mujeres y la paternidad de los hombres, a beneficio sobre todo de los niños. Igualmente, la virtud de la hospitalidad de las familias cristianas reviste hoy una importancia crucial, especialmente en las situaciones de pobreza, de degrado, de violencia familiar.

Queridos hermanos y hermanas, ¡no tengamos miedo de invitar a Jesús a la fiesta de bodas! Y no tengamos miedo de invitar a Jesús a nuestra casa, para que esté con nosotros y custodie la familia. ¡Y también a su madre, María! Los cristianos, cuando se desposan “en el Señor” son transformados en un signo eficaz del amor de Dios. Los cristianos no se desposan sólo por sí mismos: se desposan en el Señor en favor de toda la comunidad, de la entera sociedad.

De esta bella vocación del matrimonio cristiano, hablaré en la próxima catequesis. Gracias.

(Traducción del italiano: Maria Cecilia Mutual - RV)




LA IGLESIA DE ROMA SEA MADRE ATENTA DE LOS POBRES, PIDE EL PAPA

Sin la riqueza de los pobres, no descubrimos el rostro de Cristo
(RV).- El Papa Francisco se unió – este martes - a los huéspedes de los centros de acogida de Caritas de Roma,  reunidos en el teatro Brancaccio, de la capital italiana, en una representación teatral  titulada ‘Si no fuera por ti’, para contar sus vivencias difíciles, de abandono y marginación y también su amor a los hijos, a los padres, a la vida y a Dios. Y lo hizo por medio de un vídeo mensaje:

«Estoy contento de estar entre ustedes, de este modo, complaciéndome por su coraje, para decirles que no pierdan la esperanza ¡Dios los quiere, los quiere a todos!»

El Obispo de Roma destacó su gran anhelo:

«Cuánto quisiera que Roma pudiera brillar de pietas por los que sufren, de acogida por los que huyen de guerras y muerte, de disponibilidad, de sonrisa y de magnanimidad por el que ha perdido la esperanza. Cuánto quisiera que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta hacia los débiles. Todos tenemos debilidades, cada uno las propias. ¡Cuánto quisiera que las comunidades parroquiales en oración, al entrar un pobre en la iglesia, se arrodillaran en veneración, así como hacen cuando entra el Señor! ¡Cuánto quisiera esto, que se toque la carne de Cristo presente en los pobres de esta ciudad!».

«¿Quién piensa que un sin techo es una persona de la cual aprender?» ¿Quién piensa que puede ser un santo?», preguntó Francisco, destacando esta ocasión de diálogo e intercambio significativo, así como de escucha y de enseñanza sobre el amor, sobre la solidaridad, sobre cómo en las dificultades se encuentra el amor de Dios.
Con la gran enseñanza que nos ha dado Jesús, reiteró que lo que nos da verdadera libertad, salvación y felicidad es «su amor de compasión, de ternura y de compartir». «El Buen Samaritano que nos recoge a nosotros, que fuimos golpeados por los ladrones».

El Obispo de Roma hizo suyas las palabras de San Gregorio de Nisa y de San Agustín sobre Cristo y los pobres: «Ustedes no son un peso. Son la riqueza, sin la cual son vanos nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor». Y recordó que, pocos días después de su elección pontificia recibió una carta de felicitación, asegurándole sus oraciones. A la que él respondió inmediatamente diciéndoles que los lleva en el corazón y que está a su disposición. Palabras que confirmó también en esta ocasión, pidiéndoles que sigan rezando por él.

El Papa agradeció de forma especial a todos los agentes de Caritas:

«Los siento como mis manos, las manos del Obispo, al tocar el cuerpo de Cristo», dijo, sin olvidar a los voluntarios romanos y de otros lugares de Italia, que «descubren un mundo que requiere atención y solidaridad:

«Hombres y mujeres que buscan afecto, relación, dignidad, con las cuales todos podemos experimentar la caridad aprendiendo a acoger, escuchar y donarse».

Deseando poder encontrarlos pronto personalmente, como fue en la Capilla Sixtina, con el anhelo de que «el Señor nos ayude a reconocerlo en el rostro del pobre», y «que la Virgen María nos acompañe en este camino», les dio su bendición.



28 de abril de 2015

¿POR QUÉ LA FAMILIA?


El ser humano, para ser feliz, ha de entregarse, amar. El hombre es el único animal que necesita una familia, y es así porque en su naturaleza está el aceptar libremente a alguien y darse sin reservas. Sólo de esa forma encontrará la plenitud.
Que un grupo de altos empresarios se interese por el amor conyugal es algo fuera de lo común. Hace algunos meses impartí una conferencia a uno muy selecto, tan selecto como internacional y atípico. Lo único que los unía era su interés por la empresa, lo extraño es que me solicitaron que les hablara del amor conyugal.
Al terminar la exposición, un mexicano inició algo a caballo entre una pregunta y una reflexión pública: «Si no he entendido mal, la calidad del amor entre los esposos no se juega sólo dentro del matrimonio. Quien quiera amar de veras tiene que esforzarse por mejorar en toda su vida».
Un sexto sentido me llevó a contener las ganas de responderle y a permanecer en silencio. Y, en efecto, prosiguió: «Sólo si voy siendo mejor persona podré querer más a mi mujer, pues tendré mucho más que darle cada vez que me entregue a ella». Resistí de nuevo la tentación de intervenir... y añadió: «Presiento además que si no encamino ese perfeccionarme a la entrega, en el fondo lo estoy despilfarrando. Y me parece que eso constituye un claro deber: cuanto mejor voy siendo, más obligado estoy a darme a mi mujer y a mis hijos». El silencio se tornó más denso, acaso porque ni por él mismo ni por los que le estaban oyendo —todos volcados en cuerpo y alma en los negocios—, se atrevía a sacar la conclusión inevitable. Pero lo hizo: «Lo cual quiere decir que mi verdadera y más radical realización no la encuentro en la empresa, sino en mi familia».
Inversión cardinal
Audaz, además de agudo. Sabía de qué hablaba y lo que se estaba jugando: se refería a la necesidad de instaurar una modificación profunda en la forma de entender y vivir las relaciones entre familia y persona (y, como consecuencia, muchas otras, como las propiamente laborales).
Durante bastante tiempo, aunque no de manera exclusiva, la necesidad de la familia se ha explicado enfatizando la múltiple y clara precariedad del hombre. Por ejemplo, respecto a la mera supervivencia venía a decirse que, mientras la dotación instintiva permite a los animales manejarse desde muy pronto por sí mismos, el niño abandonado a sus propios recursos perecería inevitablemente. O se aducían razones psicológicas, como la ineludible conveniencia de superar la soledad, de distribuir las funciones en casa, el trabajo o los ámbitos del saber para lograr una mayor eficacia.
Todo esto es cierto, pero no alcanza el núcleo de la cuestión. Si desde antiguo se considera la persona como lo más perfecto que existe en la naturaleza (perfectissimum in tota natura); si hoy es difícil hablar del ser humano sin subrayar su dignidad y su grandeza... ¿no resulta extraño que los animales no necesiten familia, mientras que al hombre le sea imprescindible sólo o principalmente en función de su «inferioridad» respecto a ellos?
El cambio radical que pretendo subrayar con estas líneas es que toda persona requiere de la familia justamente en virtud de su eminencia o valía: de lo que en términos metafísicos podría llamarse su excedencia en el ser.

Más allá de vivir
Por eso la persona está llamada a darse; por eso puede definirse como principio (y término) de amor... siendo la entrega el acto en que ese amor culmina.
Las plantas y los animales, por su misma escasez de realidad, actúan de forma casi exclusiva para asegurarse la propia pervivencia y la de su especie; gozan de poco ser, cabría decir, tienen que dirigir toda su actividad a conservarlo y protegerlo: se cierran en sí mismos o en su especie.
A la persona, por el contrario, por la nobleza que su condición implica, «le sobra ser». De ahí que su operación más propia, precisamente en cuanto persona, consista en darse, en amar. (Y de ahí que sólo cuando ama en serio y se entrega sin tasa —«la medida del amor es amar sin medida»—, alcanza la felicidad).
Un regalo a la altura
Para que alguien pueda darse es menester otra realidad capaz y dispuesta a recibirlo o, mejor, a aceptarlo libremente. Y «eso» sólo puede ser otro alguien, otra persona. En esto tenía razón mi contertulio mexicano. Y también al unir esa exigencia de entrega con la familia.
A menudo explico que, a pesar de la conciencia que solemos tener de la propia pequeñez y de la ruindad de algunos de nuestros pensamientos y acciones, es tanta la grandeza de nuestra condición de personas que nada resulta digno de sernos regalado... excepto otra persona. Cualquier otra realidad, incluso el trabajo o la obra de arte más excelsa, se demuestra escasa para acoger la sublimidad ligada a la condición personal: ni puede ser «vehículo» de mi persona, ni está a la altura de aquella a la que pretendo entregarme.
De ahí que, con total independencia de su valor material, el regalo sólo cumple su cometido en la medida en que yo me comprometo —me «integro»— a él. («¿Regalo, don, entrega? / Símbolo puro, signo / de que me quiero dar», escribió magistralmente Pedro Salinas).
Pero decía que, además de ser capaz, la otra persona tiene que estar dispuesta a acogerme de manera incondicional: de lo contrario, mi entrega quedaría en mera ilusión, en una especie de aborto. Si nadie me acepta, por más que me empeñe, resulta imposible entregarme (actio est in passo, podría afirmarse tras las huellas de Aristóteles: la acción de la entrega «está» —se cumple o actualiza— en la medida en que el otro me acepta gustoso).
El hogar marca
El ámbito natural donde se acoge al ser humano sin reservas, por el mero hecho de ser persona, es la familia. En cualquier otra institución —en una empresa, por ejemplo— resulta legítimo, y a menudo necesario, que se tengan en cuenta determinadas cualidades o aptitudes, sin que al rechazarme por carecer de ellas se lesione en modo alguno mi dignidad (el igualitarismo que hoy intenta imponerse para «evitar la discriminación» sería aquí lo radicalmente injusto).
Por el contrario, una familia genuina acepta a cada uno de sus miembros teniendo en cuenta, sí, su condición de persona, como el resto de las instituciones (de ahí el famoso precepto kantiano de «tratar siempre a la humanidad»); y además, su condición de persona. Y basta. Al acogerlos, les permite entregarse y cumplirse como personas.
Por eso cabe afirmar que sin familia no puede haber persona o, al menos, persona cumplida llevada a plenitud. Y ello, según acabo de sugerir, no primariamente a causa de carencia alguna, sino al contrario, en virtud de la propia excedencia, que «nos obliga» a entregarnos? o quedar frustrados, por no llevar a término lo que demanda nuestra naturaleza, nuestro ser.
Esta inversión de perspectivas (que no niega la verdad del punto de vista complementario), tiene abundantes repercusiones.
Por ejemplo, en el ámbito doméstico, explica que la familia no sea una institución «inventada» para los débiles y desvalidos (niños, enfermos, ancianos); sino al contrario, cuanto más perfección alcanza un ser humano, cuanto más maduro es el padre o la madre, más precisa de su familia, justamente para crecer como persona, dándose y siendo aceptado: amando, con la guardia baja, sin necesidad de «demostrar» nada para ser querido.
Buena teoría... Vida buena
Por otra parte, esta forma de comprender a la persona repercute en el modo de legislar, en la política, en el trabajo... Sólo si se tiene en cuenta la grandeza impresionante del ser humano podrán establecerse las condiciones para que se desarrolle adecuadamente y sea feliz.

A menudo se oye que el problema del hombre de hoy es el orgullo de querer ser como Dios. No lo niego. Pero estimo que es más honda la afirmación opuesta: el gran handicap del hombre contemporáneo es la falta de conciencia de su propia valía, que le lleva a tratarse y tratar a los otros de una manera bufa y absurdamente infrahumana.
Schelling afirmaba que «el hombre se torna más grande en la medida en que se conoce a sí mismo y a su propia fuerza». Y añadía: «Proveed al hombre de la conciencia de lo que efectivamente es y aprenderá enseguida a ser lo que debe; respetadlo teóricamente y el respeto práctico será una consecuencia inmediata». Para concluir: «el hombre debe ser bueno teóricamente para devenirlo también en la práctica».
¿Exageración de un joven escritor? Estimo que no, si el conocer lo entendemos adecuadamente, de modo que algo no llega a saberse (simplemente a saberse) hasta que uno lo hace vida de la propia vida.
En lo estrictamente humano, como quería de nuevo Aristóteles, la teoría —encaminada al amor— ostenta una prioridad absoluta.
«Mini-personas»
Ahora bien, el modelo que rige buena parte de las constituciones de los países «desarrollados» de nuestro entorno resulta a menudo, de una suerte de mini-hombre, de persona reducida, casi contrahecha.
Quiero decir que, con más frecuencia de la deseada, al hombre de hoy se le niegan —teórica y vitalmente: en la legislación y en la estructura social— las características que definen la grandeza de su humanidad; por ejemplo, la capacidad de conocer, de manera siempre imperfecta, pero real.
Desde tal punto de vista, una estructuración política auténtica tendría como base, junto con el reconocimiento de la limitación del entendimiento humano, y mucho más fuerte que él, la convicción de que la realidad es cognoscible. Por eso estaría basada en el diálogo auténtico, genuino, de unos ciudadanos persuadidos de que con la suma de las aportaciones de muchos podrán llegar a descubrir lo que cada realidad efectivamente es y, por tanto, el comportamiento que reclama.
Por el contrario, tal parece que muchos regímenes políticos actuales se basan en un relativismo escéptico, en la casi contradictoria convicción de que la realidad no puede conocerse y, como consecuencia, en la apelación al simple número y, con él, en el más tiránico y sutil de los totalitarismos.
¿Otros ejemplos de lo que acabo de calificar como modelo «cuasi constitucional» de mini-persona?
Apenas se concibe que el hombre actual pueda amar a fondo, con un compromiso de por vida, jugándose a cara o cruz, a una sola carta, como Marañón expusiera, el porvenir del propio corazón (de ahí el avance de la admisión legal del divorcio, que impide casarse de por vida); o que sea capaz de dar sentido al dolor, no por masoquismo, sino porque el sufrimiento es parte integrante de la vida del hombre, y, cuando se rechaza visceral y obsesivamente, junto con él se suprime la propia vida humana, cuyo núcleo más noble lo constituye la capacidad de amar... (en el estado actual, el sufrimiento es parte ineludible del amor: negado a ultranza el «derecho» a padecer, se invalida simultáneamente la posibilidad de amar de veras).
En definitiva, si nos atenemos al modelo subyacente en bastantes de las constituciones occidentales, el hombre de hoy ve entorpecido el uso de sus dos atributos más constitutivos y ensalzadores: a) conocer la verdad; y b) amar y hacer el bien... con cuanto uno y otro, y la conjunción de ambos, llevan aparejado.
Darle la vuelta al mundo
Lo que acabo de apuntar refuerza tres de mis más arraigadas convicciones.
a.    Una fe absoluta en el ser humano, en su capacidad de rectificar el rumbo y superarse a sí mismo. No debe confundirse el diagnóstico con la terapia. El diagnóstico no es nunca optimista o pesimista, ni debería ser interesante o despreciable o lucrativo o desdeñable, sino sólo verdadero o falso. ¡Qué daños traería consigo el «optimismo» que lleva a diagnosticar y tratar como simple cefalea un tumor cerebral maligno!
b.   El hombre actual necesita advertir su propia excelsitud para actuar de acuerdo con ella y alcanzar la propia perfección y la dicha consiguiente.
c.    Que el «lugar natural» para «aprender a ser persona», el único verdaderamente imprescindible y suficiente, es la familia. No sólo el niño, también el adolescente que aparenta negarlo, el joven ante el que se abre un abanico de posibilidades deslumbrante, el adulto en plenitud de facultades, el anciano que parece declinar?, todos ellos forjan y rehacen su índole personal, día tras día, en el seno del propio hogar.
Y, así templados y reconstituidos, son capaces de darle la vuelta al mundo, de humanizarlo.
Por eso la familia.
Tomás Melendo: ConoZe. com


EL PP EUROPEO SACA ADELANTE UNA RESOLUCIÓN CONTRA LA PERSECUCIÓN A CRISTIANOS A PESAR DE LA OPOSICIÓN DE MARTIN SCHULZ

El presidente del Parlamento Europeo, los socialistas y la izquierda exigieron un cambio de título al texto, pero en la votación se impusieron los populares
El Parlamento Europeo debatirá una resolución contra la persecución que padecen los cristianos en todo el mundo. La iniciativa, de la española Teresa Jiménez-Becerril, sufrió cambios en el título del texto por orden de Martin Schulz. Sin embargo, los populares exigieron que se votara y quedó aprobado el nombre original.
ReligionConfidencial
Según ha podido saber Religión Confidencial, el pasado jueves, en la Conferencia de Presidentes de la eurocámara, el presidente del Parlamento Europeo, apoyado por los representantes del Grupo Socialista, de la Alianza de los Liberales y Demócratas, y de la Izquierda y los Verdes, pidió un cambio al título de la resolución presentado por la eurodiputada española.
De la “Resolución sobre la persecución de los cristianos en el mundo”, Schulz y los representantes citados propusieron el siguiente título: “Resolución sobre la matanza a los universitarios de Kenia”. De esa forma, el dirigente socialista quería eliminar la referencia a los cristianos y centrarse en un acontecimiento reciente, en el que “también murieron personas de otras religiones”.
“El 80% de los cristianos son perseguidos”
Teresa Jiménez-Becerril, con la que ha contactado RC, explica que, efectivamente, la resolución se inició después de los sucesos de Kenia, pero ella, y su grupo, quisieron recordar otras operaciones contra cristianos en Siria, Egipto, Libia, Irak.... “Hay párrafos y referencias sobre todas y cada una de estas matanzas”.
Por ese motivo, “apostamos por un título que recordara que el 80% de los cristianos son perseguidos en el mundo”. En ese sentido, explica Becerril, “he tenido testimonio directo de la persecución que padecen los cristianos en Irak cuando hablé con el arzobispo del país en septiembre, y desde entonces me comprometí a hacer esa resolución”.
Es más, la propia eurodiputada, ya dejó claro, en una columna de ABC, que era necesario hacer una resolución en el Parlamento Europeo sobre esa persecución.
Así las cosas, y a pesar de la oposición de Schulz -y de eurodiputados españoles que se posicionaron claramente en contra, como Enrique Guerrero-, el PP europeo, y la propia Jiménez-Becerril, trabajaron este lunes para mantener el título inicial de la resolución.
149 votos a favor del título inicial
La eurodiputada española explica que el PP europeo pidió que se votara, de forma nominal, el título inicial de la resolución, ya que “no estábamos de acuerdo con la decisión de la Conferencia de Presidentes”.
Después de la votación, el título sobre la “persecución a los cristianos en el mundo” ha obtenido un respaldo mayoritario, con 192 votos a favor, 134 en contra, y 13 abstenciones. El PP europeo apoyó en bloque la denominación original, y junto a ellos se sumaron eurodiputados de ALDE y los conservadores. Los socialistas y los eurodiputados de La Izquierda y Los Verdes votaron en contra.
Ahora, tal y como explica Becerril, es la puesta a debate, a partir del próximo jueves, de toda la resolución, ya con el título original aprobado.



EL OBISPO MUNILLA EXPLICA 10 VERDADES SOBRE SEXO POLÍTICAMENTE INCORRECTAS

l obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha publicado un libro titulado “Sexo con alma y cuerpo” (con la palabra “sexo” muy grande en la portada, como mandan los cánones, y en letras rosas sobre fondo blanco, como en los manuales de sexualidad picante que se publican hoy).

 
Pero es la única concesión al márketing: el texto es contracultural. O quizá es contra-contracultural, según se mire.

Se trata de un libro “a cuatro manos” (no piensen mal, no es una práctica sexual, sino editorial). La co-autora es Begoña Ruiz Pereda, monitora del proyecto educativo “Aprendamos a amar” y experta en educación afectiva y sexual. 

Munilla echa mano de tres armas en su arsenal:
 
1) su experiencia con jóvenes durante muchos años, forjada en el movimiento Jóvenes por el Reino de Cristo, en su labor sacerdotal y luego en su cargo como obispo responsable de la pastoral juvenil. 

2) Su capacidad divulgadora y comunicativa, conocida por quienes le siguen en las redes sociales (es incansable en Twitter y Facebook) y en Radio María

3) Su popularidad y acceso al debate público, sin asustarse nunca de las cámaras o los periodistas

Con todo esto, y la experiencia educadora de Begoña Ruiz, el obispo vasco aprovecha para desmantelar “el emperador desnudo” que es la ideología del sexo hedonista y propone la alternativa cristiana de siempre, que no es la represión, sino el amor y la castidad (recordando que la castidad no es el celibato, sino la vivencia sana de la sexualidad según el estado de vida de cada uno: casados, solteros o consagrados). 

Destacamos a continuación 10 ideas estimulantes y políticamente incorrectas contra la dictadura del “pansexualismo” que pronuncia el obispo… incluyendo una corrección al líder de izquierda populista Pablo Iglesias sobre el sexo como truco anestesiante para someter a las poblaciones.

1. Si aún usan la palabra "novio" son cristianos…

«Ya no es habitual encontrar a un joven que te presente a su novia o a una chica que te presente a tu novio; y cuando eso ocurre, generalmente compruebas que estos jóvenes están insertados en algún grupo de experiencia cristiana o que pertenecen a familias de hondas raíces cristianas.» 

2. Cursos de sexualidad: ¿mero adiestramiento genital?

«La gran mayoría de los cursos de educación afectivo-sexual que se imparten en la red de enseñanza pública (a veces incluso en la privada) son abiertamente antinaturales por haber asumido la ideología de género. No ofrecen una educación sexual sino una mera enseñanza de la práctica genital. Es como si nos diesen un cursillo de como conducir un coche sin enseñarnos las nociones del código de circulación y sin que supiésemos a dónde poder dirigirnos con él. »

3. Educar contra la pornografía significa enseñar a controlar Internet

«El hecho de que el recurso a la pornografía sea tan accesible con las nuevas tecnologías hace que se distorsione de forma muy notable la visión real de la sexualidad en la mente de un adolescente. No pocas veces la educación del adolescente en una equilibrada visión de la sexualidad pasa por la educación en el uso adecuado de Internet. »

4. Cuando los que cohabitan rompen: como un divorcio

«He sido testigo y he procurado acompañar el dolor de jóvenes que viven el drama de la ruptura de su noviazgo, como si de un minidivorcio se tratase. Una de las razones principales de este hecho es el no haber planteado adecuadamente las relaciones en el noviazgo. Si en la etapa de noviazgo se vive de hecho como si la pareja fuese ya un matrimonio es previsible que se deriven de ahí muchos sufrimientos. El noviazgo es una etapa para discernir mientras que el matrimonio es la etapa de la entrega plena.»

5. Cohabitar no previene la ruptura: aumenta el riesgo

«Décadas atrás solía argüirse que era conveniente convivir antes de casarse para poder dar el paso al matrimonio con mayor seguridad. Posteriormente hemos podido constatar que el índice de rupturas matrimoniales es superior en quienes han convivido previamente, a lo que hay que añadir el alto número de convivencias prematrimoniales que terminan en la ruptura sin llegar a la boda (y que por la forma de relación establecido resultan ser un minidivorcio).»

6. La castidad es buena, pero como todo lo valioso, es exigente

«La verdad moral que custodia la virtud de la castidad es buena para nosotros; más aún, no sólo es buena sino que es bella y atrayente. Eso no quiere decir que esa belleza, ese bien, esa verdad, no sean exigentes. No hay nada valioso en esta vida que no requiera nuestra entrega sacrificada.»
 
7. Con trucos estadísticos ocultan a los castos

«Una de las estrategias del pansexualismo y de la ideología de género es la de hacernos creer que la castidad no es posible entre los jóvenes, ni como ideal ni como realidad. Pienso que se ha prefabricado una imagen sobre la sexualidad en la juventud con el intento de acomplejar a quienes no se suben al carro. […] Por ejemplo, la edad media de inicio de las relaciones sexuales solamente es calculada entre jóvenes que ya han tenido relaciones sexuales. Por lo tanto, no tiene en cuenta a los demás, a los que viven en castidad. Por ello estamos ante un dato muy desorientador y manipulador. En España los jóvenes que ya han tenido relaciones sexuales a los 16 años son un 21,7%.» 

8. Del pan y circo al sexo y fútbol

«Hemos actualizado el pan y circo por el sexo y fútbol. Pero el principio sigue siendo el mismo o muy parecido. Es interesante conocer que los términos “lujo” y “lujuria” tienen la misma raíz etimológica: luxus, es decir, torcedura. En efecto, tanto el lujo (materialismo consumista) como la lujuria (pansexualismo) son una torcedura, una desviación del recto camino que conduce a la felicidad del ser humano.»

9. Pablo Iglesias sobre el follar: se equivoca 

«Me estoy acordando de unas declaraciones de Pablo Iglesias, líder de Podemos, en las que afirmaba: “Decían los estudiantes del 68 ‘hagamos el amor y no la guerra’. Para mi generación eso de hacer el amor es una cursilada, mi generación prefiere follar. Y más nos valdría aprender a hacer la guerra para que no nos sigan follando”. Se equivocaba Oablo Iglesias en su análisis porque eso que él dice que su generación prefiere, follar, forma parte de la estrategia del poder para seguir sometiéndonos. La dictadura más consolidada es aquella en la que los esclavos sienten placer en serlo.»

10. ¿De quién es el corazón?

«El corazón no es de quien lo rompe, sino de quien lo repara. Por ello, nuestro corazón es el corazón de Cristo.»