«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


28 de febrero de 2015

PROMOVER ECONOMÍA DE HONRADEZ, DESARROLLO, JUSTICIA Y PAZ ALIENTA EL PAPA A LAS COOPERATIVAS DEL MUNDO

«Hay que tener la valentía y la fantasía de construir el camino justo para integrar en el mundo, el desarrollo, la justicia y la paz»

(RV).- Lo reiteró el Papa Francisco al recibir a la Confederación de cooperativas italianas, extendiendo en su denso discurso una especial exhortación a las de todo el mundo. Tras recordar la historia de la realidad que representan, como «memoria viva de un gran tesoro de la Iglesia italiana», el Obispo de Roma puso en guardia contra los peligros de poner el dinero por encima de la dignidad y centralidad de la persona humana recordando, con Basilio de Cesarea, Padre de la Iglesia del IV siglo, evocado por san Francisco de Asís, que el dinero es el estiércol del demonio. Y alentó a luchar contra las cooperativas deshonradas e inmorales:

«Lo repite una vez más el Papa ¡el dinero es el estiércol del diablo!Cuando el dinero se vuelve un ídolo, manda las opciones del hombre Y entonces arruina al hombre y lo condena. Hace que se vuelva un siervo. El dinero al servicio de la vida puede ser gestionado de manera justa por la cooperativa, si ésta es una cooperativa auténtica, verdadera, donde no manda el capital sobre los hombres, sino los hombres sobre el capital.

Por ello les digo que hacen bien – y les digo que lo hagan cada vez más – en contrastar y combatir contra las falsas cooperativas, aquellas que prostituyen su propio nombre de cooperativa. Es decir, de una realidad tan buena, para engañar a la gente con objetivos de lucro contrarios a los de la verdadera  y auténtica cooperación. Les digo que hacen bien,  porque es una vergonzosa y gravísima mentira, que no se puede absolutamente aceptar, el que se asuma en el campo en que obran, una fachada honrada,  y sin embargo,  persigan finalidades deshonradas e inmorales, dirigidas a la explotación del trabajo o a las manipulaciones de mercado, llegando incluso a escandalosos tráficos de corrupción».

El Papa Bergoglio, evocando el magisterio petrino de sus predecesores,  renovó sus llamamientos a globalizar la solidaridad.

Alentando a llevar la cooperación en los distintos sectores, a las nuevas fronteras del cambio, hasta las periferias existenciales, donde el sistema socio-político actual parece destinado a sofocar la esperanza, el Santo Padre, con una exhortación y apoyo especial a las ‘empresas recuperadas’, recordó a los que no tienen empleo – entre ellos a los jóvenes, a las mujeres, adultos. La necesidad de impulsar una red de asistencia sanitaria; de justicia social; de armonización entre trabajo y familia, saliendo al paso de las necesidades de niños y ancianos. Y la necesidad de invertir bien, juntando los medios buenos para realizar obras buenas.
(CdM – RV) 

27 de febrero de 2015

"HAY UNA CONTRADICCIÓN EN PEDIR EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO SIN TENER FE"

Entrevista al secretario del Consejo Pontificio para la familia

Mientras la institución familiar permanece en el centro de las preocupaciones del Papa Francisco y de la Iglesia, a medio camino entre los dos sínodos dedicados a la familia, la agencia I.Media se ha encontrado con el secretario del Consejo Pontificio para la familia, monseñor Jean Laffitte.
 
El obispo francés ha hecho balance de los trabajos del último sínodo pero también de las sugerencias del Papa Francisco para simplificar los procesos de nulidad matrimonial.
 
Además, el secretario del dicasterio alienta una “verdadera preparación al matrimonio” y un “acompañamiento de los matrimonios celebrados”, en un contexto de incultura religiosa y de relativismo ético.
 
Con los sínodos de octubre de 2014 y de octubre de 2015, el Papa Francisco ha hecho de la familia una de las prioridades de su pontificado. ¿Cómo explicar esta opción?
 
Al final del pontificado de Benedicto XVI, hubo un sínodo sobre la nueva evangelización. Más de 100 padres sinodales citaron entonces a la familia como medio y lugar necesario para una nueva evangelización.
 
La familia no es sólo objeto de evangelización, es en primer lugar sujeto de evangelización, esencialmente por su testimonio. Por eso conviene que esté impregnada del Evangelio.
 
El Papa Francisco, por otra parte, ha percibido que la familia necesitaba ser alentada, reanimada. Se trata de ir al encuentro de las familias, para medir, en un paso pastoral, los sufrimientos y las heridas que son suyas.
 
Como nos encontramos en un contexto general de relativización de la institución familiar, es más necesario que nunca profundizar el designio de Dios sobre el amor humano, el matrimonio y la familia.
 
¿Cuáles son en su opinión los puntos cruciales que han emergido del sínodo precedente y deberían ser objeto de nuevas reflexiones el próximo octubre?
 
Hay dos acciones que han sido destacadas. La primera es reafirmar el valor fundamental de la institución familiar. Esto explica que hayan podido abordarse diversas cuestiones como el descenso de la natalidad, o los peligros de extender el término “familia” a uniones que no tienen nada de familiar, a uniones de otra naturaleza. Se trata de mostrar que la familia, célula fundamental de la sociedad, contribuye a su bien común.
 
La segunda acción se dirige a los cristianos. El matrimonio es un sacramento. El Concilio Vaticano II dice que en el momento de este sacramento, Cristo va al encuentro de los esposos para permanecer con ellos.
 
Pocas personas tienen conciencia de la santidad del matrimonio cristiano, porque muchos, actualmente, han crecido en un mundo privado de toda cultura cristiana.
 
Algunos piden el sacramento del matrimonio cuando nunca pisan la iglesia y no tienen la menor idea de lo que es un sacramento.
 
La Iglesia tiene el deseo de acoger, y al mismo tiempo, no puede dar un sacramento sin importar las condiciones. De ahí la preocupación de un gran número de padres sinodales de reforzar y profundizar en una verdadera preparación al matrimonio, que para algunos significa un catecumenado real.
 
Otros padres sinodales también se han referido a la necesidad de un acompañamiento de los matrimonios celebrados. Todo eso es lo esencial de lo que los padres sinodales han expresado, aunque algunos –en particular medios de comunicación- hayan acentuado ciertas cuestiones pastorales.
 
Respecto a la mejor preparación al matrimonio, el Papa sugirió recientemente a los miembros del Tribunal de la Rota Romana tener más en cuenta el criterio de la fe de los esposos en el momento de su “intención matrimonial” (un tema ya mencionado por Benedicto XVI). ¿Qué piensa usted?
Benedicto XVI ha reflexionado durante mucho tiempo sobre esta cuestión, desde principios de la década del 2000, como prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe.
 
El derecho de la Iglesia siempre ha establecido que no hay matrimonio posible entre dos bautizados que no sea sacramental. Esto significa que los bautizados pueden pedir legítimamente a la Iglesia este sacramento.
 
Pero hay una contradicción en pedir un sacramento y ser indiferente a lo que es el sacramento, o incluso simplemente al hecho de estar bautizado. Hay ahí un llamamiento, para los pastores, a considerar la manera como van a dar el sacramento y preparar a los novios.
 
¿El hecho de no tener fe invalida el sacramento? La respuesta es no: en sí misma, la ausencia de fe no quita el hecho de que entre dos bautizados el único matrimonio posible sea un sacramento.
 
Por el contrario, entre los motivos de nulidad que existen para un matrimonio sacramental, está el hecho de no adherirse a lo que se llama las propiedades esenciales del matrimonio (unidad, indisolubilidad).
 
En el contexto de incultura religiosa y de relativismo ético que prevalece en numerosas regiones del mundo, existe la duda sobre la verdadera comprensión –y aceptación- de la naturaleza del matrimonio y de sus propiedades esenciales.
 
En términos sencillos, ¿la persona que se presenta para casarse “sacramentalmente”, posee esa comprensión de la unidad y de la indisolubilidad del matrimonio, así como de su apertura a la vida?
 
Cuando dos jóvenes se plantean casarse pero no creen en la indisolubilidad –el carácter definitivo de su unión-, su matrimonio no puede más que ser nulo. Pero su matrimonio, en este caso, será nulo no porque no tengan fe, sino porque su falta de fe entraña una falta de adhesión a lo que hace que un matrimonio sea válido.
 
Hace sólo dos o tres décadas, cuando todo el mundo –creyentes y no creyentes- se adhería a estas propiedades del matrimonio, la cuestión de la falta de fe no se planteaba en estos términos. Actualmente, sólo la Iglesia enseña y transmite las propiedades del matrimonio.
 
El Papa Francisco ha creado una comisión especial encargada de simplificar y agilizar los procedimientos de las causas de nulidad matrimonial. ¿Es una buena solución? 
 
Seguro que se pueden lograr mejoras. Los padres sinodales lo han destacado. Sin embargo, el hecho de que existan procesos muy largos también es resultado de una historia legislativa de derecho y de sus finalidades, claro, de precauciones que la Iglesia ha tomado para preservar el vínculo conyugal.
 
Cuando hay varias mediaciones, varios escalones, el proceso puede parecer pesado. Pero hay que estudiar esta dificultad con una precaución extrema, una gran prudencia, para no dar a entender que ha disminuido la estima de la Iglesia por el vínculo conyugal que siempre ha defendido.
 
Durante el sínodo de octubre de 2014, algunos medios de comunicación mostraron a un Papa “progresista”, dispuesto a una mayor apertura a favor de los divorciados que se han vuelto a casar, del concubinato o incluso de las parejas homosexuales. ¿Esta versión se acerca a la realidad?
 
Se atribuyen al Papa las intenciones y convicciones que no son necesariamente las suyas. Hay que considerar realmente el conjunto de sus declaraciones. En Filipinas, exaltó de nuevo la importancia de la Humanæ Vitæ, ¡el texto más controvertido de los últimos 50 años!
 
Esta interpretación parcial y falseada de la que usted habla viene del hecho de que no se mide hasta qué punto el Papa está deseoso de llegar a las personas teniendo en cuenta sus pruebas y sus heridas.
 
Él se adhiere plenamente a las verdades del magisterio de la Iglesia; pero llama la atención de toda la Iglesia sobre la necesidad de valorar nuevos desafíos que se plantea, y lo hace con palabras fuertes o imágenes.

26 de febrero de 2015

La Cuaresma: tiempo de conversión y de salvación

El cardenal Mauro Piacenza explica los fundamentoa y la ritualidad del tiempo litúrgico que está iniciando.


La Cuaresma es un tiempo que responde a una exigencia insuprimible del corazón del hombre: la del cambio y la conversión. Un camino que no puede no pasar por la “virtud de penitencia” que implica la participación a los sufrimientos de Nuestro Señor, a su Muerte y Resurrección. Para ilustrar las características del tiempo litúrgico que comenzó la semana pasada, ZENIT ha entrevistado al cardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor de la Santa Romana Iglesia.

***

Con la Cuaresma inicia un tiempo perfectamente penitencial. ¿Tiene aún sentido hoy hablar de penitencia? ¿En qué términos?
-- Con el rito de la imposición de la ceniza, toda la Iglesia entra en el tiempo de Cuaresma, con la conciencia de entrar en un “espacio sagrado” que Dios ha dispuesto para sus hijos, para que puedan, ahora y siempre, convertirse. La Cuaresma, con el espíritu penitencial que deriva de ella, nos recuerda que todos estamos necesitados de conversión. Incluso desde el punto de vista sociológico, es bajo los ojos de todos como los hombres tienen una indomable “sed de cambio”. Y qué es esta sed, si no llama a la conversión, que puede realmente suceder, solo en el encuentro con Cristo, verdadera razón para cambiar. Sin un encuentro personal con el Resucitado, cada aliento de auténtico cambio permanece puro deseo. La penitencia, además, es sobre todo memoria de la ofrenda que Jesús ha hecho de sí mismo al Padre, por nosotros y por nuestra salvación. Nosotros cristianos “hacemos penitencia”, solo porque participamos en la vida, la muerte y la resurrección de nuestro Señor. La Cuaresma es un tiempo favorable para vivir con sinceridad la virtud de la penitencia.

¿Qué es exactamente la “virtud de penitencia”?
-- Como decía, la salvación se nos dona gratuitamente por Jesucristo. Tal don pide ser acogido por nuestra libertad, pide, en cierto sentido, participar de él. Como cada virtud, también la virtud de penitencia es un “hábito”, una “estabilidad en el bien”. Vivir la virtud de la penitencia significa vivir en la memoria de Cristo, en su presencia, que ha ofrecido su vida, y sin derramamiento de sangre continúa ofreciendo en el santo sacrificio de la misa, por la salvación de todos los hombres. Se comprende inmediatamente como la “virtud de penitencia” no esté unida exclusivamente al tiempo de la Cuaresma, sino que tiene que ver con toda la existencia cristiana: la ofrenda cotidiana y libre de nosotros mismos a Dios es el ejercicio más sencillo y humilde, pero más concreto y realista que la virtud de penitencia, como participación al sufrimiento del Señor.

¿Cualquier sufrimiento puede ser ofrecido? ¿En qué sentido?
-- El misterio del sufrimiento, que en muchos casos no encuentra explicación, ha sido iluminado por el “Dios crucificado”. En Jesús de Nazaret, no solo Dios se ha hecho hombre, sino también ha querido atravesar el misterio del sufrimiento, de todo el sufrimiento humano, hasta experimentar la “distancia” del Padre y la muerte, porque nada de la vida de los hombres, excepto el pecado personal, permanecería extraño a la vida del Verbo encarnado. En tal sentido, en Cristo, nuestra vida se ha convertido en historia de salvación y, viviendo, nosotros damos gloria al Padre. Todo en la vida del cristiano está unido, por vía sacramental, a través del bautismo, al misterio de Cristo. En tal sentido, también el sufrimiento, sufrido con fatiga, acogida humildemente o elegida deliberadamente, es participación al único sufrimiento redentor del Dios hecho hombre. “Ofrecer” al Señor nuestros sufrimientos cotidianos, pequeños o grandes que sean, significa unirnos “en la carne” a Él y dejar que Él nos tome consigo, haciéndonos partícipes del gran diseño de salvación del mundo y del hombre, aún plenamente en acto. El Reino de Dios triunfa sobre todo en los corazones de los hombres, así como la Iglesia viva en las conciencias.

¿No es hoy incomprensible el rito de las cenizas? ¿Echar en la cabeza un poco de ceniza qué puede significar para el hombre del 2015?
-- Se trata de un rito muy antiguo, con un sentido penitencial ya definido en el Antiguo Testamento. La misma fórmula de imposición recita: “recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” (o conviértete y cree en el Evangelio) casi para recordar --¿y quién más que el hombre moderno lo necesita urgentemente?-- que esta existencia terrena no es el único horizonte de la vida, de la vida verdadera. Se podría decir que, con el rito de las cenizas, toda la Iglesia, cada año lanza un desafío, siempre actual, sobre todo en lo relacionado con la cultura hedonista occidental, recordando al hombre su límite, dentro del cual cada día “grita” una necesidad de infinito, de eternidad. Este es el sentido de las cenizas: recordando al hombre ser criatura y no Creador, se le recuerda tener la necesidad de Dios y lo invitan a la humildad que es verdad y a convertirse a Dios con todo el corazón. No olvidemos que las cenizas que se utilizan para el rito, se obtienen quemando el olivo del domingo de Ramos del año anterior, en una continuidad ideal entre el ingreso en Jerusalén, con el inicio de la “gran Semana” de la salvación (la Semana Santa) y el ingreso de los creyentes en el camino penitencial que llevará a la Pascua. Nada en la liturgia es casual, ni se puede nunca improvisa
r.

NULIDAD MATRIMONIAL

Nulidad Matrimonial. Preguntas y respuestas

Paola Buselli Mondin, abogada de la Rota romana, y monseñor Felipe Heredia, juez del Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España, contestan como juez y parte algunas de las cuestiones más comunes sobre la nulidad 

1. ¿Qué es la nulidad?

Monseñor Heredia la define como “la declaración pública, dictada por los tribunales eclesiásticos tras un proceso judicial, por la que se declara que un matrimonio concreto nunca llegó a surgir por ausencia de algún requisito necesario para la validez”. Esto significa que la declaración de nulidad no anula un matrimonio válido, sino que reconoce que tal matrimonio no lo fue nunca: “La finalidad de una causa de nulidad matrimonial –explica Paola Buselli– no es rescindir un matrimonio sino verificar el valor de un vínculo conyugal. No se trata de anular sino de declarar la nulidad de ese vínculo”.

2. ¿Qué es la disolución? 

A diferencia de la nulidad, la disolución sí supone la ruptura por parte de la autoridad competente, en determinados supuestos, y por una causa justa, de un matrimonio válido. “En el ámbito civil –aclara Mons. Heredia– estaríamos ante la institución del divorcio, que supone la ruptura de un matrimonio por cualquier causa”. Sin embargo, un matrimonio no se disuelve por un acto de voluntad de los cónyuges, sino que, como afirma Paola Buselli, la disolución solo se produce “en correspondencia con eventos cuya constatación, in se, impide al matrimonio cumplir con los compromisos a los que está naturalmente destinado. Esos eventos son la muerte y la inconsumación”.

Ninguna causa, excepto la muerte, puede provocar la disolución de un matrimonio rato (válidamente celebrado) y consumado (en el que los cónyuges han tenido entre ellos una intimidad apta para la generación de la prole).

En el caso de un matrimonio no consumado, la disolución corresponde al Papa a petición de uno o ambos cónyuges. Esto se debe, según Paola Buselli a que “la inconsumación constituye un hecho que, in se, hace imposible la consecución de los fines del matrimonio: la fecundidad y el bien de los cónyuges. La sexualidad en el matrimonio tiene origen y se justifica en el amor conyugal recíproco, en la donación de sí mismo que cada uno da al otro. Es importante precisar esto porque el ejercicio de la sexualidad entre los cónyuges es necesario para la procreación y para el amor conyugal”.

3. ¿Qué causas son motivo de nulidad?

El Código de Derecho Canónico recoge los tres elementos que determinan la nulidad o validez de un matrimonio: impedimentos, vicios del consentimiento y defectos de forma.
Según Mons. Heredia, los impedimentos pueden definirse como prohibiciones legales para contraer matrimonio basadas en unas circunstancias objetivas de los novios y que pueden tener su origen en el derecho natural o por disposición positiva. Únicamente pueden ser establecidos por el Papa y deben estar tipificados en el Código.

Los vicios del consentimiento pueden radicar en el ámbito del entendimiento: (ignorancia y error) o en el de la voluntad: (simulación del consentimiento matrimonial y matrimonio contraído bajo condición por violencia o miedo). Resumidamente, Paola Buselli recuerda que, para el derecho canónico, una pareja no es apta ni idónea para generar una verdadera comunidad de vida y amor conyugal si: uno o ambos contrayentes excluyen –por un acto positivo de la voluntad– la fecundidad, fidelidad e indisolubilidad del vínculo; son incapaces para discernir libremente o asumir las obligaciones del vínculo matrimonial por causas de naturaleza psíquica; ignoran el significado esencial del matrimonio; yerran sobre la persona del otro cónyuge o sobre una cualidad entendida directa y principalmente; están engañados por dolo; se casan impulsados por la convicción errada de que el matrimonio no sea un vínculo exclusivo, indisoluble y dotado de dignidad sacramental; someten su propio consentimiento matrimonial a una condición o si está inducido por violencia o temor grave.

Por último, los defectos de forma son los que se refieren a la manifestación externa del consentimiento y a los requisitos de forma o solemnidades jurídicas que exige la ley canónica.

4. ¿Cuándo se puede solicitar la anulación de un matrimonio?

Frecuentemente, el deseo de casarse de nuevo motiva la necesidad de pedir la nulidad del matrimonio anterior. Lo cierto es que, como explica Mons. Heredia, la nulidad se puede pedir siempre que uno o ambos contrayentes –o un tercero legitimado– tengan dudas razonables sobre la validez del matrimonio que se contrajo. Pero Paola Buselli puntualiza que “el fracaso del matrimonio constituye en sí mismo un estímulo para madurar el interés de introducir una causa de nulidad matrimonial, prescindiendo del interés por contraer nuevas nupcias”.

5. ¿Por qué es necesario un proceso para declarar la nulidad?

La necesidad de que la nulidad de un matrimonio se constate mediante un trámite procesal se ha defendido arduamente por la doctrina procesalista. Paola Buselli sostiene que las reflexiones que defienden el proceso lo avalan no solo como un instrumento que defiende los derechos de los fieles, sino también como un elemento cuyo método –el dialógico–es especialmente eficaz para constatar la nulidad de un vínculo. Precisamente, esa dimensión dialógica de los juicios matrimoniales genera una nueva perspectiva, que es la vía educativa. 

Paola Buselli añade, además, que “si se prescindiera del proceso, el problema relativo a las causas, motivos y razones de la ruptura matrimonial no sería sentido o aceptado como tal por la comunidad a nivel público e institucional. No afloraría, sería negado, o volvería al ámbito (privado) de una profundización psicológica y sociológica, no siempre, por lo demás, antropológicamente creíble”.

6. ¿Quién forma el Tribunal de la Rota?

El Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España tiene su sede en Madrid. Es un tribunal colegiado, formado por siete jueces presididos por un decano; también cuenta con  un fiscal y un defensor del vínculo matrimonial. Para redactar y custodiar los autos judiciales hay también notarios, y escribientes que se encargan de transcribirlos.

España cuenta con este tribunal (que los demás países no tienen) por un privilegio que concedió Clemente XIV el 26 de marzo de 1771. Los estatutos vigentes en la actualidad fueron otorgados por Juan Pablo II en 1999.

Además, en cada diócesis existen tribunales diocesanos presididos por un Vicario judicial asistido por unos jueces vocales. Los vicarios judiciales deben ser necesariamente clérigos, pero los jueces pueden ser laicos (tanto hombres como mujeres). Para ello es necesaria la autorización de la Conferencia Episcopal de ese país. También forman parte de la plantilla estable de un tribunal diocesano el defensor del vínculo y el promotor de la justicia. El primero actúa en defensa del vínculo matrimonial, buscando elementos razonablemente contrarios a la nulidad. El segundo interviene en las circunstancias prescritas por el Derecho.

7. ¿Cómo funciona el Tribunal?

El actor o parte actora (se llama así a quien presenta la demanda de nulidad) presenta la demanda ante el tribunal diocesano o foro competente. A partir de ese momento, el Vicario judicial constituye el colegio enjuiciador. “Las causas de nulidad matrimonial –aclara Paola Buselli–se enjuician colegialmente, por un turno de tres jueces. El turno de los jueces no actúa de manera colegial durante todo el proceso, sino solo en relación con algunas actividades, como la decisión final de la causa o la decisión de alguna cuestión incidental surgida durante el proceso”.

Cuando se recibe la demanda y se constata su legitimidad, el presidente del colegio cita a la otra parte (el otro cónyuge) salvo que hayan presentado la demanda conjuntamente. 

Buselli destaca que es el juez quien –a partir de la causa que piden las partes–determina solemnemente cuál es el motivo de nulidad sobre el que versará el proceso. A continuación se abre la fase instructora, durante la que se reúnen las pruebas, se interroga a las partes y sus testigos, y se recogen los peritajes y pruebas que puedan ser útiles. La fase de instrucción se cierra cuando el presidente del colegio promulga un auto de publicación de los actos para que las partes puedan examinar los resultados de la instrucción. Cuando termina el plazo establecido, las partes deben presentar sus escritos de defensa conclusivos, y una vez que el colegio los recibe, debe pronunciarse la defensa del vínculo. Una vez resuelto este trámite, la causa está vista para sentencia. 
Igual que los tribunales diocesanos se encuentran bajo la autoridad del obispo, el Tribunal de la Rota de Madrid depende del nuncio apostólico. Juzga por turno de tres jueces y lo que le corresponde específicamente es, en palabras de Mons. Heredia: 

–Juzgar en segunda instancia las causas que fueron juzgadas en primera instancia.
–Juzgar en tercera instancia las causas juzgadas en segunda instancia por los tribunales metropolitanos del territorio de España, o por tribunales interdiocesanos de segunda instancia, o por la misma Rota.

–Juzgar en una instancia ulterior las causas que requieran una nueva proposición, si proceden de la misma Rota, de tribunales metropolitanos o de tribunales interdiocesanos de segunda instancia. 

Este tribunal juzga, además, en primera instancia, las causas que el nuncio apostólico, a petición de algún obispo que en España sea competente en la causa, confíe al mismo tribunal por graves razones.

La Rota española, por tanto, interviene prevalentemente para confirmar o reformar las sentencias emitidas por los tribunales locales de primera o segunda instancia. La Rota romana es el único tribunal que puede ser invocado por todos los tribunales de la Iglesia universal, y, por otro lado, es el único tribunal del mundo al que pueden apelar todos los fieles de la Iglesia Católica. “La tercera instancia –aclara Paola Buselli– es muy frecuente. Cada sentencia afirmativa de nulidad debe ser ratificada en un grado de juicio superior, así que cuando es un tribunal metropolitano el que dicta una sentencia negativa de nulidad, en segunda instancia, se podrá –si las partes así lo determinan–acudir a la tercera instancia: los españoles a la Rota española o a la Rota romana; el resto de fieles de la Iglesia Católica deberán acudir a la Rota Romana, que resolverá conforme a Derecho”.  

8. ¿Qué garantía tiene?

La primera es un principio fundamental y supremo del proceso matrimonial, y reside en su fin: la constatación de la verdad.

Además Paola Buselli distingue otras dos tipologías de garantía: una de orden estructural y otra de orden dinámico.  

La garantía de orden estructural se refiere a la posibilidad de apelación, y la de orden dinámico corresponde al reconocimiento del derecho de defensa a ambos cónyuges, partes en la causa.

9. ¿Por qué se le acusa de ser un proceso tan caro?

“Por desconocimiento” –responde Mons. Heredia–“El proceso de nulidad implica, como mínimo dos instancias, pero las tasas de los tribunales eclesiásticos están fijadas con la intención de garantizar el acceso a la justicia canónica a cualquiera”. En primera instancia unos 800 euros, y en segunda unos 600. Al margen de eso, los honorarios de abogados y procuradores son, en algunas diócesis fijados por los propios tribunales, y, en otras, se escapan al control de estos. 

Paola Buselli cree que esta acusación “es falsa y está fundada en abusos (por lo demás, minoritarios) que no respetan la normativa vigente ni la praxis consolidada”. La abogada italiana sostiene, además, que todos los tribunales incluyen la figura del patrono estable, que ofrece su patrocinio de forma gratuita. Mons. Heredia añade que “es necesario tener presente que existe el beneficio de justicia gratuita, otorgada por el tribunal según los ingresos económicos de las partes”. El tribunal concede gratuito patrocinio, que comprende la exención de las tasas del tribunal y los honorarios del abogado y del procurador. En ocasiones se establece una reducción progresiva conforme a la situación economica de los interesados. En todo caso, jamás se deniega la justicia eclesiástica por motivos económicos. “Nadie puede decir que no acude a los tribunales de la Iglesia porque estos exigen un gasto inasequible para las partes”, concluye.

10. ¿Qué es el privilegio paulino?

Cuando dos personas se casan sin estar bautizadas, se habla de matrimonio natural. Es un matrimonio válido, pero no tiene carácter sacramental y a él se refieren los supuestos de “disolución en favor de la fe” o favor fidei. 

Dentro del favor fidei se encuentra el Privilegio Paulino, que debe su nombre a que fue enunciado por San Pablo en su primera carta a los corintios. Mons. Heredia lo define como “la potestad de la Iglesia para disolver matrimonios no sacramentales si el mantenimiento de dichos matrimonios entraña un peligro para la fe del cónyuge cristiano. Posteriormente, se ha ido ampliando su contenido y extensión, acogiéndose otros valores y bienes espirituales además del de la fe strictu sensu”. 

Paola Buselli especifica que “para invocar de manera legítima el Privilegio Paulino es necesario: a) que uno de los cónyuges reciba el bautismo después de la celebración del matrimonio, mientras el otro permanece alejado de la fe cristina y no pretende bautizarse; b) que la parte no bautizada rechace convivir pacíficamente sin poner en peligro la fe del cónyuge bautizado”.

11. ¿Qué pasa con los hijos?

Aunque su situación se regula, normalmente, por las disposiciones del convenio establecido en las sentencias dictadas por la autoridad civil, Mons. Heredia recuerda que el código de Derecho Canónico recomienda que los padres atiendan las necesidades vitales y morales de sus hijos: “Es cierto que, con frecuencia, los hijos sufren la ruptura y el fracaso matrimonial de los padres, padeciendo secuelas de naturaleza afectiva y psicológica”.

Rueda de prensa final de la reunión de la Comisión Permanente

NOTA DE PRENSA DE LA REUNIÓN DE LA COMISIÓN PERMANENTE DE CEE

Jueves, 26 de Febrero de 2015

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha celebrado en Madrid su CCXXXIV reunión los días 24 y 25 de febrero.

Documentos para la próxima Asamblea Plenaria

Los obispos han conocido los trabajos realizados sobre tres documentos que se están elaborando actualmente:

- El documento "Iglesia servidora de los pobres", de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, presentado por su presidente, Mons. Juan José Omella;

- El informe sobre Distribución del Clero en España, realizado por la Comisión Episcopal del Clero y presentado por su presidente, Mons. Jesús Catalá;

- El Plan Pastoral de la CEE para el período 2016-2020, que ha presentado el obispo de Almería, Mons. Adolfo González Montes, miembro de la ponencia.

Los tres continuarán su estudio y serán presentados en la próxima Asamblea Plenaria, que se celebrará del 20 al 24 de abril, y cuyo temario también ha sido aprobado por la Comisión Permanente.

Sínodo de la Familia
Los obispos han sido informados de los trabajos realizados por la Subcomisión de Familia y Vida en torno a los Lineamenta y las preguntas enviadas por la Santa Sede, y a los criterios generales para la elaboración de la síntesis que se enviará a la Secretaría del Sínodo. El Sínodo Ordinario sobre la familia se celebrará en el Vaticano, el próximo mes de octubre con el título "La Vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo".

Peregrinación de la Asamblea Plenaria a Ávila

En la reunión de la Comisión Permanente, el obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, ha informado sobre el desarrollo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús, que se cumple el 28 de marzo de 2015.

Uno de los actos programados por la CEE será la peregrinación de los obispos españoles a Ávila el próximo 24 de abril, como clausura de la reunión de la Asamblea Plenaria. Los prelados visitarán el Monasterio de la Encarnación y celebrarán la Eucaristía en el convento de La Santa. Seguidamente, se ha previsto una reunión en sesión plenaria, en el seminario diocesano. Por la tarde, los obispos visitarán el monasterio de San José.

La CEE también organiza, a través de su departamento de Juventud, un Encuentro Europeo de Jóvenes que tendrá lugar en Ávila del 5 al 9 de agosto.

Convenio Fundación ENDESA

La Comisión Permanente ha aprobado las ayudas concedidas con cargo al convenio con la Fundación ENDESA para la iluminación de las siguientes catedrales y otros templos:

Templo Ciudad

Colegiata de Santa María de la Asunción Medinaceli (Soria)
Parroquia de San Pau de Narbona Angelesola (Lérida)
Iglesia Parroquial de Santa María del Rosario Gádor (Almería)
Santa Iglesia Catedral Zamora
Iglesia de San Francisco Guadix
Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas Madrid
Concatedral de San Julián Ferrol (La Coruña)

Mons. Carlos Escribano, nuevo Consiliario Nacional de Manos Unidas
Los obispos de la Comisión Permanente han sido informados del nombramiento, por parte del Comité Ejecutivo, de Mons. Carlos Escribano, obispo de Teruel, como Consiliario Nacional de Manos Unidas. Sucede a Mons. Juan José Omella, obispo de Calahorra y la Calzada-Logroño, quien ocupaba el cargo desde el año 1999.

José Gabriel Vera, confirmado Director de la Oficina de Información
La Comisión Permanente ha confirmado al sacerdote navarro José Gabriel Vera Beorlegui como Director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española, a tenor del Art. 6 §11 del Reglamento del Secretariado del Episcopado Español, cargo que desempeñaba en funciones desde el pasado mes de enero.

Temas de seguimiento y otros nombramientos
Como es habitual, los obispos de la Comisión Permanente han sido informados sobre algunos asuntos de seguimiento y de las distintas comisiones episcopales.

Dentro del capítulo de nombramientos, la Comisión Permanente ha autorizado a la Comisión Episcopal de Migraciones, que preside Mons. Ciriaco Benavente Mateos, los nombramientos de Francisca Sánchez Vara como directora de la Sección de Infancia y Juventud en Riesgo y de Ramón Camaño Pacín como director del Apostolado del Mar. Sustituyen en el cargo, respectivamente, a Oscar Olmos Alberto Sirvent.

También ha autorizado a la Comisión Episcopal de Pastoral, que preside Mons. Sebastián Taltavull Anglada, el nombramiento del sacerdote de Sigüenza-Guadalajara Eugenio Abad Vega como Director del Departamento de Santuarios, Peregrinaciones y Piedad Popular, que se hará efectivo a partir del 1 de abril de 2015. Actualmente ocupa el cargo el P. Josep-Enric Parellada Bentz Mohamed.

Además han aprobado los siguientes nombramientos:
Sra. Dª. Susana Fernández Guisasola, laica de la Archidiócesis de Oviedo, como Presidenta Nacional del Movimiento "Adoración Nocturna Femenina de España (ANFE)" (reelección).

Sr. D. Francisco Puyó Verdú, laico de la Archidiócesis de Madrid, como Presidente de la Asociación "PROMOCIÓN EKUMENE" de la Obra Misionera Ekumene.

Sr. D. Ricardo Loy Madera, laico de la Archidiócesis de Madrid, como Secretario General de "Manos Unidas".

Sr. D. Daniel Sánchez Machota, laico de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, como Presidente de los "Scouts Católicos de Castilla-La Mancha".

Rvdo. Sr. D. José Felipe Hernández López, sacerdote de la Diócesis de Ciudad Real, como Consiliario de los "Scouts Católicos de Castilla-La Mancha".

Sr. D. Pedro Cea Pérez, laico de la Archidiócesis de Toledo, como Presidente General de la Asociación "Cristianos sin Fronteras" (CSF).

Sr. D. José Ángel Garro Muxica, laico de la Diócesis de San Sebastián, como Presidente de la "Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia en España" (ABIE).


Los obispos de EE.UU publican en su web materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el sacramento de la Penitencia

Tras la publicación por parte de sus obispos de la la Exhortación Pastoral «El Regalo de Dios del Perdón», la Iglesia en los Estados Unidos, desde la página web de la Conferencia Episcopal de la nación norteamericana (USCCB), ha publicado una serie de materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el Sacramento de la Penitencia. Entre otros recursos figura una guía orientativa para realizar el examen de conciencia previo a la recepción del sacramento.

Guadium Press) «En el Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, también conocido como confesión, nos encontramos con el Señor que nos quiere ofrecer su perdón y su gracia para vivir una vida renovada en Él. Por medio de este sacramento, Él nos prepara para recibirlo en la Eucaristía limpios de pecado grave, con una fe viva, una esperanza intensa y un amor purificador», dicen los obispos estadounidenses en la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.

Dicen también que es por la gracia del Espíritu Santo que los bautizados buscan el perdón y el arrepentimiento y «nos liberamos de los hábitos del pecado, crecemos en una vida de virtud, y somos testigos de una conversión gozosa».

Por eso, como recuerdan los obispos, los sacerdotes están siempre dispuestos a acompañar, guiar y, sobre todo, administrar el Sacramento del perdón a los fieles que con corazón arrepentido se acerquen a Dios:

«Si tienen alguna dificultad o duda, o sienten incertidumbre sobre cómo acercarse al Señor en este sacramento, los obispos y sacerdotes estamos deseosos de ayudarles, y si desde hace tiempo no reciben este sacramento sanador, nosotros estamos preparados para acogerlos. Cristo nos ha designado para administrar el perdón en Su nombre, y durante toda nuestra vida también acudimos al sacramento, tanto como penitentes como ministros, y particularmente en este momento de gracia especial que es la Cuaresma».

Para facilitar el acercamiento al Sacramento, la USCCB, desde su sitio web, cuenta convarios recursos sobre la confesión; entre ellos el texto completo de la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", en el que se incluye una guía sobre cómo confesarse; así como el documento titulado «Penitencia: Reconciliados con la relación correcta, llamados a curar y restaurar».

También hay orientaciones para realizar el examen de conciencia de acuerdo con los Mandamientos, a la luz de la enseñanza social católica y cómo han de hacer dicho examen los niños, los jóvenes adultos, las personas solteras y los casados.

Igualmente, se ofrece una catequesis sobre las prácticas penitenciales de la oración, el ayuno y la limosna, las cuales se incrementan durante la Cuaresma, y sobre las enseñanzas de la Iglesia en relación con el Credo, la moralidad, María y los Santos, entre otros; además de un corto video explicativo sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.

La Iglesia Católica, en el Catecismo (numerales del 1455 al 1458) señala que la confesión de los pecados «nos libera y facilita nuestra reconciliación con los demás», ya que a través de ella, «el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia con el fin de hacer posible un nuevo futuro».

De acuerdo con el mandamiento de la Iglesia «todo fiel llegando a la edad de uso de razón debe confesar, al menos una vez al año, fielmente sus pecados graves». También recomienda, «sin ser estrictamente necesario», confesar los pecados veniales, ya que «ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu».


25 de febrero de 2015

LA GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA

Esa es la idea que se repite en el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma del año 2015. Según él, la indiferencia alcanza hoy una dimensión mundial. Cuando estamos bien, nos olvidamos de los demás, de sus problemas y sufrimientos y también de las injusticias que padecen los que no están bien.  “También para los cristianos, la indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real”.

Tras esta mirada a nosotros mismos, hemos de volver nuestros ojos a Dios. La fe nos dice que Dios es amor y no puede ser indiferente ante nosotros. Nos conoce, nos cuida y nos busca cuando lo abandonamos. La Encarnación de su Hijo, su vida, su muerte y resurrección son la mayor prueba del amor de Dios.

Con esos misterios se abre la puerta entre Dios y los hombres. Y ahí aparece la Iglesia, “como la mano que tiene abierta esta puerta”. La imagen es muy acertada y explica la persecución. Una sociedad que tiende a cerrarse en sí misma y a cerrar la puerta por la que Dios entra en el mundo y el mundo en Él, intentará rechazar, aplastar o herir esa mano que mantiene abierta la puerta de Dios.

En ese contexto, el Papa Francisco sugiere algunas tareas concretas a la Iglesia, a las parroquias y comunidades y a cada persona creyente.

  1. La Iglesia da testimonio del amor de Dios, que rompe la cerrazón mortal de la indiferencia. Ella es el cuerpo de Cristo y la comunión de los santos. Por tanto, “en esta comunión de los santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos”.
  2. Las parroquias y las comunidades han de conocer a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y hacerse cargo de ellos. Es falso decir que se ama a los que están lejos en el mundo, mientras se olvida al pobre Lázaro, sentado ante nuestra puerta cerrada. “Toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados”.

Seguir a Jesucristo  por el camino la lleva hasta los confines de la tierra.  Según el Papa, las parroquias y comunidades han de ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia.

  1. Ante la tentación individual de la indiferencia, siempre podemos orar. El Papa nos propone la   iniciativa “24 horas para el Señor”, en los días 13 y 14 de marzo. A la oracion se han de unir nuestros gestos de caridad. “La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad”.

La necesidad del hermano nos recuerda la fragilidad de nuestra vida, su sufrimiento nos llama a la conversión. Superar la trampa de la indiferencia requiere esfuerzo. Pero la oración nos ayudará a tener  “un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia”.

JOSÉ ROMÁN FLECHA ANDRÉS

CUARESMA, CONVERSIÓN

La Cuaresma es una oportunidad para «volver a ser» cristianos, a través de un proceso constante de cambio interior y de avance en el conocimiento y en el amor de Cristo. La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida. Ciertamente este itinerario de conversión evangélica no puede limitarse a un período particular del año: es un camino de todos los días, que tiene que abarcar toda la existencia, cada día de nuestra vida.

Desde este punto de vista, para cada cristiano y para todas las comunidades eclesiales, la Cuaresma es la estación espiritual propicia para entrenarse con mayor tenacidad en la búsqueda de Dios, abriendo el corazón a Cristo.

 San Agustín dijo en una ocasión que nuestra vida es un ejercicio único del deseo de acercarnos a Dios, de ser capaces de dejar entrar a Dios en nuestro ser. «Toda la vida del cristiano fervoroso –dice– es un santo deseo». Si esto es así, en Cuaresma se nos invita aún más a arrancar «de nuestros deseos las raíces de la vanidad» para educar el corazón en el deseo, es decir, en el amor de Dios. «Dios –dice san Agustín– es todo lo que deseamos» (Cf. «Tract. in Iohn.», 4). Y esperamos que realmente comencemos a desear a Dios, y de este modo desear la verdadera vida, el amor mismo y la verdad.

Es particularmente oportuna la exhortación de Jesús, referida por el evangelista Marcos: «Convertíos y creed en la Buena Nueva» (Cf. Marcos 1, 15). El deseo sincero de Dios nos lleva a rechazar el mal y a realizar el bien. Esta conversión del corazón es ante todo un don gratuito de Dios, que nos ha creado para sí y en Jesucristo nos ha redimido: nuestra felicidad consiste en permanecer en Él (Cf. Juan 15, 3). Por este motivo, Él mismo previene con su gracia nuestro deseo y acompaña nuestros esfuerzos de conversión.

Pero, ¿qué es en realidad convertirse? Convertirse quiere decir buscar a Dios, caminar con Dios, seguir dócilmente las enseñanzas de su Hijo, Jesucristo; convertirse no es un esfuerzo para realizarse uno mismo, porque el ser humano no es el arquitecto del propio destino. Nosotros no nos hemos hecho a nosotros mismos. Por ello, la autorrealización es una contradicción y es demasiado poco para nosotros. Tenemos un destino más alto. Podríamos decir que la conversión consiste precisamente en no considerarse «creadores» de sí mismos, descubriendo de este modo la verdad, porque no somos autores de nosotros mismos.

Conversión consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, nuestro verdadero Creador, que dependemos del amor. Esto no es dependencia, sino libertad. Convertirse significa, por tanto, no perseguir el éxito personal, que es algo que pasa, sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Señor para que Jesús se convierta para cada uno, como le gustaba decir a la beata Teresa de Calcuta, en «mi todo en todo». Quien se deja conquistar por él no tiene miedo de perder la propia vida, porque en la Cruz Él nos amó y se entregó por nosotros. Y precisamente, al perder por amor nuestra vida, la volvemos a encontrar. 
Benedicto XVI, 21 Feb, 2007



24 de febrero de 2015

CCXXXIV REUNIÓN DE LA COMISIÓN PERMANENTE DE LA CEE

Mañana martes, día 24 de febrero, comienza en Madrid la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) cuyos trabajos se prolongarán durante dos días.

En esta reunión, los obispos estudiarán cuatro documentos de trabajo:

- El borrador del Documento "Iglesia, servidora de los pobres", de la Comisión Episcopal de Pastoral Social;

- El informe sobre Distribución del Clero en España, presentado por la Comisión Episcopal de Clero;

- Los obispos reflexionarán también sobre la Síntesis de las respuestas a los "Lineamenta" del Sínodo ordinario de los Obispos, que tendrá lugar en octubre de 2015, elaborada por la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida; y

- Mons. Adolfo González Montes, obispo de Almería y miembro de la Ponencia, presen-tará el borrador del Plan Pastoral de la CEE para el período 2016-2020.

Además, se someterá a la aprobación de la Permanente el Leccionario en Euskera, que presenta la Comisión Episcopal de Liturgia, y las Ayudas para la iluminación de Catedrales y Templos, a cargo del convenio con la Fundación Endesa.

Como es habitual, habrá también diversas informaciones de las Comisiones y nombramientos y se informará sobre diversos asuntos de actualidad y de seguimiento. Finalmente se aprobará el Temario para la próxima reunión de la Asamblea Plenaria, que tendrá lugar del 20 al 24 de abril de 2015.

22 de febrero de 2015

Angelus Domini - 2015.02.22


 El desierto es el lugar en el cual se puede escuchar la palabra de Dios y la voz del tentador. En el rumor, en la confusión, esto no se puede hacer; se escuchan sólo las voces superficiales. En cambio, en el desierto, podemos bajar en profundidad, donde se juega verdaderamente nuestro destino, la vida o la muerte. ¿Y cómo escuchamos la voz de Dios? La escuchamos en su Palabra. Por esto es importante conocer las Escrituras, porque de otra manera no sabemos responder a las insidias del Maligno. Y aquí quisiera volver a mi consejo de leer cada día el Evangelio: cada día leer el Evangelio, meditarlo un poquito, diez minutos; y llevarlo también siempre con nosotros: en el bolsillo, en la cartera… Tener siempre el Evangelio a mano. El desierto cuaresmal nos ayuda a decir no a la mundanidad, a los ‘ídolos’, nos ayuda a hacer elecciones valientes conformes al Evangelio y a reforzar la solidaridad con los hermanos.

"VOLVER CON TODO EL CORAZÓN A DIOS", EL PAPA EN EL ÁNGELUS

Texto completo de las palabras del Papa a la hora del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

El miércoles pasado, con el rito de las Cenizas, ha comenzado la Cuaresma y hoy es el primer domingo de este tiempo litúrgico que se refiere a los cuarenta días transcurridos por Jesús en el desierto, después del bautismo en el río Jordán. San Marcos escribe en el Evangelio de hoy: “En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras y los ángeles lo servían” (1, 12-13). Con estas pocas palabras el evangelista describe la prueba afrontada voluntariamente por Jesús, antes de iniciar su misión mesiánica. Es una prueba de la cual el Señor sale victorioso y que lo prepara a anunciar el Evangelio del Reino de Dios. Él, en aquellos cuarenta días de soledad, enfrentó a Satanás “cuerpo a cuerpo”, desenmascaró sus tentaciones y lo venció. Y en Él hemos vencido todos, pero nos toca a nosotros proteger en nuestro cotidiano esta victoria.

La Iglesia nos hace recordar tal misterio al comienzo de la Cuaresma, porque ello nos da la perspectiva y el sentido de este tiempo, que es tiempo de lucha – en la Cuaresma se debe luchar – un tiempo de lucha espiritual contra el espíritu del mal (cfr Oración colecta del Miércoles de Cenizas). Y mientras atravesamos el ‘desierto’ cuaresmal, tenemos la mirada dirigida hacia la Pascua, que es la victoria definitiva de Jesús contra el Maligno, contra el pecado y contra la muerte. He aquí entonces el significado de este primer domingo de Cuaresma: volver decididamente al camino de Jesús, el camino que conduce a la vida. Mirar a Jesús, qué ha hecho Jesús e ir con Él.

Y este camino de Jesús pasa a través del desierto. El desierto es el lugar en el cual se puede escuchar la palabra de Dios y la voz del tentador. En el rumor, en la confusión, esto no se puede hacer; se escuchan sólo las voces superficiales. En cambio, en el desierto, podemos bajar en profundidad, donde se juega verdaderamente nuestro destino, la vida o la muerte. ¿Y cómo escuchamos la voz de Dios? La escuchamos en su Palabra. Por esto es importante conocer las Escrituras, porque de otra manera no sabemos responder a las insidias del Maligno. Y aquí quisiera volver a mi consejo de leer cada día el Evangelio: cada día leer el Evangelio, meditarlo un poquito, diez minutos; y llevarlo también siempre con nosotros: en el bolsillo, en la cartera… Tener siempre el Evangelio a mano. El desierto cuaresmal nos ayuda a decir no a la mundanidad, a los ‘ídolos’, nos ayuda a hacer elecciones valientes conformes al Evangelio y a reforzar la solidaridad con los hermanos.

Entonces, entremos en el desierto sin miedo, porque no estamos solos: estamos con Jesús, con el Padre y con el Espíritu Santo. Es más, como fue para Jesús, es precisamente el Espíritu Santo que nos guía en el camino cuaresmal, aquel mismo Espíritu descendido sobre Jesús y que nos ha sido donado en el Bautismo. La Cuaresma, por lo tanto, es un tiempo propicio que debe conducirnos a tomar siempre más conciencia de cuánto el Espíritu Santo, recibido en el Bautismo, ha obrado y puede obrar en nosotros. Y al final del itinerario cuaresmal, en la Vigilia Pascual, podremos renovar con mayor conciencia la alianza bautismal y los compromisos que de ella derivan.

Que la Virgen Santa, modelo de docilidad al Espíritu, nos ayude a dejarnos conducir por Él, que quiere hacer de cada uno de nosotros una “nueva creatura”.

A Ella confío en particular, esta semana de Ejercicios Espirituales que iniciará esta tarde y en la cual tomaré parte junto con mis colaboradores de la Curia Romana.  Recen para que en este ‘desierto’ que son los Ejercicios podamos escuchar la voz de Jesús y también corregir tantos defectos que todos nosotros tenemos, y hacer frente a las tentaciones que cada día nos atacan. Les pido, por lo tanto, que nos acompañen con su oración.

(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual – RV)


Palabras del Papa después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas,

Dirijo un cordial saludo a las familias, a los grupos parroquiales, a las asociaciones y a todos los peregrinos de Roma, de Italia y de diversos países.

Saludo a los fieles de Nápoles, Cosenza y Verona, y a los chicos de Seregno venidos por la profesión de fe.

La Cuaresma es un camino de conversión que tiene como centro el corazón. Nuestro corazón se debe convertir al Señor. Por eso, en este primer domingo, he pensado en regalarles a ustedes que están aquí en plaza, un pequeño libro de bolsillo titulado “Custodia el corazón”. Es esto. Este libro recopila algunas enseñanzas de Jesús y los contenidos esenciales de nuestra fe, como por ejemplo los siete Sacramentos, los dones del Espíritu Santo, los diez Mandamientos, la virtud, los trabajos de misericordia, etc. Ahora lo distribuirán los voluntarios, entre los cuales hay muchas personas sin techo, que han venido en peregrinación. Y como siempre también hoy aquí en plaza, aquellos que son la necesidad, son los mismos que traen una gran riqueza: La riqueza de nuestra doctrina, para custodiar el corazón. Tomen un libro cada uno y llévenlo con ustedes, como ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual, que parte siempre del corazón: allí donde se juega la partida de las elecciones cotidianas entre bien y mal, entre mundanidad y Evangelio, entre indiferencia y compartir. La humanidad necesita justicia, paz, amor y sólo los podrán tener volviendo con todo el corazón a Dios, que es la fuente de todo esto. Tomad el libro, y leedlo todos.

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, especialmente en esta semana de los Ejercicios, no olviden rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!

(Traducción del italiano: Mónica Zorita - RV)


PAPA EN EL ÁNGELUS: "VOLVER CON TODO EL CORAZÓN A DIOS",


RV).- “Volver decididamente al camino de Jesús, el camino que conduce a la vida”, es según el Papa Francisco el significado de este primer domingo de Cuaresma. Así lo explicó durante la hora del Ángelus ante una plaza de San Pedro repleta de fieles a pesar del mal tiempo. Explicando el sentido de este tiempo litúrgico, el Obispo de Roma habló del periodo que pasó Jesús en el desierto, después de su bautismo en el río Jordán y la dura prueba que superó en soledad contra las tentaciones. El desierto, recuerda Francisco, es un lugar donde se puede escuchar la voz del Señor, pero también la voz del tentador, y por esto es importante, aseguró, conocer las escrituras, porque “de otra manera no sabemos responder a las trampas del maligno”.

Antes de rezar la oración mariana, encomendó a la Virgen la semana de ejercicios espirituales que comienza este domingo en la cual el Papa participará junto con sus colaboradores de la Curia Romana. Finalmente, Francisco saludó detalladamente a algunas de las familias y grupos parroquiales llegados hasta la Plaza de San Pedro, y les anunció que se les entregaría un pequeño libro titulado “Custodia el corazón”, ya que “La Cuaresma es un camino de conversión que tiene como centro el corazón” y con él, explica el Obispo de Roma, tendrán la ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual. “La humanidad tiene necesidad de justicia, de paz, y sólo las podrán tener volviendo con todo el corazón a Dios, que es la fuente”, añadió. 

(MZ-RV)

AYUDAR A LA FAMILIA ES LA MISIÓN DE LA NUEVA WEB DEL HOGAR DE LA MADRE



(RV).- La asociación internacional de fieles Hogar de la Madre, ha creado la página web ‘infofamilialibre.com’,  un espacio creado por y para la familia. Adopción, matrimonio, o libros con valores, son algunos de los  temas que se tratan con la intención de ayudar a la familia en su día a día. Entrevistamos a Numilen Joost Newbery, responsable del desarrollo de la web, quien explica que este proyecto nace inspirado en la exhortación apostólica “Familiaris Consortio” (1981) de  San Juan Pablo II.
Se tratan temas como la adopción, la educación de los hijos, incluso tiene una sección sobre libros y películas con valores. Son temas de hoy en día, que escuchamos constantemente en la calle, que son tratados por profesionales que ya han pasado por ello, y dan consejos de cómo lo superaron o cómo tratarlo.
“Lo que queremos es ayudar a la familia”, explica Numilen, quien además, citando al Padre Rafael (fundador del Hogar de la Madre) dice que Inforfamilialibre “es una ramita de una pequeña y humilde plantita que quiere hacer la voluntad de Dios”.
 (MZ-RV)

20 de febrero de 2015

JAMÁS USAR A DIOS PARA CUBRIR LA INJUSTICIA, PIDIÓ EL PAPA

(RV).- Los cristianos, especialmente en Cuaresma, están llamados a vivir coherentemente el amor a Dios y el amor al prójimo. Es uno de los pasajes de la homilía que el Papa Francisco pronunció durante la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice puso en guardia contra quien envía dinero a la Iglesia y después se comporta injustamente con sus empleados.

El Papa comenzó su meditación partiendo del pasaje de Isaías de la primera Lectura, subrayando que es necesario distinguir entre “lo formal y lo real”. Y observó que para el Señor “no es ayuno no comer carne” pero después “pelear y explotar a los obreros”. “He aquí porqué – dijo – Jesús ha condenado a los fariseos porque cumplían “tantas observancias exteriores, pero sin la verdad del corazón”.

El amor a Dios y al hombre están unidos, hacer penitencia real

El ayuno que quiere Jesús, en cambio, es el que suelta las cadenas injustas, deja libres a los oprimidos, viste a los desnudos y hace justicia. “Éste  – reafirmó el Papa – es el ayuno verdadero, el ayuno que no es sólo exterior, una observancia externa, sino que es el ayuno que viene del corazón”:

“Y en las tablas de la ley está la ley hacia Dios y la ley hacia el próximo y ambas van juntas. Yo no puedo decir: ‘Pero, no, yo cumplo los tres primeros mandamientos… y los otros más o menos’. No, si tú no haces estos, eso no puedes hacerlo y si tú haces estos, debes hacer esto. Están unidos: el amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla ante Dios y también con tu hermano, con el prójimo”.

Pecado gravísimo usar a Dios para cubrir la injusticia
Se puede tener tanta fe – prosiguió diciendo el Papa – pero, como dice el Apóstol Santiago, si “no haces obras está muerta, para qué sirve”. De este modo, a quien va a Misa todos los domingos y toma la comunión, se le puede preguntar: “¿Y cómo es tu relación con tus empleados? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo? ¿También depositas las contribuciones para la jubilación y para el seguro sanitario?”:

“Cuántos, cuántos hombres y mujeres de fe, tienen fe pero dividen las tablas de la ley: ‘Sí, sí yo hago esto’ – ‘¿Pero tú das la limosna?’ – ‘Sí, sí, siempre envío un cheque a la Iglesia – ‘Ah, bien, está bien. Pero en tu Iglesia, en tu casa, con aquellos que dependen de ti – ya sean hijos, o abuelos, o empleados – ¿eres generoso, eres justo?’. Tú no puedes hacer ofertas a la Iglesia sobre los hombros de la injusticia que haces con tus empleados. Este es un pecado gravísimo: es usar a Dios para cubrir la injusticia”.

“Y esto – explicó el Santo Padre  – es lo que el profeta Isaías, en nombre del Señor, hoy nos hace entender”: “No es un buen cristiano el que no hace justicia con las personas que dependen de él”. Y no es un buen cristiano – añadió el Papa – “el que no se priva de algo necesario, para dar a otro que tenga necesidad”. El camino de la Cuaresma – dijo también el Papa – “es éste, es doble, a Dios y al prójimo: es decir, es real, no es meramente formal. No es sólo no comer carne el viernes, hacer alguna cosita y después hacer crecer el egoísmo, la explotación del prójimo, ignorar a los pobres”.

El Papa relató que hay quien si tiene necesidad de curarse va al hospital y dado que tiene un seguro de salud, es visitado inmediatamente. “Es una cosa buena – comentó el  Papa –, da gracias al Señor. Pero  dime, ¿has pensado en aquellos que no tienen esta relación social con el hospital y cuando llegan deben esperar seis, siete u ocho horas, incluso por una cosa urgente?”.

En Cuaresma, hagamos espacio en el corazón para quien se ha equivocado

Y hay gente aquí, en Roma – advirtió Francisco – que vive así y la Cuaresma sirve “para pensar en ellos: ¿qué puedo hacer por los niños, por los ancianos, que no tienen la posibilidad de ser visitados por un médico?”, que tal vez esperan “ocho horas y después te dan el turno para la semana siguiente”.

“¿Qué haces por aquella gente? ¿Cómo será tu Cuaresma?” – preguntó el Santo Padre –. “Gracias a Dios yo tengo una familia que cumple los mandamientos, no tenemos problemas…” – “Pero en esta Cuaresma  – se preguntó una vez más el  Papa –  ¿en tu corazón hay lugar para aquellos que no han cumplido con los mandamientos? ¿Qué se han equivocado y están en la cárcel?”:

“‘Pero con aquella gente yo no…’  –  ‘Pero tú, él está en la cárcel: si tú no estás en la cárcel es porque el Señor te ha ayudado a no caer. ¿En tu corazón tienen lugar los encarcelados? ¿Tú rezar por ellos, para que el Señor los ayude a cambiar de vida?’ Acompaña, Señor, nuestro camino cuaresmal para que la observancia exterior corresponda a una profunda renovación del Espíritu. Así hemos rezado. Que el Señor nos dé esta gracia”.

(María Fernanda Bernasconi - RV).