En
la audiencia de este miércoles, el Papa ha reflexionado sobre el papel de los
hermanos y hermanas en las familias.
El corazón del Papa sigue en oración por los 21 coptos
asesinados recientemente en Libia, a manos de los extremistas del Estado
Islámico. Ayer, ofreció la misa de Santa Marta por ellos y hoy, en la audiencia
general los ha tenido presentes nuevamente. “Quisiera invitar una vez más a
rezar por nuestros hermanos egipcios que hace tres días fueron asesinados en
Libia por el solo hecho de ser cristianos. El Señor les acoja en su casa y dé
consuelo a sus familias y a sus comunidades”.
Asimismo ha pedido rezar por la paz en Oriente Medio y el
Norte de África, “recordando a todos los difuntos, los heridos y los
refugiados”. Que la comunidad internacional --ha pedido-- pueda encontrar
soluciones pacíficas a la difícil situación en Libia.
Bajo un tímido sol de febrero, miles de fieles se han
reunido en la plaza de san Pedro una semana más, para escuchar y saludar al
santo padre Francisco. Así, el Papa ha paseado por los pasillos de la plaza en
su papamóvil y ha pasado bendiciendo y con algunos afortunados, intercambiando
el solideo. Esta mañana, dos niños han tenido la oportunidad de subir al jeep y
acompañar desde ahí al Santo Padre en su recorrido.
Desde hace varias semanas, el Pontífice está dedicando las
catequesis de la audiencia general a la familia y esta semana ha sido el turno
de los hermanos y las hermanas.
Estas son las palabras del Santo Padre en su resumen hecho
en español: “Queridos hermanos y hermanas. Seguimos con el tema de la familia,
en concreto hoy hablamos de los hermanos. La fraternidad era un valor esencial
en el pueblo de Israel, encontrando cumplidos elogios de ella en el Antiguo
Testamento”. Su ruptura --ha proseguido el Papa--, sin embargo, abre un abismo
profundo en el hombre. La pregunta de Dios a Caín: «¿Dónde está tu hermano?» no
cesa de resonar a lo largo de la historia.
“Es en la familia donde aprendemos a abrirnos a los demás,
a crecer en libertad y en paz, siendo esa primera convivencia fraterna la que
se propone como un ideal para cualquier relación dentro de la sociedad y entre
los distintos pueblos”, ha asegurado el Papa.
Y así, ha recordado que “con Jesús, este vínculo de
hermandad se dilata hasta superar cualquier diferencia de nación, lengua,
cultura o religión. Qué mayor elogio puede haber que decir: Es como un hermano
para mí. Sin este valor, la libertad y la igualdad alcanzadas por muchos
pueblos se convierten en individualismo y conformismo. Cómo brilla esta virtud
cuando en la familia hay un hermano más débil, con qué afecto los demás cuidan
de él. También los cristianos debemos ver así a los pobres, a los pequeños, dejando
que el hermano toque nuestro corazón como nos enseñó Jesús”.
A continuación el Papa ha saludado a los peregrinos de
lengua española, “en particular a los numerosos jóvenes, así como a los grupos
provenientes de España, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos.
Pidamos al Señor que en esta Cuaresma, que hoy iniciamos, bendiga a las
familias y su generosa entrega. Que en ellas aprendamos a ser siempre hermanos.
Muchas gracias”.
En los saludos a los peregrinos en distintas lenguas, hoy
ha habido uno más: en ucraniano. Francisco ha saludado a los obispos de este
país, que se encuentran en Roma en visita ad limina y a los peregrinos de sus
diócesis que los acompañan. “Hermanos y hermanas, sé que entre las tantas otras
intenciones que lleváis a las tumbas de los apóstoles está la petición de la
paz en Ucrania. Llevo en el corazón el mismo deseo y me uno a vuestra oración,
para que llegue la paz duradera a vuestra patria lo antes posible”, ha pedido
el Papa.
Después de todos los saludos, el Papa ha dedicado unas
palabras a los jóvenes de la Renovación Carismática Católica Internacional, que
hoy, en distintas partes del mundo, se recogen en oración para la oración de
adoración eucarística. “Me uno espiritualmente a ellos al expresar aprecio por
esta iniciativa y deseo que las nuevas generaciones puedan ir cada vez más al
encuentro de Cristo”.
Finalmente ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a
los recién casados. “La Cuaresma es un tiempo favorable para intensificar
vuestra vida espiritual”, ha recordado el Papa. De este modo ha pedido que “la
práctica de ayuno os ayude, queridos jóvenes, para adquirir dominio de vosotros
mismos; la oración sea para vosotros, queridos enfermos, el medio para confiar
a Dios vuestros sufrimientos y sentir su presencia amorosa; las obras de
misericordia, finalmente, os ayuden a vosotros, queridos recién casados, a
vivir vuestra existencia conyugal abriéndose a las necesidades de los
hermanos”.
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