-«Yo soy el
pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca
pasará sed.» (Juan 6,35)
6 de Mayo:
María, Mujer eucarística
“Tres días
después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de
Jesús.” (Jn 2, 1)
María, me he
introducido en Belén, la Casa del Pan, y he intuido tu trabajo de madre para
dar de comer a tu Hijo, y he imaginado tu vida doméstica en Nazaret, en la que
no faltaría la tarea de hacer el pan. Con estas resonancias te contemplaba como
artesa repleta del Pan vivo, madre del Pan de Vida.
Al seguir tus
pasos, que das tras de los de tu Hijo, me encuentro con que te citan muy
explícitamente en el pasaje de la boda de Caná de Galilea, en el marco de un
banquete, en el que intervienes activamente para que no falte vino. Y en esa
acción, que adelanta la hora, según expresión de tu mismo Hijo, encuentro que
no sólo eres la Virgen de Belén, sino la “Mujer eucarística”, como te quiso
llamar quien ya ha sido proclamado santo, Juan Pablo II.
“María puede
guiarnos hacia este Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con
él. (…) María es mujer « eucarística » con toda su vida. La Iglesia, tomando a
María como modelo, ha de imitarla también en su relación con este santísimo
Misterio” (San Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia 53).
Cuando adoro
la presencia real de Cristo en la Eucaristía, en el sintiempo de Dios, es como
si hubiera asistido históricamente a la Santa Cena, y si el nacido de tu seno
es el Pan de Vida, con razón eres también la Madre de la Eucaristía, y en ella
me encuentro contigo.
El Concilio
de Éfeso te declaró Madre de Dios, y el Concilio Vaticano II, convocado por San
Juan XXIII, te proclamó Madre de la Iglesia; y si la Iglesia, en verdad es el
Cuerpo de Cristo, tú eres también Madre del Cuerpo de Cristo, Madre de la
Iglesia, Madre de la Eucaristía, Madre de nueva humanidad, de todos los
hombres.
La Iglesia
Ortodoxa te venera como Hodigitria, la que señala el Camino, y te representa
con la mano extendida hacia el Niño que llevas en los brazos. En verdad tú nos
indicas el verdadero Camino, y el sustento para que la andadura no sea
fatigosa.
María, muéstranos a Jesús, fruto bendito
de tu vientre, el Pan Santo. Justamente las escenas de Pascua giran en torno al
Cenáculo y a la fracción del pan.
Ángel Moreno: CIUDADREDONDA
No hay comentarios:
Publicar un comentario