(RV).-
Nuevo apremiante llamamiento del Obispo de Roma por la paz en Oriente Medio y
oración por todas las víctimas, al culminar su audiencia general, en la Plaza
de San Pedro. Con su preocupación ante la violencia inaceptable, el Papa
Francisco renovó desde lo más profundo de su corazón su infatigable llamado
para que se ponga fin con valentía a la espiral de odio, que no se detiene ni
siquiera ante los lugares de culto, como fue en el atentado perpetrado contra
una sinagoga en Jerusalén:
«Sigo
con preocupación el alarmante aumento de la tensión en Jerusalén y otras zonas
de Tierra Santa, con episodios inaceptables de violencia que no ahorran ni
siquiera los lugares de culto. Aseguro una oración especial por todas las
víctimas de esta dramática situación y por cuantos sufren sus consecuencias.
Desde lo más profundo de mi corazón, dirijo un llamamiento a las partes
implicadas para que se ponga fin a la espiral de odio y de violencia y se tomen
decisiones valientes para la reconciliación y la paz. ¡Construir la paz es
difícil, pero vivir sin la paz es un tormento!»
Ante la
conmemoración de la Jornada Pro Orantibus - instituida por Pío XII, el 21
de noviembre de 1953 - coincidiendo con la celebración de la Presentación de
María, el Papa Francisco dedicó un recuerdo especial a cuantos en todo el mundo
consagran su vida a la oración en la vida contemplativa, invitando a brindar
nuestro apoyo espiritual y material para que puedan cumplir su importante
misión y elevando nuestra gratitud a Dios:
«El
Viernes 21 de noviembre, memoria litúrgica de la Presentación de María
Santísima en el Templo celebramos la Jornada pro Orantibus, dedicada a las
comunidades religiosas de clausura. Es una ocasión oportuna para agradecer al
Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y en las ermitas,
se dedica a Dios en la oración y en el silencio activo, reconociéndole aquella
primacía que sólo a Él le corresponde. Demos gracias al Señor por los
testimonios de vida claustral y no les hagamos faltar nuestro apoyo espiritual
y material, para cumplir esta importante misión».
En su
cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana, el Obispo de Roma
saludó a los participantes en el encuentro promovido por el Foro Económico
Mundial en colaboración con las Universidades Pontificias romanas, para
promover caminos y acciones que ayuden a superar la exclusión social y
económica. Con el anhelo – dijo - que de «esta iniciativa contribuya a
favorecer una nueva mentalidad en la que el dinero no se considere un ídolo al
que hay que servir, sino un medio para perseguir el bien común».
El Papa
Francisco recordó luego que en este mes de noviembre, la liturgia nos invita a
la oración por los difuntos y, alentando a que no olvidemos a nuestros seres
queridos, a los bienhechores y a todos aquellos que nos han precedido en la fe,
puso de relieve que la Eucaristía es la mejor ayuda espiritual que podemos
brindar a sus almas, especialmente a las más abandonadas. El Santo Padre invitó
a recordar en especial a las víctimas de las recientes inundaciones en Liguria
y en el norte de Italia: «¡recemos por ellos y sus familiares y seamos solidarios
con cuantos han sufrido daños!»
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