BLOG DE LA DELEGACIÓN DIOCESANA PARA EL MATRIMONIO, FAMILIA Y DEFENSA DE LA VIDA DE ALMERÍA
«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).
28 de febrero de 2015
PROMOVER ECONOMÍA DE HONRADEZ, DESARROLLO, JUSTICIA Y PAZ ALIENTA EL PAPA A LAS COOPERATIVAS DEL MUNDO
27 de febrero de 2015
"HAY UNA CONTRADICCIÓN EN PEDIR EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO SIN TENER FE"
26 de febrero de 2015
La Cuaresma: tiempo de conversión y de salvación
El cardenal Mauro Piacenza explica los fundamentoa y la ritualidad del tiempo litúrgico que está iniciando.
La Cuaresma es un tiempo que responde a una exigencia insuprimible del corazón del hombre: la del cambio y la conversión. Un camino que no puede no pasar por la “virtud de penitencia” que implica la participación a los sufrimientos de Nuestro Señor, a su Muerte y Resurrección. Para ilustrar las características del tiempo litúrgico que comenzó la semana pasada, ZENIT ha entrevistado al cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor de la Santa Romana Iglesia.
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Con la Cuaresma inicia un tiempo perfectamente penitencial. ¿Tiene aún sentido hoy hablar de penitencia? ¿En qué términos?
-- Con el rito de la imposición de la ceniza, toda la Iglesia entra en el tiempo de Cuaresma, con la conciencia de entrar en un “espacio sagrado” que Dios ha dispuesto para sus hijos, para que puedan, ahora y siempre, convertirse. La Cuaresma, con el espíritu penitencial que deriva de ella, nos recuerda que todos estamos necesitados de conversión. Incluso desde el punto de vista sociológico, es bajo los ojos de todos como los hombres tienen una indomable “sed de cambio”. Y qué es esta sed, si no llama a la conversión, que puede realmente suceder, solo en el encuentro con Cristo, verdadera razón para cambiar. Sin un encuentro personal con el Resucitado, cada aliento de auténtico cambio permanece puro deseo. La penitencia, además, es sobre todo memoria de la ofrenda que Jesús ha hecho de sí mismo al Padre, por nosotros y por nuestra salvación. Nosotros cristianos “hacemos penitencia”, solo porque participamos en la vida, la muerte y la resurrección de nuestro Señor. La Cuaresma es un tiempo favorable para vivir con sinceridad la virtud de la penitencia.
¿Qué es exactamente la “virtud de penitencia”?
-- Como decía, la salvación se nos dona gratuitamente por Jesucristo. Tal don pide ser acogido por nuestra libertad, pide, en cierto sentido, participar de él. Como cada virtud, también la virtud de penitencia es un “hábito”, una “estabilidad en el bien”. Vivir la virtud de la penitencia significa vivir en la memoria de Cristo, en su presencia, que ha ofrecido su vida, y sin derramamiento de sangre continúa ofreciendo en el santo sacrificio de la misa, por la salvación de todos los hombres. Se comprende inmediatamente como la “virtud de penitencia” no esté unida exclusivamente al tiempo de la Cuaresma, sino que tiene que ver con toda la existencia cristiana: la ofrenda cotidiana y libre de nosotros mismos a Dios es el ejercicio más sencillo y humilde, pero más concreto y realista que la virtud de penitencia, como participación al sufrimiento del Señor.
¿Cualquier sufrimiento puede ser ofrecido? ¿En qué sentido?
-- El misterio del sufrimiento, que en muchos casos no encuentra explicación, ha sido iluminado por el “Dios crucificado”. En Jesús de Nazaret, no solo Dios se ha hecho hombre, sino también ha querido atravesar el misterio del sufrimiento, de todo el sufrimiento humano, hasta experimentar la “distancia” del Padre y la muerte, porque nada de la vida de los hombres, excepto el pecado personal, permanecería extraño a la vida del Verbo encarnado. En tal sentido, en Cristo, nuestra vida se ha convertido en historia de salvación y, viviendo, nosotros damos gloria al Padre. Todo en la vida del cristiano está unido, por vía sacramental, a través del bautismo, al misterio de Cristo. En tal sentido, también el sufrimiento, sufrido con fatiga, acogida humildemente o elegida deliberadamente, es participación al único sufrimiento redentor del Dios hecho hombre. “Ofrecer” al Señor nuestros sufrimientos cotidianos, pequeños o grandes que sean, significa unirnos “en la carne” a Él y dejar que Él nos tome consigo, haciéndonos partícipes del gran diseño de salvación del mundo y del hombre, aún plenamente en acto. El Reino de Dios triunfa sobre todo en los corazones de los hombres, así como la Iglesia viva en las conciencias.
¿No es hoy incomprensible el rito de las cenizas? ¿Echar en la cabeza un poco de ceniza qué puede significar para el hombre del 2015?
-- Se trata de un rito muy antiguo, con un sentido penitencial ya definido en el Antiguo Testamento. La misma fórmula de imposición recita: “recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” (o conviértete y cree en el Evangelio) casi para recordar --¿y quién más que el hombre moderno lo necesita urgentemente?-- que esta existencia terrena no es el único horizonte de la vida, de la vida verdadera. Se podría decir que, con el rito de las cenizas, toda la Iglesia, cada año lanza un desafío, siempre actual, sobre todo en lo relacionado con la cultura hedonista occidental, recordando al hombre su límite, dentro del cual cada día “grita” una necesidad de infinito, de eternidad. Este es el sentido de las cenizas: recordando al hombre ser criatura y no Creador, se le recuerda tener la necesidad de Dios y lo invitan a la humildad que es verdad y a convertirse a Dios con todo el corazón. No olvidemos que las cenizas que se utilizan para el rito, se obtienen quemando el olivo del domingo de Ramos del año anterior, en una continuidad ideal entre el ingreso en Jerusalén, con el inicio de la “gran Semana” de la salvación (la Semana Santa) y el ingreso de los creyentes en el camino penitencial que llevará a la Pascua. Nada en la liturgia es casual, ni se puede nunca improvisar.
NULIDAD MATRIMONIAL
NOTA DE PRENSA DE LA REUNIÓN DE LA COMISIÓN PERMANENTE DE CEE
Los obispos de EE.UU publican en su web materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el sacramento de la Penitencia
Dicen también que es por la gracia del Espíritu Santo que los bautizados buscan el perdón y el arrepentimiento y «nos liberamos de los hábitos del pecado, crecemos en una vida de virtud, y somos testigos de una conversión gozosa».
Por eso, como recuerdan los obispos, los sacerdotes están siempre dispuestos a acompañar, guiar y, sobre todo, administrar el Sacramento del perdón a los fieles que con corazón arrepentido se acerquen a Dios:
«Si tienen alguna dificultad o duda, o sienten incertidumbre sobre cómo acercarse al Señor en este sacramento, los obispos y sacerdotes estamos deseosos de ayudarles, y si desde hace tiempo no reciben este sacramento sanador, nosotros estamos preparados para acogerlos. Cristo nos ha designado para administrar el perdón en Su nombre, y durante toda nuestra vida también acudimos al sacramento, tanto como penitentes como ministros, y particularmente en este momento de gracia especial que es la Cuaresma».
Para facilitar el acercamiento al Sacramento, la USCCB, desde su sitio web, cuenta convarios recursos sobre la confesión; entre ellos el texto completo de la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", en el que se incluye una guía sobre cómo confesarse; así como el documento titulado «Penitencia: Reconciliados con la relación correcta, llamados a curar y restaurar».
También hay orientaciones para realizar el examen de conciencia de acuerdo con los Mandamientos, a la luz de la enseñanza social católica y cómo han de hacer dicho examen los niños, los jóvenes adultos, las personas solteras y los casados.
Igualmente, se ofrece una catequesis sobre las prácticas penitenciales de la oración, el ayuno y la limosna, las cuales se incrementan durante la Cuaresma, y sobre las enseñanzas de la Iglesia en relación con el Credo, la moralidad, María y los Santos, entre otros; además de un corto video explicativo sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.
La Iglesia Católica, en el Catecismo (numerales del 1455 al 1458) señala que la confesión de los pecados «nos libera y facilita nuestra reconciliación con los demás», ya que a través de ella, «el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia con el fin de hacer posible un nuevo futuro».
De acuerdo con el mandamiento de la Iglesia «todo fiel llegando a la edad de uso de razón debe confesar, al menos una vez al año, fielmente sus pecados graves». También recomienda, «sin ser estrictamente necesario», confesar los pecados veniales, ya que «ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu».
25 de febrero de 2015
LA GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA
Esa es la idea que se repite en el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma del año 2015. Según él, la indiferencia alcanza hoy una dimensión mundial. Cuando estamos bien, nos olvidamos de los demás, de sus problemas y sufrimientos y también de las injusticias que padecen los que no están bien. “También para los cristianos, la indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real”.
Tras esta mirada a nosotros mismos, hemos de volver nuestros ojos a Dios. La fe nos dice que Dios es amor y no puede ser indiferente ante nosotros. Nos conoce, nos cuida y nos busca cuando lo abandonamos. La Encarnación de su Hijo, su vida, su muerte y resurrección son la mayor prueba del amor de Dios.
Con esos misterios se abre la puerta entre Dios y los hombres. Y ahí aparece la Iglesia, “como la mano que tiene abierta esta puerta”. La imagen es muy acertada y explica la persecución. Una sociedad que tiende a cerrarse en sí misma y a cerrar la puerta por la que Dios entra en el mundo y el mundo en Él, intentará rechazar, aplastar o herir esa mano que mantiene abierta la puerta de Dios.
En ese contexto, el Papa Francisco sugiere algunas tareas concretas a la Iglesia, a las parroquias y comunidades y a cada persona creyente.
- La Iglesia da testimonio del amor de Dios, que rompe la cerrazón mortal de la indiferencia. Ella es el cuerpo de Cristo y la comunión de los santos. Por tanto, “en esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos”.
- Las parroquias y las comunidades han de conocer a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y hacerse cargo de ellos. Es falso decir que se ama a los que están lejos en el mundo, mientras se olvida al pobre Lázaro, sentado ante nuestra puerta cerrada. “Toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados”.
Seguir a Jesucristo por el camino la lleva hasta los confines de la tierra. Según el Papa, las parroquias y comunidades han de ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.
- Ante la tentación individual de la indiferencia, siempre podemos orar. El Papa nos propone la iniciativa “24 horas para el Señor”, en los días 13 y 14 de marzo. A la oracion se han de unir nuestros gestos de caridad. “La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad”.
La necesidad del hermano nos recuerda la fragilidad de nuestra vida, su sufrimiento nos llama a la conversión. Superar la trampa de la indiferencia requiere esfuerzo. Pero la oración nos ayudará a tener “un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia”.
JOSÉ ROMÁN FLECHA ANDRÉS
CUARESMA, CONVERSIÓN
Desde este punto de vista, para cada cristiano y para todas las comunidades eclesiales, la Cuaresma es la estación espiritual propicia para entrenarse con mayor tenacidad en la búsqueda de Dios, abriendo el corazón a Cristo.
Es particularmente oportuna la exhortación de Jesús, referida por el evangelista Marcos: «Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Cf. Marcos 1, 15). El deseo sincero de Dios nos lleva a rechazar el mal y a realizar el bien. Esta conversión del corazón es ante todo un don gratuito de Dios, que nos ha creado para sí y en Jesucristo nos ha redimido: nuestra felicidad consiste en permanecer en Él (Cf. Juan 15, 3). Por este motivo, Él mismo previene con su gracia nuestro deseo y acompaña nuestros esfuerzos de conversión.
Pero, ¿qué es en realidad convertirse? Convertirse quiere decir buscar a Dios, caminar con Dios, seguir dócilmente las enseñanzas de su Hijo, Jesucristo; convertirse no es un esfuerzo para realizarse uno mismo, porque el ser humano no es el arquitecto del propio destino. Nosotros no nos hemos hecho a nosotros mismos. Por ello, la autorrealización es una contradicción y es demasiado poco para nosotros. Tenemos un destino más alto. Podríamos decir que la conversión consiste precisamente en no considerarse «creadores» de sí mismos, descubriendo de este modo la verdad, porque no somos autores de nosotros mismos.
24 de febrero de 2015
CCXXXIV REUNIÓN DE LA COMISIÓN PERMANENTE DE LA CEE
Mañana martes, día 24 de febrero, comienza en Madrid la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) cuyos trabajos se prolongarán durante dos días.
En esta reunión, los obispos estudiarán cuatro documentos de trabajo:
- El borrador del Documento "Iglesia, servidora de los pobres", de la Comisión Episcopal de Pastoral Social;
- El informe sobre Distribución del Clero en España, presentado por la Comisión Episcopal de Clero;
- Los obispos reflexionarán también sobre la Síntesis de las respuestas a los "Lineamenta" del Sínodo ordinario de los Obispos, que tendrá lugar en octubre de 2015, elaborada por la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida; y
- Mons. Adolfo González Montes, obispo de Almería y miembro de la Ponencia, presen-tará el borrador del Plan Pastoral de la CEE para el período 2016-2020.
Además, se someterá a la aprobación de la Permanente el Leccionario en Euskera, que presenta la Comisión Episcopal de Liturgia, y las Ayudas para la iluminación de Catedrales y Templos, a cargo del convenio con la Fundación Endesa.
Como es habitual, habrá también diversas informaciones de las Comisiones y nombramientos y se informará sobre diversos asuntos de actualidad y de seguimiento. Finalmente se aprobará el Temario para la próxima reunión de la Asamblea Plenaria, que tendrá lugar del 20 al 24 de abril de 2015.
22 de febrero de 2015
Angelus Domini - 2015.02.22
"VOLVER CON TODO EL CORAZÓN A DIOS", EL PAPA EN EL ÁNGELUS
PAPA EN EL ÁNGELUS: "VOLVER CON TODO EL CORAZÓN A DIOS",
AYUDAR A LA FAMILIA ES LA MISIÓN DE LA NUEVA WEB DEL HOGAR DE LA MADRE
(RV).- La asociación internacional de fieles Hogar de la Madre, ha creado la página web ‘infofamilialibre.com’, un espacio creado por y para la familia. Adopción, matrimonio, o libros con valores, son algunos de los temas que se tratan con la intención de ayudar a la familia en su día a día. Entrevistamos a Numilen Joost Newbery, responsable del desarrollo de la web, quien explica que este proyecto nace inspirado en la exhortación apostólica “Familiaris Consortio” (1981) de San Juan Pablo II.