Entrevista con el padre Juan
Carlos Scannone, profesor del actual Pontífice argentino, sobre la Teología
del Pueblo, la Doctrina Social de la Iglesia y el populismo
Madrid, 10 de febrero de
2015 (Zenit.org) Iván de Vargas | 113
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El padre Juan Carlos
Scannone, SJ, se encuentra hoy en Madrid invitado por dos instituciones de
la Compañía de Jesús, la iniciativa entre Paréntesis y la
revista Razón y Fe. Este jesuita argentino fue profesor de Jorge
Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, que más tarde sería su provincial y
compañero de comunidad durante varios años.
En la actualidad, el padre
Scannone es profesor emérito de las Facultades de Filosofía y Teología de
San Miguel (Argentina) y redactor de la Civiltà Cattolica (Roma).
Además, sigue ejerciendo como director del Instituto de Investigaciones
Filosóficas en la Facultad de Teología y Filosofía de San Miguel, centro que
tiene su sede en el Colegio Máximo de San José, donde el Santo Padre fue rector
entre 1980 y 1986.
En esta entrevista con ZENIT,
el insigne religioso de la Compañía explica las características de la
llamada “Teología del Pueblo” y su influencia en el pensamiento del
Pontífice argentino, especialmente en la Evangelii gaudium.
***
¿Cuáles son los rasgos
principales de la llamada “Teología del Pueblo”?
– P. Scannone: La “Teología del Pueblo” piensa en el pueblo como nación: con una historia común; un estilo de vida; una cultura; y un proyecto de bien común compartido, aunque haya diferentes interpretaciones, sobre todo de tipo político. Piensa en un pueblo que quiere ser una nación. Pero en América Latina da especial importancia al tema del pobre, porque son los pobres los que más han guardado ese estilo de vida común y sus legítimos intereses: la justicia, la paz, el desarrollo para todos... Es decir, el bien común.
¿Esta teología ha marcado de
alguna manera el pensamiento del papa Francisco?
– P. Scannone: Creo que lo ha influido. No es la única raíz, pero sí una de las raíces teológicas importantes para entender su pensamiento y su acción.
En la “Teología del
Pueblo” no utilizan las categorías del análisis marxista, ¿verdad?
– P. Scannone: La “Teología del Pueblo” nunca quiso usar como mediación para comprender la situación de los pobres en América Latina el análisis marxista. Más bien, buscó en la historia y en la cultura latinoamericana y argentina categorías de interpretación que no fueran ni de una sociología liberal ni de una sociología marxista.
¿Se puede hablar de la
“Teología del Pueblo” como un desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia?
– P. Scannone: No directamente, pero tiene su íntima relación. Porque la “Teología del Pueblo” es algo más. No es solo el aspecto social, sino toda la comprensión del Evangelio, de la Revelación. Por lo tanto, abarca todo lo teológico y no solamente lo social.
Ahora, en lo social hay una
íntima relación con la Doctrina Social de la Iglesia, con una acentuación del
tema de los pobres. Porque, en América Latina, eso forma parte de nuestra
tradición desde Medellín hasta nuestros días. Pero el mismo Papa, cuando en la Evangelii
gaudium va a hablar de esos cuatro principios que luego enumera, dice
que están fundados en las aportaciones de la Doctrina Social de la Iglesia.
La “Teología del Pueblo” ha
sido denominada también como la “Teología de la Cultura”. En diferentes
intervenciones, el Santo Padre ha hablando de las culturas de los pueblos.
¿Tiene algo que ver con esta corriente de pensamiento?
– P. Scannone: Lo que el Papa dice es que el Evangelio tiene que llegar a todos los pueblos y a todas las culturas. Lo que ya decía Pablo VI: la evangelización de la cultura y las culturas del hombre.
Cada pueblo tiene su estilo de
vida, su cultura, interpreta de manera distinta, con símbolos distintos, el
sentido último de la vida, que eso es lo propio de la cultura. Incluso en la
manera de comer, en la manera de vestir, pero mucho más en el arte, en el
pensamiento, en la religiosidad, aparece la cultura de un pueblo.
El Papa dice que la Iglesia
como Pueblo de Dios es multiforme. Evangeliza todas las culturas e incultura el
Evangelio en todas las culturas. No solamente en la cultura europea, que ya lo
ha hecho a través de los siglos, o en América Latina, a través de la
evangelización, sino en todas las culturas de Asia, África, etc. Habla de una
armonía pluriforme en el Pueblo de Dios. Lo que hora se está llamando
interculturalidad, que supone la inculturación del Evangelio en una cultura y
el diálogo de las culturas. Y por eso el tema del encuentro, cuando habla de la
cultura del encuentro, es una cosa que se puede aplicar tanto dentro de la
Iglesia como entre los pueblos y entre las culturas.
Hay quien califica al
Pontífice venido del “fin del mundo” de populista...
– P. Scannone: El populista piensa en el pueblo como algo uniforme, llevado adelante por un caudillo. En cambio, la imagen es la del poliedro. Donde no hay uniformidad, sino armonía de las diferencias. Como pasa en la Santísima Trinidad, de alguna manera, que es la unión de las relaciones diferentes. Y lo mismo pasa en la Iglesia y debería pasar en los pueblos.
¿El papa Francisco es de
izquierdas?
– P. Scannone: De izquierdas, ¿qué quiere decir de izquierdas? Si nos referimos a que ha hecho una opción por los pobres, eso es del Evangelio, no de la izquierda. También la izquierda podrá tenerla, pero no necesito ser de izquierdas para optar por los pobres. Ya Cristo optó por los pobres, los enfermos, los desvalidos, las víctimas... También lo hizo la Iglesia a lo largo de la historia. Y toda la teología actual, especialmente en América Latina después de las Conferencias de Medellín y Puebla, que luego culminaron en Aparecida, donde hay una opción preferencial por los pobres, por los que están descartados, por los excluidos, por las víctimas de la historia, etc. Entonces, eso no quiere decir que sea de izquierdas, sino que es cristiano, evangélico.
¿Y peronista?
– P. Scannone: El peronismo tuvo mucha influencia en Argentina, y también usaba la categoría de “pueblo”. A nivel cultural, tuvo su importancia y enmarcó a muchos argentinos. Entonces, ¿el Papa es peronista? No, porque el Papa no se mete en política. Y mucho menos en la política argentina. Al contrario, el quería el diálogo de todos los partidos e ideologías.
Ahora, que como el peronismo
privilegiaba a los trabajadores y a los pobres, y por otro lado, tenía también
una noción de “pueblo-nación”..., puede ser que uno comulgue con estos temas y
que no sea peronista, ¿no? Pero no se puede decir que el Papa sea peronista,
sino que hay cosas del peronismo que son validas y que están tomadas del
cristianismo. Algunas, explícitamente de la Doctrina Social de la Iglesia. Y en
eso todos estamos de acuerdo.
¿Qué mensaje le gustaría
transmitir a los lectores de ZENIT?
– P. Scannone: Tenemos que volver al Evangelio, convertir pastoralmente a la Iglesia. Aparecida hablaba de una conversión pastoral. El Papa le da mucha importancia al Documento de Aparecida. Y ahora, de alguna manera, le ve el elemento universal que tiene. Una Iglesia que no se mire sólo a sí misma, sino que mire hacia afuera, a los que sufren, a la gente que necesita misericordia, a los que no conocen a Cristo, es una Iglesia misionera. Una reforma hacia una conversión pastoral. Un dejar las estructuras caducas, como dice también el Documento de Aparecida, y ser una iglesia misionera. Es decir, como Cristo, que es la misión en persona. Y nosotros, llevar a Cristo a todos los ámbitos de la realidad y de la sociedad, e incluso de toda la humanidad global.
– P. Scannone: Tenemos que volver al Evangelio, convertir pastoralmente a la Iglesia. Aparecida hablaba de una conversión pastoral. El Papa le da mucha importancia al Documento de Aparecida. Y ahora, de alguna manera, le ve el elemento universal que tiene. Una Iglesia que no se mire sólo a sí misma, sino que mire hacia afuera, a los que sufren, a la gente que necesita misericordia, a los que no conocen a Cristo, es una Iglesia misionera. Una reforma hacia una conversión pastoral. Un dejar las estructuras caducas, como dice también el Documento de Aparecida, y ser una iglesia misionera. Es decir, como Cristo, que es la misión en persona. Y nosotros, llevar a Cristo a todos los ámbitos de la realidad y de la sociedad, e incluso de toda la humanidad global.
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