En el 2003, el tifón Yolanda sembró destrucción, arrastrando con ella “ miles de vidas”, pero no rompió la fe y el orgullo de los habitantes de Tacloban. Cuando yo vi desde Roma esta catástrofe, sentí que tenía que estar aquí, confesó el Papa Francisco durante la misa celebrada cerca del aeropuerto.
En frente de miles de personas, sin importar la lluvia, el Papa quiso hablar al corazón de cada uno.
Tengan la seguridad de que Jesús no defrauda tengan la seguridad de que el amor y la ternura de nuestra Madre no defrauda. Nosotros somos como ese chico que está ahí abajo...
En frente de miles de personas, sin importar la lluvia, el Papa quiso hablar al corazón de cada uno.
Tengan la seguridad de que Jesús no defrauda tengan la seguridad de que el amor y la ternura de nuestra Madre no defrauda. Nosotros somos como ese chico que está ahí abajo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario