La
confesión no es un “juicio”, sino un “encuentro” con un Dios que perdona y
olvida cada pecado de la persona que no se cansa de pedir su misericordia. Lo
explicó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la
capilla de la Casa de Santa Marta a la que asistió un grupo de fieles.
Además – prosiguió diciendo el Papa – cuando perdona, Dios “hace fiesta”. Y, en fin, Dios “olvida”. Porque lo que le importa a Dios es “encontrarse con nosotros”. De ahí que el Papa Francisco haya sugerido un examen de conciencia con los sacerdotes en el confesionario: “¿Estoy dispuesto a perdonar todo?”, “¿a olvidarme de los pecados de aquella persona?”. La confesión – concluyó – “más que un juicio, es un encuentro.
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