(RV).- ''Han venido a Roma con su
juventud, y también con su heroísmo. De hecho, entre ustedes hay algunos
hermanos jóvenes, pero sobre todo prelados que han atravesado el triste período
de la persecución. Gracias por su testimonio de Jesucristo y por su servicio al
santo pueblo de Dios'', escribe el Santo Padre en el discurso que entregó el
lunes a los obispos de la Conferencia Episcopal de Lituania al final de su
quinquenal visita ''ad Limina''.
'Lituania siempre ha tenido
pastores cercanos a su rebaño y solidarios con él -prosigue- A lo largo de la
historia de la nación, han acompañado con entrega a su gente, no sólo en el camino
de la fe y a la hora de afrontar las dificultades materiales, sino también en
la construcción civil y cultural de la sociedad, que tiene su sustrato
histórico y de identidad en la fuerza de Evangelio y el amor a la Santísima
Madre de Dios. Ustedes son los herederos de esta historia, de este patrimonio
de caridad pastoral, y lo demuestran con la energía de su acción, la comunión
que los anima y la perseverancia en la consecución de las metas que les indica
el Espíritu''.
''Queridos hermanos, conozco sus
fatigas apostólicas. Si durante mucho tiempo la Iglesia en su país ha sido
oprimida por regímenes fundados en ideologías contrarias a la dignidad y la
libertad humana, ahora se enfrentan a otros peligros, como el secularismo y el
relativismo. Para ello, junto a un incansable anuncio del Evangelio y los
valores cristianos, no hay que olvidar un diálogo constructivo con todos,
incluso con los que no pertenecen a la Iglesia o están lejos de la experiencia
religiosa. Preocúpense porque las comunidades cristianas sean siempre lugares
de acogida, abiertas y constructivas, estímulo para toda la sociedad en la
búsqueda del bien común''. Francisco no olvida el esfuerzo incesante y la
atención que los obispos lituanos prestan a su clero y los invita a rezar para
que Dios les conceda ''sacerdotes generosos y capaces de sacrificio y
dedicación''. Y también ''laicos convencidos que sepan asumirse
responsabilidades dentro de la comunidad eclesial y dar una valiosa
contribución cristiana a la sociedad'' a quienes los prelados deben animar a
estar presentes, ''con la fuerza de una fe adulta , en la vida civil, cultural,
política y social''.
El Papa toca después el tema de
la familia sobre cuya belleza, valores y retos que enfrenta en nuestra época la
Iglesia está reflexionando, y llama a los prelados a dar como pastores ''su
contribución a esta gran obra de discernimiento'' y sobre todo a prestar gran
atención a la pastoral familiar, ''de modo que los cónyuges sientan la cercanía
de la comunidad cristiana y se sientan ayudados a "no conformarse a la
mentalidad de este mundo, sino a renovarse continuamente en el espíritu del
Evangelio. ''De hecho, su país -observa el Santo Padre- que ha entrado de lleno
en la Unión Europea, está expuesto a la influencia de las ideologías que querrían
introducir elementos de desestabilización de las familias, fruto de un
malentendido sentido de la libertad personal. Las seculares tradiciones
lituanas en este ámbito les ayudarán a responder, según la razón y la fe, a
tales desafíos''. Tras instar a los prelados lituanos a prestar una especial
atención a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada y a no esperar
que sean sus sacerdotes los primeros en buscarlos, sino a salir ellos a su
encuentro, el Papa los exhorta a la solicitud por los pobres. ''Incluso en
Lituania, a pesar del desarrollo económico actual -concluye- hay muchos
necesitados, desempleados, enfermos, abandonados. Estén cerca de ellos. Y no se
olviden de aquellos. Especialmente entre los jóvenes, que por diversas razones
abandonan el país y tratan de abrirse un camino nuevo en el extranjero. Su
creciente número y sus necesidades requieren atención y cuidado pastoral por
parte de la Conferencia Episcopal, para que puedan mantener la fe y las
tradiciones religiosas de Lituania''.
(RC-RV
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