«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


17 de enero de 2015

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Carta del Santo Padre Francisco al Presidente del Pontificio Consejo para la Familia para el VIII Encuentro Mundial de las Familias (Filadelfia, 22-27 Septiembre 2015)
Al venerado Hermano Mons. Vincenzo Paglia

Presidente del Pontificio Consejo para la Familia


Al final del VII Encuentro Mundial de las Familias, el Papa Benedicto XVI anunció que la ciudad de Filadelfia, en los Estados Unidos de América, será la sede de la próxima reunión. En varias ocasiones he confirmado esta elección, mirando con confianza y esperanza este acontecimiento de gracia en el que, si Dios quiere, participaré. Se llevará a cabo del 22 al 27 de septiembre del 2015, y tendrá por tema "El amor es nuestra misión. La familia plenamente viva".


La misión de la familia cristiana, hoy como ayer, es dar a conocer al mundo, por la fuerza del Sacramento nupcial, el amor de Dios. A partir de este mismo anuncio nace y se construye una familia viva, que pone la fuerza del amor en el centro de todo su dinamismo humano y espiritual. Si, como decía San Ireneo: "Gloria Dei vivens homo"(Adv Haer, IV, 20, 7), también una familia que, con la gracia del Señor, vive plenamente su vocación y su misión le da gloria.

Recientemente hemos celebrado la Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización. «Bajo el símbolo de la colegialidad hemos identificado las cuestiones más urgentes que atañen a la familia en nuestra sociedad pluralizada. De hecho, "no podemos calificar a una familia con conceptos ideológicos, no podemos hablar de familia conservadora y de familia progresista. ¡La familia es la familia! "(Discurso a los participantes del Coloquio Internacional sobre la complementariedad entre el hombre y la mujer, 17 de noviembre de 2014). Los valores y las virtudes de la familia, su verdad esencial, son los puntos fuertes sobre los que se apoya el núcleo familiar y no pueden ponerse en duda. Sin embargo estamos llamados a replantearnos nuestro estilo de vida que corre continuamente el riesgo de ser "contagiado" por una mentalidad mundana - individualista, consumista, hedonista – estamos llamados a encontrar de nuevo el buen camino para vivir y dar testimonio de la grandeza y de la belleza del matrimonio y de la alegría que hay en ser y formar una familia.

Las indicaciones de la Relazione finale del reciente Sínodo nos muestran el camino a seguir hasta la próxima Asamblea Ordinaria en octubre de 2015 y nos invitan a continuar nuestro empeño en anunciar el Evangelio del matrimonio y de la familia y a poner en práctica las propuestas pastorales en el contexto social y cultural en el que vivimos. Los desafíos de este contexto, nos animan a ampliar el horizonte del amor fiel, abierto a la vida, a la comunión, a la misericordia, al compartir y a la solidaridad. Por consiguiente, exhorto a los cónyuges, a los sacerdotes y a las comunidades parroquiales, así como a los movimientos y a las asociaciones para que se dejen guiar por la Palabra de Dios, en ella reposan los cimientos del santo edificio de la familia: Iglesia doméstica y familia de Dios (cfr Conc. Ecum. Vat. II, Cost. dogm. sulla Chiesa Lumen gentium, 6; 11).

Expreso mi agradecimiento a la Arquidiócesis de Filadelfia por su generosa disponibilidad y su gran labor de organización al servicio de la Iglesia universal y de las familias de los distintos Continentes. Pido al Señor que recompense, a partir de este momento, a esta amada Iglesia con abundantes gracias celestiales.

Invocando la intercesión de la Virgen de Guadalupe y de la Virgen de Aparecida, le imparto de todo corazón a usted, querido hermano, y a los colaboradores de este Dicasterio la bendición apostólica, que de buen grado extiendo a todos los que trabajan en la preparación del Encuentro; y, por favor, Le pido que rece por mí.
 
Fraternalmente,
 
Francesco
 
Vaticano, 9 de dicembre 2014

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