"Queridos hermanos y hermanas:
En las bodas de Caná, Jesús comienza sus signos, revelando el
amor del Padre y la profundidad de su relación con los hombres. Se manifiesta
como esposo del Pueblo de Dios, y nos une a él con una nueva alianza de amor,
que nosotros, su familia, tenemos que custodiar y extender a todos.
En este contexto de la alianza, es importante la observación
que María hace a Jesús de que falta el vino, este es un elemento típico del
banquete mesiánico y simboliza la abundancia del banquete y la alegría de la
fiesta. Por eso Jesús, al convertir el agua de las purificaciones rituales en
vino nuevo, realiza un gesto elocuente: transforma la ley de Moisés en
Evangelio portador de alegría.
Por otra parte, las palabras de María: “hagan todo lo que él
les diga”, confían una nueva misión a la Iglesia, y configuran el programa de
vida cristiano, que se concreta en servir al Señor, escuchando su Palabra y
poniéndola en práctica, acercándose siempre a tomar de esta fuente el vino
bueno de la salvación, que nunca deja de brotar del costado traspasado de
Cristo.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular
a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que recibiendo del corazón
de Jesús la gracia que nos salva, hagamos de nuestra vida cristiana una
continua respuesta de amor a Dios, nutriéndonos de su palabra de vida y
compartiendo con todos el vino nuevo de la nueva alianza. Muchas gracias".
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