«Es además urgentísimo que se renueve en todos, sacerdotes, religiosos y laicos, la conciencia de la absoluta necesidad de la pastoral familiar como parte integrante de la pastoral de la Iglesia, Madre y Maestra. Repito con convencimiento la llamada contenida en la Familiaris consortio: “...cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia” (n. 70).


23 de enero de 2015

LA INJUSTICIA MÁS FUNDAMENTAL DE LA SOCIEDAD ES EL ABORTO, ALERTA EL ARZOBISPO DE LOS ÁNGELES

RESOLVER LOS PROBLEMAS DE NUESTRA SOCIEDAD ELIMINANDO VIDAS

 (ACI/InfoCatólica) El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, aseguró que de todas las injusticias que existen en la sociedad, el aborto es la más fundamental.
El Arzobispo recordó que el 22 de enero de cada año en Estados Unidos se recuerda un día trágico en la historia de nuestra nación, pues en ese día en 1973 la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el aborto a través de su decisión en el caso de Roe vs. Wade.
Roe vs. Wade continúa dando forma a la conciencia americana y a la vida pública. En el plano político, desde los debates en las legislaturas estatales hasta las cuestiones federales acerca del seguro médico, nuestro país sigue dividido en las opiniones sobre si el aborto debe ser permitido y sobre qué límites se deben imponer a su práctica.
Mons. Gómez señaló que el permiso para acabar con vidas inocentes hace estremecer los cimientos de nuestra sociedad porque ataca el núcleo de nuestra idea sobre los derechos humanos´. Los Estados Unidos fueron fundados sobre la gran verdad de que todos los hombres y mujeres son creados iguales, y que Dios le da a cada uno derechos básicos que nadie le puede negar o quitar, dijo.
El caso Roe vs. Wade, lamentó, puso esta hermosa verdad de cabeza. En esa ocasión, al conceder un derecho legal para que algunas personas terminen con las vidas de otras, la Corte Suprema declaró, en efecto, que los derechos humanos son otorgados por el gobierno y no por Dios.
Eso le dio al gobierno la última palabra, no sólo en cuanto a la definición de lo que es correcto e incorrecto, sino también en la decisión de quién puede vivir y quién no.
El Arzobispo estadounidense denunció que la injusticia del aborto incluye a los millones que han sido asesinados antes de que tuvieran la oportunidad de venir al mundo. Y, aún más, la aceptación del aborto también transmite a toda la sociedad el mensaje de que la vida humana es desechable y de que algunas vidas ni siquiera merecen ser protegidas.
El aborto legalizado también ha confundido a nuestros líderes, haciéndolos pensar que pueden resolver los problemas de nuestra sociedad eliminando vidas o evitando que algunas puedan llegar al mundo.
Mons. Gómez recordó que esto es lo que el Papa Francisco viene enfatizando e indicó que el Papa, en una entrevista reciente, asoció al aborto, la eutanasia y el control de la natalidad a la ‘cultura del derroche’ que nos lleva a valorar la vida humana según estándares materiales.
En esa ocasión, Francisco dijo que descartamos todo lo que no es útil, de acuerdo a esta lógica… ésta es la actitud que lleva a la gente a descartar a los bebés a través del aborto. Estoy escandalizado por las bajas tasas de natalidad aquí en Italia. Así es como perdemos nuestro vínculo con el futuro. La cultura del desperdicio también conduce a una eutanasia oculta de las personas de edad avanzada, que son abandonadas. … Tenemos que detener esto antes de que sea demasiado tarde.
Mons. Gómez destacó que al igual que Francisco, varios Papas y santos, como la Beata Madre Teresa, han percibido desde hace mucho tiempo esta conexión entre el aborto y otras formas de violencia e injusticia en la sociedad. Y como católicos estamos llamados a dar testimonio del Evangelio de la vida.
El Arzobispo alentó a ponernos del lado de todos los que sufren en nuestra sociedad, empezando por aquellos que son más inocentes y vulnerables: los no nacidos y los ancianos. Tenemos que defenderlos contra toda agresión, incluyendo la falsa compasión que sugiere que estarían mejor muertos que vivos, rodeados de amor y de cuidados.
Al concluir su mensaje, Mons. Gómez exhortó a los fieles católicos a pedirle a la Virgen María que ayude a nuestros prójimos a darse cuenta de que la vida es hermosa y que toda vida es valiosa. Y también, que el derecho a la vida es el fundamento de todos los demás derechos y la verdadera base de la justicia y de la paz en nuestra sociedad.


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