Si
hay un reclamo, es porque existe una necesidad no satisfecha en una de las
partes. Ante esto, se debe establecer una forma de comunicación que atenué lo
negativo de la emocionalidad del
conflicto. Convirtiendo este, en un área de oportunidad para mejorar la
vida matrimonial.
Algunas importantes condiciones:
1.- Cuando uno de los esposos reclama
algo, hay que dejarlo hablar, aun cuando no tenga la razón, ya que necesita
desahogarse. Una vez expuesto el problema, estará dispuesto al dialogo con más
apertura y serenidad.
2.- Quien reclama con razón, lo hace
porque ama, le interesa y necesita que
su conyugue se supere.
3.- Si hay que criticar algún defecto o
actitud, hacerlo con amor. Si por sí mismo resulta doloroso aceptar los propios
defectos, más costoso es que nos los tengan que decir. Por eso debemos ser
sumamente finos, delicados y comprensivos para criticar o decir algo negativo
al otro.
4.- Jamás echar en cara los errores del
pasado. Comprensión y amor con las debilidades del otro, igual como queremos
que sean con nosotros. Víctor Hugo señala en su obra “Los miserables”, que ser
misericordioso es saber en dónde están
las heridas del otro, y no tocarlas.
5.- Nunca discutir irritados, si se está
enojado no será el momento de abordar la problemática. Implica mucha sabiduría y prudencia,
fortaleza y dominio para controlar la ira que podemos sentir cuando estamos en conflicto.
6.- Evitar los gestos y ademanes de
impaciencia, solo demuestran que no hay disposición sincera de escuchar.
7.- Evitar gritar. El grito es en sí mismo
una agresión, independientemente de lo que se diga.
8.- No buscar vencer en una discusión. La
aparente derrota es en realidad una gran victoria de quien respondiendo con
silencio, se mortifica por amor a Dios.
El problema también con una discusión es
que a veces se busca más ganarle a la pareja, que encontrar caminos y
soluciones a los problemas.
9.- Respecto a los problemas con los
hijos. Hay que recalcar que el conflicto
es con el hijo, no con el esposo(a), aunque la falta cometida por el hijo haya
sido abusando del amor y tolerancia de uno de los padres.
10.- No admitir la negligencia (descuido,
apatía) reclamar lo que se debe reclamar. En el amor se requiere una
sana exigencia. Siempre tenemos que buscar lo mejor para la persona que amamos,
y a veces será necesario exigirle. Cuando no amamos, nos da igual si la persona
se supera o no, pero, con la persona amada, esto jamás puede llegar a suceder.
11.- Nunca terminar el día tras una
discusión sin recuperar la paz, aunque no haya quedado resuelto el conflicto.
Humildad para hablar, para hacer ver que el amor prevalece.
12.- Cuando te equivoques, admítelo y pide
disculpas. Para muchos el pedir disculpas equivale a una humillación pero NO:
es grande el que reconoce que es un ser humano con debilidades y defectos y que
lucha cada día por superarse.
13.- Dos no pelean si uno no quiere, y el
que está equivocado es el que más habla o grita. Por lógica quien está más
calmado ve las cosas con mayor claridad y podrá dialogar con más tranquilidad y
paz interior.
14.-
No discutir delante de los hijos, hacerlo en privado. Discutir en ocasiones es
inevitable, mas inevitable es hacer la paz amorosamente.
Revista Ser Persona / Aleteia
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