“No sirven sacerdotes clericales, cuyo comportamiento corre el riesgo de alejar a la gente del Señor, ni sacerdotes funcionarios que, mientras desarrollan un rol, buscan lejos de Él la propia consolación".
Los sacerdotes santos son pecadores perdonados e instrumentos de perdón. Su existencia habla la lengua de la paciencia y de la perseverancia; no han permanecido como turistas del espíritu, eternamente indecisos e insatisfechos, porque saben que están en las manos de Uno que no falta a las promesas y cuya Providencia hace que nada pueda jamás separarlos de tal pertenencia. Esta certeza crece con la caridad pastoral con la que rodean de atención y de ternura a las personas a ellos confiadas, hasta conocerlas una por una.
Discurso del papa aquí http://es.radiovaticana.va
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