La
decisión del actual Papa emérito desencadenó una revitalización de la Iglesia,
según diferentes analistas
Roma, 11 de febrero de 2015 (Zenit.org)
Este miércoles se cumplen dos años del anuncio de la
renuncia al pontificado de Benedicto XVI. El actual Papa emérito hizo pública
su decisión el 11 de febrero de 2013 ante el Consistorio para la canonización
de los mártires de Otranto.
En un discurso en latín, Benedicto XVI explicó:
“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado
a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer
adecuadamente el ministerio petrino. (…) Por esto, siendo muy consciente de la
seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio
de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro”.
La renuncia se hizo efectiva el 28 de febrero,
cuando empezó la Sede Vacante hasta la celebración del Cónclave y la elección
de Francisco.
Tras el primer impacto de la noticia, el orbe
católico la valoró como un gesto de gran responsabilidad, humildad y amor a la
Iglesia del Pontífice alemán. Todavía hoy son numerosas las muestras de
agradecimiento a Dios por el pontificado de Benedicto XVI, que ha dejado una
profunda huella en el corazón de todos los cristianos, sobre todo por la
hondura y la belleza de su magisterio.
Diferentes analistas, consultados por ZENIT,
señalaron que la valiente decisión adoptada por el entonces Obispo de Roma
desencadenó una revitalización de la Iglesia mucho más rápida y profunda de lo
que nadie podía imaginar.
Con el gesto de Benedicto XVI empezó un movimiento
de renovación en continuidad con los anteriores pontificados, pero con un
estilo nuevo y una energía nueva. La llegada de Franciscó aportó al ministerio
petrino una personalidad, una cultura, una formación de un papa venido "del
fin del mundo". Hay quien habla ya de una primavera de la Iglesia, nacida
de la alegría del Evangelio.
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