Publicado el 5 de abr. de 2015
Una luz tenue
desde el principio, que luego se irradia multiplicándose, a través del espacio,
a través del tiempo, en los corazones sedientos de esperanza. La madre de todas
las vigilias, la de la Pascua, comenzó como de costumbre, con la bendición del
fuego en el atrio de la Basílica de San Pedro y la entrada en procesión.
El Señor vela sobre su pueblo para abrirle el camino de la libertad lo hace pasar a través del Mar Rojo; y hace pasar a Jesús a través del abismo de la muerte y de los infiernos, y, aún hoy, vela por los muchos dramas que alteran la humanidad.
Pero para entender este amor sin límites, el hombre debe ser capaz de “entrar en el misterio”. No es un esfuerzo intelectual, aclaró Francisco ..
«Entrar en el misterio» significa capacidad de asombro, de contemplación; capacidad de escuchar el silencio y sentir el susurro de ese hilo de silencio sonoro en el que Dios nos habla (cf. 1 Re 19,12). Entrar en el misterio nos exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes…
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