«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


29 de abril de 2015

NO TENER MIEDO DE INVITAR A JESÚS Y A SU MADRE A LA FIESTA DE BODAS, ALENTÓ EL PAPA

Rezar el Rosario en familia, con la Virgen Madre, para que nunca falte el ‘vino bueno’ de Jesús.

(RV).- En vísperas del mes de mayo – el mes de María – en el marco de sus catequesis dedicadas a la familia, el Papa Francisco reflexionó sobre el matrimonio, recordando las bodas de Caná, en las que Jesús cumplió su primer milagro, escuchando el ruego materno y solícito de la Virgen María.

«¡Jesús no sólo participó en ese matrimonio, sino que ‘salvó la fiesta’ con el milagro del vino!», enfatizó el Obispo de Roma. Y alentando a no tener miedo de invitar a la fiesta de bodas a Jesús, invitarlo también a nuestros hogares, junto con su Madre María, exhortó a los miles de peregrinos de tantas partes del mundo a rezar el Rosario en los hogares:

«Que sus familias se reúnan cada día para el rezo del Rosario, bajo la mirada de la Virgen Madre, para que nunca les falte el ‘vino bueno’ de Jesús».

Tras hacer hincapié en que el Sacramento del Matrimonio cristiano es el don con el cual Dios bendice a la pareja y la custodia, el Papa invitó a la acción de gracias a Dios por el testimonio de tantos esposos y esposas, que en todo el mundo confían en el Señor, a pesar de las dificultades, y a acompañar a los novios con la oración:

«Quedísimos, hoy demos gracias a Dios por el testimonio de tantos esposos, que en todo el mundo, confiando en la gracia del Señor y en el poder de su amor, permanecen en la unión sacramental matrimonial. Sostengamos a los novios con nuestra oración, consejo y ayuda, para que tengan el coraje de arriesgar, de crear una unión indisoluble y - con la bendición de Dios –  de construir familias felices».

En sus saludos a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el Santo Padre recordó la existencia, la fe y la fortaleza de Santa Catalina de Siena, en el día de su fiesta:

«Que su existencia les haga comprender, a ustedes, queridos jóvenes, el significado de la vida vivida por Dios. Que su fe inquebrantable los ayude, a ustedes, queridos enfermos, a confiar en el Señor, en los momentos de desaliento. Que su fortaleza ante los potentes, les indique a ustedes, queridos recién casados, los valores que verdaderamente cuentan en la vida familiar».
(CdM - RV) 



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