Queridos
amigos: El martes, llenos de alegría iniciamos nuestra II Semana de la Familia.
La iniciamos con la
celebración de la Eucaristía que fue presidida por el Director del
Secretariado, D. Manuel Cuadrado Martín.
En
su homilía nos decía que era “una semana marcada con el sello de la alegría
que brota de la Pascua porque ‘con Jesucristo siempre nace y renace la alegría’
(EG, 1). A este Evangelio de la alegría que es Jesucristo, pertenece como nota
esencial la Buena Noticia de la Familia.
La Iglesia, la
comunidad cristiana, es depositaria de un “tesoro” extraordinario que el Señor
le ha consignado: el matrimonio y la familia que deriva de él, y que se ha
enriquecido a través de los siglos con la larga historia de santidad, y de sabiduría
que ha de ser transmitido a toda la sociedad. Un tesoro que encuentra su fuente
en el misterio mismo de la Trinidad, en aquel “Nosotros” que es amor, relación,
don.
Ayer,
miércoles, en la Casa Sacerdotal, tuvimos una mesa redonda sobre el papel de
los abuelos en la Iglesia, en la familia y en la sociedad.
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